Espectáculos
Página 2/Sección 4/LA NACION
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CLASICA
Semana musical para todos los gustos HOY l A las 17, Clone, en el CETC (ver aparte). Se repite martes y miércoles, a las 20.30. Entrada: $ 15.
Buena
✩✩✩
l A las 17.30, recital de guitarra de Rafael Verdoia. Obras de Simon, Corea, Piazzolla y otros. Museo de Bellas Artes, Avenida del Libertador 1473. Gratis.
Clone; ópera de cámara para viola da gamba, bandoneón y seis cantantes, de Antonio Zimmerman. Libreto de Alejandro Tantanian, basado en un cuento de Julio Cortázar. Con: Selene Lara, Verónica Canavés, Pablo Travaglino, Ricardo González Dorrego, Clodomiro Forn y Puig y Santiago Vinelli. Pablo Angilletta (viola da gamba), Fernando Añon (bandoneón). Régie: Cristián Drut. Escenografía y vestuario: Cecilia Zuvialde. Iluminación: Alejandro Le Roux. Ambientación digital: Fabricio Costa. Dirección musical: Mariana González Lanuza. En el CETC. Hoy, a las 17.
l A las 17.30, Doña Francisquita, en el Avenida (ver aparte). Se repite jueves y sábado, a las 20.30. Desde $ 10. l A las 18, el Conjunto Música Prohibita y el Coro Universitario de La Plata, en un concierto homenaje a Edvard Grieg. Teatro Argentino, Av. 51, entre 9 y 10, La Plata. Gratis. l A las 19, El barbero de Sevilla, de Rossini, con dirección musical de Giorgio Paganini. Teatro Roma, Sarmiento 109, Avellaneda. Informes, 4205-9647. Se repite jueves y sábado, a las 20.30. l A las 20, La cambiale di matrimonio, de Rossini, por el Grupo Opera Joven, con dirección de Marta Blanco. Auditorio San Rafael, Ramallo 2606.
ANIBAL GRECO
Susana Frangi dirigió con profesionalismo y particular sensibilidad la elaborada orquestación
l A las 20.30, Filarmónica de Bs. As., con dirección de Arturo Diemecke, interpretará versiones sinfónicas de Fausto. Teatro San Martín, Corrientes 1530. Desde $ 20.
Con encantadora vigencia
MIERCOLES l A las 20.30, Nuova Harmonia presenta al pianista Andrea Lucchesini, con obras de Clementi, Schubert, Scarlatti y Schumann. Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125.
Muy bueno
JUEVES l A las 20.30, Coro del Groton School (EE.UU.), con dirección de Michael Wayne Smith. Comunidad Amijai, Arribeños 2355. Entrada: $ 10. VIERNES l A las 19.30, Mister Banister (Ramiro Albino y Evar Cativiela) junto a Graciela Oddone (soprano) y Gabriela Guembe (viola da gamba). Manzana de las Luces, Perú 272. Entrada: $ 15. l A las 20.30, Camerata Bariloche, a beneficio, con obras de Mozart, Vivaldi, Paganini, Rossini y Piazzolla. Auditorio de Belgrano, Virrey Loreto y Cabildo. Informes, 4783-1783. SABADO l A las 20, Manuel Massone en el ciclo Nuestros Pianistas. Obras de Chopin, Caamaño, Russo y Liszt. La Scala de San Telmo, Pje. Giuffra 371. Entrada: $ 15. l A las 20.30, concierto de Graciela Oddone (soprano), Patricia Da Dalt (flauta) y Haydée Schvarzt (piano). Villa Ocampo, Elortondo 1811. Entrada: $ 25.
Domingo 8 de julio de 2007
Experimentación que mira al pasado
LO QUE VENDRA
MARTES l A las 20.30, Festivales Musicales presenta al pianista Paul BaduraSkoda, con obras de Schubert. Museo de Arte Decorativo, Avenida del Libertador 1902. Informes, 4382-4870.
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✩✩✩✩ Doña Francisquita, comedia lírica de Amadeo Vives, con libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw, sobre La discreta enamorada de Lope de Vega. Con el Coro Juventus Lyrica (director: Miguel Pesce) y orquesta con dirección de Susana Frangi. Dirección escénica: Oscar Barney Finn. Escenografía: Emilio Basaldúa. Vestuario: Mini Zuccheri. Iluminación: Leandra Rodríguez. Coreografía: José Zartmann. Cantantes: Fabiola Masino, Gerardo Marandino, Susana Moncayo, Pablo Skrt, Marta Cullerés, Alberto Jáuregui Lorda, Sebastián Angulegui, Sebastián Russo, Iván Maier, Nora Plaza, Analía Hormaechea, Etelvina Zapata, Diego Crespo y otros. En el Teatro Avenida.
Con singularísimo encanto se destaca Doña Francisquita entre las varias decenas de comedias líricas y zarzuelas que Amadeo Vives destinó a la escena, evidenciando poseer un exhaustivo oficio de compositor, digno de figurar junto a los nombres mayores de la música española. La fácil melodía que fluye de sus pentagramas, con espontaneidad contagiosa, encierra en su ligereza la virtud de un verdadero artífice del teatro musical en la Europa de los dos últimos siglos. La puesta en escena que llevó a cabo Oscar Barney Finn en esta oportunidad rescata ampliamente ese encanto, su poesía romántica y su donosura, así como la fascinación escénico-musical exaltando, por otra parte, el sentido del espectáculo. Principalmente, por la escenografía, el despliegue escénico y su iluminación;
el empleo del vestuario, la vigencia de lo popular a través de la danza y de las voces anónimas del Madrid de 1840; el donaire en el decir y la gallardía de sus personajes en cuadros de letra en los que la ingenuidad se mezcla en las intrigas con la agudeza, aflorando la inestimable herencia dramática de Lope. Pero también por el valioso apoyo que brinda la orquesta dirigida por Susana Frangi, con profesionalismo y particular sensibilidad para valorizar la elaborada orquestación que la partitura encierra, reflejando las tensiones y contrastes dramáticos de la trama en sus armonías y tonalidades matizadas.
Voces estimables Doña Francisquita contó esta vez con un elenco de voces estimable, cuyas individualidades e historias personales se recortan y definen necesariamente sobre un entorno social de peso. Sea por medio de la encomiable presencia vocal del coro, o de la fiesta carnavalesca multitudinaria y confusa que le sirve de colorido contraste, sus dramas personales –situaciones equívocas incluidas– fueron atinadamente encaradas por la dirección escénica. En medio de este juego de tensiones, el personaje protagónico (Fabiola Massino) poseyendo además del physique du rol, gracia, desparpajo y una estimable voz de tiple que supo valorizar muy bien en su desempeño; no necesitaba exagerar el aniñado candor de su personaje para alcanzar el objetivo requerido por Vives. Gustavo Marandino (Fernando) lució una línea de canto pareja,
expresiva, que animó con excelente desempeño escénico, como lo tuvo Pablo Skrt (Cardona) su inseparable amigo que lució dotes histriónicas estimables. Susanna Moncayo (Aurora, la Beltrana), en un papel quizá no muy cómodo para sus valiosas dotes vocales, se vio exigida en algunas intervenciones, aunque siempre haciendo gala de expresividad y gran señorío escénico. Marta Cullerés hizo despliegue, en todo momento, de gran dominio escénico y buena voz. Mención aparte debe hacerse de las excelentes, aunque breves, intervenciones de Sebastián Russo (Lañador) e Iván Maier (Sereno) por la calidad de su timbre y la intensidad expresiva que supieron conferir, respectivamente, a sus pregones. La veteranía de Alberto Jáuregui Lorda (Don Matías), tuvo perfiles dramáticos recios y adecuada intencionalidad en su voz, en tanto que Sebastián Angulegui (Lorenzo) cumplió con eficacia vocal y escénica. Particular brillo tuvieron las danzas bajo la excepcional dirección de José Zartmann, quien junto a la primera bailarina Mabel Spert, y las excelentes componentes de su ballet dio pruebas fehacientes de su maestría en la precisión de los movimientos y la definición estilística que supo trasladar al taconeo rítmico y el repicar de sus castañuelas. En papeles secundarios, Nora Plaza, Analía Hormaechea, Etelvina Zapata y Diego Crespo cumplieron sus papeles con corrección y eficacia.
El cuento de Cortázar que inspiró la ópera de cámara Clone está estructurado en varias escenas cuya acción dramática se refiere al asesinato de un integrante de un grupo de madrigalistas durante una gira. Pero simultáneamente sus miembros explican la vida de Carlo Gesualdo, músico italiano y autor relevante de madrigales, que asesinó a su esposa en los albores del Renacimiento. Por su parte, Antonio Zimmerman explicó en el programa de mano que “el sexteto vocal está dividido en dos tríos: Sandro, el director del conjunto que se enamora de la soprano, quien está casada con el tenor. Al trío dramático se contrapone un trío narrativo que anuncia: Gesualdo encontró a su mujer en la cama con otro hombre y los mató. La cohesión del grupo empieza a desfigurarse, ya nada es lo que era. Los personajes cantan fragmentos de madrigales del libro V de Gesualdo, primer libro compuesto después del asesinato”. Entonces como anotó Cristian Drut, también en el programa impreso: “El cruce de la historia de Gesualdo con la historia de un grupo de madrigalistas latinoamericanos nos lleva a pensar en un trabajo escénico vinculado a la superposición de épocas”. Y, en efecto, la ópera que puso en funcionamiento nuevamente el
recinto destinado a la experimentación en el Teatro Colón es una superposición de los tradicionales elementos del teatro cantado. De ahí que se escuchan sonidos madrigalescos alternados con lenguajes sonoros contemporáneos, tal como hizo Stravinsky. El refinamiento cruzado con el deseo aberrante; el recitativo con el canto; la palabra dicha con claridad alternada con el murmullo incomprensible. Elementos renacentistas se transforman con la tecnología de hoy. En este sentido resultó significativa la mirada al pasado por parte de los responsables. Porque pareció como un querer volver atrás para encontrar sustancia. Por fortuna el buen equipo de intérpretes, el seguro desempeño del gambista Pablo Angilletta y del bandoneonista Fernando Añon, cantantes idóneos, y la atinada iluminación, fueron los factores predominantes del buen resultado.
Suspenso Claro que también hubo en la estructura de la pieza reiteraciones prolongadas, un ritmo de la acción acompasado y tedioso, y gritos molestos que no sumaron la cuota de suspenso buscada a cada paso con una historia de tipo policial, pero en Buenos Aires y –¡oh, milagro de buen criterio!–, con la atmósfera del florecimiento de las artes en la Italia del esplendor. Como la versión musical con la sabia dirección de Mariana González Lanuza mostró que a todas luces se había trabajado con seriedad, intensidad y pasión, la apreciación de la obra con una sola audición sería injusto expresarla. En cambio, la versión global, sumando la faz escénica, fue sencilla pero con logrados efectos. Asimismo, queda otro factor para el elogio. La existencia del CETC al facilitar un escenario para que los artistas jóvenes con inquietudes creativas puedan expresarse con nuevas estéticas.
Juan Carlos Montero
MIGUEL ACEVEDO RIU
La puesta en escena renovadora de Drut
Héctor Coda