Dos generaciones que se abrazan

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Espectáculos

Página 2/LA NACION

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Jueves 6 de mayo de 2010

TEATRO Todos eran mis hijos: Lito Cruz y Ana María Picchio, dirigidos por Claudio Tolcachir

Lo que vendrá

Dos generaciones que se abrazan

La escena no se detiene. Dieciocho novedades de todo tipo levantan el telón esta semana Clases de olvido

Continuación de la Pág. 1, Col. 5 en 2008. El productor Daniel Grinbank vio la nueva puesta y decidió que Buenos Aires sería una buena plaza para reponerla. Así las cosas, volvió a un director que guió otro de sus proyectos teatrales exitosos, Agosto, condado Osage. Claudio Tolcachir aceptó el desafío y se embarcó en un nuevo trabajo comercial con un texto que leyó por primera vez a los 15 años y que hoy redescubre junto a un elenco de notables actores, como Lito Cruz y Ana María Picchio, acompañados por Vanesa González, Federico D’Elía y Esteban Meloni. El estreno se concretará en el teatro Apolo. “Daniel [Grinbank] es un hombre muy inquieto y trae materiales muy fuertes, muy excitantes”, comenta Tolcachir, y así explica su interés por este trabajo, que le posibilita un nuevo posicionamiento dentro de un circuito teatral que, hasta la puesta de Agosto, parecía resultarle ajeno. “No tengo ninguna intención particular de dirigir en el circuito comercial, no es mi deseo, mi ambición. Me gusta el teatro en todas sus formas y siempre busco hacer algo que me alimente. Si no aparecieran proyectos interesantes para trabajar y con gente interesante, tampoco le encontraría sentido al hecho de estar en el teatro”, dice el creador, que está a punto de inaugurar su nuevo espacio teatral alternativo en el barrio de Boedo. Aquella emoción que le produjo la lectura de Todos eran mis hijos cuando era muy joven hoy se transforma. El director observa ese texto desde su experiencia personal y profesional y descubre una multiplicidad de planos que refieren cuestiones de nuestra actualidad argentina. “Es una estructura perfecta –comenta–, con un notable cuidado en la colocación de elementos, de datos, en cuanto a la dimensión de los personajes. El juego de emociones y tensiones que sufre el espectador es alucinante. Es una montaña rusa real, de angustia, de susto, de humor. Y hasta como autor descubro que es un material bárbaro. Yo me declaro siempre en estado de aprendizaje y esta experiencia me da la posibilidad de un crecimiento muy atractivo.” Arthur Miller trabaja en este texto un tema que lo obsesiona: la responsabilidad social. Hace foco en el padre de una familia que durante la guerra ha hecho negocio vendiendo materiales defectuosos con los que se han construido aviones. Su acto irresponsable le ha posibilitado ganar dinero, pero, a la vez, ha provocado la muerte de muchos soldados. Su hijo, que regresa del frente, lo enfrenta con su mentira. Un fuerte debate queda abierto. Los planos en juego: la moral utilitarista y la moral cristiana. “Nosotros estamos acostumbrados a mentir, nuestra generación, estos chicos no.” La frase pertenece al texto original y es Ana María Picchio quien la rescata y la acerca para reflexionar sobre un mundo familiar que debe recrear en escena. “Mi personaje – cuenta la actriz– es el de una madre abnegada. Vive convencida de que uno de sus hijos está desaparecido y va a regresar. Mientras tanto, vive siguiendo al pie de la letra los designios de su marido. En aquellos tiempos las mujeres no tenían mucho espacio, se apoyaba al marido y se lo seguía. Aun así ella crece mucho, aprende que no se puede mentir, que hay que decir la verdad porque la verdad genera tranquilidad, aunque sea terrible.” La intérprete llegó al proyecto tardíamente. Su rol iba a ser interpretado por Leonor Manso, pero ella decidió alejarse luego de la muerte de su hijo. “Cuando me propusieron encarar a esta madre sentí un gran susto porque se trata de una obra mayor, de tres actos. Miller, ade-

Carolina Barbosa, Lisa Caligaris, Carolina Maderna y Pamela Rodríguez, dirigidas por Carlos Belloso. Viernes, a las 23.30, en Gargantúa, Jorge Newbery 3563. $ 30.

Una pieza emblemática Destacado representante del realismo psicológico norteamericano de los años 40 y 50, Arthur Miller estrenó Todos eran mis hijos, en 1947, bajo la dirección de Elia Kazan en el teatro Coronet, de Nueva York. La pieza recibió el Premio Tony a la mejor

obra y mejor dirección y, también, el New York Drama Critics Circle Award. El texto tuvo varias adaptaciones para radio y televisión y también fue llevada al cine en 1984 y 1987. En 2008 se repuso en Broadway y, desde enton-

ces, ha tenido otras reposiciones en diferentes escenarios, sobre todo de América latina. En Buenos Aires su puesta anterior fue en el Teatro San Martín, a mediados de la década del 80, bajo la dirección de Roberto Castro.

Redimidos Drama gay de Hernán Rocca, con Cristian Del Valle y Matías Mulet. Sábados, a las 21, en La Salita, Hipólito Yrigoyen 1862 (43836615). $ 35.

Las siete plagas del Inodoro

Un interesante elenco en una joya de la dramaturgia

Adaptación y dirección de Antonio Germano, sobre Inodoro Pereyra. Con A. Germano, Toni Tulián, Gustavo Romano y Fernando Germano. Sábados, a las 20.30, en Liberarte, Corrientes 1555 (4375-2341). $ 30.

Se viene la foca

Dos actores con oficio Dos actores acostumbrados a interpretar fuertes historias realistas como Ana María Picchio y Lito Cruz se cruzan ahora en escena con un joven director que, en apariencia, parecería ser más afecto a otros mundos estéticos. Pero la realidad demuestra que Claudio Tolcachir conoce muy bien los valores de ese teatro norteamericano y por eso puede guiar con certeza a los intérpretes a la hora recrear a sus personajes. “Claudio es un joven que no tiene ningún problema en decirte las cosas que ve y es muy sincero –comenta Picchio–. Con él todo se puede solucionar, todo se puede hacer. Los directores de nuestra época no eran así, te hacían sufrir mucho. Aquí se da todo lo contrario. Es un joven que pareciera haber trasmutado todo el rencor que podríamos haber tenido nosotros”. “Cuando decidí hacer la obra pedí hablar con Claudio –relata Lito Cruz–. Tengo muchos años de oficio y le pedí que me limpiara los vicios. «Estoy cansado de mi», le dije. Y se dio un trabajo maravilloso donde todo el tiempo él me hacia ver a mi mismo. «Ahí aparece Lito», «ahí aparece Berisso», «ahí aparece un galán», me decía. Entonces yo me bajaba de eso y asomaron cosas nuevas que, seguramente, enriquecerán mi trabajo”.

De Rodrigo Cárdenas, con él y Micaela Hourbeigt, dirigidos por María Espinosa. Jueves, a las 21, en La Clac, Av. de Mayo 1158.

Torta de chocolate Un chico adicto al paco y una anciana olvidada, encarnados por Nilda Angeli y Sergio Martínez, dirigidos por Ernesto Michel. Domingos, a las 19.30, en Fray Mocho, Perón 3644 (4865-9835).

Infinito punto azul De Mariana Bustinza. Viernes, a las 23, en Pata de Ganso, Zelaya 3122 (4862-0209).

Las primas De Norman Briski, con Coral Gabaglio y Sofía Guggiari, dirigidas por María Pía Molina Brescia. Sábados, a las 22, en Calibán, México 1428, PB “5” (4381-0521). $ 20.

El maleficio de la mariposa De Federico García Lorca, con seis actores y un violinista, dirigidos por Mario Petrosini. Domingos, a las 20, en Andamio 90, Paraná 662 (4373-5670). De 20 a 30 pesos.

Tres hombres de bien Un dilema ético de suspenso, de Andrea Bauab, dirigido por Iardena Stilman. Con Alejandro Hodara, Freddy Duer, Marina Degtiar, Sara Szneinbaum y Eduardo Lamoglia. Domingos, a las 19, en el Actor’s Studio, Díaz Vélez 3842. $ 30.

De antemano Escrita y dirigida por Enrique Federman. Sábados, a las 21, en Pan y Arte, Boedo 876 (4957-6922).

La casa del Snark Un absurdo de Lewis Carroll, con dirección de Natasha Ivannova. Domingos, a las 19, en el C. C. Rojas, Corrientes 2038. $ 20.

Pimpinela, la familia

Musical dirigido por Valeria Ambrosio. Jueves, viernes, sábado y domingo, a las 21; y sábado y domingo próximo, a las 21, en el Gran Rex, Corrientes 857.

Entrepiso

Bocatto di cardinale para el actor

Encuentro en un ascensor, con Pilar Murano y Paula Liuzzo, dirigida por Micaela Fariña. Viernes, a las 23, en Tadrón, Niceto Vega 4802 (4777-7976). De 25 a 30 pesos.

Lito Cruz, Esteban Meloni, Ana María Picchio, Federico D’Elía y Vanesa González, en una difícil postal familiar

El legado de Caín SOLEDAD AZNAREZ

PARA AGENDAR

Todos eran mis hijos, de Arthur Miller. Dir.: Claudio Tolcachir. Apolo, Corrientes 1372. Desde el domingo 9, los miércoles y jueves, a las 20.30; viernes y sábados, a las 21, y domingos, a las 20.

más, no es sólo un autor teatral, es un estudioso, es un representante muy valioso de toda un a época del teatro contemporáneo.” El mismo autor que un actor como Lito Cruz conoce profundamente, porque formó parte de un movimiento independiente que en su

momento comenzó a acercar estas voces del teatro norteamericano a las salas de Buenos Aires. “Cuando esta obra apareció, lo hizo como un emergente de lo que sucedía en los Estados Unidos en aquel momento. Ese movimiento teatral fue impresionante y se relaciona mucho con nuestro teatro independiente después. Es más: fomentó entre nosotros esa necesidad de que el teatro debía tener una función social que cumplir.” En este presente el actor encuentra algunos puntos de contacto con la realidad que lo movilizan a la hora de la creación. “En la obra se habla del hijo desaparecido, del hijo

muerto, y eso resuena en nuestra sociedad con fuerza –explica–. También aparece una cuestión que me impresiona mucho: ¿cómo uno mide las consecuencias de sus actos? Las consecuencias de las acciones humanas son el gran tema de la pieza. Y, finalmente, aparece otro gran tema: Miller es un hombre formado en las ideas del realismo socialista. Es un hombre que renunció a denunciar gente frente al macarthismo pero en la obra asoma un elemento interesante. Cuando se agota el racionalismo aparece el tema de Dios y la madre dice: «Dios no va a permitir que un hijo muera». Y Dios se equivoca.

Todos esos elementos: lo social, lo político, lo humano y hasta lo metafísico, se ponen en juego aquí y es muy atractivo para nosotros como actores y también para el público, porque está muy bien que la gente escuche estos textos hoy.” El teatro comercial en Buenos Aires está retomando una dramaturgia realista como hacía tiempo no sucedía. El interés por entretener se mantiene intacto, pero parece abrirse un tiempo de proponer también una severa reflexión con autores, personajes y temas que, en otro momento de la historia, supieron ser vanguardia en esas cuestiones.

Escrita y dirigida por Claudio Quinteros, con Anabella Bacigalupo y Marcela Mella. Domingos, a las 20, en El Brío, Guatemala 5092 (4771-7005). Capacidad limitada.

Tributo a Libertad Lamarque Musical basado en su vida, con Victoriángeles. Viernes, a las 19.30, en El Vitral, Rodríguez Peña 344 (4371-0948). De 20 a 30 pesos.

Este es mi año Nuevo show de improvisaciones de Pablo Angeli. Trasnoche de los viernes, a la 1, en Bululú, Rivadavia 1350. $ 20.

De cómo el Sr. Mockinpott consiguió liberarse de sus padecimientos Farsa de Peter Weiss, dirigida por Daniel Godoy. En Liberarte, Corrientes 1555. $ 30.