Divertida comedia coral Día atípico con pocas estrellas

llevar al hombre a cometer las más insólitas e inesperadas acciones. Esto es lo que le ocurre a Roger, un bribón, respetado y exitoso cazatalentos de. Noruega.
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espectáculos | 3

| Jueves 27 de septiembre de 2012

cine

La seducción del poder, el robo y la codicia cacería implacable (HeaDHUNTerS, alemaNia-NOrUeGa/2011). ★★★ buena. dirección : Morten Tyldum. guión: Lars Gudmestad, Ulf Ryberg y Jo Nesbo.

elenco :

Aksel Hennie, Nikolaj Coster-Waldau, Synnove Macody Lund, Elvind Sander. duración :

100 minutos. calificación:

apta para mayores de 16 años.

E

Gastón Pauls y Carolina Peleritti, dos a quererse

Foto: buena vista

cine

Divertida comedia coral DíaS De viNilO (arGeNTiNa-cOlOmbia/2012). ★★★★ muy buena. guión y dirección:

Gabriel Nesci. fotografía: Rodrigo Pulpeiro. música: Gui-

llermo Guareschi. edición: Alberto Ponce. dirección de arte: Patricia Pernía. elenco:

Gastón Pauls, Fernán Miras, Rafael Spregelburd, Ignacio Toselli,

Maricel Álvarez, Inés Efrón, Carolina Peleritti, Emilia Attias, Leonardo Sbaraglia. duración: 105 minutos. calificación: apta para todo público.

Q

ue tiene mucho de sitcom; que los diálogos le deben bastante al espíritu del stand-up; que las referencias a Diner, de Barry Levinson, y a Alta fidelidad, de Stephen Frears, son insoslayables; que las citas musicales (los Beatles, Yoko Ono) son un poco obvias; que es una suerte de Todos contra Juan ampliada a la pantalla grande… A Días de vinilo, es cierto, se le podrán cuestionar diversos aspectos con mayor o menor minuciosidad dependiendo de gustos, sensibilidades, exigencias y conocimientos previos por parte de cada espectador, pero lo que no se podrá decir del guionista y director Gabriel Nesci es que su ópera prima no sea divertida y entretenida. Si uno regresa a los modelos del cine y la televisión estadounidenses se podrán encontrar varios antecedentes, pero ¿hace cuánto que en la Argentina no se estrena una buena comedia coral (y, por qué no, con algo de retrato generacional)? Porque Días de vinilo es eso: la historia de cuatro amigos que rondan los 40 años y siguen demasiado pe-

gados a sus conflictos adolescentes (léase miedo a comprometerse, a pegar el salto a una madurez, a una adultez que los aterra). La película de Nesci es, quedó dicho, una comedia de situaciones, pero sobre todo de relaciones –muchas veces disfuncionales– con las mujeres. El amor por la música los juntó de niños, la frustración profesional los unifica y, definitivamente, los conflictos con el sexo opuesto no les permiten salir de ese pequeño círculo en el que se mueven. Hay un músico frustrado que trabaja vendiendo parcelas en un cementerio y que está a punto de casarse (Rafael Spregelburd); hay un guionista y director que vive bajo el fantasma de una primera película y de una amor frustrado (Gastón Pauls); hay un locutor enfermo de celos ante una novia cantante demasiado expansiva (Fernán Mirás), y hay un muchacho que acarrea traumas varios de la infancia y que no logra trascender con su banda tributo a los Beatles (Ignacio Toselli). Y están, claro, las mujeres (Maricel Álvarez, Inés Efrón, Carolina Peleritti,

Emilia Attias), un poco más desdibujadas o estereotipadas que los personajes masculinos. Días de vinilo está escrita, filmada y actuada con indudable profesionalismo, con una pericia que no abunda en el cine argentino. Nesci logra que sus escenas fluyan, que los diálogos jamás hieran los oídos y hasta es capaz de conseguir momentos brillantes de Mirás (sobre todo cuando pierde la audición) o en las apariciones autoparódicas de un cada vez más desenvuelto Leonardo Sbaraglia. En Días de vinilo hay algunos rasgos nostálgicos, un tono retro tan en boga entre aquellos que vivieron su adolescencia durante los años 80 (otra marca generacional). Hay, también, una exposición de las contradicciones entre esa lealtad propia de la camaradería masculina y las inevitables tentaciones; un universo en el que conviven las neurosis a-la-Woody Allen con un espíritu romántico más naíf puesto sobre todo en el personaje de Efrón. Puede que en las referencias apuntadas que sirvieron de inspiración y en las distintas estructuras narrativas se le noten a Días de vinilo ciertas “costuras”, pero si uno deja de exigirle a un producto nacional que sea siempre original y brillante, este film de Nesci nos invita al más genuino y puro de los disfrutes.ß

Diego Batlle

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l deseo incontrolado de subir los escalones del poder se convierte muchas veces en un transitar por una cornisa que puede llevar al hombre a cometer las más insólitas e inesperadas acciones. Esto es lo que le ocurre a Roger, un bribón, respetado y exitoso cazatalentos de Noruega. Casado con Diana, bella propietaria de una galería de arte, vive en una confortable casa de campo y nada parece faltarle. Claro que para poder mantener esa vida se dedica al robo de valiosos objetos artísticos. Cuando conoce a un millonario que posee una colección de cuadros, la codicia lo transforma en un ser dispuesto a todo para robarle a su reciente amigo, tan pícaro y audaz como él, una obra de arte de valor incalculable, y ambos comienzan entonces a hacer gala de sus respectivas astucias. El guión, adaptado de un best seller del escritor británico Jo Nesbo, posee todos los buenos aditamentos de ese tipo de thrillers de acción y suspenso que, a la par que entretienen, se condimentan de personajes de extrañas psicologías. Esto lo tuvo muy en claro el director Morten Tyldum que en 2003, y con su opera prima Buddy, presentó al público una nueva generación de actores, convirtiéndose así en un punto de inflexión en la reciente historia cinematográfica noruega. El elenco se plegó a la trama con gran habilidad, y sobresalen Aksel Hennie, uno de los actores más populares de Noruega, y el danés Nikolaj Coster-Waldau, popularizado mundialmente por la serie Game of Thrones. ß Adolfo c.

Martínez

Belcim Bilgin y Monica Bellucci

Foto: j. etxezarreta/eFe

Día atípico con pocas estrellas

SaN SebaSTiáN. En medio de la huelga

general se vieron dos películas fuertes Julia Montesoro ENvIADA ESPECIAL

SAN SEBASTIÁN.– Día atípico el de ayer. El festival redujo al mínimo sus actividades, debido a la huelga general convocada en el País vasco por sindicatos y organizaciones sociales contra los recortes impuestos por el gobierno de Mariano Rajoy. Sólo unos pocos comercios permanecieron abiertos y, a media mañana, una movilización que se desplazaba por el centro de la ciudad produjo algunos atascos en el habitualmente ágil y ordenado tránsito de Donostia. Puertas adentro del Kursaal, el inmenso edificio con forma de cubo que concentra las principales actividades del festival, hubo poco movimiento (una agenda sólo reservada para los acreditados de prensa e industria audiovisual). Y en la sala mayor únicamente se proyectaron las películas de la sección oficial: la china All Apologies, y la turca Rhino Season, además de algunos títulos de otros segmentos del festival, entre los cuales se vio el film argentino El último Elvis, presentado por su director, Armando Bo, estrenado en nuestro país a comienzo de año. El público acompañó con asistencia casi total en la sala del Kursaal. La italiana Mónica Bellucci fue la estrella del día. Pero a tono

con el “minimalismo” que tiñó la agenda de ayer del festival, no hubo alfombra roja para la actriz, protagonista de Rhino Season, drama del cineasta kurdo-iraní Bahman Gobadi, que pese a su estilismo visual no plasma con igual intensidad la historia que cuenta, inspirada en la vida de un poeta y compatriota del realizador, que luego de tres décadas en prisión trata de reunirse con su esposa, el personaje que con pocas palabras y profunda emotividad entrega Mónica Bellucci, cálidamente aplaudida tras la exhibición del largo. La realizadora china Emily Tang, acompañada por el productor y uno de los actores de su tercera película como directora, All Apologies, presentó en la competencia este drama sobre dos familias enfrentadas –y a la vez, fatalmente ligadas– por un accidente automovilístico en el que pierde la vida un niño. También para esta película, el aplauso del público fue moderado. Desde ayer están aquí Carlos Sorín y Alejandro Awada, el protagonista de Días de pesca, la película que representa a nuestro país en la sección oficial, donde hoy también se verá, fuera de concurso, ¡Atraco!, film del español Eduard Cortés, con Guillermo Francella y Nicolás Cabré al frente del elenco hispanoargentino.ß