AMAR Y APRENDER DE LOS ANCIANOS Por Marilyn Casteel Usado con permiso No sé por qué, pero Dios me ha dado mucha compasión y amor por los ancianos que conozco. Me gusta cuidar al suegro, visita una casa para ancianos. Dios me pone en el camino a muchas personas de mayor edad. Me enseñan mucho. Mucho más de lo que yo pudiera enseñarles a ellos. Yo sé que los mexicanos cuidan físicamente muy bien a sus ancianos, pero, ¿lo escuchan? Los respetamos por tradición, pero ¿los valoramos? Por sus años y experiencias, tienen mucho que compartirnos. Perdemos mucho cuando no los escuchamos. Se requiere mucho tiempo, ¿verdad? Ellos normalmente tienen mucho tiempo disponible, mientras tú y yo y nuestras familias corremos por nuestras vidas llenas de actividades. ¿Los tomamos en cuenta? ¿O nos parece que cuentan y hablan de las mismas cosas y nos aburren? Algunas cosas que he aprendido de familiares y amigos ya grandes: •

Es una generación que ha vivido en forma muy diferente de la que yo he vivido – más, yo soy un producto de esa generación y el pasado siempre está presente (¡piensa en eso!)

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La edad por la experiencia trae valor y cada persona está hecha a la imagen de Dios. Aun cuando no puedan ni comunicarse, Dios todavía tiene planes y los usa en su gran plan.

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Por ver mi ejemplo de amor y respeto hacia ellos, mis hijos aprenden cómo debemos tratar a personas de la tercera edad (¡Algún día voy a ser yo de la tercera edad!)

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Los que han vivido una vida con Dios tienen una madurez que nos quieren compartir – y debemos estar listos para escucharles y aprender (siempre como estudiantes).

¿Qué estás aprendiendo tú? Job 12:12 dice: Entre los ancianos se halla la sabiduría; en los muchos años, el entendimiento.

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