Alfredo Ríos, “El Komander”, la voz de los

retratar recostado sobre un Jeep Commander, del cual seguro pidió prestado su nombre de artista, y acompañado de una bella mexicana que le demuestra un ...
432KB Größe 13 Downloads 88 vistas
::::

El perfil

Conectados

Alfredo Ríos, “El Komander”, la voz de los narcocorridos mexicanos

Diez consejos para tuitear mejor

Es una de las máximas estrellas de un exitoso y polémico fenómeno musical que refleja el auge de la cultura narco en México, con su código de violencia extrema y su glorificación del dinero y de un estilo de vida de lujos al que aspiran muchos jóvenes en su país

El uso de Twitter como red de información en tiempo real (a diferencia de Facebook, que es una red de usuarios) aumentó de manera exponencial en el último año. Y junto con este crecimiento aparecieron nuevos “tuiteros” que de a poco fueron aprendiendo, aunque de manera un tanto anárquica, algunas de las prácticas más comunes. A pedido de algunos lectores de esta columna y el blog homónimo, ofrecemos algunos consejos para aprovechar mejor toda la riqueza de la plataforma online más adoptada por medios, empresas, protagonistas y usuarios inquietos en la Argentina. Como dato adicional –que ilustra la influencia de Twitter en el mundo de habla hispana–, la cuenta oficial en español, @ twitter es, tiene más seguidores (6.7 millones) que su correlato en inglés, @twitter (6,1 millones). En primer lugar, es fundamental interactuar y no sólo publicar. Tuitear es, sobre todo, construir una conversación. Luego, publicar mensajes cortos, que puedan ser retuiteados con comentarios agregados, pero sin superar los 140 caracteres. El tercer consejo tiene que ver con algo simple, pero esencial: completar el perfil de usuario con información relevante sobre quiénes somos y, siempre, agregar una foto que nos represente. Cuarto, utilizar links cortos e indicar si se trata de una nota, foto, video o algún otro contenido. Además, la opinión personal se destaca: es clave no copiar y pegar, sino agregar un comentario diferencial, un aporte sustancial sobre el tema que se tuitea. El sexto consejo es crucial: no cometer el error de pedir a otros usuarios que retuiteen nuestro material o que nos sigan. Estas decisiones no deben ser forzadas. En séptimo lugar, introducir cuestiones emocionales en los mensajes. Es decir, que lo que volquemos en Twitter tiene que divertirnos, ser parte de una pasión o tener nuestro enfoque personal. El punto ocho tiene que ver con los hashtags, o palabras clave que ordenan los flujos informativos: hay que elegir términos o frases de fácil recordación, tal como cualquier usuario lo buscaría en la Web. Los últimos dos consejos tienen que ver con la calidad: evitar la “incontinencia de Enter” (pensar qué estamos escribiendo, cómo y qué efectos puede tener sobre la audiencia), y tratar de manera respetuosa a quienes están del otro lado de la pantalla, aun en la disidencia.

GENTILEZA TWIINS ENTERPRISES

ALEX TIELEMAN PARA LA NACION

CIUDAD DE MEXICO n vehículo blindado está estacionado frente al teatro Salón de Sagitario, en las afueras de la Ciudad de México. Alrededor de la camioneta se han juntado adolescentes con sombreros de vaquero –típico atributo del norteño mexicano– y muchachas con tacos altos y ropa apretada, esperando la llegada del cantante popular El Komander. Adentro del salón, llama la atención la presencia de familias enteras, con chicos, ya que para calentar el ambiente las pantallas gigantes muestran clips donde los protagonistas aspiran líneas de cocaína y disparan con armas automáticas. Cuando finalmente El Komander llega al podio, flanqueado por los miembros de la banda en uniforme militar, el estruendo en la sala se hace cada más fuerte hasta que casi explota el público. “El dinero abre miles de puertas –canta el ídolo–. El comercio es grande y sigue creciendo”. Mientras avanza la canción, la letra se hace más dura: “Lo he visto peleando también, torturando, cortando cabezas con cuchillo en mano, su rostro siniestro no parece humano.” Estas palabras desconcertantes se proclaman sobre un fondo alegre de un bajo y acordeón, el acompañamiento típico de la música norteña. Lo que parece extraño es que la juventud mexicana, confrontada a diario con la violencia extrema de los carteles de droga, se sienta entretenida por este tipo de música. “El Komander canta los narcocorridos de verdad. Por eso me gusta”, dice Jorge, un fanático de unos 15 años. “El no sólo canta sobre cuestiones sangrientas. Hace música para toda la familia”.

U

Un muchacho sencillo Cuando luego del concierto el cantante accede a charlar, parece un chico amable. “Nada de preguntas sobre los narcos”, había prevenido su manager antes de la entrevista. El artista está mucho más relajado. En el podio puede ser que uno lo tome por un duro, pero durante el diálogo despliega una soltura espontánea, como si fuera el yerno ideal. “¿Por qué mejor no hablamos de mi carrera?”, pregunta. “Eso es mucho más interesante”, se ríe. “Todos hablan del contenido violento. Pero básicamente son los mismos corridos que se cantan desde hace años. Canto sobre los sueños de los mexicanos, estos se quieren divertir y lograr algo en la vida.” Y para el Komander estos sueños se reducen a dos: “Los mexicanos siempre queremos más mujeres y tener un buen carro”. No es casualidad que el Komander se deje retratar recostado sobre un Jeep Commander, del cual seguro pidió prestado su nombre de artista, y acompañado de una bella mexicana que le demuestra un cariño extraordinario. Según sus propios criterios, Ríos ha llegado a la cima del éxito y ahora puede mirar con nostalgia hacia atrás, cuando aún no era famoso. Cuando aún era un komandercito. “Soy oriundo de Culiacán [la capital del estado de Sinaloa y a la vez la cuna de los narcotraficantes más poderosos de México]. En mi juventud siempre estuve rodeado por música. Tuve una infancia feliz y mis padres eran muy responsables,” remarca el Komander. “Lo que mejor recuerdo es que mi abuelo cantaba canciones y mi padre lo acompañaba en la guitarra. A los 14 empecé a tocar guitarra y a cantar.” Ríos fundó un grupo con unos amigos: Komando Norteño, y luego hizo su carrera de solista, durante la cual se le presentó la oportunidad de grabar un disco en Los Angeles. El simple El Katch, una canción

Quién es que inevitablemente trata sobre un narcotraficante, llegó a ser un hit. “Afortunadamente vivo una vida menos traqueteada que aquellas de las que estoy cantando”, concluye Komander Ríos. “Si no, sería muy difícil aguantar el ritmo”. El Komander despliega una amplia sonrisa con la cual parece barrer sus contradicciones bajo la alfombra.

Nombre y apellido:

Un diario cantado La popularidad del llamado “movimiento alterado” va en claro ascenso en México. Por mes salen cientos de producciones. Cifras de venta precisas son difíciles de rastrear porque una gran parte de las canciones se descarga ilegalmente, pero uno sólo tiene que caminar por las aceras del Distrito Federal y fijarse en las colecciones de los vendedores callejeros para darse cuenta de cómo pegan en la juventud los músicos de sombrero ancho, cadenas de oro y Kalashnikov. A juzgar por la estética que manejan, a estos artistas no se les puede echar en cara un exceso de buen gusto. En eso coincide el compositor Teodoro Bello, el autor del famoso hit de los Tigres del Norte, “Jefe de Jefes”. La letra de esta canción sugiere que el capo de los capos tenía su despacho en Los Pinos, o sea la residencia del presidente mexicano. Letras bastante más sofisticadas que las que componen los artistas del movimiento alterado. “Los primeros corridos fueron escritos hace 100 años, durante los tiempos de la revolución mexicana con Zapata y Villa”, cuenta Bello. “Durante las épocas convulsionadas de la revolución, los corridos contaban la historia real de lo que pasaba en el frente de la batalla. Eran como un periódico. Hoy también se podría decir que hay una guerra y que los textos de los narcocorridos reflejan la realidad, pero entonces con esta nueva generación me hace falta el estilo indirecto e irónico de contar las

Referente de la juventud: Líder del “Movimiento Alterado”, encabeza el éxito de los narcocorridos. Miles de jóvenes se identifican con sus temas, que hablan de dinero, automóviles caros, bellas mujeres y jefes narcos. Su popularidad preocupa a dirigentes políticos de Sinaloa y Chihuahua.

ALFREDO RÍOS , “EL KOMANDER”

Una Infancia feliz: Es oriundo de Culiacán, capital del Estado mexicano de Sinaloa, cuna de los narcotraficantes más poderosos del país. Comenzó a tocar la guitarra a los 14, junto con su padre y su abuelo.

cosas. Los textos no deberían tratar únicamente sobre plata, mujeres espectaculares y automóviles caros. Sino también sobre las vidas destrozadas por el narcotráfico”, concluyó el laureado compositor. Los que tampoco están maravillados con las letras de El Komander y sus colegas son los políticos de los estados de Sinaloa y Chihuahua, ambos muy afectados por la violencia vinculada al narcotráfico. Hace unos meses, en esos estados fueron censurados los narcocorridos. No se los puede pasar en la radio, y los shows en cantinas y discotecas están prohibidos. El razonamiento es que el estado mexicano está librando una guerra mortal contra los carteles de la droga, y estos corridos alterados que glorifican la violencia no son especialmente un ejemplo para la juventud. Esta prohibición afectó a bandas grandes y populares como Los Tigres del Norte, cuya música hace años se hizo mainstream –Los Tigres recibieron un Grammy.

El hecho de que se prohíba su música es para algunos músicos una publicidad soñada. A muchos jóvenes les parece desafiante escuchar estos narcocorridos prohibidos. Y aunque El Komander ya no puede dar shows en su estado natal de Sinaloa, canta en salas llenas en Los Angeles y en Ciudad de México. Producto del narcomarketing No sorprende que la imagen de El Komander esté bien orquestada. Sus videoclips y su música han sido producidos por Twiins Enterprises, empresa encabezada por los hermanos gemelos Adolfo y Omar Valenzuela. Al igual que Ríos, provienen de Culiacán y a temprana edad migraron a Los Angeles, donde labraron su camino en el negocio de la música con producciones propias y también como productores de estrellas latinas, como Thalía, Chayanne y Paulina Rubio. Para los gemelos, el Komander representa un género más audaz, pero no por eso menos vendible. Con los narcocorridos tienen una mezcla ideal de cultura callejera, la vida de los narcos y el fondo musical de los corridos tradicionales. Los intérpretes de esta música se visten como narcotraficantes exitosos: con sombrero, botas y hebillas de oro. La imagen provocativa de esta nueva ola de narcocorridos recuerda a los cantantes negros del gangsta-rap en la California de principios de los años 90. Y no parece ser coincidencia que los gemelos Valenzuela, productores de El Komander, se juntaran con el rapero angelino Snoop Doggy Dogg en Los Angeles para grabar un reality sobre el movimiento alterado, con El Komander como protagonista. Es más, para los Twiins, los gangsta-rap parecen ser un ejemplo a seguir, no sólo por su credibilidad callejera, sino también por su popularidad entre los jóvenes y, últimamente, por sus ventas. “Snoop nos contó que no entendía las letras de nuestra música ya que no habla castellano”, cuenta Adolfo Valenzuela a la revista mexicana Milenio. “Pero él sentía que nuestro movimiento era auténtico y que nosotros tenemos la misma hambre que los raperos en esa época. Nos contó que esta es nuestra realidad y que por eso nos expresamos de esta forma. Igual que géneros como el rock’n roll o el reggaeton, que primero eran marginales y ahora forman parte del circuito comercial”, agregó, visiblemente encantado con los cumplidos de su colega californiano. Pero más allá de las comparaciones, sobre el movimiento alterado que los Twiins quieren promover con el Komander como punta de lanza, pesa la sospecha del oportunismo. Los hermanos Valenzuela viven desde hace 14 años en los Estados Unidos y la aseveración de que la violencia diaria de Sinaloa forma parte de su vida parece rebuscada. De lo que no cabe duda es de que los Twiins Valenzuela tienen buen olfato para los negocios, estilo Hollywood. Su nuevo proyecto, luego de los discos del movimiento alterado y el reality show, consiste en una película con nada menos que El Komander en el papel de protagonista: El Ejecutor se llama el filme y trata –como no puede ser de otra manera– sobre ajustes de cuentas en el ambiente de los narcotraficantes mexicanos. En El Ejecutor salpica la sangre por todos lados, se vacían cargadores de kalashnikov y se separan mediante motosierras y herramientas de carpintería todo tipo de miembros humanos, mientras que el héroe de la tira viene al rescate a bordo de su Hummer. El movimiento alterado y los narcocorridos, más que un fenómeno cultural, parecen ser un producto de la industria del entretenimiento. Un entretenimiento algo enfermo. Pero entretenimiento al fin.

GASTON ROITBERG LA NACION

@turcojelias

Más información. Enlaces, videos y otros contenidos multimedia www.lanacion.com.ar/diario-dehoy/ suplementos/enfoques

Recomendados

1

http://bit.ly/pzOo8r El TwitterManifiesto, por @gauyo.

2 http://bit.ly/oFu298

Cómo crear contenido para Twitter. Buenas y malas prácticas.

3 http://tnw.co/oSxnOL

Twitter 2011, en números.

© PRENSA NUEVA, 2011

Terapia (arriba también se sufre)

Hoy, Felipe Solá DIEGO SEHINKMAN PARA LA NACION

Felipe Solá: (Mientras raspa con la uña una pequeña manchita en su campera de gamuza.) ¿Sabe? Estoy feliz. En estos últimos tres días me dijeron panqueque, veleta, oportunista, advenedizo, Borocotó, acomodaticio, ventajero, inmoral, arribista y aprovechador. Terapeuta: ¿Y qué lo pone feliz? FS: Van 72 horas que no me dicen tibio. T: ... FS: (Se muerde el labio de bronca.) No sabe cómo me están dando. Todo porque salí a decir que ya no me siento parte de la oposición. Es que es verdad. Lo empecé a sentir hace mucho, cuando murió Néstor. Me di cuenta de que siempre habíamos visto lo malo del Gobierno y nunca la parte buena. Usted preguntará: ¿y cuál es la parte buena? Le contesto: la hospitalidad. Fíjese que hoy esta gente tiene el salón lleno, pero están viendo cómo armarme una mesita al lado del baño... T: O sea que usted se acomoda...

FS: (Cola de paja, se hace el enojado.) ¿En qué sentido me acomodo? T: ... FS: (Incómodo) No, a ver. Aclaremos: yo jamás dije que me hice kirchnerista. (Se toca el pelo, nervioso.) Sólo tengo alguna moderada expectativa en que el Modelo de Inclusión haga honor a tal condición conmigo. Lo hablé con Scioli y le dije: “Avisá que a partir de diciembre en Diputados cuentan con mi mano amiga y la de mi gente. Voy a reciclar mi eslogan presidencial frustrado: “Si necesitan quórum propio, Mejor Felipe”. T: Parece tener pocos rasguños. Digo. El salto fue grande. FS: (Se queda en silencio un rato, pensativo.) ¿Le puedo contar un sueño un poco angustiante? Resulta que yo me despertaba en la terapia intensiva de un sanatorio. Cuando abría los ojos, al pie de la cama estaba Scioli vestido de blanco y me decía: “El trasplante político ya terminó. Creemos que salió bien. Pero las siguientes 72, 96 horas son decisivas. Por ahora el Modelo no te rechaza”. T: ... FS: Entonces yo le preguntaba: ¿En

serio salió bien? ¿Y cómo me pudieron separar de Duhalde, de Rodríguez Saá, de Das Neves, sin que ellos corrieran riesgos? Entonces Scioli, riéndose, me dice: ¿Y qué riesgo podían correr? Si son donantes cadavéricos. T: Le aviso que cuando dijo cadavéricos no pudo contener una pequeña sonrisa... FS: Mire. Yo no me arrepiento de mi movida. Tengo claro que prefiero toda la vida ser cola de león que cola de ratón... T: Perdón. ¿“Cola” de ratón? FS: ¿Dije cola? (Hace una mueca, incómodo.) Y bueno. La cabeza se la debo. T: ¿Me la debe a mí o se la debe a usted? FS: (Piensa.) A ver. Yo quise ser cabeza. Tuve mi proyecto “Felipe Presidente”. Después, lógicamente: uno propone, y el piné de uno dispone. (Recuerda y suspira de bronca.) Si usted viera cómo se burlaban Duhalde y Rodríguez Saá. Una vez el Cabezón le dice al Alberto, para que yo escuche. “Si va Felipe de candidato, ¿conseguirá algún apoyo grande? ¿Quién le pondrá la estructura?” Y guiñando un ojo la remata: “Porque una cosa es que le hagan precio

por un cinturón de carpincho. Pero Cardón no le va a pagar la campaña”. T: Felipe, ya que vino a terapia porque usted quiso y no porque lo mandó El Alberto –leí que dijo que usted era un caso de psicólogo–, déjeme preguntarle: ¿cómo se siente estando otra vez en el centro de la escena? FS: No, mire. Yo le hacía el chiste hace un rato con eso de tibio, pero creo que tengo las ideas bien plantadas. Le recuerdo que en el 96, como Secretario de Agricultura de Menem, autoricé la introducción de la soja transgénica, o sea, de la revolución tecnológica de la producción agropecuaria en la Argentina. (Guiña un ojo.) No sé si habré tenido visión. En el 97 conseguí que

nuestro país volviera a exportar carne fresca gracias a la erradicación de la aftosa. Y en lo político, le recuerdo que siendo vice de Ruckauf, cuando él sale huyendo porque se le prende fuego la Provincia, el que asume y la apaga soy yo. Tanto es así que en 2003, cuando Kirchner sale elegido presidente, a mí me reeligen gobernador. T: No me recuerde todo eso a mí. Recuérdeselo a su inconsciente. Fue él el que lo incluyó en el lote de las colas y no de las cabezas... Además, mi pregunta había sido otra. Cómo se sentía estando nuevamente en boca de todos... FS: (Inspira y se queda en silencio.) T: ¿Y? FS: (Mientras rasguña la manchita en el saco de gamuza, que no sale ni saldrá.) Uno decía: “Fue cafierista, menemista, duhaldista, kirchnerista, ex kirchnerista, en una época casi fue Lilito, fue Unión Pro, después fue peronista federal, y ahora es preneokirchnerista. Felipe es así: si tienen ganas, créanle. Hoy, está diciendo que es independiente”... T: ... FS: “Mañana dirá que es Racing”.