dias festivos/pdf/Epoca de Luz y Obscuridad


83KB Größe 7 Downloads 56 vistas
Época de Luz y Obscuridad Artículo escrito por: Elsa Amezcua de Balderas ObreroFiel.com usa este artículo con permiso del autor Ciertamente ésta es una época de luz. Si miras a tu alrededor todo tiene luz, luz y movimiento. Se iluminan casas, negocios, centros comerciales, recreativos, culturales y aún los deportivos. ¡Todo se llena de luz! No existe lugar donde no haya por lo menos una lucecita encendida. Es propio de la época decembrina. Sin embargo, también es una época de obscuridad. Todos lo sabemos y lo experimentamos de alguna manera. El espíritu y alma de muchas personas esta aún en la obscuridad, no han conocido la luz de Cristo. Aún, entre algunos hijos de luz, su destello parece casi extinto. Y qué decir de la obscuridad moral, social, física y económica que nubla nuestros días en el mundo entero y en nuestro amado país. Hay miedo, tristeza y desolación. Hay enojo, ansiedad y desconfianza. Hay sobre todo, mucha desesperanza y la idea de sólo sobrevivir a cada día que se presente. Las luces que tanto brillan en estos momentos pasarán. Son luces de unos pocos días; después todo volverá a lo cotidiano y sólo quedarán aquellas luces que parecen no ser suficientes para iluminar nuestro mundo. Al ver y escuchar tantas situaciones tan dolorosas e indignantes de estos días, me siento como si el lado obscuro nos venciera. Pero nuevamente, Dios me insta a buscarlo en Su palabra para reanimar y afirmar mi corazón con esperanza en Jesús. Escucho a Jesús decir: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en los cielos. ¿Será que el brillo de nuestra luz será suficiente para el mundo? ¿Para un mundo así, dónde cada historia de esperanza se opaca al haber tres más de dolor y muerte? Si hacemos brillar nuestra luz como Dios lo enseña en su palabra, para Dios es suficiente. Dios me lo ilustró de una manera particular en estos días. Es costumbre nuestra también colocar el arbolito de navidad y adornarlo. Colocamos las luces, guías doradas y flores de nochebuena por todo el árbol. Después lo encendimos y quedamos contentos al ver cómo quedó. Al poco rato apagamos las luces. Después de un tiempo lo miré y noté que no se veía tan bonito como había quedado, de hecho se veía triste y apagado. Les dije a mis hijos en ese momento, “¿ya vieron cómo se ve el árbol?” y coincidieron conmigo en que algo le faltaba. Entonces encendimos las luces y... ¡qué hermosa diferencia! Y me di cuenta de una manera visual, cómo nos vemos los hijos de luz en este mundo. Si brillamos, nuestro mundo es hermoso, pero si nuestra luz esta apagada aunque estemos ahí (las luces del árbol ahí estaban pero apagadas ni se notaban) el mundo se ve triste y opaco porque no tiene la luz de Jesús. ¿Cómo ser luz y cómo ayudar a otras mujeres a serlo también? Te invito a escudriñar la Escritura en estos y otros textos más que nos enseñan cómo brillar: 1 Tesalonicenses 5:5-8, Efesios 5:8-14ª, 1 Pedro 2:9, 2 Corintios 6:4-6, 1 Juan 1:5-7 1 Juan 2:9-11 Y recuerda que es nuestro Dios quien se encarga de que el brillo de nuestra luz... ¡brille donde tenga que brillar! Que Dios te bendiga. ObreroFiel.com- Se permite reproducir este artículo siempre y cuando no se venda.