Esquema del evangelio de Marcos
Marcos divide su libro en dos partes claramente separadas por el texto de Mc 8,27-30, llamado la “bisagra cristológica” (“¿Quién dice la gente, ustedes, que soy yo?). Esta división sigue un esquema geográfico y teológico.
En lo geográfico, Marcos divide su texto en tres partes: El ministerio en Galilea y regiones paganas (cap 1-9), el viaje a Jerusalén (cap 10) y su acción en Jerusalén, pasión y resurrección (11-16).
En Galilea, región despreciada y rodeada de paganos, Jesús realiza su misión (curaciones, exorcismos, mensaje, predicación, formación de los doce, etc).
El viaje a Jerusalén es el espacio de formación de los discípulos, de la comunidad, y de la revelación de Jesús como el Mesías sufriente, que da su vida para salvación de todos.
En Jerusalén, en cambio, no vemos curaciones o exorcismos, sino sólo el signo de la higuera estéril. Por ello, el esquema geográfico pretende mostrar el traspaso de la salvación a los paganos y la liberación del cristianismo respecto al judaísmo.
En el esquema teológico el centro sigue siendo la “bisagra cristológica” de Mc 8,27-30. 27Jesús
emprendió el viaje con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Felipe. Por el camino preguntó a los discípulos: —¿Quién dice la gente que soy yo? 28Le respondieron: —Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que uno de los profetas. 29Él les preguntó a ellos: —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Respondió Pedro: —Tú eres el Mesías. 30Entonces les ordenó que a nadie hablaran de esto.
Antes de ello, Jesús es reconocido por los actores invisibles del relato (demonios, fuerzas naturales, ángeles), mientras que los actores visibles (discípulos, gente, autoridades) se preguntan constantemente por su identidad.
Después del texto, desaparece la pregunta por su identidad, la que se va revelando a través de la imagen del “Hijo del Hombre”, como Mesías sufriente y aparece con mayor claridad su identidad como Hijo de Dios.
¿Quién es Jesús? Mc 1,1: “Comienzo del Evangelio de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.” (primera sección) Mc 8,29: “Pedro le contesta: «Tú eres el Mesías.»” (segunda sección) Mc 15,39: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.”
Esto nos muestra que la pregunta sobre quién es Jesús cruza todo el libro y es la pregunta que además, cruza todos los siglos. Es vital encontrar la respuesta y para eso Marcos ha escrito su libro.
¿Qué significa seguir a Jesús? Resolver la pregunta sobre Por ello, el quién es Jesús no es un acto evangelio es una invitación al de curiosidad, sino de seguimiento de compromiso. Jesús, a sumarse El reconocer a Jesús como a su proyecto. Mesías e Hijo de Dios, y comprender lo que esto significa, lleva necesariamente a definirse frente a él.
¿Qué significa, en concreto, “seguir a Jesús”? ¿Cómo debe comportarse un verdadero discípulo? A esto dedicará Marcos la segunda parte de su libro, el viaje a Jerusalén, donde nos muestra a Jesús formando a sus discípulos, anunciándoles su pasión, enfrentando a los poderosos y muriendo en la cruz por haber permanecido fiel y resucitando, como muestra de victoria.
Gestos más que palabras En Marcos Jesús habla poco. No encontramos los largos discursos de Mateo o Juan, excepto el conjunto de parábolas del Reino en Mc 4,134 y del discurso de Mc 13,1-37, sobre la destrucción de Jerusalén y la llegada definitiva del Reino. A diferencia de los otros tres, Marcos pone más atención a los gestos de Jesús, nos muestra al Señor actuando, expresando sentimientos. Comparemos, por ejemplo, el relato de la curación de la suegra de Pedro.
Este estilo de Marcos permite proyectar una imagen de Jesús actuando, presente hoy y cercano, afectuoso y sensible. Esto nos recuerda que el Evangelio es primero una práctica, una forma de vida, un ponerse en camino tras los pasos de Jesús.