Exterior
Página 2/LA NACION
2
3
Sábado 20 de enero de 2007
No confirman la prueba
La guerra que no termina: operativo militar y críticas a la Casa Blanca
Un misil chino genera inquietud en el mundo
Ofensiva de Bagdad contra la milicia chiita
Destruyó un satélite en el espacio
Visita sorpresa del jefe del Pentágono BAGDAD.– Fuerzas combinadas norteamericanas e iraquíes capturaron ayer a un colaborador del clérigo chiita Muqtada al-Sadr, importante aliado político del primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki, que en las últimas horas había ordenado una ofensiva contra las milicias que responden al religioso. En la operación fue arrestado Abdul Hadi al-Darraji, al que se vincula con el caudillo paramilitar chiita Abu Deraa, fugitivo y supuesto líder de escuadrones de la muerte. Voceros de AlSadr calificaron la acción como “una provocación norteamericana”. La redada ocurrió cuando el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, en visita sorpresa a Irak, se reunía en Basora con el comandante norteamericano en ese país, George Casey, y por lo menos 11 personas morían en diferentes atentados; entre ellas, un soldado norteamericano. En los últimos días, Al-Maliki había ordenado operaciones contra el ejército Mahdi, que comanda a Al-Sadr, para frenar la violencia entre chiitas y sunnitas. Anteayer fueron arrestados 400 integrantes de esa milicia. El bloque político que lidera el clérigo tiene 30 legisladores en el Parlamento, integrado por 275 miembros, y seis ministros en el gabinete, que integran otros 38 miembros. Los analistas especulan que esta ofensiva es la última oportunidad para detener la guerra civil en la que está sumido el país desde el año último. Gates, que reemplazo a Donald Rumsfeld en diciembre último, repitió los mismos términos usados durante la asunción del cargo, cuando había calificado de “calamidad” la eventual derrota norteamericana en Irak. “Hemos llegado a un momento central –afirmó Gates ayer–. Estamos todos de acuerdo en que un fracaso en
ARCHIVO / AP
El radical chiita Al-Sadr
Irak sería una calamidad para los intereses nacionales de Estados Unidos y para los de muchos otros países.” Casey consideró que la situación de seguridad en Bagdad, con las nuevas medidas anunciadas y con la llegada de más de 20.000 soldados, “está destinada a mejorar gradualmente en los próximos 60 o 90 días”. “Podríamos tener que esperar hasta el fin del verano [boreal] antes de que la gente de Bagdad se sienta segura –agregó Casey–. Comenzaremos a estudiar una posible reducción de las tropas incluso antes de ese momento, pero los resultados concretos sobre la seguridad comenzarán a verse antes de que termine el verano.”
Efecto negativo Uno de los voceros de Al-Sadr “condenó enérgicamente” la operación y convocó a varias manifestaciones. “Condenamos enérgicamente la detención de Al-Darraji y llamamos a efectuar manifestaciones en todo Irak”, declaró Abdel-Razzaq al-Nadaui, responsable de la corriente Al-Sadr en Najaf, al sur de Bagdad. “Esta detención afectará negativamente el retorno de la corriente Al-Sadr al seno del proceso político”, estimó el jeque Al-Nadaui. El vocero del gobierno, Ali al-Dabbagh, dijo que el arresto de Al-Darraji “no fue en contra de los sadristas” como parte de un movimiento político y aclaró que sería liberado si una investigación indicaba que no había cometido delitos. En este contexto, en una entrevista publicada ayer por el diario italiano La Repubblica, Al-Sadr reclamó el inmediato retiro de las fuerzas norteamericanas de Irak y advirtió que podría ser asesinado. “Existe una sola posibilidad de alcanzar una solución: el inmediato retiro estadounidense”, declaró el jefe religioso. A causa de las amenazas contra su vida, “he mudado mi familia a un sitio seguro. Incluso redacté mi testamento y me estoy desplazando de un lado a otro, a fin de que pocas personas sepan dónde estoy”, dijo AlSadr a La Repubblica. Agencias AP, DPA, Reuters y ANSA
REUTERS
Un grupo de chiitas iraquíes protesta en Bagdad por el arresto de Abdul Hadi al-Darraji, vocero del movimiento de Muqtada al-Sadr
Alertan a Bush sobre el giro a la izquierda en América latina Los líderes demócratas dijeron que por Irak descuidó peligrosamente la región Por Hugo Alconada Mon Corresponsal en EE.UU. WASHINGTON.– Por primera vez desde que asumieron el poder, los dos máximos líderes demócratas del Congreso criticaron ayer a la Casa Blanca por haber soslayado otras “amenazas” y “desafíos” como Cuba y Venezuela mientras se empantanaba en Irak. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, concentraron casi todos sus dardos en Irak y, en menor medida, en Irán y Corea del Norte, pero también criticaron la “desatención” de América latina. Cuba y Venezuela son parte de los “desafíos críticos en el mundo que Estados Unidos debe enfrentar”, afirmó ayer Reid, para quien los presidentes de esos dos países, Fidel Castro y Hugo Chávez, constituyen una amenaza porque ambos quieren “dejar su marca izquierdista en las jóvenes democracias de América latina”. Reid lamentó que ambos continúen extendiendo su influencia sobre el hemisferio porque el presidente George W. Bush se encuentra tan “consumido” y “abrumado” por la guerra en Irak que no puede concentrarse en esos “desafíos” y otros como los que encarnan Irán y Corea del Norte. “Vivimos en un mundo peligroso, enfrentamos muchas amenazas”, dijo Reid durante una conferencia de prensa que compartió con Pelosi en el National Press Club de esta capital. “Existen desafíos críticos en el mundo que Estados Unidos debe enfrentar”, añadió. Reid también citó el resurgimiento talibán en Afganistán y el genocidio en Darfur, Sudán, entre los problemas internacionales más urgentes. “Estos son solamente algunos de los desafíos a la seguridad nacional que enfrentamos –insistió–. Desafortunadamente, aún tenemos que afrontar de manera adecuada éstos y otros proble-
EFE
Reid y Pelosi, ayer, cuando criticaron la estrategia de Bush
mas, porque esta administración está tan consumida y abrumada por sus políticas fracasadas en Irak.” Hay que “prestar más atención a nuestros vecinos, con quienes compartimos el continente”, dijo, por su parte, Pelosi, aunque evitó aportar propuestas concretas para renovar los puentes. Apenas destacó los lazos “sociales y culturales” que existen entre
Estados Unidos y los “vecinos” de la región. La ahora número tres en la línea presidencial, detrás de Bush y el vicepresidente Dick Cheney, sí se explayó sobre lo que también ella definió como la mayor prioridad del Congreso: Irak. Pelosi y Reid prometieron revisar la estrategia en Irak porque, a su juicio, la guerra insumió ya “gastos pasmo-
Complicaciones para Blair LONDRES (EFE).– El primer ministro británico, Tony Blair, sufrió un serio revés al ser detenida su estrecha colaboradora Ruth Turner en relación con el escándalo de presunta “venta” de cargos y honores a cambio de donaciones al Partido Laborista. Turner, que ya había sido interrogada en septiembre y rechazó “cualquier acusación de haber obrado mal”, quedó en libertad sin cargos. Scotland Yard precisó que se la puso en libertad bajo fianza, pero que podría volver a citarla a declarar. El propio Blair, inte-
rrogado en diciembre en relación con el caso, salió en defensa de su asesora, a quien definió como “una persona de la mayor integridad”. Turner es la cuarta persona detenida por Scotland Yard. El año pasado fueron arrestados lord Levy, recaudador de fondos del laborismo; Christopher Evans, millonario del sector de la biotecnología que donó dinero al partido gubernamental, y el ex asesor del Ejecutivo Des Smith. El escándalo es un nuevo golpe para Blair sumado a los sondeos de opinión por la guerra en Irak.
sos” de cientos de miles de millones de dólares, dejó al borde del agotamiento al Pentágono y costó las vidas de 3025 soldados estadounidenses y, sólo en 2006, más de 34.000 iraquíes. Pelosi se metió en el nudo del debate: ¿qué hacer?; ¿retirarse, sin más, o permanecer –e incluso desplegar más tropas– hasta que los iraquíes estén listos? Al igual que el precandidato presidencial de su partido, John Edwards, Pelosi aboga por el repliegue militar. La guerra “no es una obligación a perpetuidad del pueblo norteamericano”, afirmó. “Las soluciones a los asuntos que dividen a los iraquíes son políticas y diplomáticas, no militares. Van más allá de la capacidad de nuestras tropas”, destacó Pelosi. “Cuanto antes les demos [a los iraquíes] la responsabilidad de su futuro, más rápido podrán regresar nuestras tropas”, afirmó. La responsable de la Cámara de Representantes planteó incluso que Bush apurará el envío de 21.500 soldados para que el Congreso no se “anime” a cortar los fondos. Pero la Casa Blanca calificó sus comentarios de “perniciosos”. “Cuestionar las motivaciones del presidente y sugerir que por alguna razón política se apresura a poner en peligro a los soldados no es adecuado, no es correcto y es desafortunado”, dijo la vocera de Bush, Dana Perino. El Congreso votaría la semana próxima una resolución no vinculante con el apoyo del bloque demócrata y un sector minoritario republicano, que expresará la oposición legislativa al despliegue de otros 21.500 soldados estadounidenses en Irak, tal como propuso Bush. “La guerra de Irak ya tomó más tiempo que la Segunda Guerra Mundial –dijo Reid–. En el tiempo que le tomó a FDR [por el presidente Franklin Delano Roosevelt] y Truman [Harry] derrotar a Hitler y a Tojo, este presidente ha sido incapaz de hallar un plan que proteja nuestros intereses.”
La hostilidad hacia EE.UU., bajo la lupa Dos expertos analizan las causas del antinorteamericanismo en el mundo Por Neil Gross Del International Herald Tribune BOSTON.– La reelección de Hugo Chávez en Venezuela provocó que algunos analistas políticos norteamericanos expresaran su preocupación sobre la llamada “marea roja” del socialismo que se extiende por América latina, aunque no hubo conmoción porque un político que tiene una retórica antinorteamericana enardecida hubiera logrado el 63% de los votos en su país. En parte, esto se debe a que los norteamericanos se acostumbraron a la idea de que gran parte del mundo los odia. Ciertamente, desde el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos ha pasado de tener la simpatía del mundo a ser percibido como un país que pretende intimidar al mundo debido a su unilateralismo, una agresiva posición militar y las políticas económicas de libre mercado. Sin embargo, ¿está el sentimiento antinorteamericano tan extendido como parece? En su nuevo libro, Anti-Americanisms in World Politics (Los antinorteamericanismos en la política mundial), Peter Katzenstein y Robert Keohane sugieren que hay cuatro cla-
ses de antinorteamericanismo. La primera, el antinorteamericanismo liberal, aparece en países democráticos como Francia, donde la resistencia a las políticas norteamericanas a menudo incluye la acusación de que EE.UU. procede de manera hipócrita por no comprometerse con los valores e ideales que profesa, valores que sus críticos comparten. Por ejemplo, los europeos expresan su indignación por el trato a los prisioneros en Guantánamo. ¿Cómo un país que dice defender la libertad tolera semejantes violaciones de los derechos humanos? La segunda clase, el antinorteamericanismo social, proviene de individuos que critican a Estados Unidos y que son firmes defensores del Estado asistencial, y de esa manera se oponen a la política económica norteamericana porque promueve los principios de la libertad de mercado y corroe las protecciones del asistencialismo. El antinorteamericanismo social está en juego cuando Evo Morales, por ejemplo, arremete contra la globalización encabezada por Washington con el argumento de que expone a la gente a las vicisitudes del mercado. Más peligrosas son las dos clases restantes. El antinorteamericanismo nacionalista-soberano, que puede ob-
servarse en partes de América latina y Asia, implica la oposición al predominio cultural y geopolítico norteamericanos sobre la base de que representa una amenaza para la identidad nacional y los intereses estratégicos, como puede comprobarse en la amenaza del poder militar chino sobre Taiwan. En tanto, el antinorteamericanismo extremo sostiene que “la identidad de Estados Unidos debe ser transformada desde adentro o desde afuera”. Del libro se desprenden dos descubrimientos. Primero, en todo el mundo menos gente de lo que se cree odia a EE.UU. El politicólogo Giacomo Chiozza advierte que el 43% de los consultados en el mundo dijo que tenía una opinión “de alguna manera favorable” sobre los Estados Unidos, mientras que el 21% respondió que tenía una impresión “muy favorable”. Sin duda, el sentimiento antinorteamericano es profundo en algunos países y regiones. En Medio Oriente, por ejemplo, el 75% tenía una opinión negativa. Pero en Francia y Alemania, más del 60% tenía una impresión positiva. Además, aunque el 70 por ciento de los consultados en Medio Oriente tenía una opinión negativa de la guerra de EE.UU. contra el terrorismo, sólo la cuarta parte respondió que no admiraba los avances
de EE.UU. en ciencia y tecnología. El antinorteamericanismo extremo es raro, y no es tanto el desagrado por el pueblo norteamericano como por las políticas de su gobierno. Segundo, en la mayoría de los países, el antinorteamericanismo incluye más el factor de la desconfianza que el del prejuicio liso y llano. La distinción es decisiva. Donde hay desconfianza, la gente puede mostrarse escéptica respecto de los motivos y reclamos de Estados Unidos, pero está dispuesta a considerar el punto de vista norteamericano. En el caso del prejuicio antinorteamericano, que se manifiesta cuando las políticas y acciones del gobierno de EE.UU. y las empresas norteamericanas son consideradas expresiones de un carácter y una identidad nacional inmodificables, se considera que un diálogo de esa naturaleza acerca de los desacuerdos no tiene valor alguno. En su conjunto, el libro sugiere que no es demasiado tarde para reparar parte del daño causado al prestigio norteamericano en el mundo. Medir la fuerza del sentimiento antinorteamericano, en todas sus variantes –y comprender sus causas– es un primer paso esencial para revertirlo. Traducción: Luis Hugo Pressenda
PEKIN.– China provocó ayer una ola de protestas internacionales tras revelarse que disparó un misil para destruir en el espacio un viejo satélite meteorológico. Las críticas más fuertes llegaron de Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón, que manifestaron su preocupación por el avance del programa espacial chino en el sector militar. Rusia, en cambio, puso en duda el lanzamiento. La Casa Blanca fue la primera en mostrar su preocupación, al señalar que el empleo de un misil amenaza la relación de China con Occidente y es un peligro potencial para satélites estadounidenses. Washington remitió una nota formal de protesta a Pekín, en la que pide explicaciones sobre la prueba. El primer ministro británico, Tony Blair, también condenó el hecho y lamentó que, pese al peligro que suponen los trozos del satélite destruido que pueden caer a la Tierra, no hayan consultado antes a otros países. Según un vocero de Downing Street, Gran Bretaña no cree que China haya violado el derecho internacional, pero cree que el test es “inconsecuente” con su oposición a toda militarización del espacio. Según los servicios de espionaje norteamericanos, el misil de medio alcance que fue lanzado el 12 de enero desde la estación espacial de Xichang, en el sudoeste de China, destruyó un viejo satélite meteorológico situado a más de 850 kilómetros de altitud sobre la Tierra. Pekín no confirmó ni negó la noticia de la prueba, aunque el Ministerio del Exterior chino ratificó que su “posición de una utilización pacífica del espacio no se ha modificado”. De ser confirmado, el país asiático se convertiría en el tercero del mundo en efectuar este tipo de lanzamientos, luego de que lo hicieran las dos grandes potencias de la Guerra Fría, Rusia y EE.UU., en los 80. El gobierno de Japón, por su parte, dijo a través de su jefe de Gabinete, Yasushisa Shiozaki, que Tokio está “muy preocupado desde el punto de vista de la seguridad nacional y de la utilización pacífica del espacio”. Poco después, el canciller japonés, Taro Aso, señaló que el gobierno chino le había dicho que entendía la postura de Tokio y que había “tomado nota” al respecto. Sin embargo, el ministro de Defensa ruso, Sergei Ivanov, puso en duda la prueba armamentística china. “Los rumores al respecto son muy exagerados. Parto de que no fue así”, dijo, y subrayó que su país también se opone a la “militarización del espacio”. Agencias DPA, AFP, EFE y ANSA
EN ESTA EDICION
Editoriales Nueva discriminación contra el campo. Es de esperar que cese el empeño oficial en apoderarse de una porción cada vez más grande de la renta del sector agrícola y que el diálogo evite nuevas medidas de fuerza. Pág. 24
Indice 1 Primera Exterior Política Cultura Salud Inform. Gral. Editoriales 2 Economía Moreno The Economist
2 5 14 16 18 24 1 6
3 Deportes Tenis Hockey 4 Espectáculos Cartelera Televisión
13 16 10 13
5 Campo 6 Clasificados Farm./Aviones 14 7 Countries
La frase del día “Chávez y Castro representan una amenaza, quieren dejar su marca izquierdista en las democracias de América latina.” De Harry Reid, líder demócrata del Senado de EE.UU. Pág. 2
Mañana en LA NACION
■ Edición extra dedicada a la decoración en verano con las nuevas tendencias y espacios para el relax. Revista