Aunque no lo veamos, Fernando Samalea siempre está

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Espectáculos

Página 2/Sección 4/LA NACION

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Martes 20 de enero de 2009

MUSICA POPULAR Discografía animal: el músico que grabó con todos

Andrés Calamaro

Fricción

Charly García

Willy Crook

En 1985 registró su primera grabación profesional en el disco Vida cruel, el segundo álbum de Calamaro.

Fue parte del grupo desde su formación y grabó el debut, Consumación o consumo (1986).

Grabó en todos los discos de Charly desde 1987 hasta 1998 y el último año lo acompañó en el estudio de “Palito”.

En 1995 también participó de Big Bombo Mamma, el debut solista del ex Redondos y ex Abuelos de la Nada.

Illya Kuryaki & the Valderramas Formó parte de la banda de Dante y Emmanuel y grabó en su mejor obra, Chaco (1995).

Joaquín Sabina

Daniel Melingo

Gustavo Cerati

No lo soporto

Samalea

En 1999 se puso a las órdenes del español para grabar el exitoso disco 19 días y 500 noches.

Otro prócer del rock argentino de los años 80 lo convocó para grabar su disco de tangos Ufa, en 2000.

Amigos desde muy jóvenes, se reencontró con el ex Soda Stereo para la grabación de Ahí vamos, en 2006.

El trío femenino que fue revelación en los últimos años contó también con su batería en Avión (2008).

Primicia (2008) es su décimo álbum solista y contó con la participación de Cerati y Tony Levin, entre otros.

Aunque no lo veamos, Fernando Samalea siempre está Continuación de la Pág. 1, Col. 6 nizar la presentación oficial de su disco Primicia, que acaba de editar de manera independiente y para el que contó con la participación de un seleccionado de músicos de aquí y de allá, entre los que se encuentran Cerati y el mismísimo Tony Levin, que grabó con John Lennon, Peter Gabriel o King Crimson. A todo este ir y venir, Samalea lo llama zapping. A mediados de los 80, con poco más de veinte años, Samalea se recibió tempranamente de “baterista del rock argentino”, al grabar para Andrés Calamaro, Fricción, Clap o Fabiana Cantilo, pero, especialmente, a las órdenes de un Charly García lumínico en superbandas, como Las Ligas (junto con Richard Coleman, Andrés Calamaro y Christian Basso) o Los Enfermeros (Hilda Lizarazu, el “Negro” García López, Fernando Lupano y Fabián Quintiero). “En esa época, pensaba que en 2000 íbamos a estar todos con unos instrumentos muy exóticos y haciendo una música increíblemente futurista y devastadora, pero, lamentablemente, para mi gusto, la tendencia mundial ha mantenido más de lo que hubiera querido yo la cosa retro.” El cambio de década lo encontró apasionado por el bandoneón, sin dejar de lado los palillos en grupos, como Illya Kuryaki & The Valderramas o A Tirador Láser, y en proyectos, como Belmondo –que llevó adelante junto con Diego Frenkel, Ricky Sáenz Paz y Sebastián Schachtel–, o el trío con el que debutó oficialmente Migue García (hijo de Charly) y que también compartió junto con su amigo y socio musical Fernando Kabusacki. “Me encontré a Horacio Ferrer con Lulú, su novia, en un auto descapotable. Yo era muy fan del trabajo que había hecho con Piazzolla y entonces le fui hablar. Me pareció encantador. Me leí su Historia del tango en tres tomos y ahí, un poco por lo literario, por las historias de los jóvenes de ayer y todo eso, me vino a la vez una identificación con el mundo del rock y de la noche. Me hizo recuperar el amor por Buenos Aires, por la música y el sonido de mi ciudad, y empecé justamente a ver la ciudad, pero de otra manera”, recuerda el rockero con nostalgia tanguera. “Enseguida me di cuenta de que lo que quería era tocar el bandoneón. Pero, al mismo tiempo, como no soy un tanguero porque no viví esa época, nunca anduve en tranvía ni estuve en una esquina con compadritos, tampoco quería hacer una cosa retro nada más. Lo que salió fue ese mundo del rock que tenía incorporado, pero con un toque más aporteñado, nostálgico.” Ya a fines de los años 90, Samalea editó entonces su primer álbum solista, El jardín suspendido, y de allí en más construyó una obra propia que no entiende de límites artísticos: discos con el bandoneón como eje musical, relatos, CD-cuentos y música para películas forman parte de su universo creativo y ciento por ciento conceptual. “No trato de hacer lo

Samalea en el estudio de Milán donde grabó parte de su último disco, Primicia

GENTILEZA ROLLING STONE

En diciembre participó en el nuevo disco de Charly, en la quinta de “Palito” Ortega

que comúnmente se conoce como una carrera”, concluye.

Primicia instrumental La discografía solista de la “no carrera” de Samalea registra hoy diez discos editados (dos de ellos en vivo y uno de remixes). El más reciente, Primicia, tiene formato de libro, aunque, en esta oportunidad, no incluye cuentos ni relatos ni letras de ningún tipo. “Tratándose de un disco instrumental, el concepto lo busqué en los instrumentos y por eso utilicé el órgano de tubos que me prestó la Iglesia de Misioneros Pasionistas, o campanas tubulares, timbales sinfónicos y esas cosas –dice–. Siempre trabajé los discos de manera conceptual y a éste quería darle una cosa siglo XX, precomputadora en un punto, más a la vieja usanza, con un poco de hu-

“Horacio Ferrer me hizo recuperar el amor por la música y el sonido de Buenos Aires” mor y teniendo en cuenta mis limitaciones. No sé, quería hacer un giro al chico de 14 años que fui, ése que iba a los conciertos de Crucis o de La Máquina de Hacer Pájaros y escuchaba los discos de Yes o Mike Oldfield, por decir algo.” Primicia cuenta con dibujos de la artista plástica Renata Schussheim (“Re-

Como en 2006, volvió a tocar las baterías del álbum de Cerati que saldrá este año

nata hizo en algún sentido lo que yo había imaginado para este disco: una imagen de poder femenino”) y, además de Cerati y de Tony Levin, grabaron allí Kabusacki, Matías Mango, Alejandro Terán, Miguel Angel Tallarita, Pájaro Canzani y Paul Dourge. “Por quinta vez Tony Levin tuvo la gentileza de grabar en un disco mío –sostiene orgulloso–. Lo conocí a mediados de los 90, en los ensayos de King Crimson en El Pie, una vuelta que estuvieron un par de meses por acá. Conocía todos sus trabajos, desde Double Fantasy, con Lennon, hasta sus discos solistas más experimentales y, obviamente, lo que había hecho con Peter Gabriel y con King Crimson. Le pasé unas grabaciones y le pregunté si quería participar. El se interesó y entendió que mis discos no estaban detrás de una situación comercial, sino más bien todo lo contrario, estaban vinculados con algo más romántico y under. Estar hablando de sus participaciones en mis discos es realmente un sueño.” –¿Y cómo compone canciones un baterista? –Compongo básicamente con el bandoneón o algún tecladito chiquito. Pero es muy misterioso, no sé explicarlo. Me baso mucho en lo visual y de ahí mi gran admiración por Renata. Por eso digo que el bandoneón es como un nexo entre muchas otras cosas que me gustan. En la época en que iba mucho a Marruecos estaba todo ese trip que tiene mi primer disco, muy relacionado con Las mil y una noches y la magia de los cuentos árabes; en otro caso pudo venir más con la vida de los años 30. Siempre busco algo visual que me dispare un concepto musical.

Detrás de dos grandes del rock argentino En los últimos meses de 2008, Samalea se la pasó viajando de Luján a Vicente López, de la quinta con estudio de “Palito” Ortega donde Charly García intenta reencontrarse con la música al búnker donde Gustavo Cerati graba obsesivamente su nuevo álbum solista. Así las cosas, dos de los discos de rock más esperados para este año tendrán el sello de la batería de Samalea. “Charly parece haber abandonado por completo el estilo Say No More –adelanta–. Ahora te permite soñar de nuevo con un show de guante blanco y piano de cola. Musicalmente está en un período fascinante, recuperó la voz, la forma de armonizar y de grabar de una manera más minimalista y no tan arrebatada de sobregrabaciones. En diciembre hicimos un minishow en la quinta, para 50 personas, y fue hermoso. Estuvo Nito Mestre, León Gieco, el Zorrito Quintiero, Kabusaki, el Negro García López, fue muy emocionante. Quizás este año empiece con algo más tranquilo, más orquestado, no como esos shows de cuatro horas que hacíamos en otros tiempos, sino algo más refinado, artístico, hasta que se recupere completamente. Yo tengo toda la esperanza de que él sabe muy bien hacia dónde tiene que direccionarse. Creo que se va a reinventar y nos va a tapar la boca a todos y va a salir con algo maravilloso.”

–¿Y el disco de Cerati? –Ahí no hay nada que resolver. Gustavo probablemente sea nuestro músico más entero en este momento. Tiene un concepto muy claro de lo que hace, no seré el primero en descubrirlo. En ese sentido fue como ir sobre una ruta muy bien pavimentada y fue muy agradable participar otra vez en un estudio con él. Trabajamos muy basados en un demo que había hecho previamente, que estaba maravilloso y ya sonaba muy bien. –Cuando te llaman músicos como éstos, ¿qué te piden de la batería? –Tal vez lo bueno sea que no hay que hablar mucho. En mi caso, como no soy un baterista virtuoso, sino que me considero más un baterista de canciones, lo que funciona es que uno ya sabe hacia dónde tiene que ir. Si estoy grabando con Gustavo, sé por dónde se puede perfilar lo que a él le gusta. Y con Charly uno sabe qué puede llegar a ser útil. El compositor es el que tiene que quedar conforme y el que realmente sabe qué ritmo tiene un tema. A veces pasa que un tema que era lento después se hace rápido y termina siendo un golazo, nunca queda todo muy claro, pero en el fondo el compositor es el que tiene que estar conforme. La virtud de una persona que toca para otro es tener la intuición para que la cosa sea natural, vital, que no sea algo pensado.

TELEVISION Vuelve Bones

Investigaciones y amores de laboratorio Esta noche comienza la cuarta temporada de la serie policial, inspirada en la vida de la escritora Kathy Reichs La nueva temporada de Bones llegará esta noche con un capítulo doble, a las 22, por Fox, con “algunas rarezas y nuevos personajes que agregarán historias interesantes” en cada episodio. Así lo sintetizó, con entusiasmo, Hart Hanson, creador de la serie, en una entrevista telefónica con LA NACION. Entre los desafíos propuestos por los guionistas de la serie centrada en un grupo de especialistas que resuelven asesinatos en una institución muy parecida al Instituto Smithsoniano norteamericano, está el de “acercar más a Brennan (Emily Deschanel) y Booth (David Boreanaz), mostrarlos más juntos, por ejemplo, desnudos en la cama”, comentó Hanson como un guiño a los fanáticos de Bones, inspirado en la vida de la novelista y antropóloga forense Kathy Reichs, “quien lee todos los guiones y hace su devolución”, explica. Aunque dejó claro, entre risas, que no develaría “qué pasará después”, del

esperado encuentro entre sus protagonistas, adelantó que en un capítulo “se verá a Brennan preguntarle al detective si estaría interesado en ser el padre de su hijo”. Todo un gancho para los televidentes. La nueva temporada de la serie planteará “algunos cambios en la relación de Angela (Michaela Conlin) y Hodgins (T.J. Thyne)”, comentó Hanson. Detalló también que “aparecerán buenas historias con un grupo rotativo de ayudantes” en el laboratorio Jeffersoniano, y agregó que “algunas rarezas” serán incorporadas, “para ver cómo responde la audiencia”. PARA AGENDAR

Bones, serie norteamericana creada por Hart Hanson. Con Emily Deschanel y David Boreanaz. Fox, desde esta noche, todos los martes, a las 22.

Entre las participaciones especiales, Hanson comentó que el actor británico Steven Fry volverá a interpretar a un psicólogo del FBI y Ryan O’Neal regresará a la historia como el padre de la doctora Brennan, mientras que el padre de Angela será el cantante de la banda ZZ Top, Billy Gibbons.

Construir la historia Sobre el atractivo que tiene la serie para los seguidores, Hanson analizó que “juega con muchos elementos: el truco de Bones es sostener el balance entre los personajes, la historia del crimen y los elementos de comedia”. Consultado sobre el armado de los guiones y la construcción de los distintos casos, Hanson expresó que cuentan con dos personas “que hacen investigación previa”. Además, una profesional forense guía a los actores sobre “qué significa cada cosa y cómo deben decirla”. En esta temporada no volverá

el asesino serial del ciclo anterior, pero sí lo hará el analítico secuestrador conocido como Grave Digger (profanador de tumbas) y “se llevará a uno del grupo”, adelantó Hanson. “Es muy difícil evitar la repetición de los casos –confesó–, porque estamos en la cuarta temporada, y los escritores deben estar muy atentos a cuándo un cuerpo ya fue encontrado en una determinada posición, a las líneas de diálogo, a los chistes que ya se hicieron, a todas las secuencias… tenemos que estar muy alertas o el show se volverá viejo”, concluyó. Con todo, para Hanson “lo más difícil de la serie es hacer que la relación entre Brennan y Booth avance, pero no demasiado rápido”. El mayor desafío, en síntesis, “es sostener el interés de la audiencia, pero que no se sienta frustrada porque demoran tanto en estar juntos”. FOX

Paula Gingins

Deschanel y Boreanaz se lucen en esta serie, que mezcla Moonlighting con CSI