Articulaciones cambiantes de clase y etnicidad: una villa miseria de Buenos Aires '23 Alejandro Grimson UNSAM y CONlCET
Nota: por razones éticas y polflicas que st. (nlenderd" más adelante, este Ltxlo nose publicó hasla 2007. Sus principal", daros decampason de 2002y 2003,y una primera versiónfue escrita a inicios de 20D-1. En aquel momento las tcnsion~s con organizaciorlfi de desocupados escoban en el elnt IV de los procesos po/Hicas y ira difuso SI podran resurgir n1..1C\'OS dementas de xenofobia oficial. Por lo tanto, algunos dalos de nuestra investigación podran ser sacados de contexto y utilizados contra lagente que hemos estudiado. Con la esperanza de (IUC eJecti vamente estoya no pueela ser asr, y resgucl rdando todas las identidades de perso"as y lugaYl's. damos a conour esterara.
A mediados de 2002 yo estaba desarrollando dos investigaciones paralelas. Una investigación se vinculaba con lo que llamamos procesos deetnicización, especialmente me interesaba analizar organizaciones de inmigrantes Iimitrofesen el Área Melropolitanade BuenosAires. La otra investigación se vinculada con la vida politica de barrios populares de la misma región, incluyendo desde organizaciones de desocupados hasla comedores populares. Unasemana dejulio conseguí el teléfono del presidente de la federación de Asociaciones Civiles Bolivianas. Lo anoté en un papel y lo guardé en un bolsillo. Al dfasiguienteobluveel teléfono del ex presidente de ¡ajunta Vecinal de una Villa Miseria que hace tiempo querla entrevistar. fiel a mi precario método de los papelitos puse a éste en el olro bolsillo de mi pantalón. Al dla siguiente me dispuse a llamarlos a ambos para concertar una cita con cada uno. Yahivino mi sorpresa: eran la misma persona.
11.\ UI13 pnme.ra versión de: CSlC' trabajo se publicó en 2007 en Estudws migratorios latlllOOmtricanos.
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Asl que el representante de las organizaciones bolivianas en Argentina era el mismo que el ex representante de los vecinos de una villa muy pobre. Pocos dlas después logré tener una larga conversación con Vlctor.'H Él me explicó que una yotra tarea no tenían, desde su punto de vista, ninguna relación entre si. Vlctorcomenzó a desarrollar actividades en laJunta Vecinal hasta llegar aser Vicepresidente. Hubo una grave acusación de corrupción contra el presidente, quien se vio obligado a renunciar y entonces Víctorasumió elcargo. Su tarea principalcomo presidente o miembro de ¡ajunta Vecinal apuntaba a lograr la escriruración de las viviendas, para eliminar el riesgo de que ellos y sus familias puedan ser alguna vezexpulsadosdellugar. El conjunto de las actividades tenían que vercon "servecinos': asfalto, iluminación y urbanización en general. En cambio, su tarea como dirigente de una organización de bolivianos era gestionarpoliticas estatales para otorgarles documentos asus compatriotasy difundir laculturaboliviana. Simplificadamente podemos decir que mientras la organización vecinal ocupaba demandas sobre la propiedad de la tierra y sobre urbanización, la organización boliviana se encargaba de cuestiones de legalización de las personas y del prestigio social de los inmigrantes bolivianos. A Victor le pareela evidente que una y otra cosa no tenían relación entre sí. Ninguna organización vecinal, explicaba, podla incluir las demandas de los inmigrantes, yviceversa. Ya se verá que esa identificación de cada organización con un tipo de demanda se reprodujo, enel barrio de Vlctor, para una cuestión que devino acuciante desde elaño 2000: el desempleo. Las relaciones entre el tipo de demanda, de organización y el criterio identitario del agrupamiento estaban directamente relacionadas con las preguntas de mi investigación. En diversos trabajos antropológicos habia cierto consenso de que durante los años noventa habla habido amplios procesos de etnicización en la Argentina, tanto de los propios grupos de inmigrantes o indlgenas o de afroargentinos, como hubo procesos de fuerte discriminación sustentada en la nacionalidad de las personas o los grupos (véase Grimson, 2006). A fines de 200 1 comenzó un proceso de crisis económica y po][ticaaguda en la Argentina. Los rasgos centrales del modelo económico neoliberal, asentado en un tipo de cambio fijo de un peso por un dólar, estallaron, generando 114l..os nombrc:sde pt:rsonasy lu~ han sido cambiados.
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un movilización social que atravesó el conjunto de los barrios populares. Desde fines de los años noventa y de manera vertiginosa desde 2002 emergieron organizaciones sociales nuevas, que agrupaban a los vecinos para realizar demandas relacionadas con el desempleo ycon cuestiones básicasde supervivencia, como alímentación yplanessociales (véase Cerrutti yGrimson, 2005).
Preguntas empíricas sobre las clases En este nuevo contexto era necesario preguntarse acerca desi se mantenlan o cambiaban las tendencias acerca de las formas de articulación ydesarticulación entre clase y etnicidad. Durante los años noventa, en contextos de creciente desocupación y exclusión social con muy baja intensidad organizacional y movilización política, los procesos tendieron a la desagregación de los grupos y las demandas. En los barrios populares con fuerte presencia de migrantes provenientes desde Bolivia y Paraguay, la escasez de recursos y las disputas cotidianas por el acceso a los mismos se articuló con una creciente xenofobia. De esa manera, los procesos de segregación étnica tuvieron su contracara en un crecimiento sostenido de las organizaciones de los propios inmigrantes limítrofes, de sus festividades, su presencia en radios de baja frecuencia, sus ligas de fútbol y otras actividades y redes similares. Al cambiar el contexto era necesario preguntarse si en los sectores populares la dinámica de diferenciación que implica la culturalización de sus reclamos continuaba acentuándose, o si se abría una nueva coyuntura. Si cambiaban o no las principalescategot1as de identificación, los significantes a los que las personas aluden cuando se agrupan para intervenir en la arena polltica. En otras palabras, si en los momentos anteriores y posteriores a 2001 se abrió o no una dinámica de un nuevo sistema de equivalencias (Laclau,1996). Esto implica explorar y trabajar las relaciones entre clase y etnicidad en barrios populares de BuenosAires. En los últimos años el concepto de clase social prácticamente se ha dejado de usar en estudios sociológicos y antropológicos. En diferentes áreas disciplinarias parece haber distintos motivos. Por ejemplo, Portes y Hoffman (2003:356) han afirmado que la CEPAL y la ülT cuando estudian cuestiones como desigualdad y pobreza no incluyen en sus 223
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Articulacioneseambiantes de clase yelntcidad: una VIlla mist:na de BuenosAires
Identidades en la villa
Los habi~ntes buscan acceder a esos recursosa través de relaciones personales con dlrerentes mediadores.
Nadie sabe si un cuarto o la mitadde los habitantes de la villa, que podemos convenir en llamar Villa Panorama, son paraguayos y bolivianos. Sucede que los datos censales de 1991 indicaban que alrededor de123% de los habitantes de todas las villas de emergencia de la Capital Federal hablan nacidoen paises Iimitrores (Censo Nacional de 1991). En ese entonces, Villa Panorama tenia aproximadamente la mitad de habitantes que los que tiene en la actualidad. Pero hay un elemento aún m~s relevante: "boliviano"nosignificaaqul haber nacido en Bolivia, sino quees una categorta racializada. Por lo tanto, aquellas personas legalmente argentinas que son hijosde padres que nacieron en Bolivia y tienen rasgos fenotípicos generalmente asociados con los ayrnara o los quechua son considerados en la villa como bolivianos. En cambio, los paraguayos son distinguidos especialmente por su rorma de hablar,sea pare! guaranl o por la tonada. Claro que la lengua se "hereda" menos que los rasgos renotlpicos, especialmente cuando e! mercado matrimonial parece cerrado para losjóvenes bolivianos que se ven compelidos b~icamentea la endogamia. Adem~s, sea por estos u otros motivos, lo "paraguayo" y 10 "boliviano" en la villa son categorlas sociales con características muy distintas. En muchos casos 10 paraguayo parece funcionar identltariamente, más que como referencia a otro país, como una provincia más. Como si hubiera un estigma equivalente a "santlagueño", "correntino" ocualquier otro. Tan "outsider" como cualquier otro, excepto los otros bolivianos (o peruanos), que son claramente exl ranjeros. Sin embargo, esa relativa equivalencia de lo paraguayo con estereotipos provinciales en varias situaciones, puede ser revertida en otras y, en cualquier caso, encuentra el ruerte limite en las dificultades concretas de acceso a la documentación. La equivalencia aparece anivel de espacios micro de la interacción cotidiana, pero tiene una brecha con legalidades y potenciales matices especificos entre ambos extremos. El complejo panorama identitario de la villa se combina con unasituación social y polltica especifica. Siendo los barrios m~ pobres de la ciudad m~ rica de! pais, las villas cuentan históricamente con una amplia variedad de recursos que llegan desde e! gobierno de la ciudad de BuenosAires. B~l camente se trata de materiales de construcción, planes de empleo, alimentoS en los comedores populares, remedios, becas de estudio, cajas de comida.
Legalmente todos los residentes censados de la villa tienen derecho a acce~era ciertos recursos como materiales de construcción o cajas de comida, mas all~ de que tengan o no documento. En cambio, sólo los residentes documentados pueden acceder a planesjeras yjefes de hogar, incluso aunque sean extranjeros.
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Por eso, Víctor me decía que "los planes no tienen raza ni credo". Pero sf tienen documentos. Esa rrase de Victor debe entenderse como una respuesta a un~ situaCión COtidIana de discriminación que, aunque no se expreseen la legalIdad, resulta clave en la vida de la villa. Laconvivencia entre los grupos noesarmómca. Entre los vecinos de la villa, los bolIvianos son , porejemplo, qUIenes m~ pOsIbIlIdades tienen de ser asaltados. Son objetivos predilectos porsu re!auva capacidad de ahorro y porque es poco rrecuente queseenfrenten a losjóvenes que les exigen su dinero. En cambio, entre los paraguayos hay redes de autodefensa para avisarse y protegerse mutuamente en caso de intentos de robos. Los bolivianos, en el contexto de crisis económico-social, buscaron asistencia social como el resto de los vecinos. Hubo recelos en algunos casos por su asistencia a loscomedores populares, asl como porque acceden a ladrillos y cemento para mejorar la construcción de sus propias casas. Un vecino argentino de la villa me dec!a que "para mejorar los pasillos y las c~maras no hay materiales de construcción del gobierno, pero para los bolitas sí" ."5 Aél le produce indignación que a los bolivianos les entreguen materiales antes que a su ramilia. Incluso, otro vecino cuya ramilia ya ha recibido materiales, se queja de quesu pasillo aún no cuenta con materiales para arreglarse mientras los bolivianos siguen levantando paredes con los materiales que entrega el Estado. Son estos vecinos quienes pueden insultaren diferentes contextos, especialmente a las mujeres bolivianas, diciéndolos en la cara: "boliviana, andatea tu pais". A las bolivianas mismas les sorprende tanta rrontalidad argentma. Por su parte, los argentinos nunca dejan de extrañarse de que los bolivianos suelen encerrarse en sus casas con las persianas bajasen contraste con los paraguayose inmigrantes del interior que beben mate en los patios o 113 Ackaremos que "bolita" es la nominación que los argenlinos hacen de los bolivianos. quecarga el desprecIo en su propia tnunciaclón_
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pasillos al aire libre. El encierro boliviano esadjudicadoaalguna misteriosa esencia andina, nunca relacionado con la sistematicidad de esa discriminación frontal. Sin embargo, a una corta distancia de allí, en un barrio boliviano cercano al estadio de San Lorenzo, la esencia andina se modifica y los bolivianos usan el espacio de las veredas y la callecotidianamente.
La etnícidad en la política barrial Estoselementos, que merecen ser ampliados y matizados, como un marco necesario para comprender cómo se desarrolla la política barrial. Una política que no puede comprenderse sin analizar sus relaciones con la etnicidad. La villa tie.ne una institución barrial,laJunta Vecinal, donde pueden votar para elegir a las autoridades todos los vecinos mayores de edad que hayansido censados. Hasta hace algunos años atrás, no sólo podian elegir, sino también ser elegidos. Ahora, para ser elegidos deben tener la documentación en regla. En las elecciones de 2002-2003 de laJunta Vecinal de Villa Panorama se han presentado siete listas. Dos listas estaban relacionadas al PartidoJusticialista (PJ), una a la Unión Cívica Radical (UCR) y una alAR!. De las restantes tres listas, una expresaba a un sector importante de la "comunidad paraguaya" y las otras dos a sendos sectores de los bolivianos. Más allá de los detalles, lo que resulta importante es que los criterios para comprender el armado de las listases en ciertos casos político partidario y en los otros casos étnico. Se producen entrecruzamientos, claro está, entre ambos criterios. Pero lo que prevalece es que la capacidad politicase sustenta en una o en la otra. Cuando Víctor era presidente y perdió las elecciones, el nuevo presidente triunfó (según él mismo me dijo) gracias a articular una alianza "contra la colectividad" (\os bolivianos). Mientras tomábamos unos mates en la Junta Vencinal, Ardigay, el nuevo presidente, me explicó que "la colectividad es terrible, peligrosa, si no tecuidás,si losdejás, te comen todo, tedejansin nada, ellos hacen trabajo de hormiga, no los ves y cuando querés acordarte se quedaron con todo". Esta manera de hablar de la "colectividad" (en la villa no requiere adjetivo, resulta obvio quese refieren a los bolivianos) remitea modos conocidos de adjudicara un grupo una potencia silenciosa y diabólicamente conspirativa. Las alianzas que Ardigaytejió para sacara VícLOry a los bolivianos incluyó a
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Aniculacionescambiantesdeclase yelnicidad: una villa miseria de Buenos Aires
un sector de la comunidad paraguaya. El candidato a Vicepresidente delganador es paraguayo y está muy ligado a las redes de sus compatriotas. O sea que cuando "desbarrancaron" al presidente boliviano un sector importante del PJ, representado por una familia antigua y fuerte de la villa, se ali" con la comunidad paraguaya. Ahora bien, no hay una completa homogeneidad polltica entre los paraguayos. Una minoTia, crílica del PJ y de los líderes paraguayos locales, no apoyó a la nueva gestión. Sin embargo, se sentían obligado," explicitar que eran críticos "a pesar de que el vicepresidente es paisano mio". Cuando Ardigay ganó ¡as elecciones, los dirigentes bolivianos jesplazados decidieron fundar la Sociedad de Fomento" 18 de Agosto" para obtener la escrituración de las casas de unascuadrasde la villa. Es decir, decirlieron buscar por su propia cuenta su principal objetivo: accedera la propiedad de los lotes. Pero como el gobierno de la ciudad no los aceptó como interlocutores, dado que por ley son lasJuntas Vecinales las que representan a las villas, la nueva agrupación nunca cobró fuerza. Paresa época, estos bolivianos también crearon la organización "Morada Boliviana", con el objetivo de promover la cultura de su país ysolucionar los problemas de documentación de la colectividad. Vfctorafirrna que lasJuntas Vecinales no pueden hacerse cargo de los problemas de cada colectividad (inclusoen villas con altís.imo porcentaje de extranjeros). Entonces, ellos crearon la "Morada", donde organizan fiestas patronales yotrasactividadesculturales en la villa. Al poco tiempo se integraron a la Federación deAsociacionesCiviles BolivianasenArgentina (FACBOL).
La FACBOL representaba en esos añosa más de veinte organizaciones bolivianas ante el gobierno argentino. Fue creada en 1995 por organizaciones de laCapital yelGran BuenosAires. Ene! relatodesu presidenleen 2003,Ia FACBOL surgió por propuesta del entonces presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem quien les indicó que, si pretendían que sus reclamos fueran atendidos, no podian ira hablartodoscada vez que necesitaban algo. Debían tenerrepresentantes. Según otros relatos habriasido e! entonces ministro de! Interior Carlos Corach, quien les expresó la sugerencia a los dirigentes bolivianos. ' Víctor sostiene que el principal problema de los bolivianos es la documentación, porque sin documento no acceden a la asistencia social y tienen graves dificultades para trabajar. Entonces, los principales objetivos de las organizaciones bolivianas son el acceso a la documentación y la "difusión de la cultura" como reivindicación política de una identidad estigmatizada. 229
AltjandroGrimson Articulaciones cambianlesde clase yelOicidad: una villa miseria de BuenosAires
En cambio, la cuestión de! desempleo no es un tema que ocupe a esas organizaciones. Durante la semana de la presidencia de Rodrlguez Saa, en dIciembre de 2001, el gobierno los convocó y les anuncIaron que les otorgaban
mil planes por seis meses. Hubo sindicatos que presemaro~ quejas porque le estaban otorgando planes a extranjeros. Después de esos seIS meses los planes no se renovaron yellos nunca realizaron reclamos en esesenudo. No fue iniciativa de ellos, ni buscaron mantenerlos. Aunque haya "muchos paisanos que tienen planes, e! gobierno les dice dónde tienen que ira trabajar", me explicaba otro dirigente boliviano. En otras palabras, las organIzaclOnesbolivianas no administran ellas mismas planes de empleo. Probablemente,Junto al resto de las organizaciones de inmigrantes limítrofes, sean casi las únicas organizaciones populares que no administraron planes sociales d~de 2002. Resulta un dato significativo, porque para obtener los planes hablO que presentarse como organizaciones de desocupados o del barrio, aunque fueran las mismas personas.
vianas que realizaban su contraprestación en grupos de costura, un oficio que adquirieron en los talleres coreanos y bolivianos durante su auge en los años noventa. En otra organización, en cambio, casi no había bolivianos y una buena proporción eran paraguayos y formoseños que trabajan en la construcción. la fragmentación de las redes sociales dentro de la villa no era e! único motivo de división entre las organizaciones de desocupados. En esasorgani-
zaciones se establecía una articulación entre militantes sociales o políticos que no vivian en la villa y las necesidades urgentes de los habitantes. Generalmente, esos militantes muy comprometidos y bienintencionados logra-
ban articular respuestas concretas como comedores, merenderos, rape ritos u otras iniciativas similares. Además, tenlan un acceso mucho mássimplificado a la obtención, negociación y gestión de los planes sociales que los veci-
nos de la villa. De esa manera, un grupo de militantes sociales o políticos modificaba su trabajo anterior en el barrio o llegaba al barrio planteando la demanda de planes o con planes ya oblenidos para distribuir y, en conse-
Piqueteros bolivianos y paraguayos
cuencia, comenzaba agenerar una agrupación ligada, sin saberlo, a una de las tantas redes sociales en la villa.
En la villa las organizaciones sociales parecen bastante inflexibles respecto de las demandas por las cuales se originaron. AS!,la organización de Víctor que siempre trabajó con la cuestión de documentaCIón y cultura no incorporó después de 2000 la demanda de empleo. Esto podría adjudiCar~e asu carácter de extranjeros. Peroasu vez laJunta Vecinal, que tampoco habla incorporado la demanda de documentación para los inmigrantes, a pesar de! peso demográfico y político de éstos en la villa, tampoco Incorporó después la cuestión del empleo. En e! primer momento de la crlSls de 2001 y 2002 tampoco la cuestión alimentaria habia sido abordada porlaJunta,lo cual se tradUjo en el surgimiento de ollas populares yel fonaleclmlento de los catorce comedores populares. De modo análogo, la demanda de empleo y de planes de empleo implicó desde 200 1e! surgimiento de otras organIzacIOnes especlficamente de desocupados. ... Por ello en 2002, en una villa que supera los qUInce mIl habItantes, no
las relaciones entre los militantes externos y los habitantes de la villa fueron muy diversas yno podemos profundizarlas aqul. Pero hay unepisodio
apareció una organización única de desempleados, sino cuatro. diferent~, en dislíntas zonas del barrio y asentadas en distintas redes soclal~. AsI, p~r ejemplo, la mitad de los integrantes de uno de los grupos eran mUjeres boh-
que resulta especialmente significativo. Un grupo de militantes que hac!aalll trabajo comunitario decidió llamar a su organización "Frente 19 de diciembre". Los vecinos de la villa se sorprendieron y les preguntaron porqUé le hablan puesto ese nombre. "Porque fue el dla de la pueblada", respondieron los militantes. "¡Cuál pueblada'", insistieron los vecinos ya que en las calles de tierra y en los pasillos angostos no sonó ninguna cacerola ni nadie fue a Plaza de Mayo aquel dla. "la del 19 de diciembre", respondieron los militantes y la conversación regresó al inicio. A los vecinos les llamó la atención. Para ellos el19 de diciembre de 2001 no fue un dla como cualquier otro, pero no recuerdan ninguna pueblada. En la villa fue un dfa único, donde todos se unieron fervorosamente desde la noche hasta que salió e! sol a la madrugada. Bolivianos, paraguayos, argentinos, viejitos ychorritos, bandas más pesadas y madres a cargo de los comedores, todos estuvieron junlos. Se unieron porque la policía les avisó que en cualquier momento "vendrlan de Fuerte Apache" a arrasar con la villa. Ellos sablan muy bien de los saqueos asupermercados yaunque tienen uno gigan_
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tesco a pocos cientos de metros, alli no ocumó nada. Sólo se prepararon para defenderse de un ataque desde otra villa o barrio cercano. Una mujer paraguaya, que es delegada de manzana en laJunta Vecinal y también referente en un grupo de mujeres con planes sociales, lo relata as!: "estábamos todos armados, amanecimos todos, acá habla como siete fogalaS, en todos lados. Lo lindo de eso es que ese dla los chorros se juntaron con la geme, éramos todos hermanos. Ellos declan: 'si vienen avisanos y ustedes nos apoyan'. Yyo decla: lenía que presentarse una emergencia para que la gentesea tan unida... una hermandad. Yhabía que cuidar la entrada ponurnos.Al final, fue un verso de la policta, lo hicieron para que la gente novayaa saquear. Ycuando dijeron que venian de FuerleApache nadie se movió. Fue una buena treta". Los habitantes de Vílla Panorama saben que mucha gente salió ese dia a
protestar. PeroeBos mismossólose imaginan potencialmente participante en un saqueo, no en una de esas protestas. Consideran que la "treta" fue para evitar el saqueo. Y"pueblada", ya que ellos se consideran pueblo, no les hace mucho senlido para hablar de aquella noche de "verso"y "hermandad". Entonces, eslas diferenles organizaciones de desocupados de la villa durante 2002 iban adquiriendo nuevos planes de empleo a través de corles de
avenidas y rutas. En la misma medida en que obtenían nuevos recursos iban atrayendo a nuevos vecinos desocupados que buscaban acceso ala asistencia pública. Por lo tanto, también inmigrantes sin la situación de documentación resuelta comenzaron a acercarse a los grupos, En respuesta amis preguntas, un referente social me había indicado como "piqueteras" a un grupo de mujeres que se reunlan en "La Escuelita". Desde el inicio me dijeron que eran bolivianas, aunque también había una paraguaya, y que entre las 27 mujeres estaban representadosalli "todos los deparlamenlOS de Bohvia", expresión dicha a fines de 2002, cuando no estaba en debate la unidad del pals. Conversando con ellas resultaba sorprendente que estaban continuando, en el contexto de una instilución pública y con planes sociales, la actividad de confección que habian desarrollado como miniemprendimientos los bolivianos en los últimos años y que habia sido muy golpeada por la cnsis. Con los deshechos de fábricas lextiles cercanas reciclados parellas, los nuevos saberes productivos también eran reconvertidos. No resulta fácil para un "gringo", como yo, ganar la confianza de eslas
mujeres. Me explicaron que como tenfan hijos argenlinosellas tienen docu232
Articulacionescambiant~de clase y emicidad: una villa miseria de BuenosAires
mentación y por lo tanto pueden accedera los planes sociales. Sin embargo,
poco apoco me fueron narrando CÓmo eran discriminadas, por extranjeras, tanlo en la vida cotidiana de la villa como en las movilizaciones. Nunca, en
las conversaciones, apareció espontáneamente la palabra "piqueteros", comas! las habiaseñalado olro dirigente social de la villa. Finalmenle, decidi preguntarles:" ¿Ustedes son piqueteros?". Se produjo unsilencio y se miraron entre ellas. Una respondió: "ysf, a veces somos, cortamos porel cemen-
terio de autos, por los planes, vamos a las marchas". Sólo después de leer el trabajo de Ferraudi CUrlo (2007) pude compren-
der esa afinnación. Piquetero, para ellas, no esalgo que uno es o nDes, Como "boliviano". Piquetero es algo que uno puede ser a veces, o como le dicen a Ferraudi Curto "vamos de piqueteros". Piquetero es algo que uno hace, por eso no hace a la identidad básica de esla gente. Es algo que uno puede "sera
veces", "ir de", "convertirse por un momento", pero no es algo vivido como constitutivo.
Una asamblea piquetera sobre emicidad La presencia de los inmig...mes en las organizaciones de desocupados prodUjo diferentes situaciones de tensión. Situaciones especialmente relevantes para preguntarse acerca de las relaciones entre,etnicidad yclase en Villa Panorama, Analizaremos, entonces, algunos sucesos dentro de uno de los grupos que, convencionalmente, UamaremosAgrupación de Desocupados. En una de las asambleas semanales de esla Agrupación se habla informado que "aquellos que necesilen un plan y no lengan DN 1, porque sean inmIgrantes o lo que sea, lo que tienen que hacer es conseguir un conocido que lenga documento". O sea que todossab!an que habla personas sin documenlos que, gracias a ese mecanismo, podian cobrar planes de empleo. En ese marco, hubo una asamblea en diciembre de 2002 que quiero relatarcon cieno detalle. La asamblea empezó pordisculir la contraprestación, es decir Iasobligaciones que lodo beneficiario de un plan debe cumplir en la
organización, sea en elgrupodeconslrUcción, en la panaderfacomunitaria o en el comedor popular. Usualmenle hay problemas con que una parte de los
integrantes cumplan las cuatro horas y las organizaciones de desocupados pasan horas discutiendo acerca de esa dificultad. Reiteradamen te se adviene a 233
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quienes incumplen que perderán e! plan ,aunque es bastante excepcional que esa medida llegue realmente a concretarse. Se menciona como fanlasma, está la amenaza, pero ningún referente desea ocupar e! lugar de decir "si fulano no e quede)'e de cobrare! plan, quese vaya". Mientras la asamblea, con cump l , f ' t radas unas sesenta personas presentes, transcurría en estas rec~~ntesy re~ e .. discusiones, una activa participante, Yolanda, interrumplO el temanoydlJo con voz enérgica:
"Escuchen. En el canal 26 hay un programa, que uno se puede quejar y decir cosas. Alguien llamó y dijoqueenestaAgrupación ~~ Desocupados, quee~a ersona estaba y que aht en la Agrupación hay boliVIanos y paraguayosslO ~ocurnentoscobrando planes con nombre de aIro".
En un galpón precario, que los integrantes de la agrupación hablan levantado con sus propias manos, obteniendo ladrillos y otros matenales del gobierno local, todos los participantes miraban ahora ate~lamente a la oradora. Con e! intenso calor de! mediodia, Yolanda iba subiendo e! lOna de voz. Tomóaireydijo: "Y esa persona está ad, en esta asamblea, ydeberia irse de aca".
Se produjo un silencio absoluto. Yolanda es paraguaya, vive hace veinte años en la Argentina. Está casada con Roque, un paraguayo que partICIpa desde e! inicio en la Agrupación, uno de los pocos referentes vülerosque lÍene la Agrupación ene! barrio. Los hijos de ambos son argentinos. NI Yolanda ni Roque lÍenen problemas de documentacIón. . El silencio dominó la asamblea. Lo único que se movlaen e! galpón eran los ojos de los participantes. Varias miradas se posaron sobre Norma, qUIen fue la próxima en hablar: "Yo no fui, yo nO fui", dijo, "soy paraguaya Yno lo niego".
Nadie sabia muy bien qué hacer. Alguien joven dijo algo como "si un extranjero no puede legalizar su situación hay que integrarlo, no dlscnrnlnarlo". Yolanda se enfureció:
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"Estamos de acuerdo", dijo, "pero yo estoy denunciando otra cosa. EslOY diciendoquequieren mandar todo a la mierda. Quierenjodemos. En la televisión dieron la dirección exacta de la Agrupación".
"Quieren mandar todoa la mierda" porque habian denunciado públicamente que habia un consenso para hacerun acceso ilegal (dara un indocumentado un plan a nombre de otro) como mecanismo de inclusión de los indocumentados en la Agrupación. Se armó un gran revuelo. Empezaron a hacer preguntas. Quedó claro que en la televisión apareció la voz de alguien diciendo eso por teléfono, que Yolanda y otras dos vecinas de la villa también presentes en la asamblea lo hablan visto por casualidad. Uno de los jóvenes que colaboraba de vez en cuando con la Agrupación aunque no vivia en la villa dijo que "lo que se hizo es grave porque el gobierno podría sacarle planes a la Agrupación, podrian usar eso para atacar a laAgrupación". La denuncia expresaba dos cuestiones muy diferentes. Por una parte, si era cierto que quien había hablado por televisión estaba presente, habla un acto de deslealtad o de traición. Por otra parte, esa deslealtad tenia que ver con afirmar que aquellos que tanto se manifestaban exigiendo que se atienda su derecho en realidad no tenian ese derecho porque eran extranjeros sin documentos o porque utilizaban mal aquello que lesera dado por su reclamo al distribuir planesa extranjeros sin documentos. La acusadora y la acusada eran paraguayas, pero tenian documentos. El problema no era enunciado en relación con el origen. El argumento era la legalidad. Permílanme una reflexión sobre el contexto. En su momento, para mi -y creo que para otros-la intervención de Yolanda estaba completamente "fuera" de 10 que se estaba hablando, implicaba un cambio total en el tema de la discusión. Una irrupción. Pero cuando relei mis notas percibl quese estaba hablando de quién tiene derecho a quedarse en la Agrupación, quién tiene derecho a cobrar su plan, quién puede ser echado de laAgrupación porno cumplir con sus obligaciones. Leyendo la situación de esa manera podr!a interpretarse que Yolanda, quien cumple diariamente y con responsabilidad su compromiso de trabajo, insistió en postular que el derecho surge del cumplimiento de las responsabilidades, no de la posesión de documentación. Cuando Norma afirmó que no fue ella, argumentó que ella es paraguaya y que no niega su origen. Osea que podría suponer que alguien paraguayo no 235
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haria una denuncia as!. Su argumento no fue que ella es leal a la Agrupación o a sus compañeros,su argumento fue que ella nació en el Paraguay. Pero Yolanda no piensa de la misma manera y le dijo directamente, levantando la voz y mirándola a los ojos: "Norma: fuiste vos. LaquedijisteeSO por televisión. por teléfono. fuiste vos. Yo te reconod la voz y ellas también te reconocieron la voz". Otras dos participantes de la asamblea asienten con su cabeza, confrrman los dichos de Yolanda. "Yo no fui" insiste Norma. "Esto pone en juego eltrabajo de todos", dice Yolanda mientras todos comienzan a hablar. Se produce un munnuUo generalizado. Un vecino dice: "Hay señores que hoy estuvieron por el barrio averiguando qué se hace en Agrupación yen el comedor". Uno de losjóvenes de clase media que colabora con la Agrupación propone calmarse y hacer una ronda donde opinen todos los participantes de la asamblea. Básicamente, hay un sector que prefiere no opinar. no sabe qué decir, no quiere enemistarse con Yolanda o con Norma, o simplemente no se siente implicado. Otro sector, mayoritario, afirma que hay que hacer algo para preservar la Agrupación. Después de discusiones y vacilaciones colectivas, se procede a votar y por amplia mayoTiase decide expulsar a Nonna de la Agrupación.
Un mes después Un mes después se realizó un plenario de la Agrupación. Se propuso una renexión colectiva sobre los objetivos del movimiento, los modos de acción, la mejor manera de trabajaren el barrio. Nos dividimosen grupos para discutir temas. Me tocó panicipar en el grupo de Roque y Yolanda. Yolanda dijo: "nadie diga que no puede opinar porque es boliviana o paraguaya". Roque, cuando hablóenese grupo del Plenario, mostró dos aspectos muy distintos de su relación como paraguayo con la organización de desocupados. Por una pane, dijo: "yo en el movimiento me siento discriminado porserextranjero. Porquealgunos dicen: 'y éste qué viene a hablarsi es paraguayo y no conoce nada de laArgentina'. A los otros paisanos mios que no hablan tanto no le dicen nada, a mi porque hablo'. Porotra pane, en esa reunión grupal también afinnóque
Anicubcionescambiantes de clase yetnicidad: una villa miseria de Buenos Aires
"Desde que vengo a la Agrupaci6n salgo caminando con mas seguridad por el barrio. de otra manera. NosOlros.los paraguayos. pensábamos que no podlamos pedir, que no podlamos protestar porserexlranjeros. Hasta que nos dimos cuenta que si es nuestro derecho. Qué importa. Porejemplo. Sonia. A ella le da miedo decira un nene que se porte bien en el comedor de la Agrupación. Ella tiene miedo que le contesten: "¿qué decis boliviana de mierda?'. Y eso esculpa de ellos también por no saber defenderse. Ami estar acá medio seguridad, confianza. Ya los bolivianos todavia más, porque son más callados que los paraguayos",
Roque vino a la Argentina en 1987 buscando "un mejor futuro para mí'. Constantemente tuvo trabajo como pintor de obra. Paresa, cuenta que "antes yo veía pOTlelevisión a los piqueteroscortando rutas y decia 'que se vayan a laburar, ésos no quieren ¡aburar'; es que donde yo eSlaba había trabajo'. Ahora "estoy en la Agrupación, pero no tanto por mi fu,urocomo porel de mis hijos que son argentinos". Subrayemos una marca fuerte de este relato de Roque. Dice que hace todo el esfuerzo de trabajar en la Agru pación y cortar rutas y organizar a los vecinos, "pero no tanto por me', sino porsus "hijos que son argentinos'. En otras palabras, es la nacionalidad de sus hijos lo que legitima su acción. Su situación de desempleado no le resulta suficientejustificación. Obviamente, si resulta necesario justificares porque el derecho a reclamarse considera cuestionado. Tanto mujeres paraguayas como bolivianas nos han contado que en el mismo momento en que descienden del transporte que los trasladó hasta cualquier protesta callejera, osea, en el instante en el que comienzan a actuar como (si fueran) ciudadanas, puede suceder que un argentino de clase media los interpele preguntándoles de dónde son, o directamente acusándolos de ser extranjeros. "Ustedes son extranjeros: ¡váyanse a su pais'''. Es decir, según sus relalos y percepciones en el propio aclO de cortar la ruta, de manifestarse públicamente, de reclamar un derecho al Estado, los inmigrantes son interpelados. Esta narración siempre me sorprendió. Por una parte, porque si bien he escuchado críticas y acusaciones variadas contra los piqueteros, nunca registré que alguien los considerara extranjeros. Aunque acompañé decenas de cortes de calles y rulas, nunca presencié esa interpelaCión. Si esa interpelación fuera tan reilerada como estas mujeres me narraban, sería un ejemplo adicional de lo que analicé como proceso de extranjerización de sectores popularesen la Argentina (GTimson, 2006). 237
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Sin embargo, mi sorpresa por no haber presencia en esa situación (10 cual obviamente no le quita validez al relato) me impulsa asugerirque al menos hay otra posible interpretación. Los paraguayos y bolivianos que participan de los grupos de desocupados han tenido una ambivalencia especial antes de integrarse y protestare.n la vla publica. En cuanto vlcLimas de estigmas y discriminaciones, cuando no de persecuciones abiertas de la policia, ellos nunca se hablan visibilizado políticamente de ese modo. En todo caso quienes hablan participado en los sesenta lo hablan hecho como pane dellaLinoamericanismo en boga, cuando la nacionalidad tenIa sentidos muy distintos. Entonces, la interpretación alternativa ocomplementaria indicaria que en los canes ellos están preocupados con su nacionalidad, llegan y permanecen con un temor adicional por su origen y en cienos casos porsu ilegalidad. Entonces, toda acusación, todo grito de "váyanse", toda acusación de estar molestando, todo cuestionamiento del derecho a ejercer la protesta (cuestionamiento por ejemplo desde laJusticia y la Policla hacia toda acción piquetera de bloqueo de ruta) es interpretada por los bolivianos y paraguayos como si fuera, al menos en parte, un cuestionamiento del derecho a protestar basado en su condición nacional. La interpretación conjetural es que los inmigrantes, atemorizados por lo que hacen en tanto inmigrantes, podrían adjudicarle un carácter de acusación en tanto que tales aactos de interpelación y acusación que se producen por su condición posicional en la situación. Cuando los cuestionan por sus acciones ellos interpretan que los cuestionan por su origen. Se trata de una conjetura a partir del contraste entre esas percepciones y la ausencia de esas interpelaciones en registros observacionales y en el discurso de otros participantes de la acción. Ahora. para matizar esa conjetuta está el propio relato de Roque que dice que los periodistas, en los cones,le preguntan si "sos de acá". Él responde:
-no, pero hace quince at'l.os que estoy acá y mis hijos son argentinos. Yyo les pregunto si ellos piensan que porque soy paraguayo no puedo hacer esto. Yo voyascguirviviendoacá". Mas allá, enlonces, de conjeturas, lo que resulta claro es que esa interpelación ha sido interíorizada por los propios inmigrantes. Puede afirmarse que es una razón para que no desarrollen participación clvica o un elemento que 238
Articulaciones cambiantes de c1ast: y etnieidad: una villa miseria de Buenos Aires
marca la forma desu participación. Roque pensaba que él no podla protestar parser paraguayo, que no tenia derechos parser inmigrante. Aunque actualmente la creencia de que los inmigrantes no son sujetos de derecho parece a veces naturalizada, en realidad es el resultado de una situación histórica, generada por una concepción especifica de la ciudadanla vinculada con la nacionalidad ycon el origen. Si se compara con los inmigrantes europeos en la Argentina a fmes del siglo XIX y principios del XX resulta claro que muchos de ellos consideraban que tenlan cie.nos derechos por el hecho de ser trabajadores, más allá del origen de cada quien. Por otra pane, si se observan las prolestas publicas de argentinos en España podrla conjeturarse que ellos consideran que los asiste el derecho a permaneceralli, colectivamente, por ser descendientes de españoles o europeos. O sea, el derecho podría proveniren este caso del origen. Aquel relato de Roquesobre Sonia, la boliviana que no reta a los niños en el comedor por miedo a que los mismos niños la desautoricen, muestra que el temornose restringe a lasituaciónde protestaoa la manifestación pública. Puede haber temor de un adulto a ser cuestionado en su autoridad por un niño argentino, puede haber lemor de serasaltados o insultados por el simple hecho de ser bolivianos. Se trata de dos situaciones extremas: en una, son robados con violencia; en la olra, noseaniman aretara un niñoal que están sirviendo en un comedorde una organización en la que participan.
Nacionalidad y nacionalismo en grupos piqueteros Lo nacional y lo étnico todavla tienen otro papel en los procesos deconstitución de identificación y acciones de clase, de las organizaciones de trabajadores desocupados. Duranle canes de ruta o movilizaciones piqueteras hay una presencia variable pero constante de slmbolos nacionales: las banderas, los colores yel himno que identifican a la Argentina. Muchas veces incluso se trata de una presencia enfática, ya que el orgullo ante los simbolos trabaja como un slmbolo de la exclUSIón. De una exclusión que vivencia como humillación. Ofensa que responden enfatizando una dignidad que producen al reclamar reconocimiento porpane del Estado. El propio acto de reclamo de ese reconocimiento implica, para ellos, dignidad. Derechos, ciudadanla y nacionalidad se encuentran tan entrelazados que la apelación a la 239
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simbología nacional justamente implica situar qué es lo que se encuentra amenazado: junto con los excluidos (conceptualizadocomo "el pueblo" o "trabajadores desocupados") el proyecto de inclusión (conceplUalizado como"lanación"). La nación, como ya hemos mostrado, puede ser un recurso clave para legitimarun reclamo ante el Estado (Grimson, 2DD3a y 2007). Aquellos que fueran excluidos de lo nacional no tendrian derecho alguno (los esclavos en e! pasado, losilegalizados ene! presente) como ocurrla, por ejemplo, en las definiciones decimonónicas de "brasileño" u ocurre hoy con las definiciones deciudadania y legalidad (véase Grimson, 2DD3a yb). Entonces, la presencia de esos símbolos nacionales en las protestas es leida por sus participantes como un argumento de su derecho a la inclusión. En protestas cuya disyuntiva no es "arriba/abajo" (como puede ser un reclamo laboral por mejores salarios), sino "'adentro/afuera". Pero no es leído de ese modo por todos ellos. Piqueteros nacidos en Paraguayyen Bolivia nos han explicado que sesientenexcluidos ante e! himno, ante la bandera. Para ellos, los sfmbolos argentinos ratifican que no sólo los marginan las leyes si no tienen documentos, y que no sólo el sentido común los estigmatiza aunque los tengan, especialmente a los bolivianos. Para ellos el reclamo en cuanto argentinos repone sus preguntas acerca de si tienen derecho efectivamente a la acción de demanda. La presencia de los símbolos argentinos les recuerda que en el senlido común instituido su derecho no es absoluto, sino situacional en un doble sentido. Porque están aqui (y eventualmente tienen hijos argentinos) y porque los grupos piqueteros no les ponen barreras para incorporarse a reclamos que, de todos modos, se hacen con banderas argentinas. Aunque quienes tengan hijos argentinos pueden adquirir formalmente el derecho que asiste al ciudadano, ellos consideran que su origen nacional les exige una explicación adicional. Mejor dicho: ellos sienten que "la sociedad" (periodistas, transeúntes, vecinos, niños) les exige una explicación por el origen. Másalládesi esa"explicación es exigida asiduamente o no, los inmigrantes tienen intemalizada esa necesidad: para ellos su derecho no viene de! hecho de que han trabajado por cinco, diez o veinte años en e! pais, sino de que tienen hijos aquí. Como la extranjeridad y la protesta implican una cierta incoherencia para ese sentido común, no es imaginable explicitar la extranjeridad agregando banderas paraguayas y bolivianas en las manifestaciones. Esto sólo ocurrió
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unos años después, cuando la llamada "tragedia de Caballito", en la que murieron trabajadores bolivianos en una empresa informal de confecciones, impulsó al gobierno de la ciudad a amenazar con clausuras masivas de talleres informales. Los bolivianos desarrollaron protestas, con banderas bolivianas para poder mantener abiertas las fuentes de trabajo, mientras periodistas argentinos explicaban que la cultura andina essumisa y por eso los bolivianos explotados defendían asusexplotadores. En ese caso, que merece un análisis separado, e! etnocentrismo del gobierno y los medios, queetnicizaron lasdenuncias y las acciones, exigieron laetnicización de la acción de protesta de los trabajadores. En e! contexto de los piquetes, en cambio, mientras la bandera argentina apoyaba e! argumento de los derechos, se consideraba que la bandera boliviana o paraguaya socavaría ese argumento. Yeso es consensualmente compartido por los diferentes actores. Así los migrantes pueden incorporarse a la protesta en la medida en que tiendan a desmarcarse, a invisibilizarse como tales, en los escenarios de la protesta. Aquella presencia tan marcada de la etnicidad en la vida de la villa y de las propias organizaciones de desocupados de barrios con fuerte presencia de inmigrantes, deviene una identificación de clase en la presencia pública y en la presentación del reclamo. La relevancia y sentido de la etnicidad se modifica contextua1mente. Asi, hay grupos de costureras bolivianas o un grupo de construcción integrado por paraguayos, o movimientos donde tiende a fortalecerse la red de alguna nacionalidad hasta constituir un número significativo. O sea que mientras en la construcción de la red y la organización cotidiana, en e:l barrio, las diferencias de origen (no sólo nacional, también provincial) cumplen un pape! relevante yconflictivamente aceptado, muchas veces en la expresión pública de sus reclamos esa diversidad debe ser subsumida a la argentinidad.
Reflexiones finales Los tres sentidos del términos "clase" que señalábamos al inicio (estructural, cultural e identificatorio) parecen hacerse presentes en la villa en tiempos y dimensiones diferentes. Ciertamente, no hemos focalizado el análisis en la dimensión estructural, pero conviene advertir una incidencia del tiempo en los tipos de ocupacio241
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nes, trabajos, saberes productiVOS e inserciones de los habitantes de la villa. Por una pane, debajo de la homogeneidad social que se visualiza al observar la villa desde afuera, alli conviven obreros de la construcción, empleadas domésticas, estudiantes universitarios, amas de casa, "todistas" (una categoría local para aludira quienes hacen cualquier "changa"), almaceneros, pequeños delincuentes, empleados municipales, punteros o activistas que, bien o mal, viven de una relación con la actividad social y política, y una cantidad bastante grande de ocupacionesemre lascuales debemos destacara los empresarios precarios. La idea de precariedad, generalmente asociada con los trabajadores que no estructuran un vínculo formal, en blanco y los derechos correspondientes consu empleador, también podrtaser un concepto que aluda a quienes han comprado algunas máquinas y adquirieron un cieno hnow how pero desarrollan todasu actividad en términos de alta precariedad: no sólo la contratación, sino la adquisición de materias primas, la comercialización,las instalaciones, la imposibilidad total de acceso al crédito. Esta composición contrasta con un barrio de una empresa (el barrio de la Cementera o la Siderirgica), o de un ramo (el barrio del pueno) o una company town con sus barrios porjerarqufa laboral. La villa que analizamos presenta una mayor heterogeneidad de clase que estos otros lugares. Sin embargo, desde fines de los noventa y con la crisis desde 200 1 hasta 2003 se produce una tendencia a la homogeneización de esos distintos grupos y sectores. En términos estructurales de condiciones de vida y tipos de ocupación la generalización del desempleo tiende a acortar rápidamente la distancia entre los grupos. Nuestro trabajo de campo se desarrolló en un contexto dondese habia aconado al mínimo las diferencias. Sin embargo resultaba claro que, aunque eso impulsaba la emergencia de nuevos fenómenos, la historia de heterogeneidades ocupacionales estaba presente. La clase en térrninosde "cultura" ofrece sin duda más problemas y dilemas que soluciones sencillas. Si entendemos el concepto de cultura relacionado con modos de experiencia, con marcos interpretativos, como horizontes de la imaginación social y política, como articulación de prácticas, la villa ofrece tantosdalos empíricos para permitirnos como para impedirnos comprenderla como una cultura. Esta villa en especial (pero también muchas otras) tiene fronteras muy claras, una separación nada extensa pero sí muy significativa con el resto de la ciudad. Cienamente, desde los procesos políticos hasta las noticias policiales, desde las festividades hasta los miedos son signi-
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ficados de manera contrastante "adentro" y "afuera" de la villa. Entre los datos señalados ames, resulta claro que la significación del 19 de diciembre de 2001 presenta una diferencia radical con todas las interpretaciones (favorables y desfavorables) que el cacerolazo haya podido tener en los barrios medios y medios altos de BuenosAires. Una significación no imaginable desde esos otros barrios que, asu vez, tampoco reconoce ni incorpora ese contraste que, por lo tanto, es "objetivo" (hay, realmente, modos distintos de significar el mismo acontecimiento), pero no es contraste subjetivizado en el ejemplo que hemos ofrecido. Cuando el contraste es subjetivizado, en el sentido de que "caminara la noche por la calle" no es lo mismo en barrios medios altos, custodiados, que en la villa, o que el barro contrasta con el asfalto y así sucesivamente, entonces, la experiencia de vivirjuntos en la villa, con todas sus heterogeneidades, también aparece como forma de identificación. Ahora bien, resulta muy evidente que diferentes grupos laborales, provinciales, étnicos, nacionales, de género, de generación o, a veces, varios de estos aspectos articulados, significan, perciben clasifican, imaginan, temen, actúan de maneras realmente muy diferentes viviendo en casas vecinas. Podna afirmarse, en un plano general, que hay experiencias compartidas, entre las cuaJes se destacan nosó]o la miseria, la falta de alimentos o la precariedad sino también la comprensión de ciertos modos de significación distintos entre los diferentes grupos que conviven. Comparten y comprenden dealgunas maneras su propia heterogeneidad cotidiana. Si no pensamos que las clases o las culturas de clases impliquen total homogeneidad, encontramos aquí elementos muy interesantes. Las perspectivas diferenciales para dar sentido a las experiencias cotidianas generan simultáneamente una mayor distancia y una mayor porosidad identitaria entre los argentinos y los extranjeros. Mayor distancia en la medida en que la nacionalidad y la legalidad son identidades manipulables, instrumentalmente, en diferentes escenarios para disputar el acceso a recursos escasos. Mayor porosidad porque a veces los extranjeros son admitidos en organizaciones de desocupados, a veces son ellos mismos lideres de esas organizaciones. Laclau se ha preguntado cuándo hay diferenciación o equivalencialidad entre las demandas que realizan diferentes organizaciones. En términos del modelo de Laclau (1996) si contrastamos la situación de los noventa y des-
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pués de 2001 pasamos de un régimen de diferenciación entre organizaciones y demandas a olro másequivalencial. Sin embargo, el caso de estos barnos muestra procesos dificiles de reducir a aquel modelo. Hay una reducción de la diferenciación expresada en la incorporación de personas con identificaciones étnicas a organizaciones donde prevalecen identificaciones de clase. Pero lo que tiende a establecerse es una cierta equivalencia de las personas, una inclusión entre los desocupados de los bolivianos residentes que sufren la crisis. La demanda de trabajo reordena y subordina todas las demandas, pero no ingresa en una cadena de equivalencias con la demanda de documentos, deescrituración de las casas, de legalización. Sí hay un cierto trasvasamiento de personas anteriormente ocupadas en aquellas demandas que ahora se incorporan a otras organizaciones que surgen en relación con esa urgencia. Eso contrasta con aquella movilización de la UOCRA del5 de agosto de 1998, cuando más de diez mil obreros de la construcción se movilizaron para exigir mayor seguridad en las obras, después de varios accidentes que le costaron la vida a los trabajadores, denunciando un promedio de 85 muertes mensuales. Los obreros bolivianos concurrieron a la movilización, yaque la falta de seguridad no produce diferencias de nacionalidad. Sin embargo, tuvieron que agruparse en una columna con peruanos y paraguayos que también sufren la discriminación de sus compañeros de trabajo. Desde las columnas de! sindicato se escuchaban cánticos como "somos argentinos y peronistas" y también "somos argentinos y no bolitas". Un trabajador declaró al diario Clarín: "Ellos (los extranjeros) son los culpables de que nosotros cada vez ganemos menos". Evidentemente e! debate en la asamblea de la villa y la inclusión generalizada de los in migranles de organizaciones de desocupados con trasta con el auge de aquellas campañas xenófobas organizadas por los sindicatos. Sin embargo, hasta el momento actual nose establece la equivalencia de las demandas entre las organizaciones, que seria condición de la emergencia de nuevos consensos. Es decir, ni laJunta Vecinal ni las organizaciones de desocupados piden que se le otorguen documentos a los inmigrantes, así como las organizaciones de inmigrantes no reclaman en cuanto tales empleo y planes de empleo. Estas organizaciones de inmigrantes limítrofes son las únicas organizaciones de sectores populares que no fueron lransformadas por el PlanJefas yJefes de Hogar Desocupados. 244
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Mientras hay flujos de personas entre organizaciones, cada una de éstas permanece asociada con un tipo de demanda que no produce efectos de agregación. En ciertas coyunturas cambian la relevancia de las demandas y de las organizaciones que las expresan. También cambia la modalidad en la que pueden articularse etnicidad y clase. La distancia impuesta por los años transcurridos desde el trabajo de campo, nos permite interrogarnos acerca de siesos flujos de personas sin equivalencia de demandas no resulta en un fenómeno más frágil, menos permanente, más rápidamente reversible una vez que el momento agudo de la crisis va quedando atrás. En cualquier caso, la convivencia en protestas y organizaciones o la agregación de demandas son potenCialmente experiencias personales, sociales, culturales diferentes ylos contrastes entre sus efectos aún deberían ser comparados y analizados con otros casos. La situación de crisis laboral y alimentaria de la villa llevó, en ese contexto, a que no 5610 las diferencias internas sean manipuladas instrumentalmente. La experiencia compartida 10scompeIJóa atravesar otra fTontera,saliendo de la villa conj untamente para presentarse en el espacio público reiteradamente reclamando trabajo y planes sociales. Así, la heterogeneidad cotidiana fue pensada y procesada deuna nueva manera, inaugurando-ahora en e! plano de la clase como identificación-lo que podríamos denominar un clasismo estratégico. En los estudios de etnicidad se ha admitido que los reclamos de pueblos originarios o grupos minori tarios basados en el pasado, la herencia, la relación con un ambi.ente, la cultura compartida, no siempre implican una plena o necesaria convicción por parte de los actores de que sus derechos provienen de la naturaleza. En ese sentido, el reconocimiento de una relación de fuerzas y la legitimidad social de ciertos discursos preservacionistas de la diversidad pueden impulsara un grupo a utilizar unesenciali.smo culturalista como estrategia política de legitimación de su reclamo. De manera análoga, en el contexto de 2002-2003 los habitantes de esta villa parecen haberse sentido compelidos a recurrir a la única manera de categorización que podia reunirlos por encima de todas las diferenciaciones, y dejando esos contrastes en suspenso, aunque funcionando en voz baja (y a veces en el corazón de una asamblea) de organizaciones compartidas. El clasismo, en este caso, más que la constitución definitiva, final e irreversible de una "clase para sí" pareciera haber r-esultado la mejor estrategia polltica que algunos habitantes de esta villa (no todos, por cierto) podlan encontrar y encontraron en esa coyuntura. 24S
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