El cuento fantástico En el cuento “El castillo” que leíste en clase, ocurren de pronto acontecimientos imposibles de explicar utilizando la razón. Además, todo sucede en un mundo cotidiano y reconocible. Esa es la característica principal de los relatos fantásticos, pero no la única.

La interpretación de los hechos. Otra característica que distingue lo fantástico es que los mismos personajes no saben cómo interpretar ese hecho extraordinario que desacomoda sus vidas. Por eso dudan entre una explicación racionel, por ejemplo creen que lo que les está sucediendo es consecuencia del agotamiento, una pesadilla, el insomnio o la locura, o bien aceptar que es un fenómeno sobrenatural que quiebra la normalidad. Esto le sucede al protagonista de “El castillo”, quien en un primer momento asocia el extraño sonido de su voz con la pesadilla que lo hizo despetar sobresaltado y recién al reconocer su rostro en una vieja foto descubre que él es el fantasma del dueño del castillo asecinado tiempo atrás. Esa duda entre lo que tiene una explicación y lo inexplicable también la siente el lector mientras lee. En algunos casos, al término de la historia permanecerá con la duda de lo ocurrido, pero en otros, el lector, descubrirá alguna pista que lo hará optar por una explicación sobrenatural. Por ejemplo el hecho de que los

empleados no perciban a Edgar en la biblioteca es un indicio claro de que nos lleva a pensar que el protagonista no está soñando ni está enloquecido sino que en realidad, es un fantasma. Ejemplo: “Y mientras Edgar observaba espantado su propio rostro en las fotografías amarillentas, los empleados entraron a la biblioteca y la encontraron vacía”

Lo Fantástico lo maravilloso y el tipo de narrador. Seguramente leyeron o les contaron historias con ogros, varitas o anillos mágicos. Estos personajes son típicos de los cuentos maravillosos, que se caracterizan por los elementos sobrenaturales pero que son parte de un mundo diferente al cotidiano y que responde a reglas propias. Tanto el lector como los personajes de estos cuentos aceptan este mundo maravilloso con naturalidad y no se asombran por lo que pasa en él. Por el contrario en los cuentos fantásticos ocurren hechos desconcertantes tanto para el protagonista como para el lector. Además como sucede en los cuentos maravillosos, muchos cuentos fantásticos tienen un narrador omnisciente. Ejemplo: “Entonces soñó. Soñó con María la mujer de la foto. LA veía espléndida bailando en el salón principal del castillo”.