Exterior
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Miércoles 12 de diciembre de 2007
Terror a las puertas de Europa: doble atentado suicida en el Magreb
Al-Qaeda atacó a la ONU en Argelia Hizo estallar dos coches bomba, uno de ellos contra oficinas de la organización internacional; podrían llegar a 67 los muertos ARGEL.– El grupo terrorista Al-Qaeda causó ayer un baño de sangre en el centro de Argel con un doble ataque suicida con coches bomba, uno contra un edificio de la ONU y el otro contra la Corte Suprema y el Consejo Constitucional de Argelia. Por lo menos 67 personas murieron, entre ellas 10 funcionarios del organismo internacional. La organización terrorista Al-Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI), célula norafricana de la organización fundada por Osama ben Laden, se adjudicó anoche los ataques y afirmó que hubo por lo menos 100 muertos. Los atentados provocaron una fuerte conmoción internacional e incrementaron los temores a que Argelia se convierta en un posible trampolín para futuras operaciones del grupo en Europa. El primer ataque suicida, a media mañana de ayer, tuvo como blanco las sedes de la Corte Suprema y del Consejo Constitucional de Argelia, en el barrio residencial de Ben Aknun. La explosión fue tan fuerte que hizo trizas el cristal doble de las ventanas y arrasó con el interior de las oficinas. El Consejo Constitucional era un edificio de estilo morisco, inaugurado recientemente por el presidente Abdelaziz Bouteflika. Las estructuras calcinadas de dos ómnibus universitarios seguían en la calzada horas después de haber sido reventados por la explosión. Uno de esos vehículos fue alcanzado de lleno por el coche bomba que impactó contra la entrada del Consejo Constitucional. Varios estudiantes murieron en el ataque. Minutos más tarde, una segunda detonación estremeció el elegante barrio de Hydra, donde se ubican numerosas residencias de representaciones diplomáticas extranjeras y domicilios de altos responsables gubernamentales. Esta vez el objetivo del coche bomba, cargado con 800 kilos de explosivos y conducido por otro suicida, fue contra las sedes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que quedó destruida, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que sufrió graves daños. El ataque contra el edificio de la ONU recordó el atentado contra la sede diplomática de la ONU en Bagdad, en agosto de 2003, en el que murió el máximo representante del organismo en Irak, el brasileño Sergio Vieira de Mello. “Hubo una explosión masiva. Todo está destruido. Todo derribado. Me escondí debajo de un mueble para que no me golpearan los escombros. Una de mis colegas tenía una gran herida en el cuello, estaba sangrando”, escribió un empleado de la ONU en el sitio web de la BBC. Las fuentes no coincidían en la cifra de víctimas mortales. Se sumaba el hecho de que aún había varias personas desaparecidas o atrapadas entre los escombros en ambos lugares. El ministro del Interior, Nuredin Yazid Zerhuni, dijo que los ataques dejaron 22 muertos y 177 heridos. Un funcionario de Defensa Civil, que pidió no ser identificado, dijo que fueron 45 las víctimas. Sin embargo, la prensa argelina y fuentes médicas informaron que serían por lo menos 67 los muertos. Marie Okabe, una vocera de la ONU, dijo anoche en Nueva York que 10 empleados de la organización murieron en el segundo ataque y otros 14 estaban desaparecidos. Cinco personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros de las oficinas de la Acnur. Antonio Guterres, director de la Acnur, dijo que no hay duda de que la ONU era el blanco. “Es una calle pequeña que tan sólo divide un complejo de la ONU, y ocurrió exactamente allí”, explicó.
Fundamentalistas La rama argelina de Al-Qaeda se atribuyó ambos atentados en un comunicado difundido por Internet, donde también publicó las fotos de los suicidas. Al-Qaeda para el Magreb Islámico, antes conocido como Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, intenta instaurar un gobierno islamista en Argelia y en abril y julio pasados se atribuyó dos atentados que causaron 40 muertos y más de 300 heridos. El gobierno argelino mantiene un enfrentamiento con los insurgentes islámicos desde la década pasada, cuando el ejército suspendió la segunda vuelta de las primeras elecciones multipartidarias para impedir la victoria de un partido islámico fundamentalista. La medida llevó a los grupos radicales a tomar las armas. El conflicto ha dejado por lo menos 200.000 muertos. Los atentados de ayer en la capital argelina fueron inmediatamente condenados por los líderes mundiales. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, emitió un comunicado en el que condenó “en los términos más enérgicos posibles los ataques terroristas de hoy [por ayer] en Argelia” . La Casa Blanca calificó los ataques de “violencia insensata” y reafirmó su solidaridad con los argelinos y con la ONU. “Condenamos el ataque perpetrado contra la oficina de la ONU por los enemigos de la raza humana”, dijo el vocero del Consejo Nacional de Seguridad, Gordon Johndroe. El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó de “crimen abominable” los ataques, en tanto que la Unión Europea los calificó de “actos odiosos contra civiles”. Agencias AP, EFE, Reuters, DPA y ANSA
Otra vez, el islamismo golpeó en un día 11 Temen que vuelva a atacar en Europa
AP
Las tareas de rescate, ayer, en medio de los escombros; la ONU anunció que por lo menos 10 de sus empleados murieron en el atentado
Atentados en la capital de Argelia
M
AR
OTROS ATAQUES
Argel
Un coche bomba explotó frente al edificio de la Corte Suprema y al del Consejo Constitucional
ARGELIA
ME
2002: 38 muertos en una explosión en el mercado de Larbaa, al sur de Argel.
Hussein Dey
2007: en abril, dos ataques provocaron 30 muertes en la capital del país.
Un segundo coche bomba estalló frente a dos oficinas de la ONU
2007: en septiembre, un atentado suicida mató a 32 personas en Dellys.
Palacio de Gobierno Ben Aknun
DITE
RRANEO
Hydra
Bab Ezzuar
EFE
Fuente: AFP
LA NACION
Las oficinas del Acnur, tras el ataque
El análisis de la noticia
El avance de la “estrategia iraquí” Por Hans-Hermann Nikolei De la agencia DPA ARGEL.– Argelia se está rearmando gracias a sus millonarios ingresos petroleros. Sus fuerzas militares recibieron estos días cuatro aviones de combate rusos Sukhoi 30MK de última tecnología. También encargó a Moscú 78 jets de combate y 180 tanques, pero hasta ahora no parece haber ganado en seguridad. El enemigo sigue oculto en su propio territorio y no utiliza aviones ni tanques, sino armas de fuego portátiles y coches bomba. Desde que los islamistas argelinos se integraron a la red Al-Qaeda, sus atentados son cada vez más sangrientos. Ayer atacaron por primera vez oficinas de un organismo internacional: las del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Después de varios reveses, el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) cambió hace un año
su nombre por el de Al-Qaeda para el Magreb Islámico. El nuevo nombre trajo consigo una nueva estrategia de combate. Con la dirección de veteranos insurgentes de la guerra de Irak, los islamistas ya no sólo asesinan soldados o policías en emboscadas, sino que envían a la muerte a jóvenes atacantes suicidas. Durante toda la guerra civil con los islamistas que azotó a Argelia durante los años 90, con 200.000 muertos, hubo un solo atentado suicida, una forma de ataque considerada entonces tabú. Las autoridades argelinas interpretaron en principio este drástico cambio de estrategia como una señal de debilidad. Según el presidente Abdelaziz Bouteflika, sólo 500 islamistas operan aún en la clandestinidad, gracias al éxito de la política de reconciliación con terroristas arrepentidos.
Avance moderado La coalición de islamistas moderados que encabeza Bouteflika fue reelegida por amplio margen en las elecciones parlamentarias de mayo pasado, y en los meses posteriores se sucedieron las buenas noticias desde el frente de batalla.
Las fuerzas de seguridad mataron a decenas de insurgentes y capturaron a importantes “emires” de los islamistas. También confiscaron gran cantidad de armas y explosivos, a los que se sumaron computadoras portátiles con largas listas de nombres de extremistas.
Señal de alarma Sin embargo, los comicios de mayo pasado fueron también una señal de alerta sobre la fragilidad del poder de Bouteflika. Sólo uno de cada tres argelinos con derecho a voto acudió a las urnas en los últimos comicios. Muchos desconfían de lo que consideran una administración corrupta y observan, decepcionados, cómo la riqueza petrolera se multiplica sin beneficios visibles para la población. Precisamente los jóvenes con mayor formación son los que ven un futuro negro de permanecer en Argelia. Muchos encuentran refugio en la religión y algunos caen en manos de los terroristas. “La sensación de falta de perspectivas es un factor importante para el reclutamiento de los islamistas”, afirma
un diplomático occidental en Argel. Los terroristas no cuentan con gran apoyo entre la población de Argelia, pero se las arreglan para compensar sus pérdidas. Al asumir el nombre de Al-Qaeda y su aura de invencibilidad, los líderes terroristas se aseguraron además el apoyo de muchos “perdedores” de la Argelia petrolera. Y sus ataques son cada vez más aparatosos y audaces. Durante el inicio de la temporada de turismo, combatientes musulmanes destruyeron en noviembre pasado un avión de transporte y dos aviones militares en el aeropuerto de Djanet, en pleno desierto argelino. Pocas semanas antes habían muerto 22 personas cuando un suicida intentó acabar con la vida del presidente Bouteflika, en Batna. Casi al mismo tiempo, otro suicida se volaba por los aires frente al cuartel militar de Dellys, en un ataque que dejó decenas de soldados muertos. El terrorista, de sólo 15 años, provenía de un hogar acomodado y había tomado el nombre de guerra de Abu Mussab al-Zarqawi, en homenaje al líder de Al-Qaeda en Irak muerto en junio de 2006.
Estupor y rechazo en la oficina central El titular de la ONU, Ban Ki-moon, calificó el atentado de “despreciable y cobarde” Por Alberto Armendáriz Para LA NACION NUEVA YORK.– Gran estupor y rechazo provocó ayer en las Naciones Unidas (ONU) el atentado contra las oficinas del organismo internacional en Argelia, donde fallecieron por lo menos diez de sus empleados y otros 14 están desaparecidos entre los escombros. “Las palabras no pueden expresar mi sensación de asombro, indignación y rabia ante el ataque terrorista contra la misión de las Naciones Unidas en Argel”, condenó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un comunicado emitido desde Bali, donde se encuentra para asistir a una cumbre sobre medio ambiente. “Este ha sido un atentado despreciable y cobarde contra funcionarios civiles que sirven a los más altos ideales de la humanidad bajo la bandera de la ONU”, agregó Ban en el comunicado. De inmediato, el secretario general ordenó revisar y reforzar de manera
urgente las medidas de seguridad en todas las instalaciones de la ONU alrededor del mundo. Además instruyó a un equipo de expertos de seguridad del organismo para que viajara cuanto antes a Argel para colaborar con el gobierno local en las tareas de rescate y en la investigación del atentado con coche bomba. “Los responsables de estos crímenes no escaparán de la condena más dura posible y eventualmente serán castigados por las autoridades argelinas y la comunidad internacional”, aseguró el secretario general. En tanto, en la sede central del organismo en esta ciudad, donde la bandera celeste de la ONU ondeaba a media asta, se atribuía el ataque de ayer a la red terrorista Al-Qaeda, que ya había reclamado la autoría del atentado de 2003 contra las oficinas de la ONU en Bagdad, en el que murieron 22 personas, incluido el jefe de la misión, el brasileño Sergio Vieira de Mello. De todos modos, la vocera del organismo, Marie Okabe, se negó a responsa-
bilizar a nadie del nuevo ataque, indicó que no se habían recibido amenazas y resaltó que, a raíz de lo sucedido, todo el sistema de la ONU se hallaba en estado de alerta máxima. “Estamos en estado de emergencia, analizando los riesgos en nuestras dependencias en todo el mundo”, dijo Okabe, y agregó que hasta ahora sólo se podía confirmar la muerte de cinco empleados y que 14 trabajadores del organismo permanecían desaparecidos.
En el Consejo de Seguridad La vocera no quiso especular acerca de si el atentado, que ocurrió casi en simultáneo con otro contra el Tribunal Supremo de Argelia, estaba destinado a golpear a la ONU directamente o no. Se limitó a señalar que en el edificio destruido trabajaban 40 empleados internacionales y 115 locales, que desempeñaban tareas en distintas agencias del organismo. Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una sesión
especial para condenar los atentados y expresar su dolor por las víctimas. Subrayó la necesidad de llevar a sus autores ante la justicia y aprovechó la oportunidad para exhortar a todos los países a cooperar activamente con las autoridades de Argelia para hallar a los culpables. “El Consejo de Seguridad reafirma que el terrorismo, en todas sus formas, constituye una amenaza para la paz y la seguridad mundial, y que cualquier acto de terrorismo es criminal e injustificable, más allá de sus motivaciones, donde quiera, cuando quiera y quien quiera que sea que lo cometa”, destacó el máximo órgano ejecutivo de la ONU en una declaración leída por su presidente de turno, el embajador italiano, Marcello Spatafora. “El Consejo de Seguridad también reafirma la necesidad de combatir por todos los medios y respetando la Carta de las Naciones Unidas las amenazas a la paz y la seguridad internacionales causadas por los actos terroristas”, destacó.
PARIS.– El 11 de septiembre de 2001, ataque contra las Torres Gemelas y el Pentágono. El 11 de marzo de 2004, atentados en Madrid. El 11 de diciembre de 2007, el terror golpeó a Argelia. Sería demasiado ingenuo pensar que la repetición de la fecha 11 en cada sangriento ataque de Al-Qaeda es mera coincidencia. Sin embargo, su significado es difícil de desentrañar. Este año, de cinco ataques perpetrados en Argelia, tres fueron ejecutados el día 11 del mes (el 11 de abril, el 11 de julio y el 11 de diciembre). El ataque de ayer remite a una fecha fundamental de la historia del país: el 11 de diciembre de 1960, cuando Argelia era todavía una colonia francesa, una imponente manifestación a favor de la independencia dejó en claro que el proceso de descolonización era irreversible. Los analistas coinciden en que atacar en una fecha cargada de simbolismo como la de ayer significa para los fundamentalistas una brutal manera de expresar su rechazo del creciente vínculo del gobierno argelino con Francia y Europa. Esto agudiza los temores de que, más allá de atacar en el norte de Africa, el verdadero blanco de los islamistas sea el Viejo Continente. Desde los atentados contra Estados Unidos, la ofensiva más sangrienta de Al-Qaeda, el undécimo día del mes se convirtió en el día de predilección para los ataques islamistas. El 11 de abril de 2002, un atentado suicida con un camión cisterna cargado de gas estalló tras impactar contra una sinagoga en Túnez, en la isla de Yerba, y mató a 21 personas. El 11 de marzo de 2004, una serie de ataques suicidas sincronizados dejó 191 muertos en la capital española. Dos años y un mes más tarde, el 11 de abril de 2006, por lo menos 57 personas que participaban de una ceremonia religiosa sunnita en Karachi, Paquistán, murieron al explotar dos bombas. El 11 de julio de 2006, 183 muertos dejó una serie de atentados contra trenes y estaciones de los suburbios de Bombay. Agencias AP, AFP y Reuters
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Editoriales El daño que provocan las antinomias. En los primeros días de un nuevo gobierno es oportuno recordar que la ciudadanía no reclama un país blanco y uno negro, sino uno de valores compartidos. Pág. 20
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La frase del día “Será un gran fracaso de las tres gestiones si no avanzamos en resolver las cuestiones metropolitanas.” De Gabriela Michetti, sobre la comunicación con los gobiernos nacional y bonaerense. Pág. 17
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