El impacto del materialismo en la iglesia evangélica Contribución Usado con permiso En mi tiempo de estudio personal he estado pensando en el impacto de la cosmovisión materialista en la iglesia evangélica. La realidad es que el materialismo es una filosofía muy distinta a lo que la Biblia presenta como norma para el cristiano, pero en la iglesia hemos tratado de mezclar las dos filosofías para poder disfrutar los beneficios de ambas. El resultado de este error es que nuestras iglesias están llenas de personas con buenos deseos e intenciones pero con actitudes y acciones inadecuadas para poder transformar sus vidas y su cultura. Este sincretismo de la iglesia de Cristo con la cultura que le rodea ha sido un problema común por siglos. El pastor Richard Halverson dice, “En el principio la iglesia era un conjunto de hombres y mujeres con el enfoque principal de vivir para Cristo en una comunidad bíblica. Luego la sede del cristianismo se traspasó a Grecia donde la iglesia llegó a ser una filosofía. Después se mudó a Roma donde la iglesia llegó a ser una institución. En seguida se trasladó a Europa donde la iglesia se desarrolló como una cultura. Finalmente, la sede de la iglesia Cristiana se mudó a los Estados Unidos donde llegó a ser como un negocio.” Hay diferencias importantes entre la cosmovisión bíblica y la cosmovisión materialista. La cultura dominante de materialismo se enfoca en el hombre. Se trata de consumir todo lo bueno y evitar cualquier molestia, buscar gratificación inmediata, exigir derechos personales, disfrutar cierta fama y popularidad hoy día. Los valores de una cosmovisión realmente bíblica son todo lo opuesto. Se enfoca en Dios en vez del hombre y en realidad se trata de sacrificio, sumisión, humildad, y sufrimiento. ¿Qué pasa cuando tratamos de mezclar estas dos cosmovisiones distintas? ¿Es posible vivir como el resto del mundo y para el Dios verdadero al mismo tiempo? Hay por lo menos cuatro errores que cometemos cuando tratamos de mezclar la cultura de materialismo con los principios bíblicos dentro de la iglesia evangélica: 1. Depender demasiado de nosotros mismos. Muchos miembros de la iglesia hoy día tenemos la tendencia de depender mucho de nuestro propio esfuerzo, habilidad y recursos en vez de desarrollar una confianza total en Dios. Pretendemos avanzar en la confianza que tenemos en nuestras propias habilidades. Con los recursos y la tecnología que están disponibles podemos lograr cosas que ni fueron opciones hace una generación. Y mientras aprendemos a ser más y más competentes con nuestro ministerio, olvidamos desarrollar la dependencia fundamental que debemos de tener en Cristo. Tampoco recordamos la importancia de dedicar tiempo a la oración, pidiendo la ayuda y presencia de Dios en nuestro ministerio. Nosotros mismos, nos encargamos de hacer todo. Obviamente esta dependencia en nosotros mismos y nuestros propios recursos es un gran peligro. Podemos lograr hacer mucho, llevar acabo muchos programas especiales y eventos espectaculares, pero solamente Dios puede transformar una vida. Podemos estar muy ocupados en el ministerio para Dios, pero dejamos ajeno al único poder que puede transformar vidas. El resultado es mucho servicio y ministerio, pero sin el poder divino que es el elemento singular más importante en nuestros ministerios. En
medio de una cultura llena de confianza personal, tenemos que regresar a una dependencia total en Dios para el ministerio. Tal vez una de las formas más sencillas para evaluar que tan dependientes de Dios somos es de evaluar la cantidad de tiempo que pasamos en oración. A través de la oración tenemos la oportunidad de someternos y nuestros planes y acciones a Dios. ¿Cuánto tiempo pasan en oración por su ministerio? ¿Están buscando la voluntad de Dios en cuanto al uso de su tiempo y recursos, o están sintiéndose tan competentes que hacen muchos planes y actividades como ministerio para Dios? 2. Buscamos nuestro propio placer en vez de servir y pensar en las necesidades de la comunidad. La cultura actual está llena de ideas materialistas. El materialismo nos ha llevado a tener un enfoque totalmente humanista, mientras ponemos a Dios y su deseo para nosotros a la orilla. En las congregaciones hablamos de lo que nos gusta en cuanto al estilo de música para el culto de alabanza. Los cultos de adoración, que deben de estar enfocados en glorificar a Dios, se vuelven en un tiempo de entretenimiento religioso con enfoque en agradar a los congregantes. Buscamos asistir a una iglesia con el mejor programa para nuestros niños y las actividades más divertidas para nuestros jóvenes. Queremos darles lo mejor en “educación cristiana”. Buscamos una iglesia con actividades sociales y otros servicios para nuestro beneficio cuando debemos de buscar una iglesia donde podamos usar nuestros dones y habilidades para servir a otros. Ya se está desarrollando mercancía y comercios con énfasis en los cristianos como mercado. Y nos hacen sentirnos bien porque compramos cosas en una versión cristiana de satisfacer una necesidad creada por la cultura materialista. En vez de sacrificar para exaltar a Cristo en nuestras vidas, buscamos tener más y más…pero con etiqueta cristiana para suavizar la triste realidad de nuestra actitud egoísta. Estas ideas están directamente en contra del ejemplo de Jesucristo quien sacrificó, aun sus propios derechos, para servir a cada uno de nosotros. Tomen tiempo para evaluar su vida y su iglesia. ¿De alguna forma han caído en una trampa egoísta y/o materialista? ¿Cuál es el enfoque de sus vidas- servir a otros o proteger sus derechos a una vida placentera? ¿Cómo pueden asegurar que sus actitudes son serviciales y humildes en vez de egoístas y exigentes? 3. Esforzarnos para lograr resultados inmediatos en vez de esperar el fruto de Dios en su tiempo. Vivimos en un tiempo donde podemos ir al supermercado y comprar una gran variedad de comida lista para preparar muy sabrosa. Usamos el microondas que puede cocinar nuestra comida al instante. Si no tenemos tiempo para cocinar en el microondas podemos ir a un restaurante como McDonalds que ofrece “comida rápida”. Pero ¿cuántos de nosotros pensamos en el trabajo duro del granjero que cultivó esta comida? ¿Cuántos de nosotros nos damos cuenta de la paciencia necesaria para esperar la germinación de la semilla, el crecimiento de una nueva planta, el desarrollo del fruto que disfrutamos? ¿Qué tal del trabajo del transportista para llevar las legumbres y frutas al mercado? ¿Y el trabajo de los que toman los varios ingredientes para preparar mucha variedad de comida que simplemente compramos en el súper mercado? El mundo moderno y materialista en que vivimos nos acostumbra a buscar y tener lo que deseamos al instante. Al ver las historias de la Biblia vemos que en la gran mayoría de los casos Dios no trabaja así. Pensamos en Noé que trabajó por décadas para preparar el arca para el diluvio. Pensamos en Abraham que esperó hasta tener más de cien años para ver la promesa de Dios cumplidas (y esto después de varios intentos que
hizo de “lograr” las promesas de Dios por su propio esfuerzo). Moisés esperó más de la mitad de su vida antes de empezar la misión que Dios le había asignado. El pueblo de Israel esperó 40 años para ver la tierra prometida. Parece que nosotros muchas veces tenemos más prisa que Dios. E igual a Abraham, Moisés y el Pueblo de Israel, nuestra prisa puede ser un gran problema. Hay que evaluar nuestras propias vidas. ¿Están viviendo de acuerdo al calendario de Dios o se encuentran en una “olla de presión” donde tienen que esforzar las cosas y tratar de lograr metas para Dios? O ¿están enfocados en descansar en la voluntad de Dios y dejar a Dios lograr su plan perfecto para su vida? ¿Buscan logros de corto plazo que son pequeños y temporales? O ¿pueden ver a Dios realizando una transformación grande a través de los años en sus vidas? Cómo podemos perseverar con una paciencia y dependencia en Dios en vez de vivir manipulando nuestras vidas y las vidas de otras personas para alcanzar logros superficiales. Esto no implica sentarnos y no hacer nada. Tenemos que ocuparnos en el trabajo diario de sumisión y obediencia de Dios para que él pueda transformar nuestras vidas y usarnos para transformar a otras personas también. 4. Haciendo de nosotros mismos el enfoque principal en vez de que sea Dios- Que realmente es idolatría. La idolatría ha sido uno de los pecados más comunes dentro de la historia de la humanidad. La Biblia habla de los ídolos o idolatría más de 250 veces. Dios odia cuando tomamos lo que Él ha creado para llevarnos a él y adoramos lo creado en vez del creador. EL Antiguo Testamento está lleno de ejemplos de las consecuencias trágicas cuando el Pueblo de Dios escoge adorar a otros dioses. Hoy día pensamos rápidamente en los Hindús, los Musulmanes, los Testigos de Jehová, etc. y decimos que estamos de acuerdo con Dios que están adorando a dioses ajenos. Pero cuando los cristianos hoy día mezclan su fe con la cultura humanista común, fácilmente llegamos a cometer el mismo pecado poniéndonos a nosotros mismos en el trono. En vez de ser transformados por la Palabra de Dios nos convertimos en humanistas cristianos, buscando formas aceptables dentro de la iglesia evangélica para servirnos a nosotros mismos. Tenemos que tener mucho cuidado, recordándonos constantemente de la importancia e humildad, y evaluando nuestras vidas para evitar esta trampa. Nuestras vidas personales no se tratan de nosotros mismos, sino de lo que Dios hace y como quiere trabajar en nuestras vidas. Vale la pena hacerse las siguientes preguntas de auto-evaluación: ¿Cuándo estoy en el culto de adoración en la iglesia activamente me enfoco en Dios o me siento para entretenimiento espiritual? ¿Tomo tiempo diario para adorar a Dios o resulta que estoy demasiado ocupado en mis propias actividades para hacer esto? ¿Cuáles son las metas más grandes que tengo en la vida? ¿Son metas asignadas por Dios o son mis deseos personales? Que Dios nos ayude a reconocer como la cultura puede influir en forma negativa en nuestra forma de pensar y tomar decisiones. Y que seamos fieles en quitar cualquier cosa que estorbe nuestra adoración y crecimiento en nuestro Señor Jesucristo. ObreroFiel.com- Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.