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promiscuidad sexual es tan ofensivo a Dios; que ésta y cualquier comparación resultan tontas. El sexo es tan sublime, pues es creación de Dios para que los ...
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LA PUREZA SEXUAL Usado con permiso

El adinerado patrón, de una finca muy lejana en uno de los estados de México, compró un hermoso caballo de pura sangre. El animal era de pecho pronunciado, de cuello erguido y vertical, de orejas paradas, de patas largas y delgadas, sin panza y de ancas verdaderamente simétricas y onduladas. Un día el patrón se enojó muchísimo, cuando vio que el ingenuo caporal, estaba usando aquel hermoso animal para arar los campos; pues una de las mulas se había enfermado. El enojado patrón, después de dar un puñetazo al caporal, le dijo: “Jamás se te ocurra volver a tocarlo. Este caballo es exclusivo para que yo lo luzca en las carreras”. No se porque hago esta comparación tan tonta. Realmente el usar nuestro cuerpo para la promiscuidad sexual es tan ofensivo a Dios; que ésta y cualquier comparación resultan tontas. El sexo es tan sublime, pues es creación de Dios para que los esposos lo disfruten legítimamente dentro del matrimonio. El sexo es tan sublime y tan maravilloso que la sulamita, de Cantares, después de experimentarlo; corre a las doncellas y les dice: “Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén...que no despertéis ni hagáis velar el amor, hasta que quiera.” Hay un tiempo para ocuparnos de él. El que logra desobedecer a Dios prostituyéndose en cualquier forma de promiscuidad sexual, ya sea física o fantástica; abre puertas al Diablo y se aleja mucho de la presencia de Dios. Colosenses 3:5 dice que lo primero que debemos “hacer morir” en nosotros es la promiscuidad sexual, las impurezas y las pasiones desordenadas. Dice que el que practica esto, atrae hacia sí, como un poderoso imán; la ira de Dios. Dios ama tanto la pureza sexual y aborrece tanto la promiscuidad que la señal que le dio a su pueblo fue la circuncisión. Ésta, debemos entenderla en el contexto de la depravación en la que habían caído los paganos devotos de Baal. Lo más prominente en la imagen de Baal era el enorme miembro masculino que era venerado como fuente de fertilidad. En esos cultos había sexo sagrado. Con razón había tantos devotos de esta religión. En cambio el pueblo de Dios se debía circuncidar. Cada vez que el pueblo de Dios iba a hacer sus necesidades fisiológicas, se acordaba de su pacto de pureza contraído con el Dios de la pureza. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

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