2 | ADN CULTURA | Viernes 8 de agosto de 2014
Final abierto
Barenboim y los caminos del “no” que conducen al “sí”
línea & letra
Poesía interpretada por Pablo Bernasconi
Cabeza de fauno
Verónica Chiaravalli
Arthur Rimbaud
M
Joyel verde manchado de oro entre las ramas, En la incierta floresta, del todo florecida De estas flores espléndidas donde ya duerme el beso Vivaz y hasta rasgando el exquisito bordado,
uchas y variadas maneras de decir “no” para encontrar sólo una de decir “sí” en el momento del concierto. Así explicaba Daniel Barenboim, hace algunos años, en otra de sus memorables visitas a la Argentina, el sentido de los ensayos. Por cierto, ese “sí” no necesariamente debe ser el mismo siempre: le pertenece a cada interpretación y por lo tanto a las circunstancias del momento, pero lo que a Barenboim le importaba señalar es que no concibe los ensayos como fábricas de fórmulas para poner luego en práctica sobre el escenario, sino como espacios de exploración y búsqueda, de prueba y error. El artículo que adncultura lleva hoy en tapa le permite al lector asomarse a un mundo por lo general vedado al ojo (y al oído) del público. La crónica que registra cómo Barenboim , junto con la West-Eastern Divan Orchestra, y Martha Argerich preparan el repertorio que en este agosto milagroso se puede escuchar en el Teatro Colón, no sólo expone la tarea de los músicos sobre partituras e instrumentos sino que revela las fuentes íntimas de las estéticas y los lenguajes que ambos artistas ponen en diálogo. En 2002, también en agosto, cuando Barenboim vino a Buenos Aires a ofrecer las Sonatas para Piano de Beethoven, se hizo tiempo para responder las inquietudes de un grupo de estudiantes de música, en lo que terminó siendo una clase magistral. Entonces, Barenboim dio recomendaciones que un oído atento puede apreciar en sus performances, tanto al piano como en el podio. El Mozarteum Argentino, también artífice de aquellas experiencias inolvidables, tuvo la buena idea de recoger en un librito las palabras del músico. Vale citar algunos de esos conceptos, a modo de acompañamiento del prodigio musical que el maestro produce estos días en el Colón. ß “Nunca hay que tocar una nota en el piano sin haberla oído antes en el oído interior y haber reflexionado sobre el sonido que se quiere producir. Lo que se toca mecánicamente es sonido muerto. Yo trato de imaginar cómo quiero que suene la primera nota antes de tocarla, y entonces comienzo a tocar.” ß “En una obra musical, cada movimiento no llega para quedarse sino para madurar y dar lugar a otro. Se trata de etapas. Por eso hay que cuidar los momentos de transición como objetos de valor. El valor que tiene la transición consiste en que mantiene las etapas unidas. Cuando una transición se quiebra, las etapas se desconectan y es muy difícil (a veces imposible) restablecer la conexión perdida.” ß “Cuando uno está interpretando música puede vivirla impulsivamente pero luego esa interpretación tiene que ser pasible de convertirse en materia de análisis. El análisis es la única llave para el progreso. Si después de que las cosas ocurren uno no puede analizar el porqué de lo que salió bien y de lo que salió mal, los errores no se corrigen y los aciertos se repetirán sólo por casualidad”. C
Un fauno asustadizo enseña sus dos ojos Mordiendo flores blancas con sus blancos colmillos. Moreno, ensangrentado, igual que un vino añejo Debajo de las ramas, su labio estalla en risas. Y cuando se ha escapado –como hacen las ardillas– En cada hoja aún su risa está temblando Y así se ve asustado por un fugaz pardillo Beso de oro del Bosque que se ensimisma ya. En: Poesía completa, traducción de G. Celaya, C. Vitier, A. Núñez y D. Conte, Visor
Arthur Rimbaud Charleville, 1854— Marsella, 1891 De adolescente convulsionó el medio literario parisiense gracias a sus versos y su escandaloso amorío con Paul Verlaine. Abandonó la escritura muy temprano para buscar fortuna en África, pero los poemas y prosas poéticas que dejó atrás revolucionarían para siempre, sin que él llegara a enterarse, la literatura.
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