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CULTURA
I
Jueves 12 de mayo de 2011
ARTE EFIMERO EN LA CIUDAD s HASTA EL 28 DE MAYO EN LA PLAZA SAN MARTIN
SURREALISMO
Babel, la torre con 30.000 libros
Cierra hoy la muestra de Campanella en La Plata
Se inauguró anoche la obra de Marta Minujín; tiene 25 metros de altura y textos en casi todos los idiomas MARIA ELENA POLACK LA NACION “El Partenón de los libros, en 1983, simbolizaba la democracia. La Torre de Babel es la búsqueda de la unidad.” Así resumió la artista pop Marta Minujín el concepto de su instalación de arte efímero y participación masiva la intención de su obra al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, mientras recorrían la estructura de 25 metros de altura y 30.000 libros que hasta el 28 próximo podrá visitarse en la plaza San Martín. Cinco años después de exhibir en aquel Partenón los 30.000 libros que habían estado prohibidos durante la dictadura y que las editoriales guardaron con celo, Marta Minujín comenzó a soñar la Torre de Babel de los Libros. Pero logró plasmarlo mucho tiempo después, aunque en coincidencia con el año en que Buenos Aires es la Capital Mundial del Libro. Anoche, ante una gran cantidad de invitados especiales, Minujín dejó habilitada al público la Torre de Babel de Libros, que podrá ser recorrida por grupos de 25 personas, previa acreditación en la página web www. capitaldellibro.2011.gob.ar, todos los días, de 10 a 22. “Es por una cuestión de seguridad. No pueden subir al mismo tiempo más de 25 personas”, explicó la artista. Con su sello personal –anteojos negros Ray Ban y pelo casi blanco– y vestida con mameluco negro, botas negras, dos collares imponentes y más anillos que dedos, Minujín posó radiante y habló con todos los que se acercaron a saludarla. “El hombre quería llegar al cielo, pero Dios lo castigó, tiró un rayo y nadie se entendió”, sostuvo la artista al hablar con LA NACION y afirmar: “Nosotros, los argentinos, nos peleamos mucho porque hablamos en distintos idiomas aunque lo hagamos en la misma lengua”. El sueño de 13 años se materializó en pocos meses. En octubre del año pasado se pusieron de acuerdo Minujín, el gobierno porteño y todos los que apoyaron la iniciativa –embajadas, editoriales, libreros y otras empresas–. La obra, de siete pisos de altura, está integrada por 30.000 libros de 54 países y de casi todas las lenguas y dialectos del mundo. Los textos
están colgados individualmente y protegidos en bolsas de nylon para resistir el clima. El próximo 28 el público podrá llevarse un ejemplar del primer nivel de la estructura, además del cuento “La Biblioteca de Babel”, de Jorge Luis Borges, que se entrega al final del recorrido. Los demás libros se incorporarán el año próximo a la Biblioteca Manuel Gálvez (Córdoba 1558), que “será la primera multilingüe del mundo”, anticipó Minujín. Entre los 30.000 libros está su catálogo para la retrospectiva que se realizó en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). La música que acompaña el recorrido también es de Minujín: en todos los idiomas se pronuncia tres veces la palabra libro. De la apertura participaron, también, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y los ministros Hernán Lombardi (Cultura), pivot de toda la movida cultural sobre Buenos Aires Capital del Libro; Diego Santilli (Espacio Público), y Guillermo Montenegro (Justicia), y el director de la Unesco para América Latina, Frederic Vacheron. La campaña electoral de la ciudad tuvo un paso más que efímero pero risueño mientras se tomaban una fotografía Santilli y Lombardi con Minujín. Los reporteros gráficos bromearon con la posibilidad de que alguno de los dos ministros vaya a ser el compañero de fórmula de Macri. Lombardi, rápido de reflejos, ironizó: “Parece Marta, pero es María Eugenia Vidal” (que integra la terna de postulantes). Minujín, con una sonrisa, aclaró: “No, no, no... yo soy de otro planeta”. Entre los artistas plásticos que se acercaron a saludar a Minujín se pudo ver a Rogelio Polesello y Marino Santa María, pionero en el arte de la instalación urbana con su Calle Lanín, y el director del Centro Cultural Recoleta, Claudio Massetti. Marino Santa María se mostró sorprendido “por la envergadura de la obra” y recordó que en 1983, “cuando era casi un niño”, no sólo fue a ver el Partenón de los Libros, sino que llevó un ejemplar a su hogar. La fiesta concluyó con la ecléctica Babel Orkesta, que despertó sonrisas, aplausos y el intento del público de bailar chamamé en pareja, con una naranja en la frente.
Son 16 obras hechas entre 1980 y 2000
EMILIANO LASALVIA
La perspectiva desde lo alto de la torre; la obra puede visitarse de 10 a 22
Para ver y también participar
1979: Feria de las Naciones
1981: Knoll Internacional
1983: Av. 9 de Julio y Santa Fe
Obelisco de pan dulce
La Venus de queso
Partenón de los libros
Réplica de 36 metros de alto del Obelisco hecha con 10.000 paquetes de pan dulce que fueron distribuidos entre el público.
Réplica de la Venus de Milo realizada con una estructura de hierro recubierta con cuadrados de queso.
Réplica del Partenón construida con libros prohibidos durante la dictadura militar como un monumento a la democracia.
LA PLATA (De nuestra Corresponsalía).– Cabezas de madera. Sin rostro. Máscaras o antifaces, que en algún caso son reemplazados por un casco que, claro, no se corresponde con la época y el lugar. Figuras humanas que se mezclan con diversas formas. Imágenes que parecen futuristas, pero que trasladan hacia atrás en el tiempo y recuerdan la obra de Botticelli, Caravaggio, El Greco o Leonardo. De todo eso se trata la muestra del artista italiano Vito Campanella que, con el título Surrealismo y Metafísica (con un total de 16 pinturas que abarcan el período 1980-2000), cerrará hoy sus puertas en la sala ubicada en Avenida 13 y 48 N° 810 de esta ciudad. Si bien resulta evidente la influencia que ejerció Giorgio De Chirico sobre la obra de Campanella, la idea predominante en esta colección es su interés por dotar sus creaciones de una concepción renacentista. Un ejemplo claro es “La dama de blanco”, donde la mujer en cuestión aparece sentada, con un hombre detrás de ella, posando para el artista, tal como podrían haber aparecido en un cuadro del siglo XV. “Centauros en lucha” y “Gigantes y centauros” remiten a “La batalla de Anghiari”, de Leonardo. Miradas que reflejan tristeza (“Vacío existencial”) o incertidumbre, como en “Cavilaciones del hombre ángel”. No faltan alguna referencia religiosa, con “Moisés y las tablas de la ley”, con el personaje principal que surge desde las raíces mismas de un árbol, ni el costado nostálgico, a través de “Dulces recuerdos”, donde aparecen ¿sus juguetes de la niñez?, dentro de una vieja caja de cartón corrugado y en un globo aerostático que vuela impulsado por las nubes. Se trata de una travesía por los sueños y la imaginación desbordante del autor.