Cuando Dios nos llama la atención Hageo 1:5-11 - ObreroFiel

Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por ... Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba”.
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Cuando Dios nos llama la atención Hageo 1:5-11 Por Brian Bill Usado con permiso El lunes fui a la escuela para recoger a mi hija Megan al terminar las clases. Llegué un poco antes y estuve charlando con algunos de los otros padres, cuando de repente oí una mujer gritar y apuntar al piso. Miré y allí estaba una araña negra enorme. Una niñita se estaba acercando para levantarla. Otra persona se preguntaba si era una de esas arañas falsas. Me puse en acción y simplemente la pisé. Al levantar mi zapato, vi un montón de arañas pequeñitas correteando por el piso. Las aplasté también mientras la mamá que gritaba se subió a una silla. Como pueden imaginar, esto llamó la atención a todos los que estaban en el pasillo. Unos cuantos estudiantes lo observaron y regresaron a sus salones a contarlo a sus compañeros. Cuando sonó el timbre y los niños salieron de sus clases, muchos ya se habían enterado de lo ocurrido. ¡Me sentía como un héroe! Y en poco tiempo lo acontecido creció, tanto como el tamaño de la araña. Cuál sea el caso, les asustó a los estudiantes…y ¡en especial a la mama en la silla! Este incidente verdaderamente nos llamó la atención. ¿Has pasado alguna vez por una experiencia la cual Dios usó para llamarte la atención? Tal vez no fue una araña, pero posiblemente fue algo de estrés, o la pérdida de algún ser querido, o un pecado en tu vida que fue expuesto, o el haber sido despedido de tu trabajo, o una ruptura relacional, o preocupaciones financieras, o una fricción familia, o tal vez un sentido general de frustración e inutilidad. Quisiera asegurarles esta mañana que un sentido de insatisfacción o descontento debe llevarnos a encontrar satisfacción únicamente en Dios. Hemos aprendido dos verdades en los primeros versículos de Hageo:  

Procedamos, no pospongamos Demos prioridad a Dios y ya no vivamos solo para nuestro propio placer

Veamos el contexto de nuevo. Por razón de su desobediencia, el reino sur de Judá fue destruido por los babilonios y muchos fueron capturados y llevados a vivir en Babilonia. Muchos de los profetas de Dios profetizaron que esta cautividad no destruiría la nación; que eventualmente terminaría, y 70 años después el pueblo de Dios regresaría a sus hogares. La semana pasada les conté la historia en mis propias palabras y sin duda les confundí a algunos de ustedes. Ahora dejemos que la Palabra de Dios nos muestre la situación y el escenario del libro de Hageo. Busquen en 2 Crónicas 36:15-23 y sigan con la vista mientras leo: “Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio. Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia. Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables. Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas; para que se cumpliese la

palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos. Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba”. [A propósito, esto explica por qué el exilio duró 70 años; por 490 años el pueblo de Dios había ignorado la ley de Dios que rezaba que deberían dejar descansar la tierra cada séptimo año (ver Levítico 25:4). Dios compensó por tomar todos esos años sabáticos sin cumplir, de un solo. La ecuación así parece: 490 ÷ 7 = 70]. “En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino: Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que están en Judá”. 50,000 judíos regresaron a Judá y reedificaron el altar y comenzaron a ofrecer sacrificios. Dos años después terminaron la fundación del templo. Pero en eso pararon de trabajar y se dedicaron a edificar sus propias casas por 16 años. Hageo llega y les dice que pongan a Dios en el centro de sus vidas y comiencen de nuevo el trabajo. Esta mañana vamos a encampar en Hageo 1:5-11 y vamos a ver que Dios nos está llamando a:   

Hacer pausa y reflexionar Observar y aprender Ir y conseguir

¿Están listos? 1. Hacer pausa y reflexionar. En el versículo 5, Dios se refiere a sí mismo como Jehová Sabaoth de nuevo para poner su perspectiva donde debe estar: “Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos…” Dicho en palabras sencillas, habían perdido su percepción de Dios como grande y poderoso. Ellos, y nosotros, tenemos que recuperar cuán poderoso y majestuoso es Dios en verdad. Y es así, porque cuando nuestro entendimiento de la inmensidad de Dios falla, dejamos que otras cosas lo asombren. Eso es lo que les había pasado a los judíos. En vez de adorarle, estaban viviendo para su propio placer. Eso me recuerda del título del libro por J. B. Philips: “Tu Dios es demasiado pequeño”. Un pastor de otra generación atinó cuando dijo, “Lo que piensas acerca de Dios es la cosa más importante de tu ser.” ¿Qué es lo que el Señor Todopoderoso quiere decir a su pueblo? Vean la segunda parte del versículo 5: “…Meditad bien sobre vuestros caminos”. Este es en verdad el mensaje de mayor importancia del libro y es único a Hageo, ocurriendo cinco veces en dos capítulos: en 1:5, en 1:7, en 2:15 y dos veces en 2:18. Usando giros idiomáticos, significa, “Poner tu corazón en el camino”. Literalmente significa “aportar tu mente a tus caminos”. La cadencia en el idioma hebrea es muy poderosa. Usando idioma popular, 2

tenemos que pensar en por qué las cosas en nuestras vidas apestan. La Biblia al Día lo reza así: “Piensen bien en su conducta”. ¿No es fácil, verdad? Esto es especialmente el caso cuando estamos rodeados de aficiones absurdas y pensamiento superficial. Favor de notar que Dios no dice, “¿Qué te están diciendo tus sentimientos?” o “¿Qué dicen tus amigos?” En lugar de eso, Dios desea que ocupemos nuestras mentes en hacer un inventario serio. Si no lo hacemos, terminaremos viviendo solo para nosotros y no para el Todopoderoso. Sócrates tenía razón cuando dijo, “La vida no examinada no vale la pena vivir”. Comencé a leer un libro esta semana por Craig Groeschel que se titula “El cristiano ateo”. Él sugiere que muchos cristianos hoy en día creen en Dios, pero viven como si no existiera. Seamos honestos. Somos expertos en considerar el comportamiento de los que nos rodean, pero no tanto en nuestro propio comportamiento. Es fácil criticar severamente a otros y al mismo tiempo disculparnos a nosotros mismos. Hagamos pausa y reflexionemos en este momento mientras vemos otras Escrituras que enseñan la misma verdad.   

Lamentaciones 3:40: “Reflexionemos seriamente en nuestra conducta, y volvamos nuevamente al Señor”. Lucas 15:17: “Al fin se puso a pensar: ‘¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre!’” 2 Corintios 13:5: “Examínense ustedes mismos, para ver si están firmes en la fe; pónganse a prueba. ¿No se dan cuenta de que Jesucristo está en ustedes?”

(Versículos tomados de La Biblia Dios Habla Hoy.) Dios puede usar de una variedad de cosas para llamar la atención. Me he estado divirtiendo observando y escuchando como el Denver Broncos Quarterback Tim Tebow está causando al mundo de deportes que haga pausa y reflexione. Guió a su equipo a una victoria impresionante sobre los Steelers el domingo cuando tiró exactamente 316 yardas, y la gente comenzó a recordar la alusión a Juan 3:16, que Tebow había pintado bajo sus ojos en 2009 cuando guió los Florida Gatos a una campeonato nacional. El lunes siguiente Juan 3:16 llegó a primer rango de búsqueda en Google. Fuera coincidencia o no, sus pasos tenía a miles de personas hacienda pausa y reflexionando, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Después de hacer pausa y reflexionar, Dios llama a su pueblo a ir más allá de lo que les está pasando y aprender de su experiencia. 2. Observar y aprender. El versículo 6 nos habla de lo que pasa cuando no ponemos a Dios primero en nuestras vidas. Es un poco difícil de ver en el español, pero en el hebreo estas frases aparecen como estallos estacatos: “Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto”. Dios les golpeó en su agricultura y en su economía. El mensaje es claro – nunca encontraremos satisfacción hasta que estén correctas nuestras prioridades. Ellos tenían mucha acción, pero nada de satisfacción. Un sentido de insatisfacción debe llevarnos a encontrar nuestra satisfacción únicamente en Dios. Dios estaba causando su aflicción para llamarles la atención. Esta frustración se demostraba en las tres necesidades básicas de la vida – alimento, agua y vestido. Y esto llevó a inutilidad porque cualquier cosa 3

que pensaban tener, desaparecía como dinero puesto en bolsas llenas de agujeros. Era como una maldición doble. Traían muy poco a casa, y lo que traían se derritió. Amigo, amiga, si Dios no es el centro de tu vida, aunque consigas lo que pienses que necesites, no te será suficiente. Esta verdad se reitera en varios pasajes bíblicos.   

Levítico 26:26: “…comeréis y no os saciaréis”. Oseas 4:10: “Comerán, pero no se saciarán …” Amós 4:6: “O hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová”.

A veces cuando alguien me platica de lo que han estado haciendo para administrar su vida o su nivel de estrés o sus problemas, y aún así las cosas se están yendo para abajo, digo algo así: “¿Cómo te está ayudando?” Dios se dirige a nosotros hoy con algo similar: “Echa un vistazo a tu vida desordenada para ver lo que está pasando cuando te pones en primer lugar. ¿Cómo te está ayudando eso?” Tal vez hayan oído esta expresión antes: “Hay que correr más rápido para estar en el mismo lugar”. Dios no solo entendió sus circunstancias; fue él que las causó. A veces Dios nos da lo que deseamos para que experimentemos unas consecuencias, con el objetivo de que volvamos de nuevo a él. Salmo 106:15 dice: “Y él les dio lo que pidieron; mas mandó mortandad sobre ellos”. Lo diré de una manera muy clara: Si tú y yo ponemos nuestros propósitos arriba de las prioridades de Dios, nunca obtendremos lo que deseamos. Aquí una noticia de última hora: Solo Dios puede satisfacer nuestras almas. Él nos dice, Hasta que me pongas primero en tu vida, tu vida no funcionará. Cuánto más lo marginalizamos, peor saldrán las cosas. Esto se amplía en los versículos 9-11 donde de nuevo se ve lo que estaba ocurriendo: “Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disparé en un soplo. ¿Por qué? Dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos”. La esperanza de un agricultor cada año es de “esperar” cuando ha sembrado mucha semilla. En Isaías 5:10, leemos que los agricultores estaban plantando diez yugadas de semillas y cosechando muy poco. Dios les estaba haciendo esto para llamarles la atención. Y Dios lo está haciendo otra vez a esta gente que había dejado de edificar el templo. Se estaban sirviendo a ellos mismos en vez de a Dios, entonces la única manera de llamarles la atención era aplastar su cosecha. Lo poco que cosechaban se lo llevó Dios. Vemos el título “Jehová de los ejércitos”, que ya hemos aprendido significa “el Dios de las huestes angelicales”. Dios hace un enlace de su situación directamente a sus pecados cuando dice, “cada uno de vosotros…” La casa de Dios estaba en ruinas mientras cada uno corría “a su propia casa”. Esta es una frase interesante. Significa que estaban “corriendo todo el tiempo cada uno a su propia casa”. Estaban absortos en sus propios asuntos. Encuentro fascinante que esto es la misma manera en la cual Jesús describe los asuntos de los paganos en Mateo 6:31-32: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”.

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Es posible que algunos de nosotros sentimos que estamos corriendo de una cosa a otra. ¿Has notado alguna vez cuántas veces la gente contesta la pregunta, “¿Cómo estás?” con esta frase, “Estoy muy ocupado”. Es casi como si tenemos que dar valor a nuestras vidas mostrando cuán ocupados estamos. Cuando la gente me cuenta el por qué no han estado en la iglesia por un tiempo, la respuesta número 1 que oigo es, “Hemos estado tan ocupados”. Escuchen. Nuestras ocupaciones nos pueden mantener lejos de la ocupación de Dios. Hageo usa parejas y tercerillas para expresar la totalidad de la sequía. Dios dio un golpe a sus tres cosechas más importantes en dos temporadas, tanto en el campo como en las montañas – sus granos, sus uvas y su aceite. También afligió a los animales y la labor de sus manos. Además de eso, esta sequía abarca toda la creación, desde “los cielos” hasta “la tierra”. Dios había advertido a su pueblo mucho más atrás en Deuteronomio que mandaría sequía si se vagaran de él. Deuteronomio 28:23-24 dice: “Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro. Dará Jehová por lluvia a tu tierra polvo y ceniza: de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas”. Escuchen. Dios no está hacienda esto porque los odia; lo está hacienda porque los ama y anhela que ellos recobren su sentido espiritual. Desafortunadamente, la gente en esos días, y también hoy día, son muy testarudos. Vemos esto en Amós 4:9: “Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová”. Aquí tengo que declarar un descargo. No necesariamente significa que Dios te está castigando si tienes problemas. Frecuentemente no hay una correlación entre tu sufrimiento y tu pecado. Solo preguntar a Job o a Jeremías. Cosas malas ocurren en nuestro mundo pecador. Bendiciones no siempre son la recompense por la obediencia (ver Salmo 73), y la aflicción no siempre es resultado de la desobediencia (Job). Habiendo dicho eso, porque Dios nos ama tanto, cuando nos ve vagando, su objetivo en nuestra adversidad es llamar nuestra atención. Si terminamos deshechos y de rodillas, ¡eso es bueno! Las experiencias de privación siempre deben llegar a ser oportunidades para reflexión espiritual. Así es como lo hago. Cuando paso por algo desafiante o difícil o triste, trato de hacer tres tipos de preguntas: “Dios, ¿qué estás tratando de enseñarme? ¿Hay algún pecado que debo confesar? ¿Qué es lo que quieres que cambie en mi vida? Charles Spurgeon ha escrito, “Dios no permite que sus hijos pequen con éxito”. Él te ama demasiado para dejarte pecar en secreto. Es por eso que frecuentemente el pecado es expuesto. Dios tiene demasiado cuidado de nosotros para dejarnos vagar por la vida, buscando solo nuestro propio placer. Noten la frase en el versículo 10: “Por eso…” Como resultado de su desobediencia, Dios lo hizo. Noten quién lo hizo. “(yo) llamé la sequía …” Vean el 2:17: “(Yo) os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová”. C.S. Lewis una vez dijo, “Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla a nuestra consciencia, pero grita en nuestros dolores; es el megáfono para despertar un mundo sordo”. Él quita lo innecesario y trae sequía para que regresemos a él. Si parece que lo que has estado siguiendo ha vaporizado antes tus ojos, si ganas dinero para encontrar que fluye por agujeros en tu bolsa, si sientes como si nunca tienes lo suficiente, es posible que el Señor Todopoderoso esté quitando los accesorios de tu vida para llamarte la atención. Cuando conozco a alguien que está vagando y pecando y parece ya no estar interesado en las cosas de Dios, frecuentemente oro así: “Dios, hazlo miserable en su pecado. Haz lo necesario para regresarlo a 5

ti. Como el hijo pródigo, ayúdale a ver los desperdicios que su pecado ha causado. Hazlo lo inquieto y descontento para regrese a ti”. Hay mucha gente que aún no conocen a Cristo, que están buscando la satisfacción en todos los lugares erróneos. ¿Por qué no buscas un folleto que habla de la salvación y se la des a alguien esta semana? El mensaje clave es que estaremos insatisfechos hasta que encontremos nuestra satisfacción únicamente en Cristo. 3. Ir y conseguir. No es suficiente solo hacer pausa y reflexionar ni tampoco observar y aprender. Dios también anhela que vayamos y consigamos. Vemos esto en el versículo 8: “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová”. Es tiempo de corregir el error de nuestras vidas. Por lo que puedo ver, este es el único mandato en el libro entero de Hageo. Está en tres partes – subid, traed y reedificad. Como aprendimos en nuestro estudio del libro de 1 Juan, no es suficiente decir que amamos a Dios; tenemos que vivirlo. Palabras son buenas, pero acciones son mejor. Dios quería que trabajaran. Los troncos no rodarían por la montaña solos. La gente tenía que subir y bajarlos. Cuando alguien me dice que desea que cambie las cosas, frecuentemente le pregunto cuánto desea mejorar. Porque, si más o menos deseamos regresar a donde estuvimos espiritualmente, seguramente no sucederá. Tenemos que ir tras Dios si deseamos cambiar, porque nuestro defecto mayor es egoísmo e indecisión. Siempre fallamos si nos quedamos pasivos. Si estamos serios en querer reedificar nuestras relaciones o encontrar satisfacción, o alineándonos con los propósitos de Dios, a veces tenemos que salir y buscar recursos, buscar ayuda, apuntarnos para una consejería, o solicitar a alguien con quien dar cuentas. Tenemos que ir y conseguir, no solo para satisfacernos a nosotros mismos, sino finalmente para que Dios se agrade y sea honrado. No hacemos cambios solo para salir de un aprieto, sino para agradar a Dios porque cuando él es glorificado, nosotros también estaremos satisfechos. Me gusta como lo dice el hermano John Piper: “Dios se glorifica más en nosotros cuando nosotros estamos sumamente satisfechos en él”. A Dios le da gran placer cuando lo ponemos en su lugar legítimo. Es honrado cuando le honramos. Es adorado cuando consideramos que él es poderoso. La frase literalmente significa “recibiré gloria para mí”. Tenemos que valorar el agradar y honrar a Dios más que el agradar a nosotros mismos y a otros. Que rehusemos desagradar o avergonzar a Dios. Debemos proclamar su nombre y su fama. Y hacemos eso cuando le obedecemos y cuando ya no corremos tras nuestros propios intereses egoístas. El Catecismo Menor Westminster dice: “El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de él para siempre”. C.S. Lewis una vez dijo, “La única cosa que el cristianismo no puede ser es moderadamente importante”. Demasiados de nosotros solo damos una parte de nuestras vidas a Dios, como un pay que se ha cortado en varias rebanadas – una rebanada social, una rebanada del trabajo, una rebanada de la familia, una rebanada del hobby, una rebanada de la escuela, una rebanada de la jubilación, una rebanada de los deportes…¡oh! y también mi rebanada espiritual. Dios no quiere una rebanada de tu vida; él merece y demanda todo el pay. No sé cuál es peor – deliberadamente desobedecer a Dios o no darle primer lugar en mi vida. En Isaías 48:11 Dios dice que no dará su honra a otro. Veamos de nuevo a Mateo 6:33 para ver lo que sigue después de que Jesús describe cómo los paganos buscan alimento, agua y vestido. Dice él: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y 6

todas estas cosas os serán añadidas”. Las cosas funcionan bien cuando Dios es adorado. Nuestras necesidades serán satisfechas cuando lo único que necesitamos es Dios. Al reflejar sobre esto, apunté estos tres pensamientos. 1. Cuánto más te enfocas en tu propia felicidad, cuánto más serás infeliz. 2. El pecado te llevará más allá de lo que planeabas ir, y te mantendrá allí más tiempo de lo que planeabas quedarte. 3. Agradar a Dios es la única búsqueda que me dará el mayor placer. Hacer pausa y reflexionar. Observar y aprender. Ir y conseguir. Oh, que seamos como el salmista cuando escribió en Salmo 119:59-60: “Consideré mis caminos, y volví mis pies a tus testimonios”.

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