Bases de Políticas Culturales >>> 2016 - 2026 - Secretaría de Cultura

PAS de Usme. (Avenida Calle 91 SUR Nº 3 C - 34 ESTE). Hora: 10:00 a.m. a 1:00 p.m.. 05 de Septiembre. Rafael Uribe Uribe. Alcaldía Local. (Auditorio Calle 32 Nº 23 - 62 SUR). Hora: 4:30 p.m. a 7:00 p.m.. 05 de Septiembre. Barrios Unidos y Teusaquillo. Biblioteca Virgilio Barco. (Tv. 59a #63). Hora: 2:00 p.m. a 5:00 p.m..
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INTRODUCCIÓN >>> Las políticas culturales se entienden como ese consenso que responde al reconocimiento de las prácticas culturales como derechos fundamentales que deben ser garantizados a todos los ciudadanos y las ciudadanas en un Estado de Derecho. La diversidad y vitalidad de los movimientos culturales ciudadanos en Bogotá, tienen también una expresión en la conformación de una institucionalidad pública específica que se ha fortalecido dentro de  la estructura del gobierno y se ha preocupado por elaborar documentos que dejen huella de sus enfoques y jalonen ese “cuarto propio” que busca tener lo cultural en las políticas públicas. No vamos a desconocer que las políticas culturales, a pesar de la concertación y la buena dosis de autonomía que las han caracterizado, son anfibias y limitan entre la subsistencia del poder y su transformación, que son al tiempo norma y creación.  Las Políticas Culturales Distritales 2004– 2016 forman parte de esos documentos y ocupan un lugar destacado por ser producto de un esfuerzo significativo de participación. Gracias a ello se logró avanzar en la adopción de un lenguaje común que reivindicó la complejidad del campo cultural, lenguaje que al mismo tiempo ofreció elementos para su organización de manera clara y funcional. Un texto así no es superable o tiene caducidad. Como en el Plan Decenal de Cultura, Hacia una ciudadanía democrática cultural 2001-2010, en el plano nacional, estas cartas de cultura, elaboradas a través de procesos que ambicionan ser polifónicos, que logran convocar, son documentos de su tiempo que tienen un valor siempre presente. Revelan anhelos y propósitos de los ciudadanos de su época y tal vez por ello no solo representan sino que configuran e inciden en el perfil cultural de la inmensa ciudad. Desde esta perspectiva, más allá de una responsabilidad de planificación y la búsqueda de unas “necesidades culturales básicas insatisfechas”, que sabemos existen, pero se escapan a los cálculos del Estado, pensamos que resulta una experiencia vivificante dar continuidad al ejercicio, arbitrario y poético, de formular una nueva carta general de propósitos

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culturales para Bogotá. Sondear qué nos mueve hoy, cuáles son los giros, dilemas, sentidos, retos que pensamos configuran las políticas culturales por venir; cohesiona, mueve y abre las mentes.    Así asumido, el proceso de establecer un nuevo discurso cultural para la capital tiene raíces en los múltiples y diferentes espacios de participación (acción) que caracterizan la vida cultural de Bogotá. Los diferentes actores de esta política desarrollan una pléyade de actividades día a día en el territorio desde muy diversos horizontes, desde el ámbito barrial al internacional, en

el Concejo y en los estrados judiciales, en frentes que se expanden. Los encuentros locales, sectoriales, académicos, poblacionales, son parte de este proceso para el cual proponemos un texto abierto, disponible, reflexivo, que intenta sondear el alma poética de esta gran ciudad. Este periódico da una visión general del texto completo que se encuentra en las páginas de las instituciones del sector.  Clarisa Ruiz Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte

ÍNDICE >>>

Bases de Políticas Culturales >>> 2016 - 2026

Panoramica de Bogotá Archivo fotográfico-SCRD

Contexto de ciudad >>> Las bases de la Política Cultural responden no solo a las condiciones del sector cultura sino a las condiciones actuales y tendencias de otros sectores del desarrollo la ciudad, sintetizadas en cinco aspectos que constituyen un contexto marco para su orientación y armonización.

1. Territorio y sostenibilidad Bogotá, con una extensión de 143.000 hectáreas y una población cercana a los 7.800.000 habitantes, enfrenta desafíos relacionados con la forma de ocupar el territorio y garantizar la sostenibilidad de su medio natural. Mientras la tasa de crecimiento al interior se ha reducido a 1.35% anual, los municipios de los alrededores crecen a tasas superiores al 6% ocupando áreas agrícolas y de fragilidad ambiental. La ciudad ha avanzado hacia una propuesta de ocupación compacta que minimice la

ocupación expansiva del territorio y fortalezca el control de bordes. Las condiciones de deterioro ambiental, reflejadas en la contaminación, ocupación de cauces y mal manejo del sistema hídrico, la transformación de áreas protegidas productoras de agua así como la seguridad alimentaria amenazada por la presión urbanizadora, se verán acrecentadas por las consecuencias derivadas del cambio climático cuyo impacto se estima para final del siglo en un aumento de temperatura de alrededor de 4°C y una reducción de la precipitación anual hasta en un 50%. Los esfuerzos por reducir la contaminación del aire y la producción de residuos sólidos (Basura Cero) necesitarán de esfuerzos aún mayores. En los próximos años, se requerirá profundizar en la construcción de una cultura regional compartida e integradora alrededor del agua y de una cultura enfocada a prácticas sostenibles de ocupación, uso del territorio y adaptación al cambio climático.

2.Economía Para el primer trimestre de 2015, Bogotá aportó el 25,8% del PIB nacional, que con el agregado de Cundinamarca constituyen la principal región económica del país con crecimientos anuales que van desde el 6.6% en 2011 y 2012, hasta del 4.3%, en 2014, lo que muestra el dinamismo y fortaleza de la economía de la ciudad. En cuanto a su composición, el 43% de la actividad económica de las empresas corresponde a los servicios, el 35% al comercio y el 14% a la industria. Bogotá ha alcanzado la mayor tasa de participación laboral en contraste con otras ciudades del país, pasando de 54 por cada 100 ciudadadanos empleados en 2001, a 66 por cada 100 en 2014, con crecimientos de 117.000 empleos promedio por año. Sin embargo y a pesar de su disminución, el 43.7% de los empleos son informales. Estas condiciones se han traducido en el incremento del gasto o consu-

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Talleres de Formación 40x40 -Archivo fotográfico Kike Barona -OFB

mo de los hogares, que solo para el periodo 2013-2014 fue del 11.6% en el año 2014, la variación más grande que se ha manifestado desde hace quince años. El grupo que expresó una mayor expansión en el gasto de los bogotanos fue el gasto en actividades de cultura y entretenimiento con un crecimiento real del 15.5%.

3. Equidad La ciudad ha avanzado en la reducción de la pobreza: el porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas (NBI) bajó del 5.2% al 4.2% entre 2011 y 2014. En cuanto la pobreza multidimensional, ésta se redujo de 12.1% a 5.4% entre 2010 y 2014. Sin embargo, en materia de desigualdad y reducción de la segregación socio-espacial aún quedan retos muy importantes: en cuanto al primero, su medición a partir del coeficiente Gini, Bogotá presentó una ligera reducción al pasar el coeficiente de 0.522 en el año 2011 al 0.502 en el año 2014. En lo referente a la segregación socioespacial, expresada mediante formas diversas, como el acceso a la educación, equipamientos, a los servicios sociales, la seguridad, la vivienda, al medio ambiente sano o el tiempo total de viaje vivienda-empleo, aún presenta importantes

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déficits a superar. La ciudad ha avanzado significativamente en sus indicadores sociales; vale la pena destacar la reducción de la mortalidad infantil y en especial por desnutrición, la reducción de la tasa de deserción escolar pasando del 3.2% en 2004 al 2.20% en 2014, el aumento de la calidad educativa en colegios públicos pasando del 18.03% en 2008 de alumnos en grado alto, superior o muy superior en pruebas saber a un 60.23% en 2013. La ciudad ha sido pionera y avanza en la jornada única llegando a 229.866 estudiantes en 2015 y ha avanzado en la cobertura y atención de la primera infancia. Por otra parte, el déficit de vivienda cualitativo que muestra que la ciudad pasó de 11,8% en 2011 a 9,1% en 2014. La secretaría de Gobierno adelanta el Plan de Reintegración para preparar la ciudad al post conflicto.

4.Cultura y diversidad Bogotá se configura como una amalgama de poblaciones y culturas diversas; de acuerdo con la Encuesta Multipropósito de 2014 , el 32% de la población total de la ciudad es inmigrante siendo las regiones de Colombia las que aportan el 88% frente al 8% del entorno inmediato. Se suma el aporte de población en condiciones de desplazamiento, que según el Registro Único

de Víctimas (RUV), entre 1985 y diciembre de 2012, llevó a que Bogotá recepcionara 489.000 personas. Desde el punto de vista étnico, la población que se auto identifica como perteneciente a alguna etnia representa el 1.7% de la población, siendo innegable su aporte. Por otra parte, los cambios en la pirámide poblacional muestran la tendencia al aumento de la población mayor, la reducción de la población en edad escolar, así como una nueva configuración de los hogares capitalinos con la reducción del número de personas por hogar y el incremento de los hogares unipersonales que han pasado de 11.5% (2011) a 14.5% (2014). La ciudad recoge de esta diversidad, diferentes manifestaciones culturales regionales que se expresan en músicas de fusión, gastronomía, danzas y formas de creación contemporánea independientes y en constante renovación. De manera paralela, Bogotá cuenta con una amplia oferta cultural: 58 museos, 62 galerías de arte, 45 salas de teatro, uno de los mejores planetarios de la región y 28 iglesias de interés turístico, además de una Red Distrital de Bibliotecas (Bibliored) y centros de formación como los CLAN. Desde el punto de vista territorial, la diversidad se expresa en el reconocimiento de 36 sectores de interés cultural, 6.400 bienes de interés cultural y 15 prácticas intangibles declaradas (censo 2007) que representan la memoria de los diferentes momentos de la ciudad.

5.Gobierno de la ciudad La ciudad de Bogotá ha hecho esfuerzos por consolidar condiciones de gobernabilidad y gobernanza con relativos avances. Como punto de partida, han sido los esfuerzos por descentralizar en 20 localidades funciones de la ciudad, desconcentrar funciones de entidades centrales buscando aumentar la cconfianza, así como acercar la Administración a los ciudadanos con ejercicios emblemáticos y reconocidos como los Encuentros Ciudadanos. A pesar de estos esfuerzos, de acuerdo con la Encuesta Bienal de Culturas 2013, el porcentaje de ciudadanos que reporta tener confianza en la representatividad, ha disminuido en relación con el año 2011, pasando de 27.03% a 22.33%. Solo el 17.2% de los bogotanos de

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10 años y más, participa en algún tipo de organización, y de este número el 67,6% lo hace en organizaciones religiosas mientras que el 12.2% en organizaciones de tipo cultural o deportivo. Igualmente se presenta una disminución en la participación electoral: se reporta que 6 de cada 10 bogotanos no confía en la gente, y solo 2 de cada 10 bogotanos confía en el gobierno nacional y en la administración distrital. Contrasta con avances que desde la administración de la ciudad arrojan resultados significativos: Bogotá ha dado pasos importantes relacionados con la protección de la vida y la construcción de paz durante los últimos quince años: ha logrado una disminución de las tasas de homicidios (de 1.649 en 2009 a 1.355 en 2014, siendo los años 2012 y 2013 los de menores muertes al año). El 38% de éstas se relacionan con venganzas y ajustes de cuentas asociadas a estructuras de criminalidad y narcotráfico entre otros, mientras que la segunda y cuarta causas se asocian a riñas y violencia intrafamiliar (un 37%), relacionadas con temas de convivencia ciudadana y familiar. Por otra parte, Bogotá, se encuentra en una situación fiscal saludable, ya que ha mejorado el recaudo de impuestos y ha ampliado su base de contribuyentes reportando un crecimiento de los ingresos corrientes, los cuales, para la vigencia 2014 representaron $6.77 billones de pesos.

6.Contexto nacional Del 25 al 27 de septiembre próximos, las Naciones Unidas sancionarán los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) basados en los 8 Objetivos del Milenio de 2000 para luchar contra la pobreza. En el marco de los nuevos ODS, las recientes discusiones en el escenario internacional, señalamos tres ámbitos de intensa polémica donde la cultura juega un papel central a pesar de no estar explícitamente citada sino en algunos subcapítulos relacionados con el patrimonio, la educación en artes y el turismo. El primero es la valoración del desafío ambiental, el segundo es la equidad de género, con énfasis en la dimensión laboral y los avances en autonomía femenina, y el tercero, la existencia o no de una

sincera asociación planetaria para el desarrollo sostenible, todos ellos en medio de las incertidumbres del marco económico mundial. La noción de desarrollo ha entrado en cuestionamiento mediante la crítica a la noción de crecimiento económico. Además, otras aproximaciones a los valores que deben guiar a la humanidad han sido propuestas. En 2010 surge desde Bolivia la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra que busca ser oficializada por las Nacionales Unidas. Esta carta promueve los derechos a la vida, a la regeneración, a la no mercantilización y a la interculturalidad. Por su parte, la Unesco promueve el seguimiento a las Declaraciones de los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007), a la de la Diversidad Cultural (2005), que Colombia solo suscribió en 2010, y a la promoción de la cultura como cuarto pilar del desarrollo. El documento Cultura 21: Acciones de las Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, CGLU, sancionado en Bilbao en este año, introducen la cultura como acelerador de la responsabilidad ambiental. Cabe resaltar que la campaña mundial por la inclusión de la cultura en los ODS El futuro que queremos incluye la cultura, no logró su objetivo.

7.Contexto internacional En el ámbito Nacional, la Constitución del 91 marca las pautas generales del país en materia cultural, a partir del reconocimiento de la pluralidad y multiculturalidad de los habitantes y del territorio, y desde allí se propone por primera vez el diálogo de los saberes culturales presentes en el territorio nacional, asumiendo la perspectiva de la cultura como derecho. Actualmente hay una demanda de reorganizar los fundamentos, siendo necesario discutirlos. Próximos a cumplir dos décadas de la institucionalidad del sector a nivel nacional, resaltamos la estabilidad que el Ministerio de Cultura ha encontrado, los desarrollos normativos en materia de patrimonio, bibliotecas, diversidad etnolingüística, artes escéncias, cinematografía y gastronomía, así como la consolidación de los planes nacionales de lectura y bibliotecas, de música y danza. Se destaca también el desarrollo

de las políticas de industrias culturales y la construcción de algunos planes decenales de cultura por parte de distritos y departamentos, entre los cuales los de Bogotá, Medellín y el Departamento de Antioquia son ejemplares. Mencionemos la importancia de la perspectiva Regional que debe impactar el trabajo cultural. Bogotá hace parte de la Región Centro con los departamentos de Cundinamarca, Tolima, Meta y Boyacá. Será importante lograr trabajo en red y cooperación con nuestros vecinos.

8.Contexto local Bogotá cuenta con una estructura descentralizada que configurada en veinte Localidades ha intentado acercar la Administración a los ciudadanos, desconcentrando la ejecución de recursos y promoviendo procesos de participación y planeación. La ciudad enfrenta debates sobre los niveles de autonomía, eficacia y eficiencia del modelo y competencias; sin embargo, la conformación de consejos sectoriales, los procesos de planificación participativa como los Encuentros Ciudadanos y la formulación de Planes de Desarrollo Locales han generado una cultura que hace parte de la institucionalidad distrital. Las localidades entendidas como territorios construidos de forma social e histórica, han contribuido al reconocimiento de nuevas ciudadanías, formas de expresión y a la configuración de territorialidades con identidad propia, siendo esto fortaleza de la ciudad. Desde el sector cultural, la continuidad de la Encuesta Bienal de Culturas, -cuyas muestras dan cuenta de la cultura por localidad, la formulación en 2011 de los Planes Decenales Locales de Cultura, la actividad de los Consejos Locales de Cultura, el fortalecimiento de la gestión cultural local de la Secretaría como la nueva presencia de servicios del IDARTES y la OFB-, contribuyen a avanzar en un mayor reconocimiento de las particularidades locales, sus prácticas culturales y aspiraciones de sus pobladores. Así mismo, los Convenios Plan y el Premio a la Gestión Cultural Admirable, buscan establecer acuerdos de subsidiariedad, complementariedad y concurrencia entre el nivel central y local

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balance de las Políticas Culturales >>> Introducción Bajo la coyuntura del nuevo contexto de ciudad, el ciclo del período de las políticas culturales 2004-2016 y el escenario de la construcción de la paz y el posconflicto en Colombia, se hace necesario repensar los temas y problemas de la política cultural en el Distrito Capital, sobre la base de un balance de lo formulado y lo realizado que de cuenta de aquellos elementos de convergencia y divergencia, de los avances, logros, dificultades y retos del sector. De igual manera, revisar e incorporar las múltiples señales de cambio en el tejido de lo “Glo-local”, detectadas por diversos instrumentos de medición de la ciudad y el país con relación a la cultura. Una de ellas, que quizá, resume de manera evidente fuertes cambios en los derroteros y expectativas de los ciudadanos en

Bogotá, está asociada con una fractura importante entre los resultados de la acción pública y la percepción ciudadana frente a esa misma información. En casi todos los indicadores culturales y de ciudad, incluyendo los asociados al consumo, los datos muestran mayores coberturas en la oferta de bienes y servicios con intervención pública, que contrastan con indicadores que revelan mayores niveles de insatisfacción con estas ofertas, sobre todo en poblaciones vulnerables donde se ha buscado dirigir nuevas inversiones (Cómo Vamos, 2014). Así, por ejemplo, los indicadores de discriminación socioespacial en Bogotá muestran avances importantes derivados de la inversión pública en las infraestructuras urbanas (SDP, 2014). Si bien la percepción de discriminación (EMB, 2015) hacia otros conciudadanos ha aumentado en casi todos los indicadores (origen étnico, orientación

sexual, género, identidad grupal, musical, etc.), las declaraciones de discriminación directa se han reducido drásticamente durante los últimos años (23,3% en 2011 al 14,5% en 2013. EBC, 2013). Una explicación plausible es que Bogotá ha sido una de las ciudades de Latinoamérica que comparativamente ha reducido más dramáticamente todos sus indicadores de pobreza en el último cuatrienio, particularmente a nivel multidimensional, pues pasaron de 11.9% en 2011 a 5.4% en 2014 (DANE, 2015). Esto sin duda tiene implicaciones en la transformación de los patrones y niveles de consumo de los ciudadanos, los estándares de calidad de vida deseados y exigidos y el tipo de intervención pública que se espera y se requiere. En el ámbito cultural, está por estudiar cuáles son esas implicaciones frente a las estrategias convencionales de política pública cultural. Hoy sabemos, por ejemplo, que el mayor acceso a las TIC de los bogotanos en los últimos 5 años (EMB, 2015) han puesto

Instrumentos de Política Cultural en bogotá Agenda 21 Plan Decenal Nueva Política Cultura l

2004

2012

2015

2016

2021

2026

Plan Estratégico Sectoria l Plan de Desarrollo Bogotá Humana Política Cultura l 2004 - 2016

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en juicio muchas de las ofertas y prácticas culturales convencionales de carácter presencial (Cómo Vamos, 2014). Mayor voluntad de expresión y conciencia del derecho cultural, pueden reflejarse también en estos datos de percepción.

Política Cultural 2004 - 2016 Campo Cultural, artístico y del patrimonio

Sectores Sociales Profesionales Pueblos Dimensiones formación Investigación Creación Circulación Apropiación

Análisis de consistencia Durante los últimos diez años, el sector cultura en Bogotá formuló un conjunto de instrumentos de política pública cultural y de planificación sectorial con disímiles pretensiones, alcances y tiempos de ejecución, a través de los cuales se han planteado estrategias para estructurar el quehacer institucional. Entre tales documentos, el de Políticas culturales 2004-2016 es quizá el que comporta mayor relevancia, pues ha sido el documento rector del accionar del distrito al introducir la categoría de campo que posibilita comprender y estructurar el sector, así como reconocer la cultura y lo cultural como parte de las prácticas sociales. Esto le ha valido un lugar especial como referente para pensar la cultura y lo cultural en Bogotá. De igual manera, se han formulado otros instrumentos, más concretamente de planeación en el sector, como el PLAMEC, que es la norma distrital para los equipamientos culturales y se estructura desde un énfasis territorial: el plan DICE 2012-2017 como lineamiento para la inclusión y el fomento a la cultura escrita; el Plan Decenal de Cultura 2012-2021, cuya estructura corresponde a la ampliación y actualización de las Políticas Culturales y, por último, el Plan Estratégico Sectorial, cuyo propósito es la estructuración del sector en el marco de la administración de la Bogotá Humana. En este decenio, uno de los elementos de convergencia que comparte la política cultural en Bogotá como política de Estado, es la garantía de los derechos culturales. Este es uno de esos temas centrales, donde la cultura, como sustrato de la vida social, como práctica comunitaria, como práctica artística, como expresión y patrimonio, ha sido considerada principalmente como un derecho fundamental. Bogotá Humana ha complementado lo anterior, integrando el concepto de las libertades.

Instancias Públicas Privadas

Espacios de concentración Consejo Distrital de Cultura Consejo Locales de Cultura Consejo de áreas Artísticas Comité Sectorial de Cultura, Recreación y Deporte

Procesos organización Planeación fomento Información

Actividades Culturales

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Otras temas en los cuales es posible establecer cohesión, son, entre otros, el eje legislativo y regulatorio, como tema transversal, que ha pretendido la búsqueda de garantías jurídicas a las acciones propuestas y la creación de ámbitos de intervención y reglas de juego. La participación como eje de intervención, es incorporado como principio y como un elemento central para la gestión democrática de la cultura, siendo considerado como un propósito de acción, plasmado en los objetivos, acciones y estrategias de los diferentes documentos. El eje organizacional, alinea los documen-

tos en la garantía de espacios, instancias y ámbitos para posibilitar el diálogo entre los agentes del campo. A nivel endógeno, se relaciona con el fortalecimiento institucional y el desarrollo de las condiciones para la gestión participativa, y a nivel exógeno, con la premisa de la asociatividad y formalización de grupos culturales que propende por la articulación del sector. El eje de información y comunicación, al que se le asigna la función de mediación es puente y acción necesaria para la interacción e interlocución entre la ciudadanía y el Estado y de igual manera, una de las con-

diciones fundamentales de la investigación, la actualización del sector, la formación de públicos, y la apropiación social de las manifestaciones, prácticas y productos del campo. Por su parte, el eje de formación, se instala como una de las condiciones de permanencia, mantenimiento, transformación y apropiación de las prácticas culturales, los oficios y productos propios de las artes y del patrimonio en todas sus manifestaciones, y por último, el territorio, seconsidera como una construcción social en el que se desarrollan y despliegan las acciones tanto de la administración como las

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prácticas de los actores. Está directamente relacionado con la infraestructura cultural, los equipamientos, escenarios y paisajes en los que tiene lugar la cultura, las prácticas artísticas y los bienes patrimoniales materiales e inmateriales. Una de las divergencias más notorias entre los documentos de política cultural tiene que ver con los aspectos formales de clasificación que utilizan, asociadas a su intención de uso. Puede afirmarse que si bien los documentos tienen cierto grado de alineación de acuerdo con las Políticas Culturales, son radicalmente diferentes unos de otros, ya que obedecen a lógicas y necesidades de formulación distintas. La principal distinción, es la jerarquía existen-

te entre los documentos y su orientación en términos administrativos para el sector. En términos de implementación, estos documentos han tenido un arraigo importante en el desarrollo de los proyectos de inversión del sector. A nivel distrital, se tiene evidencia que 96% de los proyectos de la Bogotá Humana incorporan lineamientos y temáticas tanto de las Políticas Culturales como del Plan Decenal. De ellos, aunque de manera no exclusiva, el 22% se asocian al eje legislativo; el 81% al organizacional; el 71% al de comunicación e información y el 14% de manera exclusiva a los procesos culturales artísticos y del patrimonio. En el ámbito local, se encontró evidencia sobre los campos y dimensiones mayoritariamente abordados. En relación con el Plan Bogotá

Humana desplegado en las 20 localidades, en el subcampo de las artes, las dimensiones con mayor frecuencia fueron la circulación con un 40.78 %, seguida de formación con un 24.77 %. En las prácticas culturales, la principal dimensión de los proyectos es el agenciamiento en un 77.31 %. De otro lado, en lo referente al Plan Decenal Local, se encontró que la dimensión de la circulación ha sido la más abordada en los proyectos, representada en un 33.79%, seguida de formación con un 19.44%. Los elementos de balance analizados en este aparte constituyen un aporte inicial de un trabajo más extenso y completo que adelanta el sector y que pretende culminar al finalizar el año 2015, con los insumos generados a partir de los talleres participativos.

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Análisis de indicadores de cultura Estos niveles de implementación de la política cultural, con expresión directa en los planes de desarrollo de la ciudad, sin duda proponen una revisión más exhaustiva y rigurosa de sus impactos en la explicación del cambio positivo que han tenido muchos de los indicadores de ciudad asociados al desempeño sectorial. La proyección de Bogotá como un territorio cultural, en donde toda persona pueda sentirse acogida, reconocida e incluida culturalmente, tal como fuera planteado en el Plan Decenal, ha logrado en los últimos años varias perspectivas de afianzamiento. El mejoramiento de algunos de los indicadores de contraste, como los de discriminación, tolerancia y comportamiento ciudadano así lo señalan (EMB, 2014. EBC, 2013). En Bogotá, se han ampliado los niveles de aceptación de los grupos LGBTI, étnicos y la tolerancia hacia prácticas culturales como el grafiti; han mejorado las conductas en pro del medio ambiente y los animales; ha disminuido el maltrato infantil (ICBF 2015), pero no la violencia intrafamiliar y ha decrecido el número de homicidios, con un peso fuerte de muertes imputables a estructuras de la criminalidad. Sin embargo, todo está por hacer. Un análisis detallado de varias mediciones de percepción señalan consistentemente que, por ejemplo, importantes segmentos de la población de Bogotá cercanos al 50% todavía justifica la discriminación étnica, sexual, de género y económica (EBC, 2013). De igual manera, se presentan perspectivas polarizadas sobre temas como la cultura democrática, la cultura política y la tolerancia frente a un eventual post-acuerdo de paz. Así, la ciudadanía muestra una actitud mayoritariamente contraria al perdón de delitos de quienes se desmovilicen del conflicto (57.5%), una defensa parcializada de la democracia como régimen y a sus instituciones (50.3%) y un índice de corresponsabilidad ciudadana inferior al 50%. En materia de oferta de bienes y servicios culturales, los datos muestran contrastes muy fuertes. Al lado de un aumento en las asistencias y prácticas culturales y deportivas de los ciudadanos (ECC – DANE, 2014), una percepción ciudadana que des-

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Comparativo Presupuesto por subcampo 2012-2015

Territorialización de la Inversión 2015 recreación y deporte 55%

cultura 45%

fuente: SdP-SegPlan-entidades

califica de forma creciente temas de oferta como bibliotecas, ciclorutas y parques. De igual manera, se identifican percepciones negativas en aumento sobre condiciones de ciudad en educación pública, derechos humanos, primera infancia e igualdad de oportunidades (EMB, 2014).

Análisis de inversión (temas y campos) e institucionalidad Otro ámbito en que las políticas culturales pueden haber incidido de manera determinante, es en relación con el fortalecimiento de la institucionalidad cultural en Bogotá. En este cuatrienio se han roto todos los hitos presupuestales de los últimos 20 años. El sector, entre 2012 y 2014, no sólo ha consolidado una estrategia presupuestal que le ha permitido triplicar la inversión per cápita para el conjunto de los ciudadanos, sino también descentralizar los recursos e inversiones hacia las localidades duplicando su per cápita. Por subsectores, el campo cultural no ha logrado superar los presupuestos históricos

de recreación y deporte, pero si reducir a casi cero en 2014 la brecha presupuestal que los separaba. En materia de especialización del gasto, el sector ha priorizado las inversiones en infraestructura, formación y oferta cultural. Por subcampo, entre 2012 y 2015, ha priorizado en su orden, el arte y la formación (29%), parques, recreación y deporte (47%) y cultura, patrimonio, bibliotecas y televisión pública. En materia de fortalecimiento institucional, el sector ha logrado consolidar una institucionalidad coherente y bien desarrollada, que tiene como referente central el surgimiento de las entidades adscritas y vinculadas al sector y la determinación del objeto, funciones y estructura de las mismas en el marco de la gestión de las políticas culturales, particularmente, la conversión en 2006 del IDTC en la Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte y de la Corporación la Candelaria en el IDPC, así como la creación del IDARTES en 2010. De igual manera, el fortalecimiento del Sistema Distrital de Arte, Cultura y Patrimonio, como mecanismo central de participación sectorial en la ciudad

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Estos principios orientan éticamente las políticas culturales y son el horizonte que otorga sentido a cada uno de los elementos que las componen. • Igualdad: es de todos y todas ante la ley, como también igualdad de oportunidades e igualdad de hecho en la distribución de los bienes materiales y culturales, el reconocimiento de la diversidad cultural y la participación política. • Autodeterminación: expresa la autoafirmación cultural y la oposición a toda forma de dominación, opresión o discriminación, permitiendo a los individuos dirigir sus planes de vida de acuerdo con sus expectativas y criterios.

Libro al Viento-Archivo fotográfico-IDARTES

PRINCIPIOS >>> • Creación Social: pueblos, comunidades e individuos producen y necesitan comunicar sus experiencias, esperanzas y temores. Muchas iniciativas desde los territorios culturales logran desatar esa riqueza de la creación social. • Interculturalidad: es la manifestación del cuidado de la diversidad cultural y la expresión concreta de la construcción de fines comunes para la convivencia social y con la naturaleza, en un diálogo de saberes. • Lo Público: el escenario social donde se ponen en escena y se tramitan las asimetrías, las desigualdades y las diferencias entre los sectores sociales

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pilar’ del desarrollo sostenible que parece no revisar el rol que el crecimiento económico juega en el consumo desmedido y los valores de ganancia prevalecientes. Finalmente, resaltamos el giro biocéntrico del Plan Bogotá Humana 2012-2016 en dos de sus propuestas: un territorio que enfrenta el cambio climático, ordenado alrededor del agua y la superación de modelos devastadores de ciudad.

Revitalización Parque de los periodistas Archivo fotográfico John Gaitán-SCRD

3. La construcción cultural del territorio

Desde la década del noventa, se plantea la necesidad de integrar el concepto de paisaje buscando nuevas formas de gestión que no separen los recursos naturales de los culturales, ni los usos históricos de los actuales. Un primer paso para romper la tendencia de una asignación periférica al territorio en las políticas culturales fue dado por el Plan Maestro de Equipamientos Culturales, (PLAMEC), le siguió el Plan Decenal 2011-2021, donde se introduce la necesidad del enfoque territorial como constitutivo de toda política cultural. La Agenda 21 del CGLU instaura el territorio como un valor fundamental de las ciudades sostenibles, y la responsabilidad de gobiernos locales en garantizar la equidad territorial, que entendemos como superación de la segregación socioespacial. El carácter del territorio es el de recurso, bien público, legado y cultura. Su valor es ecológico, funcional, patrimonial, científico y educativo. El territorio como construcción cultural se entiende como soporte, sustento y un factor fundamental en la construcción de identidades en sus flujos, apropiaciones simbólicas y transformaciones de los lugares.

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Para afrontar plenamente los nuevos retos ambientales y culturales que presenta la continua expansión de la ciudad, la necesidad de cuidar las fuentes hídricas, atender y reconocer a las comunidades étnicas de diversa índole, necesitamos trascender la visión del territorio desde los aspectos procedimentales y administrativos y la reducción de lo territorial a lo físico. El avance que ha tenido la ocupación espacial de los territorios en las ciudades del mundo ha impulsado la necesidad de discutir y analizar de forma integral la visión de territorio y el paisaje, y la afectación de su ocupación por parte de los habitantes y la gestión del mismo. En ese orden de ideas, conceptos tales, como: patrimonio, paisaje, arte y cultura cobran un sentido fundamental en la planeación y desarrollo de las ciudades que buscan su sostenibilidad, el incremento de la calidad de vida de sus habitantes, el aumento del turismo y el fortalecimiento de las diversas prácticas identitarias de las personas con el territorio, entre otros factores.

4. La cultura democrática

Taller formación musical - Archivo fotográfico John Gaitán- SCRD

Cuando hablamos de cultura democrática, identificamos tres momentos: la cultura democrática como democracia cultural, la cultura democrática como apuesta que trasciende los planteamientos de la cultura ciudadana y las críticas a los modelos democráticos tradicionales. El primero se ancla —desde las Políticas Culturales 2004-2016— en las relaciones que tiene la cultura con la democracia, el desarrollo y la economía: sin democracia cultural no puede orientarse un adecuado desarrollo ni una economía con sentido humano. El concepto de democracia cultural, representa el cambio de una noción de cultura sustanti-

va y como recurso a una noción intrínseca de todo ser. La democracia cultural expandida supone ir más allá del enfoque de derechos culturales, con el fin de explorar la potencia de lo sensible (creatividad en un plano crítico y propositivo) que permite reconfigurar las maneras de percibir y expresar lo común y lo singular en la ciudad. El estado puede crear mejores condiciones de diálogo entre los ciudadanos para propiciar a través de diversas prácticas artísticas, formas inéditas de interacción en las diferencias. Desde el Plan Decenal 2013-2021 se entiende como la generación de condiciones para que la ciudadanía pueda expresar libre y autónomamente sus saberes, tradiciones, creaciones e innovaciones. En el segundo, la cultura democrática que cuestiona el enfoque comportamental de la cultura ciudadana cuyos pilares son: enfoque de capacidades; la reivindicación de unas relaciones críticas, dialógicas, solidarias, imaginativas, creativas del reconocimiento de las diferencias y diversidades que incluye el trato a la naturaleza; siendo su finalidad intensificar las libertades, los derechos, la igualdad, el sentido de lo público y la convivencia. Así, reconocemos una conexión fundamental entre la cultura democrática y una cultura de paz. Finalmente, la cultura democrática desemboca en una reflexión alrededor del sistema democrático. Actualmente, limitar la cultura democrática a participación en sentido amplio, equilibrio de poderes o distribución equitativa de valores y recursos, se convierte en una perspectiva conceptual limitada. Por esto, se plantea la importancia de nuevas formas de hacer democracia que surgen de prácticas culturales y artísticas, y apropiaciones ciudadanas de lo público.

5. Creación, memoria y cuerpo como conocimiento Las Políticas Culturales Distritales 20042016 ubican la interculturalidad y la creatividad como principios éticos que deben constituir horizontes de las políticas públicas urbanas. Hoy es necesario profundizar el enfoque de lo artístico y lo cultural, en general, como experiencia, y por lo tanto, como modo de crear el mundo, de construir sentido y de ser del pensamiento. La heren-

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6. Sostenibilidad de lo cultural Concierto OFB - Archivo fotográfico - Kike Barona

Clan IDARTES - Archivo fotográfico-SCRD

cia moderna terminó por sobredimensionar la teoría y empobrecer la experiencia. Consumimos categorías, clasificaciones, pero anestesiamos la experiencia. Una exagerada sobrevaloración de certezas, absolutos, verdades cerradas, va paralela al desconocimiento de algo fundamental en las prácticas culturales como es la valoración de la incertidumbre y lo desconocido, aspectos intrínsecamente ligados a asumir la vida como experiencia. La experiencia es el lugar de la infancia, el tiempo nuevo, el riesgo, la fiesta de la metamorfosis, el cambio del curso de las cosas. Ella afirma el cuerpo, los sentidos y las sensaciones en una dimensión tan reflexiva como pre-reflexiva, encarnada, que afirma la profundidad de la piel y de un contacto singular. Al poner en juego lo corporal, singulariza la relación con el mundo y evita las generalidades no experimentadas. La experiencia produce tanto la singularidad como la intensidad de lo real, es la construcción simultánea del sujeto y del mundo. A veces es más potente el sentimiento de la injusticia que el concepto de la justicia. La experiencia o la memoria generan una afección que puede movilizar un compromiso más vinculante que un discurso. En este sentido, Bogotá, como una confluencia dinámica de territorios, conocimientos y cuerpos que se modulan de forma diversa y se relacionan de maneras singulares, implica una cierta política. Afirmar que la diversidad de saberes es una de las condiciones de nuestra convivencia  plantea la necesidad de ampliar el espectro de visibilidad de quienes cuentan y quienes no como sujetos políticos. Es por ello relevante preguntarnos ¿Por qué tipo de conocimiento/comprensión queremos/ necesitamos producir y transmitir, qué métodos/teorías son relevantes para el conocimiento/comprensión y que queremos/necesitamos producir y trasmitir?

Abordar la formación cultural como las culturas escritas desde una geopolítica del conocimiento, invita a considerar transformaciones epistémicas que son también éticas y políticas. La relevancia de la memoria en una época que tiende a empobrecer los mecanismos sociales y culturales para su creación y preservación es cada día más urgente. Actualmente no basta con visibilizar su existencia, se necesitan discursos y prácticas sobre su valoración. No existe ninguna acción social que no tenga relaciones con la memoria: la amistad, el amor, el juego, la empatía, el cuidado, la familias, las relaciones políticas, la creación artística, etc.; están tejidas y entrecruzadas por nexos con la memoria.

Las políticas culturales a nivel mundial debaten constantemente sobre la generación de las condiciones económicas, financieras y de sostenibilidad que permitan el desarrollo y florecimiento de las prácticas asociadas a la cultura, el arte y la memoria. En las Políticas Culturales Distritales 2004-2016 se plantea la sostenibilidad como principio, lo que nos obliga a preguntar por su lugar en las políticas culturales posteriores. Adoptamos el concepto para tratar el tema de la producción cultural más allá de una economía mercantil, pero es cierto que no toda economía lo es. La gestión comunitaria, es también un modo de economía. Reivindicar la sostenibilidad como elemento del campo cultural, nos lleva a enfrentarnos con un horizonte de debates y tensiones que no tienen todavía una solución clara. Identificamos debates teóricos respecto a la definición misma de desarro-

llo sostenible y su relación con lo cultural, en referencia a saberes ancestrales como el sumak kawsay, el buen vivir y las alternativas al desarrollo, así como las relaciones entre cultura y economía, colindante con el debate ya planteado a Agenda 21 sobre el rol de la cultura como cuarto pilar del desarrollo. Los debates ‘prácticos’ giran alrededor de: la efectiva articulación las políticas públicas locales entre lo económico, lo social, lo ecológico y lo cultural; la definición sobre los bienes y servicios culturales y lineamientos para su priorización en términos de inversión y en cómo la inversión en cultura se traduce en una mejora de la calidad de vida y bienestar de la población (por ejemplo, el planteamiento de un mínimo vital cultural).

7. Comunicaciones y mundo digital El debate sobre las comunicaciones y el mundo digital se mueve en varios frentes. Por un lado, aborda el acceso a plataformas tecnológicas, alfabetización, y la consolidación de sistemas de información. Por otro, excede la acción estatal y lo considera como un fenómeno social que transforma la vida en común y las prácticas culturales y artísticas. Tanto las Políticas Culturales Distritales 2004-2016 como el Plan Decenal Bogotá 2012-2021 muestran un fuerte interés en los procesos de comunicación. El primero plantea un “eje comunicacional y de la información” , el segundo la “comunicación e información para el conocimiento” como eje transversal. Debemos preguntarnos en qué medida estos planteamientos corren al ritmo de los nuevos medios y de las dinámicas que generan en términos de prácticas culturales y artísticas. Como fenómeno social amplio, resaltamos que los medios digitales, sirven como plataforma de comunicación para actores culturales y artísticos y transforman las formas de asociación, trabajo, producción y difusión de la creación. Enfrentamos nuevos retos en estas dimensiones y se problematizan asuntos como las leyes de derechos de autor, entre otros. Finalmente, la concentración de la propiedad de los medios de información y las grandes ‘brechas

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tecnológicas’ que son a su vez brechas sociales, preocupan a unas políticas culturales movidas por las ideas de justicia, igualdad y democracia.

jazz al parque - Archivo fotográfico - OFB

8. Gobierno de la cultura

El gobierno de la cultura, al ser un asunto transversal a la organización y funcionamiento del sector, es inicialmente pensado como un ámbito que atraviesa todos los demás. Se refiere también a las nuevas formas de concebir lo público (como sector), sus relaciones con lo común (como lo compartido) y los cuestionamientos que plantean los actores culturales y artísticos a sus concepciones tradicionales. Las Políticas Culturales Distritales 20042016 conciben el gobierno de la cultura íntimamente relacionado con la existencia del Sistema Nacional y el Sistema Distrital de Cultura. En esta arquitectura del gobierno de la cultura son importantes para las Políticas Distritales, los principios de participación, concertación, articulación, descentralización y lo público. En el debate contemporáneo son cada vez más frecuentes las invocaciones a las nociones de espacio público, esfera pública, dimensión o vida pública. Esto, simultáneo a la homologación de lo público como lo Estatal. Las relaciones entre lo público y lo común, hacen visible la necesidad de re-pensar hasta qué punto un exceso de énfasis en lo público puede derivar en un Estado intervencionista. Paralelamente, plantear una distinción tajante entre lo público y lo común exime de responsabilidad al Estado en términos de inversión, regulación y sostenimiento de un sector cuyas acciones apelan generalmente a transformaciones sociales, a la vida social, a la esfera pública y las formas de ejercicio de palabra y de participación

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objetivo >>> La construcción de una cultura de paz Los ámbitos señalados lejos de ser compartimentos estancos se traslapan, se complementan, se requieren mutuamente y se amalgaman conformando una manera de asumir lo cultural, que responde de manera no instrumentalista a la construcción de la paz que necesita nuestro país. Afirmamos que el trabajo del sector cultural es fundamental para lograr la superación del conflicto violento y proponemos que se discuta si este será el objetivo que guíe las políticas culturales distritales en los próximos diez años, aun si lo cultural es una de las variables de los índices que miden avances que aportan a la paz. Concebimos la cultura de paz como aquellas formas de vida urbanas que potencian la creación, promueven la participación colectiva, cuidan las diversidades, problematizan las identidades, potencian las subjetividades, atienden la corporeidad, las emociones y la naturaleza, posibilitando el disenso, la conflictividad, la convivencia y el sentido de lo público, como también el cuestionamiento de los imaginarios de paz y democracia. La cultura de paz es una lógica de acción, de relación y de crítica que permite reconstruir los lazos sociales deteriorados a través del tiempo y propender por sociedades más inclusivas y equitativas. Así, pensar en la cultura de paz como objetivo general de las políticas culturales implica entender que es algo que se construye y se consolida a través del tiempo, sin reducirse a exigencias coyunturales específicas. La cultura de paz adquirió una especial relevancia en 1998, cuando la ONU declaró el periodo 2001-2010, como el “Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia contra los niños del mundo”, y luego el 2000 como el “Año Internacional de la Cultura de la Paz”. En estos textos, la dimensión cultural de la paz responde a ciertos valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida que rechazan la violencia. Sin embargo, en estas formulaciones hay una ausencia de una teoría compleja de la conflictividad humana: la relación con los conflictos se en-

tiende como prevención de causas, excluyendo una transformación democrática de los conflictos. En nuestro momento y contexto históricos, nos vemos abocados a pensar nuevamente las relaciones entre cultura y violencia. Cuestionamos la identidad entre ‘cultura’ y ‘paz’ ante la evidencia de expresiones culturales violentas. Reconocemos también la necesidad de no igualar los conflictos a las formas de violencia. Estos dos supuestos nos llevan asumir que hay que abolir el conflicto para ser culturales, que hay que silenciar la violencia y el conflicto en nombre de la tolerancia. El horizonte de la cultura de paz reconoce una tipología de las diversas formas de violencia y la posibilidad de albergar formas culturales de su mitigación. El reconocimiento de la complejidad de las relaciones humanas y las sociedades esencialmente diversas nos obliga a pensar la cultura de paz en conexión fundamental con la cultura democrática. Son formas interdependientes de abordar la conflictividad constitutiva de la vida social: no es posible fortalecer la democracia sin la consolidación de una cultura de paz. La cultura democrática es condición y posibilidad para una cultura de paz. Más cultura de paz exige profundizar la cultura democrática; más cultura democrática potencia la cultura de paz

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Intervención artística Beso del Bronx - Archivo fotográfico- IDARTES

>>> Bibliografía Documentos institucionales Todos los documentos institucionales de políticas distritales y planes a los que se hace referencia pueden encontrarse en la página del Sistema de Información Cultura, Recreación y Deporte (Siscred): http://sispru.scrd.gov.co/siscred/ Políticas Culturales Distritales 2004-2016. Plan Maestro de Equipamientos Culturales (Plamec), 2006. Política Pública de Deporte, Recreación y Actividad Física para Bogotá 2009-2019. Plan Decenal de Cultura 2011-2021. Plan Distrital de Inclusión en la Cultura Escrita (Dice), 2011. Plan Estratégico Sectorial de Cultura, Recreación y Deporte para la Ciudad de Bogotá D.C. 2012–2016.

Referencias temáticas Estas referencias han servido de inspiración conceptual en la construcción de los ámbitos de la política. Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra (2012). Disponible en: http:// rio20.net/propuestas/declaracion-universalde-los-derechos-de-la-madre-tierra/. Escobar, Arturo. Más allá del Tercer Mundo. Globalización y diferencia. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2005. Guerrero, Arturo. Las huellas de las hormigas. Políticas culturales en América Latina. Bogotá: Convenio Andrés Bello, 2010. Harvey, David. Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo. Quito: Editorial IAEN, 2014. Jacques, Rancière. Sobre políticas estéticas. Barcelona: Museo d’ArtContemporani de Barcelona, 2005. Nussbaum, Martha. Las fronteras de la justicia. Barcelona: Paidós, 2007. Ochoa, Ana María. Entre los deseos y los derechos. Un ensayo crítico sobre Políticas Culturales. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2003. Simbaña, Floresmilo. “El sumak kawsay como proyecto político”, en Más allá del desarrollo. Quito: Fundación Rosa Luxembourg, 2011. Zuleta, Estanislao.  “Sobre la guerra” en: Elogio de la dificultad y otros ensayos. Cali: Fundación Estanislao Zuleta, 2001.

Impresión: Buenos & Creativos SAS. Impreso en Colombia - 2015

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agenda de foros locales de política sectoriales >>> La construcción de una cultura de paz y vida FOROS LOCALES DE POLÍTICAS CULTURALES 2016 - 2021

Usme

Alcaldía Local

Ciudad Bolívar

Fontibón Casa de la cultura

02 de Octubre

10 de Octubre

Kennedy

Engativá JAC Villa Amalia

16 de Octubre

03 de Octubre

Tunjuelito

Biblioteca El Tintal (Avenida Ciudad De Cali # 6 C – 09) Hora: 2:00 p.m. a 5:00 p.m.

02 de Octubre

Bosa Casa de la Justicia (Carrera 81 D Nº 59 A - 59 SUR) Hora:9:00 a.m. a 12: 30 m.

(Calle 48B Sur #21-13 ) Hora: 2:00 p.m. a 5:00 p.m.

09 de Octubre

03 de Octubre

(Calle 12 F Nº 3- 22) Hora: 3:00 p.m. a 5:30 pm..

Biblioteca Gabriel Garcia Marquez

(Calle 17 A N° 99 – 53) Hora: 2:00 p.m. a 5:00 p.m.

(Carrera 38 Nº 59 B - 43 SUR) Hora: 2:00 p.m. a 5:00 p.m.

19 de Septiembre

Casa Concordia

(Calle 10 A N° 38 a -25 sur) Hora:9:00 a.m. a 12: 30 m.

26 de Septiembre

Casa de la cultura

(Cr 8 H Nº 172 – 20) Hora: 2:00 p.m. a 5:00 p.m.

La Candelaria

Casa Museo Antonio Nariño

( Transversal 21ª Nº 19-54 sur) Hora: 2:00 p.m. a 5:00 p.m.

26 de Septiembre

25 de Septiembre

Puente Aranda

Biblioteca Carlos E Restrepo

(Carrera 92 Nº 146C-24) Hora: 9:00 a.m. a 12: 30 m.

Usaquén Universidad San Buenaventura

18 de Septiembre

18 de Septiembre

Los Mártires y Antonio Nariño

Suba Biblioteca Francisco Jose de Caldas

Chapinero Alcaldía Local (Auditorio Cr 13 Nº 54 – 78. Piso 3) Hora: 9:00 a.m. a 12:30 m.

(Tv. 59a #63) Hora: 2:00 p.m. a 5:00 p.m.

05 de Septiembre

Santa Fe (Cl. 24 Nº 4 A – 16) Hora: 3:00 p.m. a 6:00 p.m.

Biblioteca Virgilio Barco

(Auditorio Calle 32 Nº 23 - 62 SUR) Hora: 4:30 p.m. a 7:00 p.m.

05 de Septiembre

Casa Teatrova

Barrios Unidos y Teusaquillo

Rafael Uribe Uribe

PAS de Usme (Avenida Calle 91 SUR Nº 3 C - 34 ESTE) Hora: 10:00 a.m. a 1:00 p.m.

(Calle 72 Nº 110 – 13) Hora: 9:00 a.m. a 12:30 m.

17 de Octubre

San Cristóbal

Sumapaz

PAS la Victoria

Parcela Cultural

(Diagonal 37 sur Nº 02 - 00 Este) Hora: 2:00 a.m. a 5:00 p.m.

(Betania) Hora: Disposición todo el día

17 de Octubre

18 de Octubre

Diplomado de gestión cultural

Escuela Virtual de Multiplicadores de cultura

La Secretaría Distrital de Cultura Recreación y Deporte y el Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario, impartirán en septiembre un diplomado virtual y presencial dirigido a 385 agentes culturales del Sistema Distrital de Arte, Cultura y Patrimonio, en temas de Gestión Cultural, Planeación Participativa de la Cultura, formulación e implementación de proyectos y emprendimiento cultural. La duración del diplomado es de 110 horas virtuales y de 12 horas presenciales.

“Multiplicadores de Cultura para la Vida”, es el proceso de formación que propicia espacios de reflexión y apropiación sobre el sentido de lo público, a partir del reconocimiento del otro, de su dignidad humana y de su relación de corresponsabilidad con la ciudad, a la luz del respeto y la garantía de los derechos humanos. La escuela funciona a través de talleres de carácter presencial y acompañamiento a la formulación de iniciativas ciudadanas y de forma virtual, por medio de un curso e-learning.

Construcción de agendas locales en deporte, recreación y actividad física Este proceso formativo  se llevará a cabo entre octubre y diciembre de 2015. Su objetivo es construir las agendas locales en  deporte, recreación y actividad física, educación física y equipamientos deportivos y recreativos, a través de la formación participativa desde un enfoque territorial,  poblacional y diferencial. Se trata de un proceso de concertación con diferentes agentes en las 20 localidades, a través de la territorialización de la Política Pública en el marco del Sistema Distrital de Participación en Deporte, Recreación y Actividad Física.

Mayores informes > www.culturarecreacionydeporte.gov.co 16

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