Dicen que hay dos cosas que no se pueden ocultar: La tos y la

hace 5 días - gran hallazgo científico. Clodovaldo Hernández. En materia de innovación científica, de dónde uno menos espera salta la liebre. Por ejemplo,.
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29 de noviembre 2017

Año 6 - Nº 360



Dicen que hay dos cosas que no se pueden ocultar: La tos y la CORRUPCIÓN. Lo malo es que no hay tos por ninguna parte.



Si el azúcar sigue subiendo de precio , no vamos a saber cómo ENDULZAR la situación.



Uno no se explica cómo si acabaron con los GORGOJOS, no han podido acabar con los bachaqueros.



Lo malo del corrupto es que, cuando ROBA al gobierno, nos está robando a todos.

Miércoles 29 de noviembre de 2017 / Ciudad CCS›Eo*-'›8Œf-

Otra campaña electoral Roberto Malaver

Dice un maestr que cuando unoo de la corrupción la VERGÜENZA pierde para entrar al m, ya está listo de la corrupciónundo .

Juancho Pérez terminó de leer la prensa del día –que se la había prestado su compadre Pancho–, y llamó a su señora: “Mamerta, prepárate que el 23 de noviembre arrancó la campaña electoral para alcaldes y alcaldesas, y seguramente los candidatos y candidatas van a volver a visitarnos. Así que ten a la mano las mismas cosas que pediste en la campaña electoral pasada, aquella de gobernadores, que por cierto, el que ganó no ha vuelto a pasar por aquí, pero a lo mejor volverá cuando venga la campaña electoral y vuelva por la reelección”. Mamerta de Pérez escuchó atentamente a su marido, y una vez que estuvo segura de que había terminado, porque no se atrevía nunca a interrumpir a Juancho por temor de que perdiera la idea principal, le dijo: “Gracias, Juancho, ya me sé de memoria todo lo que nos hace falta en el pueblo. Agua, luz, carreteras, escuelas, canchas deportivas, y eso sí, las líneas telefónicas las dejamos para más adelante, porque es mucho pedir”. La tarde se empezó a oscurecer, y uno que otro pájaro dejó escuchar un alarido, como avisando que venía una tempestad. “Ojala que no llueva, Mame, porque entonces si es verdad que vamos a perder la

Ramos Allup le avisa a sus compañeros que en el avión de su cuñado Francisco no cabe tanta gente para llevarla a dialogar a República Dominicana.

oportunidad de conocer a esos candidatos a la alcaldía, porque con ese barrial nadie se atreve a venir para acá”, comentó Juancho. Mamerta se acercó a la puerta de la casa y sacó el brazo hacia la calle para ver si estaba lloviendo: “Todavía no está lloviendo, Juancho, déjame clavar unos cuchillos en cruz en el corral para que no llueva, y así no nos perdemos la oportunidad de conocer a esa gente importante, que viene cada vez que hay campaña electoral por aquí”. Después, Juancho se puso de pie y fue a la cocina, y preguntó: “¿Hay café, Mame?” “Sí, mi comadre Juana me trajo un poquito”, dijo Mamerta, y Juancho abrió el frasco que contenía el poco de café y lo metió en la greca que sobrevivía en la alacena. Le puso agua y la montó en la cocina. Y mientras esperaba que el café estuviera listo, limpió un poco la mesa. Cuando el café estuvo listo, Juancho se sirvió y le sirvió una taza a Mamerta, y le dijo: “Ojalá que uno de esos candidatos a alcalde venga rápido, para que se tome un café con nosotros, Mame” . Después, los dos, Juancho y Mamerta, se sentaron juntos en la sala de la casa a esperar a los candidatos a alcalde que, seguramente, otra vez volverían a pasar por allí.

YucaenNuevaYork Clemente Boia

@tasporai

Cuando se enteró del precio del kilo de yuca, a Robertina la sobrepasó la indignación. Fue una cosa que se le veía como un espíritu que salía de los 120 kilos de peso de la mejor cocinera de Naiguatá. La plaza tembló y los mesones de los verduleros sintieron el estrépito de más de 500 años de oprobio. La cosa se puso peor cuando el vendedor justificó la especulación por el supuesto precio del dólar. Ahí no fue solo Robertina, todo el mundo tuvo que ver con la discusión y cuando ya parecía calmada, vino Ramón Guerra a reiniciarla, pues el mejor lector de novela negra del Litoral Central, haciendo gala de su apodo de “Moncho Guerrita”, preguntó al vapuleado verdulero si estaba preocupado por el comportamiento de la yuca en la bolsa de valores de Nueva York.

El Tajalí, viendo que Ramón no hacía otra cosa que poner más gasolina al incendio, logró calmar a Robertina con la promesa de establecer una línea directa de suministro desde el productor hasta la cocina de Il Lupo di Mare, para no seguir enriqueciendo a los desmedidos intermediarios. Ya en la noche, en plena discusión de balance de la pelea de la mañana, se produjo otro enfrentamiento en nuestra mesa habitual del antro de Robertina, en la que los contertulios trataban de evaluar si era mejor una cesta de monedas, el yuan o el euro. La trifulca fue ruidosa, punzante y prolongada. El más vapuleado fue Barboza, el eterno candidato a concejal por cualquier partido antichavista que lo postule, quien en solitario propuso que se asumiera el

dólar como moneda, como ya lo han hecho Panamá, Ecuador y Liberia. No se llegó a ningún acuerdo y quedó en el ambiente el pronóstico amargo de Robertina de que si no cumplíamos con la creación de los canales de distribución directos desde los productores hasta la puerta de su local, Il Lupo di Mare no iba a tener más remedio que cobrar a precios de París ahí a orilla de playa de Naiguatá. A las dos de la mañana nos botaron del local. Ramón iba risueño. Decía haber descubierto que en Naiguatá hay expertos en finanzas internacionales de más, y que si no los conocemos a todos, es porque con la excusa del dólar la bebida se ha puesto demasiado cara, que si la caña estuviera más barata, habrían más.

Síndromedelapocetatapada Armando Carías Sin distinción de sexo, raza, credo o posición política. A todos nos ha pasado. Estamos de lo más tranquilos sentados, leyendo un libro o viendo televisión, cuando de pronto, el grito alarmado de alguien desde el baño dispara la alarma: “¡La poceta está tapada!”. De inmediato, usted, como el hombrecito de la casa, salta heroico, deja lo que está haciendo y busca esa espada que todo Cid Campeador tiene preparada para la batalla que se le avecina, el chupón destapador de cañerías, un invento que le librará de la llamada al plomero. Cual Quijote ante los molinos de viento, usted blande el artefacto, transándose en desigual batalla contra los monstruos marinos que se resisten ante sus embestidas. Ataca sin piedad con una maestría digna de Limardo: una, dos, tres veces. Avanza, retrocede. Abre la puerta del baño, toma aire y sigue. Y ellos allí, como si nada. Habrá que pedir refuerzos. Acude en su auxilio el eficaz Diablo Rojo, un potecito que garantiza dejar su baño “limpiecito como un sol”. Vierte el contenido sobre “eso” que a estas alturas no tiene forma

ni color definido, baja la tapa y espera… espera… espera… Al cabo del tiempo sugerido en la etiqueta del producto, usted regresa confiado en que la batalla ha sido ganada y, siguiendo las instrucciones, baja la cuerda, ¡craso error! : un remolino estilo huracán del caribe amenaza desbordarlo todo y convertir su impecable poceta en un jacuzzi, que olvídese de la escena final de la película La tormenta perfecta. —¡Llámate al plomero!, grita usted desesperado, mientras intenta contener esa euforia en que se ha convertido su hermoso inodoro. La llegada del plomero es celebrada por toda la familia y su entrada calcada de “Los Cazafantasmas”: lentes infrarrojos, guantes térmicos, casco antiaéreo y un extraño aparato que parece una licuadora gigante. El personaje, con aire de doctor que viene a ver a un paciente, inquiere “¿dónde está el baño que requiere intervención?”. Lo ausculta con precisión de cirujano, se lleva las manos al mentón y dictamina: “Hay que meterle guaya”.

Acto seguido, conecta el aparato que creíamos licuadora y saltan unos tentáculos como los extraterrestres de Alien, los cuales se internan en las profundidades del desagüe ubicado en el piso, que es como la trocha que se utiliza para destapar pocetas:“Rrrrrrrrrrrrrrrrrr… Rrrrrrrrrrrrrrr… Rrrrrrrrrrrrr”. Transcurridos cinco minutos de angustiante espera, regresa a la sala, se quita los guantes y expone en tono de médico que busca preparar a la familia para la fatal noticia: —Señor, su poceta padece una obstrucción severa de las vías que conducen a los canales intermedios que alimentan las rutas principales que desembocan progresivamente en El Guaire”, y concluye su pedagógico diagnóstico: “¡Tenemos que romper el piso!”. Y es allí, justamente allí, cuando usted comienza a padecer del temible “Síndrome de la Poceta Tapada”, un mal que aqueja a la humanidad desde tiempos inmemoriales y que, a partir de este momento, le acompañará toda la vida.

Miércoles 29 de noviembre de 2017 / Ciudad CCS›Eo*-'›8Œf-

NOTICIA: “Esta tramas más de mos investigando dos corrupción en P dvsa” T.W.Saab COMENTARIO: la corrupción e La refinería de stá en marcha.

Huida de Ledezma propicia gran hallazgo científico Clodovaldo Hernández En materia de innovación científica, de dónde uno menos espera salta la liebre. Por ejemplo, del Cabildo Metropolitano nadie esperaría que surgiera un gran descubrimiento en materia de física cuántica, pero así ha sido. Los metroconcejales han dado con la fórmula del vacío dentro del vacío, algo tan impactante que, según supo El Especulador Precoz, ya están por presentar el caso ante los jefes del Gran Colisionador de Hadrones de Suiza. Las universidades de California-Berkeley y el Instituto Tecnológico de Massachusetts se están disputando a pescozadas y mordiscos la posibilidad de contratar a los genios que han logrado comprobar la existencia del vacío al cuadrado, al cubo y a la infinita potencia. ¿Cómo fue que lo hicieron ellos y no el IVIC, la Universidad de Los Andes, la Central o la Simón Bolívar? Bueno, algunos observadores dicen que fue por mera casualidad, como la buena nota del asno flautista, pero otros atribuyen el logro a la suerte de contar con los objetos (o, mejor

dicho, los sujetos y las sujetas) de estudio apropiados. Resulta que los concejales llegaron a la conclusión de que con la huida del país del alcalde metropolitano Antonio Ledezma, se había generado un vacío de poder por lo que procedía destituir a la señora Helen Fernández, quien, según algunas aproximaciones hipotéticas, era la alcaldesa encargada. Allí surgió el fenómeno del solapamiento de los vacíos. Primero, porque Ledezma, antes de ser detenido, ya se aproximaba bastante a la Nada, debido a su gestión como alcalde; segundo, porque la existencia política de la doña Fernández nunca ha podido comprobarse (salvo por unos avistamientos en Globovisión); tercero, porque el Cabildo Metropolitano mismo es una entelequia. Para colmo de descubrimientos de vacíos dentro del vacío, los concejalesvacíos, en reemplazo de la alcaldesa-vacía, designaron como alcalde-antivacío al presidente del cabildo-vacío, un caballero ídem llamado Alí

Mansour, de Primero Justicia. En defensa del alcalde fugitivo y de la alcaldesa fantasmagórica salió Richard Blanco, quien alegó que el acuerdo era nulo de toda nulidad. Los aludidos, contentos con el éxito de su invención científica, afirmaron que si de nulidad se trata, Blanco no debería ni abrir la boca. “Es el tipo más nulo de todos”, dijeron los exitosos descubridores del cero político absoluto.

INCREÍBLE: Nadie imaginó nunca que Primero Justicia, amante de darle un golpe de Estado a Maduro, se lo diera a Antonio LEDEZMA.



Por lo visto, son muchos los barriles de CORRUPCIÓN que se están produciendo en Pdvsa.

Al fin se sinceró la opos FEDECÁMARAS lo ición, a representar en el s va diálogo en República Dom incana, Jorge Roig , su expresidente, ti ene la palabra.