Tercer Trimestre —Séptimo sábado—
15 de agosto
Cada día más sabios (Enseñanza)
Propósito del programa Enfatizar a la feligresía que hay que crear y mantener el hábito de la lectura de la Biblia y del Espíritu de Profecía.
Recomendaciones Hacer un servicio de canto previo al programa que motive a la lectura. Poner a algunos miembros de la iglesia a decir de memorias los libros de la Biblia y algunos libros del Espíritu de Profecía. Puede hacer esto en la conclusión y obsequiar un libro al ganador. Decorar la iglesia con frases que salen en el programa, como la de Lutero.
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Introducción Según el libro de los Hechos 17: 11, los creyentes de Berea «recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así». En lugar de aceptar todo lo que les decía el apóstol Pablo, los bereanos analizaban todo lo que él les decía y estudiaban la Palabra de Dios de primera fuente. Jesús dijo a los saduceos: «Erráis, ignorando las Escrituras» (Mateo 22:29). El Señor espera que todo lo que entendemos sobre las cosas espirituales esté de acuerdo con lo que dice la Biblia. Ambos pasajes enfatizan la naturaleza investigativa del estudio de la Biblia como una búsqueda personal. Un estudio sincero de las Sagradas Escrituras nos permitirá entender lo que quisieron decir los escritores de la Biblia. Hay personas que suelen suponer que ellas mismas establecen la agenda para el estudio de la Biblia; sin embargo. Dios tiene sus propios objetivos en relación con su Palabra. Nuestra búsqueda de la vida eterna nos lleva a Cristo. Estudiar las Escrituras nos brinda la evidencia que necesitamos para creer que él es el único inmortal que puede damos una vida indestructible. Con ellas llegaremos a ser cada día más sabio.
Himno ¿Por qué es necesario que estudiemos la Biblia y los libros del Espíritu de Profecía? Porque al estudiar la Palabra escrita, y la pluma inspirada, Dios desea que nos pongamos en contacto con la Palabra viviente. No podemos obtener la vida eterna de segunda mano; solo el estudio de la Escritura de primera fuente nos pondrá en contacto directo con Cristo. Cantemos el himno Nº 205, Dadme la Biblia (Nº 197 del himnario antiguo).
Lectura bíblica En 1890, alguien le escribió una carta a la señora White preguntándole: «¿Le parece que tenemos que entender la verdad por nosotros mismos? ¿Por qué no podemos tomar las verdades que otros ya han reunido, y creerlas porque esas personas ya las han investigado?». Sin embargo, Elena G. de White no pensaba de la misma manera, por lo que le advirtió: «Es peligroso apoyamos en nuestros brazos terrenales. Deberíamos depender del brazo del poder Infinito». A continuación ella lo instó a depender de Dios al momento de estudiar la Biblia. (Vida Adventista, p. 19). Leamos Juan 5: 39, 40.
Oración El estudio de la Biblia y del Espíritu de Profecía es la cura para los que piensan que su lectura es demasiado difícil. Oremos.
Bienvenida «Escudriño la Biblia entera como si estuviera sacudiendo un árbol. Primero sacudo cada rama: estudio libro tras libro. A continuación sacudo cada rama más pequeña, prestando atención a los capítulos. Finalmente, sacudo cada ramita, para estudiar con detenimiento los párrafos y las oraciones y los significados de las palabras» (Martín Lutero). Sean todos bienvenidos.
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138 PROGRAMAS PARA LA ESCUELA SABÁTICA
Rumbo «Escudriñad la Biblia con un corazón hambriento por el alimento espiritual. Excavad en la Palabra como un minero excava la tierra para hallar las vetas de oro. No renunciéis a vuestra búsqueda hasta que hayáis aprendido cuál es vuestra relación con Dios y su voluntad respecto de vuestra vida» (Elena G. de White). «Una tentación común de Satanás consiste en hacer que renunciemos a la lectura de la Palabra y a la oración cuando sentimos que no lo disfrutamos; como si no sirviera para nada leer las Escrituras y el Espíritu de Profecía cuando no disfrutamos de ellas, y como si no sirviera para nada orar cuando no tenemos un espíritu de oración. La verdad es que para disfrutar de la Palabra de Dios tenemos que continuar leyéndola, y la manera de obtener un espíritu de oración es seguir orando» (George Muller). Ahora escucharemos el Rumbo.
Música especial «Nunca permitáis que los buenos libros reemplacen a la Biblia. Bebed de la Fuente, no de los arroyuelos que fluyen de la Fuente» (Amy Carmichael). Escuchemos una música especial.
Misionero (Hacer una especie de monólogo con este misionero). En uno de los estantes de su casa, un joven tiene un libro sobre músculos abdominales. Su portada muestra un retrato en primer plano de un hombre flexionando el vientre. Su barriga tiene más surcos y crestas que el Mar Caribe en un día ventoso. Inspirado, compró el libro, leyó la rutina, hizo las flexiones por una semana. No lejos del libro sobre músculos se halla una serie de DVDs acerca de lectura rápida. El curso de lectura rápida promete hacer en su mente lo que el libro de músculos abdominales promete hacer por su barriga. El texto en la contraportada promete que al dominar esta serie en seis semanas el chico podrá leer dos veces más rápido y retener el doble del material. Todo lo que tiene que hacer es oír los DVDs, lo que se propuso hacer algún día. No me entiendan mal. No todo en la vida de este joven es incompleto. Lo más probable es que no esté solo. (Se dirige a la congregación). ¿Tienen algún proyecto inconcluso en su casa? ¿Tal vez una máquina para hacer ejercicios cuya utilidad primordial actual es colgar toallas? ¿Algún curso de computadora o de diseño gráfico sin abrir? ¿Qué tal una cisterna de agua en el patio a medio terminar, o la piscina a medio cavar, o el jardín a medio plantar? Ni siquiera toquemos el tema de las dietas y el perder peso, ¿le parece? Ustedes lo saben tan bien como yo: una cosa es empezar algo, y otra enteramente diferente, completarlo. Ustedes piensan que voy a hablarles de la importancia de terminarlo todo. Si piensan así, tranquilícense. No empiecen lo que no pueden terminar. Hay ciertos proyectos que es mejor dejarlos a medias, y otros que sabiamente hay que abandonar. Mi deseo no es convencerlos de que terminen todo lo que comienzan. Mi deseo es animarles a que terminen lo que deben terminar. Ciertas carreras son opcionales, como la de lograr músculos abdominales bien definidos y la lectura rápida. Otras carreras son esenciales, como el estudio de la Palabra de Dios y del Espíritu de Profecía. Consideren lo que dice Hebreos 4:12: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos». Pablo afirma que toda la Escritura es inspirada por Dios. La Escritura es la propia vida y Palabra de Dios. Además, quienes leen sistemáticamente la Biblia y el Espíritu de Profecía, son más fieles en el diezmo, no se dejan llevar por www.escuela-sabatica.com
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doctrinas falsas, y permanecen más en la iglesia. Existe una gran diferencia entre los que no leen y los que estudian la Biblia y los libros del Espíritu de Profecía.
Informe secretarial División de clases Conclusión (Poner a algunos miembros de la iglesia a decir de memorias los libros de la Biblia y algunos libros del Espíritu del Profecía). Siete razones para leer la Biblia 1. Es la forma de conocer a nuestro Padre. La Biblia contiene la forma en que nuestro Padre nos muestra su carácter. Dios es amor (1 Juan 4: 8); Dios es fiel (2 Timoteo 2:13); Dios es el único digno de gloria y honra (Apocalipsis 5:13). 2. La Biblia es la fuente de la verdad. 3. La Biblia es un manual de cómo vivir. 4. La Biblia es poderosa. «Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» (Efesios 6:17). 5. Leer la Biblia nos fortalece en la pruebas. «Pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria» (2 Corintios 4:17). 6. Es el mejor libro para obtener inteligencia. «De tus mandamientos he adquirido inteligencia» (Salmo 119:104). 7. Conoceremos y nos prepararemos para el futuro. Muchas personas desean conocer el futuro. La Biblia está llena de profecías que nos muestran nuestro futuro en Cristo Jesús. Es importante saber a lo que nos enfrentaremos y tomar responsabilidad de lo que profesamos. Sin duda, la Palabra de Dios es una de las mejores herramientas que todo cristiano tiene ¿Qué esperas?, ve y toma tu Biblia; ella tiene mucho para ti. ¡Todos a leer la Biblia y el Espíritu de Profecía! Himno final Nº 379, Habla, Señor, a mi alma (Nº 413 del himnario antiguo).
Oración final
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