Cuento Para coleccionistas

20 may. 2011 - pies de cabra; y, si uno logra cruzarlas, otras que duermen durante seis meses ... Lejos, en el campo, se oía el alboroto débil de un tractor.
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Cuento Para coleccionistas

Meteoro de verano, que publica La Bestia Equilátera, reúne relatos de Arno Schmidt, uno de los más inclasificables autores alemanes del siglo último

Trueque de llaves POR ARNO SCHMIDT

E

pág.

Viernes 20 de mayo de 2011

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s muy solitario ese lugar, junto al río Sarre. Abismos de paredes verticales formadas por piedra del triásico temprano ; unos gigantes rocosos, altos como casas, interrumpen el camino con su vestimenta color rojo-óxido de cazador furtivo, la enorme piedra movediza como cráneo ; ( ‘ hay montañas en las que dicen que viven personas con pies de cabra; y, si uno logra cruzarlas, otras que duermen durante seis meses ’ – siempre me gustó leer este tipo de pasajes en Heródoto.( Mi primera épica, Sataspes ) ). Acababa de regresar de un paseo por el bosque al pueblito adormilado en el que vivía en esa época ; las habituales telas de araña invisibles se habían pegoteado a mi frente escasa cuando me agaché para avanzar por entre matas y arbustos. Arriba, a ambos lados de la ruta, se abalanzaban los sauces, cuchillas revueltas en las cabezas despeinadas ; el viento se agazapaba aquí y allá ; el clima parecía haber cambiado. Luego me senté, cansado y satisfecho, en mi habitación ; bastante vacía de muebles, pero en caso de necesidad puedo utilizar la valija de la máquina de escribir como almohada y taparme con la puerta. Además, con menos aparatos se piensa mejor : mi ideal sería una habitación vacía sin puerta ; dos ventanas desnudas, sin cortinas, en las que

se retuercen dos cruces endebles, invalorables para tipos de cielo como el de temprano a las cuatro ; o al anochecer, cuando delgadas lenguas viperinas color rojo sisean siguiendo al sol, ( mis dedos ya se doblaban en ese sentido ). ( Una cosa más para explicarme : vivo de los honorarios de mi máquina de escribir. Casi siempre, dulces insignificancias : colaboraciones para diarios ; conversaciones. En el Gran Brehm existe el término Menageriebild, unas diez especies animales que aparecen juntas y relajadas en medio de un paisaje paradisíaco : es así como compongo mis articulitos, ‘ De los sabios que tienen esposas malas ’. A lo sumo, algún programa nocturno serio, ‘ Fouqué y sus contemporáneos ’. ¡ No es una profesión agradable !) . Así que sentarse, y observar con ojos abiertos los canteros de pensamientos. ( Adelante, delante de mí, se mueven las agujas del reloj ; soy anticuado y valoro los relojes toscos como tubérculos, en cápsulas para montañistas, pendiendo de una cadena de metal ) . La pared blanca, como siempre, me miraba con calma; con calma ; – calma. Con. – – ( Ese punto grueso y lustroso en la cerradura era el extremo de la vara de la llave ; muy lustroso. Tan lustroso que molestaba, en realidad ; decidí que al día siguiente lo cubriría con un círculo de papel ) .

Silencio. Lejos, en el campo, se oía el alboroto débil de un tractor. Una nariz tenía, como un ornitorrinco. Y la pared era paciente, como sólo una piedra ; de y a la piedra – pero había algo que no estaba bien. ¿ Yo fruncía la cara : ? : ¡ Ah ! ¡Ahí ! Con mucha suavidad, discernible sólo por el cambio en el brillo, giraba el punto gordo y reluciente de la cerradura. Giraba : ¡ y desaparecía ! Los cambios me entran cada vez más despacio. Suelo estar hundido hasta el pecho en la selva de los pensamientos y primero necesito hacer fuerza para salir, izarme hacia fuera con la ayuda de las manos – : ¡ y entonces la llave había desaparecido ! Salté hacia la puerta ; picaporteé y la atravesé de un tirón ; la cabeza hacia la derecha : ¡ nada ! ¿ La cabeza hacia la izquierda ? : ¡ ¿ no acababa de cerrarse allí la puerta de calle ? ! Di tres pasos ( mido un metro ochenta y cinco, tengo piernas largas ) – y alcancé a ver algo marrón que desaparecía por allá, entre los árboles frutales. Una mano superpoderosa me empujó : ¡detrás! Cazar lo marrón : las ramas me dieron ración llena de sus habilidades como espadachines, Carte, Tierce, Indirecta de Segunda. Un sol amarillo y dudoso lo manchaba todo. Precipitarse por tierras de labranza.