Detrás de las noticias Una cabal vida política

21 nov. 2009 - experiencias homosexuales en la ciudad de los años ochenta. Una íntima ... reconstruye su adolescencia en los años setenta, cuando Emilia ...
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CRÍTICA DE LIBROS

REDACCIONES PERDIDAS POR CLAUDIO ZEIGER EMECÉ 201 PÁGINAS $ 54

NARRATIVA ARGENTINA

Detrás de las noticias E

n Redacciones perdidas, cuarta novela del escritor y periodista Claudio Zeiger, cinco voces toman las postas de un recorrido asimétrico, cuyo orden es íntimo y sutil. Se trata de las historias que palpitan en las bambalinas de las redacciones de diarios y revistas, pero cuyo verdadero nudo en común parece ser el momento de “iniciación” de ciertas subjetividades, momento en que todo un cúmulo de expectativas y sensibilidad incipientes asiste a la lenta caída de la piel que las recubría, y con ello al comienzo de un tiempo irreversible que se llama adultez, o a veces, tristemente, vejez. Dividida en dos partes, la novela reúne en la primera “Las crónicas de la época”, historias que representan aristas del amplio mundo de las redacciones en diferentes tiempos: un jovencito de la década de 1950, sobrino de un carismático periodista, huye de su casa y conoce por primera vez, en una oscura habitación del Once, el cuerpo desnudo de una niña. Otro joven, algo mayor, decide abandonar su pueblo y encontrar en

Buenos Aires la conjura contra su timidez y su dubitativo catolicismo. El tío de aquel primer jovencito en fuga, Ernesto Vila, narra el éxito de su Crónica sentimental, donde pioneramente relata las experiencias homosexuales en la ciudad de los años ochenta. Una íntima amiga de Ernesto y famosa periodista –Emilia Gauna– narra la culminación de un extraño triángulo surgido en las redacciones. En la segunda parte, “Las novelas del verano”, es la lograda voz de Pablo, un periodista ya en plena actividad, la que reconstruye su adolescencia en los años setenta, cuando Emilia Gauna lo inició en la ferviente práctica de la lectura, y su mejor amigo, Javier, en el aprender a descubrirse en el espejo del otro. Como en su primera novela, Nombre de guerra, sucede algo peculiar con la escritura de Zeiger: la prosa despojada, por momentos apurada o raramente interesada, acaso, por pedirle al lenguaje formas que aún no ha dicho, logra trazar, de todos modos, un piso irreductible de experiencias y, sobre todo, de sensibilidades masculinas profunda-

Zeiger GZA. EDITORIAL

mente sentimentales. No consiste en el racconto de grandes acontecimientos, mucho menos de grandilocuentes confesiones. Se trata, más bien, de una escritura que si no se luce por su estilo, sí lo hace con el recorte o con la “entrada” que elige para presentar a sus personajes, la mayoría de ellos secretamente vulnerables, más allá de sus diferentes actitudes (o máscaras) sociales, todos atravesados por una sensibilidad nunca patética, sino sencilla, inusual, siempre en busca de una especie de epifanía afectiva.

En este sentido, no es casual que Ernesto, autor de Crónica sentimental, admita con ecos metaliterarios no poder ser un “buen cronista”, esto es, “objetivo”, “estudioso de las costumbres humanas”, porque él las ha padecido, y al mirar hacia el pasado, sólo quisiera transmitir “el desasosiego que se mezclaba entre risas”. Con algo de “cronista sentimental”, Zeiger logra representar ese desasosiego casi existencial de sus personajes, aun cuando estos no sean sujetos tristes, ni carentes de encuentros sexuales placenteros Periodista y escritor como varios personajes de esta novela (Zeiger es editor del suplemento Radar Libros del diario Página/12), el autor logra con Redacciones perdidas aunar un tema de larga tradición en la literatura –los vínculos entre arte y periodismo– con las historias de vida de ciertos sujetos que están tan marcados por el oficio como por esa vulnerable, y a la vez erótica, vivaz, aura sentimental. Soledad Quereilhac © LA NACION

BIOGRAFÍA

Una cabal vida política R

econstruir la vida y obra de un dirigente político de la talla de Raúl Alfonsín no resulta una tarea para nada sencilla. Mucho menos cuando aún queda dispersa en la memoria colectiva –en general, con sentimientos de nostalgia y simpatía– su cercana muerte. Julia Constenla resuelve este desafío con gran altura en Raúl R. Alfonsín. Biografía no desautorizada. La autora detalla con armoniosa pluma la vida personal y política del líder radical. Recurre a una vasta bibliografía, notas de prensa y testimonios directos para darle forma a una investigación acabada. Abundan datos inéditos y curiosos, que aun los más fanáticos simpatizantes del ex presidente podrán saborear como primicias. Hay pasajes en que la investigación

16 | adn | Sábado 21 de noviembre de 2009

llega a interrogantes difusos. Constenla resuelve el dilema, para dar mayor claridad a los hechos y despejar dudas, con la voz del propio Alfonsín. En gran medida, se vale de los diálogos que su difunto marido Pablo Giussani mantuvo con el líder político y que culminaron en el libro ¿Por qué, doctor Alfonsín? (1987). Aunque también toma otras entrevistas y discursos del ex presidente. La biografía está cargada de anécdotas y curiosidades. Después de todo, el género no le es desconocido a Constenla, quien ya escribió sobre las vidas de Ernesto Sabato, del Che Guevara y hasta de la presidenta chilena Michelle Bachelet. Para aquellos que hayan admirado a Alfonsín, e incluso para quienes diferían de sus ideas, el libro resulta atractivo por-

que repasa al detalle la historia reciente de la Argentina con sus aciertos, errores y contradicciones. En esta búsqueda, se relatan los vínculos de Alfonsín con el peronismo (en muchos casos se dan datos sorprendentes de su amistad con diversos dirigentes de ese partido) e indaga, a la vez, la compleja relación con la Iglesia, las Fuerzas Armadas y el sindicalismo. Está claro que el relato no es excesivamente crítico de algunos pasajes de su gestión, como la puesta en marcha del plan de ayuda alimentaria (PAN) o los desacuerdos por la ley Mucci de reordenamiento sindical. Tampoco se brinda un análisis profundo de las negociaciones entre Alfonsín y Carlos Menem, que desembocaron en el Pacto de Olivos y la reforma constitucional de 1994.

RAÚL R. ALFONSÍN POR JULIA CONSTENLA VERGARA 348 PÁGINAS $ 69

De todas maneras, hay testimonios valiosos y documentos que ayudan a dar una imagen cabal de la figura de Alfonsín. Se muestra con rigor a un hombre en sus más variadas facetas: el político de raza, el periodista comprometido, el legislador incansable y negociador, el Presidente tenaz. También, aunque en menor medida, el hombre de familia. Después de todo, esta biografía busca indagar las disyuntivas de la historia política del país. Y esto queda reflejado en la obra, que es la vida misma de Raúl Alfonsín. Martín Dinatale © LA NACION