¿Cómo prevenir el agotamiento? Artículo escrito por: Grace Thiessen
“Un gramo de prevención vale un kilo de curación,” o como decimos en consejería, “La prevención es mejor que la intervención.” La prevención es impedir que suceda el agotamiento; mientras que la intervención es hacer, o conseguir la ayuda cuando experimentas el agotamiento. La prevención es antes de que, mientras que la intervención es durante y después de que ya estás agotado. Tener un estilo de vida sano, te previene de enfermarte, mientras que el tomar medicamentos que te receten, es una intervención para ayudarte a mejorar, porque ya te has enfermado. El agotamiento es la pérdida de motivación, alegría y sentimiento de satisfacción por algo que una vez era tu pasión. También es una prolongada sensación de extenuación y pérdida de energía. La forma más común de agotamiento que experimenta la mayoría de la gente, es el agotamiento por el trabajo. Por tanto, el objetivo de este artículo, es ayudar a prevenir el agotamiento en esa área. Sin embargo, estos consejos también pueden aplicarse en otras áreas de la vida donde se necesiten.
Prevenciones sugeridas 1. Cuida que tu pasión no se convierta en una obligación. La pasión es hacer algo que disfrutas y te emociona, porque ves la necesidad y tu corazón te llama a hacerlo. Es tu decisión el hacerlo. La obligación es hacer algo que se te pide y esperan que hagas, ya sea que te apasione hacerlo o no. Esto no es hablar de ciertas obligaciones que tenemos que realizar por ejemplo, como padres; sino perder la alegría y el entusiasmo por un trabajo que te gusta hacer. 2. Evalúa tu situación honestamente, y prepárate para hacer cambios si es necesario. Pregúntate a ti mismo, que es lo que realmente te apasiona, por qué haces este trabajo, cuáles son tus metas, cuáles son tus prioridades, qué cambios necesitas hacer y cómo hacer esos cambios, ¿puedes manejar esto tú mismo, o necesitas ayuda?, ¿puedes tomarte un tiempo libre, y por cuánto tiempo puedes hacerlo? Estas preguntas te ayudarán a hacer una evaluación.
3. Cuida de ti mismo siempre. Practica un estilo de vida sano. Come una dieta sana. Ejercítate regularmente. Diviértete con tus amigos y familiares. Ten un buen descanso por las noches. No satures tu horario, a fin de que puedas disponer de tiempo cuando se presenten las emergencias. 4. Cuida tus mañanas. Esto comienza con una buena noche de descanso. Prepara todo desde la noche anterior, para que no te agobien las prisas en las mañanas. La forma en que te sientas por la mañana, puede afectar todo tu día. Aprende a descansar y programa sabiamente tu día. 5. No dejes de aprender y hazlo parte de tu día. El agotamiento puede ocurrir cuando nos sentimos estancados. Tocamos el fondo del barril y estamos al final de la cuerda. Hemos agotado los conocimientos que tenemos y nos estamos quedando sin ideas. Sé siempre un aprendiz a través de la lectura de libros, asiste a seminarios y conferencias, escuchando a buenos oradores, aprendiendo de los demás (aún de un niño), regresando a la escuela, haciendo preguntas o integrando a personas de recursos que te enseñen en el área que necesites ayuda o con un nuevo proyecto. Recuerda, no podemos dar lo que no tenemos. 6. Sé innovador. Ser innovador, no significa que tengas que cambiar todo por completo y comenzar de nuevo (aunque en algunos casos, podrías necesitar hacerlo). Esto implica adaptar nuevas técnicas, mejorar, añadir o aún eliminar lo que parece que ya no funciona, especialmente cuando comienzas a sentirte aburrido de hacer las mismas cosas una y otra vez, sin obtener los resultados que deseas. No te estanques con las formas tradicionales de hacer las cosas. Por otra parte, tampoco te apresures a abandonarlas. Sé sabio. 7. Aprende a aliviar el estrés. El estrés es inevitable. Puede suceder en cualquier momento, en cualquier parte y a cualquier persona. Puede deberse a relaciones tensas o rotas, enfermedad, carencia de finanzas y recursos, incapacidad para hacer lo que necesitas hacer y muchas otras causas. No podemos escapar del estrés, así que asegúrate de aprender a manejarlo. Cuidado con el estrés persistente (que es un estrés continuo día con día), porque te puede llevar fácilmente al agotamiento. Localiza la fuente de tu estrés y trabaja en ello. 8. Mantén relaciones sanas. Necesitas un buen grupo de apoyo. Puede ser tu familia, miembros de la iglesia, amigos y compañeros de trabajo. Mantén una comunicación abierta y comparte con ellos tus frustraciones, decepciones, alegrías, victorias y preocupaciones. (Ver Hebreos 10:23-25). 9. Mantén un espíritu perdonador. El corazón endurecido de un hombre, realmente lo puede sobrecargar. Si guardas rencor cuando alguien te ha ofendido, invitas al agotamiento. Muchas cosas pueden salir mal si nuestro corazón no perdona. Así que practica diariamente el perdonar. 10. Mantén tu fervor espiritual. Pablo nos exhorta; “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.” (Romanos 12:11). Prosigue a la meta (Filipenses 3:14), despojándonos de todo peso y del pecado que nos asedia, pero perseverando y poniendo nuestros ojos en Jesús (Hebreos 12:1-2), y orando sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17).
Esta lista no es definitiva, y puedes añadir la tuya propia basada en tu experiencia. Pon estos 10 puntos en práctica, solo recuerda mantener un horario balanceado, que tu cuerpo es el templo de Dios y que eres responsable de cuidarlo, y busca primero el reino de Dios y todas estas cosas te serán añadidas (Mateo 6:33). ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.