COMO REVITALIZAR UN COMITÉ DE MISIONES Por ... - ObreroFiel

congregación en cultos devocionales misioneros, “mesas redondas” y talleres suficientemente promocionados. El Plan de Trabajo, sus objetivos y la.
96KB Größe 7 Downloads 72 vistas
COMO REVITALIZAR UN COMITÉ DE MISIONES Por Dr. Rafael Pivaral P. Comité de Misiones de la Iglesia Jeriel Ciudad de Guatemala, C.A. Introducción Revitalizar un organismo, en este caso especial, de una comisión responsable de desarrollar el ministerio misionero de una iglesia local, nos da hipotéticamente la idea de un grupo que ha disminuido o declinado su actividad en el cumplimiento de un compromiso previamente adquirido. Esto constituye una situación no deseable, que obliga a tomar primeramente, medidas preventivas para evitar mayor deterioro y correctivas o rehabilitativas, no sólo para recuperar los niveles deseados, sino para encaminar los pasos hacia un mejor rendimiento. Como en el caso de las ciencias de la salud, o en el campo de las ciencias administrativas, es necesario previamente hacer un diagnóstico de la situación para aplicar las medidas terapéuticas adecuadas. Esto nos da la idea de cuán diferentes pueden ser los problemas y cuán versátiles las causas que los motivan y, por lo tanto, presumir que los procedimientos a utilizar para su solución, difieren entre si. Sin embargo podemos tomar en cuenta generalidades que contribuyan a orientar en alguna forma lo aconsejable, para aplicar en cada caso particular.

A. Causas a corregir. Analizando primeramente, las causas más comunes de declinación de la actividad de una comisión responsable del ministerio misionero, podemos contemplar las siguientes: 1. Falta de Motivación. Lo cual es debido a que muchas veces no se toma en cuenta la dedicación o el esfuerzo. Y aunque el servicio en la obra de nuestro Señor de ninguna manera reclama reconocimientos, es saludable dar algún estímulo ocasionalmente, ya que casi siempre, hay entrega sin pretender recompensas: Sólo por amor. Y esto, nos lleva a considerar cuán importante es apreciar el valor del trabajo que se realiza. 2. Desánimo. Este es un sentimiento que puede presentarse con mucha frecuencia y puede ser generado por incomprensión, murmuraciones y críticas diversas no constructivas, o incluso mal intencionadas. 3. Falta de apoyo.

Esta situación es observable sobre todo por incomprensión. Y puede verse en ocasiones en las que se hace necesario emprender una lucha tenaz, frente al liderazgo u oficialidad, incluso el pastorado de la iglesia local, para vencer alguna oposición al desarrollo de los planes de trabajo. 4. Cansancio. No obstante el convencimiento de que el trabajo en la obra de Dios no es en vano, y que es la mayor motivación, se presentan casos en que algunos servidores que deben colaborar, se desentienden de su compromiso y abandonan su carga en hombros de otros consiervos más entregados y entusiastas, que al final pueden rendirse. 5. Falta de amor a la obra. Este caso es el más dramático y difícil de concebir porque constituye un pecado. Pero puede acontecer. Suprimiendo las causas enunciadas, a manera de acción preventiva, se evitará que un grupo ministerial decaiga y mantenga al menos un funcionamiento aceptable. Sin embargo, la intención será siempre la búsqueda de la excelencia, como es norma en la participación dentro de la obra del Señor. Por tanto, en lo que se refiere a revitalización de un ministerio, debemos contemplar los factores que contribuyen no sólo a la recuperación y a corregir deficiencias, sino a prosperar en las acciones tendientes a obtener más excelentes frutos, para honra y gloria de Dios. B. ¿Cómo podemos revitalizar un Ministerio Misionero? Contemplemos los factores que pueden motivar o contribuir a la obtención de tal objetivo: 1. Reingeniería. Si fuere necesario se principiará el proceso desde cero para la reconstrucción del ministerio, en lo cual la participación pastoral y de la oficialidad o liderazgo es muy importante. Y una vez reconstituido, es conveniente mantener un sistema de evaluación e información periódica, o procedimientos de retroalimentación permanentes, para ir corrigiendo deficiencias y prosperar en acciones positivas que abonen un buen desenvolvimiento. Sin embargo hay que considerar que esta es una práctica un tanto difícil, porque siempre hay oposición a dar cuentas y ser evaluado. 2. Una buena organización. Contemplando su posición dentro del organigrama general de la iglesia, el ministerio (o grupo, o comisión ministerial) de Misiones, tendrá su propia organización. En tal caso contará con las siguientes SUBCOMISIONES, que tienen sus atribuciones específicas:

2.1 DE ORACION (servicios de oración, coordinación de grupos, peticiones de oración). 2.2 DE PROMOCIÓN (prédicas, “cápsulas misioneras,” tiempos de reflexión, cultos). 2.3 DE PROYECCIÓN (contactos misioneros, motivación, boletín, cartas a misioneros). 2.4 DE EDUCACIÓN (proyectos de corto plazo, talleres, mesas redondas, conferencia anual). 2.5

DE FINANZAS (recaudación, “promesas de fe”, ejecución presupuestaria). 3. Un Plan de Trabajo Anual.

Mantiene una motivación permanente incluyendo actividades a realizarse conforme a un cronograma elaborado. Periódicamente se involucrará a la congregación en cultos devocionales misioneros, “mesas redondas” y talleres suficientemente promocionados. El Plan de Trabajo, sus objetivos y la responsabilidad de cumplirlo estrictamente con el apoyo financiero y congregacional, constituye un instrumento motivacional valioso que mantiene viva la llama del amor a las misiones. Juntamente con este PTA, es conveniente para el ministerio y para la iglesia llegar a definir un lema que refleje la visión y misión de Misiones, un lema fácil de recordar, corto y claro. 4. Visitas pastorales. Dentro del plan de trabajo, la inclusión de visitas pastorales a los proyectos y a los miembros de la congregación que ofrendan para el sostenimiento de los programas del ministerio, constituyen elementos de motivación muy apreciables. 5. Actualización de terminología. Consideramos esto como la adopción de una nomenclatura más apropiada, un cambio de nombre. Misiones no debe ser sólo un llamado “comité”, sino debe cambiar su nombre a MINISTERIO DE MISIONES. En cuanto a los integrantes del grupo responsable de su funcionamiento, ser considerados ministros, es decir, servidores consagrados y no solamente personas nombradas para desempeñar un cargo administrativo dentro de la iglesia. El tiempo de servicio debe considerarse de largo plazo, como la categoría de un ministerio lo requiere. 6. Procurar rescribir, o ir actualizando cada vez en términos más atractivos y motivadores, lo que es la visión y la misión desde el punto de vista bíblico y teológico. Esta tarea siempre tratará de ir contemplando la evangelización a todo el mundo, o las Misiones Transculturales, como un mandato y como algo de especial importancia en el plan de Dios para la humanidad. Con la plena conciencia de que las misiones cumplen: 1. El Plan de Dios. 2. El mandato de

Nuestro Señor Jesucristo. 3. La guía del Espíritu Santo y 4. El propósito de la Iglesia en la tierra. 7. Motivación a un llamado a tiempo completo. Siempre habrá siervos que respondan a un llamado de esta naturaleza y que ministerialmente estén dispuestos a cubrir necesidades de la iglesia. Entre ellos algunos darán a luz su vocación misionera. 8. Financiar capacitación misionera. Se debe llevar a cabo utilizando parte de los fondos de la iglesia, o propios del Ministerio de Misiones para este propósito. Esto incluye el estudio de temas seleccionados y preparación de futuros enviados al campo misionero. Y primordialmente la capacitación del liderazgo y ministerio pastoral con un conocimiento teórico del mandato, para crear una convicción sólida de que dentro del plan de Dios tiene especial importancia la evangelización del mundo. Además desarrollar temas sobre administración del ministerio, tales como: planificación estratégica, técnica de investigación y evaluación, desarrollo de proyectos misioneros, desarrollo de alianzas estratégicas, etc. 9. Renovar el grupo ministerial. Los integrantes del grupo coordinador pueden ser renovados total o parcialmente por cambio de ministerio, solicitud de relevo, u otras circunstancias que lo ameriten. Pero es muy importante tener en mente que es necesario un DISCIPULADO PREVIO entre los candidatos dispuestos a servir, antes de proceder a la sustitución. La designación para los cargos deberá hacerse para un largo período, a efecto de que el privilegio se considere como un ministerio. 10. Fundamentalmente poner todo el Ministerio Misionero en las manos de Dios. Nos referimos a que siempre es necesario un avivamiento, no sólo para la iglesia, sino que también para aquellos que trabajan para que las misiones funcionen. La revitalización en las cosas de Dios, siempre traerá bendición. Y esto significa renovar la devoción al Señor, orar con más entrega, disponernos a ayunar y el fortalecimiento de la lectura de la Palabra, principalmente en pasajes misioneros. Conclusión

Pueden existir otros muchos factores que nutran la actividad relacionada con las misiones. Pero en esta oportunidad sólo nos hemos limitado a contemplar los que mayor impacto han tenido en nuestra modesta experiencia, en una iglesia local que ha tenido el privilegio de llevar adelante, por más de veinte años, un ministerio en el campo de las misiones al mundo. Para encontrar más artículos escritos para FAM, busque en la página web www.famiter.org Usado con permiso. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.