Colas y precios más caros tras el granizo

El fenómeno afectó los accesos a la Capital, como el final de la autopista La Plata-Buenos Aires. FERNANDO MASSOBRIO. Un manto de niebla volvió a cubrir.
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INFORMACION GENERAL

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Martes 20 de abril de 2010

LAS SECUELAS DEL TEMPORAL s HUBO UNA VICTIMA MORTAL Y 52 HERIDOS EN EL NORTE DEL CONURBANO

Colas y precios más caros tras el granizo Cientos de vecinos sufrieron la destrucción de techos y ventanas; quejas por las subas en comercios que reponen parabrisas y lunetas

Un chico murió por el golpe de una chapa

DIANA SALINAS PLAZA LA NACION

Tenía 14 años y vivía en el partido de Tigre

Fue masiva la demanda en los negocios de repuestos de vidrios para automóviles, como en este comercio de la avenida Maipú

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Un adolescente de 14 años muerto, 52 personas heridas, cientos de casas dañadas y un incalculable número de automóviles afectados fue el balance de la inusual caída de piedras de hielo, que conmovió anteanoche de manera especial a la zona norte del conurbano bonaerense. La imagen de los destrozos era ayer visible en las áreas más perjudicadas, con vecinos preocupados por reponer tejas dañadas o conseguir nuevos parabrisas y lunetas para sus vehículos, castigados por piedras que alcanzaron a los siete u ocho centímetros de diámetro y que superaron, en algunos casos, al granizo caído en 2006. Hubo largas colas en comercios, faltantes de productos y quejas por repentinas subas en los precios. En zonas más humildes, como una villa cercana a la calle Pelliza, en Olivos, los habitantes protestaron por la falta de atención oficial a sus necesidades y cortaron durante varias horas la vía colectora de la Panamericana. Eso causó un masivo embotellamiento de más de cinco kilómetros. El bloqueo fue levantado pasadas las 19, tras la promesa de las autoridades de Vicente López de acercar chapas a los damnificados. Completaban la caótica postal de ayer la alfombra de hojas y ramas caídas sobre veredas y calles, las innumerables casas con tejas voladas y techos agujereados y los postes caídos. Anteayer, todo pareció colapsar ante un temporal que, según el Servicio Meteorológico (SMN), alcanzó 15 milímetros de agua en 30 minutos, lo que causó anegamientos en algunas esquinas por la imposibilidad de desagote por los sumideros. Si bien el SMN dio la alerta por una posible tormenta de granizo, sorprendió el tamaño de las piedras. Se explica porque el embrión de granizo, que se forma dentro de una nube, va creciendo dentro de una corriente ascendente y colectando agua líquida que luego se congela, por lo cual aumenta su volumen. También su velocidad terminal de caída aumenta a medida que la partícula crece en tamaño, al ir colectando más agua. Anteayer, la velocidad terminal de caída de una piedra de granizo de 5 cm de diámetro, para tomar un parámetro, fue de 29 metros por segundo o 104 km/h, según estimaciones brindadas a LA NACION por el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, .

Los techos de tejas fueron los más afectados en Vicente López

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Heridos en Vicente López

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Por las nubes El día siguiente de la granizada fue una odisea para los vecinos. “No sólo me destrozó el parabrisas y la luneta: me rompió la tapa del baúl y dos ruedas quedaron pinchadas; aparte, el golpe rompió la pintura y el seguro paga los cristales y cubre los daños por el granizo, pero sólo hasta el 10% del valor del auto”, comentó Federico Jiménez, dueño de un Volkswagen Gol. Desde temprano, en las cristalerías de la avenida Maipú, en Vicente López, se formaron interminables filas de autos a la espera de ser reparados. Con un plus: los precios de los arreglos fueron subiendo con el paso de las horas. “Es increíble: vine antes de las 8 y me cotizaron el arreglo del parabrisas en $ 600. Volví, y ahora me cobran $ 780. ¡Subieron el 30% en dos horas!”, dijo Jiménez. En la recorrida de LA NACION por los diez negocios especializados de la zona pudo observarse que atendieron, en promedio, 50 autos en pocas horas, y que las cotizaciones se realizaban según la marca, el modelo del auto y si el cristal de reemplazo era original, importado o nacional. Los precios fluctuaron entre 600 y 1800 pesos, según se tratara de parabrisas o lunetas. En tanto, en los diversos talleres de la zona, el arreglo de claraboyas para viviendas se cotizaba a 350 pesos. “Y claro que el aumento es por la emergencia, pero nosotros no subimos los costos: son las distribuidoras”, explicó Daniel Fuentes, encargado de una de las cristalerías relevadas.

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La fuerza de las piedras perforó vidrios de viviendas en Olivos FOTOS DE EMILIANO LASALVIA

Los clientes comentaban con bronca, mientras esperaban ser atendidos, la inconsistencia y la poca regulación de los precios. En Vicente López y San Isidro, las escenas de reparaciones se sucedían, en especial en techos, en su mayoría de teja inglesa y colonial, que resultaron agujereados y quebrados, lo que obligó a la reparación inmediata, con techistas que se vieron superados por la demanda. “¡Esto es la guerra!”, dijo Soledad Osuna, al recibir a LA NACION y mostrar el interior de su casa, en Italia y Lisandro de la Torre, Vicente López, con el techo destruido. “¡Parecían adoquines!”, graficó Osuna sobre las piedras caídas. Y comentó: “No hay techistas y no saben cuándo estarán disponibles. Tienen una lista enorme de casas por atender”.

Más información. Por la tormenta, escasean las tejas en la zona Norte. www.lanacion.com.ar/1255919 Fotogalería. La caída del granizo, registrada por los usuarios. www.lanacion.com.ar/fotos/

     

 

Las aseguradoras, desbordadas Las compañías tuvieron que otorgar turnos para atender los reclamos “¿Y cuánto me va costar?” Era la pregunta que repetían, nerviosos, todos los clientes que ayer consultaron en los negocios de vidrierías por el valor al que ascendían los daños causados en sus automóviles. En realidad, preguntar el precio era el paso previo de otra diligencia aún más compleja: lograr que el seguro cubriera los gastos. A las 8, una fila de seis cuadras de vehículos esperaban para ser atendidos en la oficina de la aseguradora La Caja, en Avenida del Libertador al 2700. Ante el aluvión de personas, la compañía pidió el número de sus clientes para contactarlos más tarde, situación que provocó el enojo de éstos y que hasta generó empujones, relató Fernando Czyz, uno de los afectados por el granizo y que fue testigo del incidente.

“Lo que genera la bronca es que te ponen a leer la letra chica y, además, te piden tu teléfono para llamarte. Le pregunté al joven que me atendió: «Y si mañana no me llaman, ¿qué hago?». «Tenés que volver a llamar», me respondió. ¿Sabés lo que fue comunicarse hoy?”, dijo Czyz. Y agregó: “Te hacen creer que sólo cubrirían los daños totales si le ha caído al auto un meteorito”.

Daños parciales y totales LA NACION se comunicó con la aseguradora La Caja y sus empleados explicaron que hay dos tipos de cobertura, una que cubre daños totales y un plan que cubre percances parciales. El segundo cubre costos que fluctúan entre 300 y 5200 pesos. “siempre que el daño sea verificado”, dijeron en la aseguradora.

La tragedia golpeó a una familia de General Pacheco durante la tormenta de anteayer. Un chico de 14 años murió al recibir el impacto de una chapa que se desprendió a causa del fuerte viento. El hecho se produjo en la esquina de un supermercado del partido de Tigre, cuando el joven intentaba regresar a su casa, tras advertir que se desataría una intensa tormenta. El menor fue derivado al hospital Magdalena V. de Martínez, con un traumatismo a la altura del abdomen, que comprometió gravemente sus órganos. Ayer a la mañana, fuentes del centro de salud confirmaron a LA NACION el deceso del adolescente. “Fue operado dos veces, pero falleció ayer por el golpe, que comprometió el tejido hepático”, explicó un médico del hospital. Por su parte, familiares de la víctima explicaron a LA NACION cómo había sido el accidente. “Estábamos en la esquina de un supermercado, cuando una chapa, no sabemos si fue una parte de un cartel o algo que le hacía de techo, se desprendió y cayó. El regresaba a su casa porque vio que venía la tormenta”, relató el tío del adolescente muerto, que se identificó como Rubén. Y añadió: “Es una catástrofe, una desgracia inexplicable. Yo hace poco perdí un hijo y no podés explicarlo”, dijo, conmovido por la tragedia.

En el primer caso, que supuestamente cubre daños totales, también se necesita una verificación del vehículo, algo que aumentó el fastidio de los clientes. Para otros damnificados el panorama fue más favorable. “El seguro (Federación Patronal) me paga los cristales y me cubre los costos de los daños hasta el 10% del valor del auto, o sea, hasta 6000 pesos”, dijo Federico Jiménez, dueño de un Volkswagen Gol. “Es conveniente que el asegurado llame a su asesor de seguros y combine con el inspector para visitar juntos el taller. En el 99% de los casos, el asegurado deja el auto en el chapista, se llega a un acuerdo y el seguro se encarga de lo demás”, dijo a LA NACION Alejandro Alonso, asesor de Federación Patronal.

En el partido de Vicente López, el número de personas que debieron ser atendidas en el hospital municipal Bernardo Houssay ascendió a 52. Según informó ayer a LA NACION la directora del nosocomio, Gabriela Lourtau, los pacientes ingresaron por traumatismos de cráneo (causados por la caída del granizo), con lesiones contuso-cortantes. Cuatro de ellos habrían sufrido pérdida de conocimiento, según se informó. De ellos, dos permanecieron en observación hasta ayer en la tarde. Uno de esos pacientes es un joven de 19 años que fue internado por las graves lesiones sufridas al caerle encima parte del techo de su vivienda. La segunda víctima grave fue una mujer, de 40 años aproximadamente, que recibió el impacto de una piedra de granizo. Ambos evolucionaron satisfactoriamente, por lo que ayer recibieron el alta médica. “La mayoría de los pacientes que sufrieron heridas comentaron que habían salido a proteger el auto cubriéndose a sí mismos sólo con mantas o cartones. Algunos, incluso, llegaron con heridas en los miembros superiores, como las manos, por intentar cubrirse del granizo”, detalló la directora Lourtau. La infraestructura edilicia del hospital no se salvó de los destrozos causados por el temporal. Cincuenta ventanas quedaron rotas en varias salas de quirófano y los parabrisas de dos ambulancias también sufrieron la caída de las piedras, con algunos daños menores en el techo de acrílico. “Las dos ambulancias tienen lugar bajo techo, pero estaban expuestas porque siempre deben estar listas ante la emergencia; obviamente sufrieron la caída de granizo”, explicó la directora Lourtau, quien explicó que las ventanas rotas por los golpes fueron cubiertas con paneles de plástico y serán repuestas próximamente.

LA CIUDAD AMANECIO Y ANOCHECIO CUBIERTA

Una intensa niebla provocó trastornos en vuelos y accesos Un manto de niebla volvió a cubrir anoche la ciudad de Buenos Aires, luego de los trastornos causados en la mañana de ayer en aeropuertos y en accesos viales por el mismo fenómeno. Tras las fuertes tormentas de la noche del domingo, la ciudad y sus alrededores amanecieron ayer cubiertos por una espesa niebla que redujo sensiblemente la visibilidad y complicó las actividades. Aunque la niebla terminó disipándose cerca del mediodía, por su

causa debieron postergarse algunos vuelos en el Aeroparque y se desplegó un operativo vial en las rutas y accesos. La niebla hizo muy complicado el tránsito en los ramales Pilar y Campana del Acceso Norte y en las autopistas del Oeste, Ricchieri y Buenos Aires-La Plata. “Se recomienda, de ser posible, no iniciar viajes hasta pasadas las 9, para dar tiempo a que el sol caliente la atmósfera y disipe la neblina”, sugirió Vialidad Nacional. El año pasado, la niebla fue pro-

tagonista en serios accidentes. Por eso, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, lanzó ayer el Plan Nacional de Prevención de Conducción con Niebla, que prevé el despliegue de operativos en todo el país con vehículos especialmente equipados para realizar tránsito asistido cuando la visibilidad sea escasa. Randazzo subrayó que “cuando la visibilidad sea menor de 80 metros se procederá a cortar la ruta hasta que las condiciones permitan reiniciar el tránsito”.

FERNANDO MASSOBRIO

El fenómeno afectó los accesos a la Capital, como el final de la autopista La Plata-Buenos Aires