comercio exterior | 7
| Martes 9 de abril de 2013
recursos desaprovechados
rutas y vías navegables, en la lupa
La cosecha brasileña, con muchas dificultades para salir del país
afp
con sabor agridulce
Ahogados por los sobrecostos A pesar de una cosecha récord, Brasil sufre los efectos de una infraestructura y logística insuficientes; costos casi cuatro veces más caros que en EE.UU.
Las obsoletas infraestructuras en Brasil y la falta de coordinación logística afectan la rentabilidad del sector agrícola y el transporte de la cosecha de soja, que alcanzaría este año un récord histórico. “Prevemos cosechar 82 millones de toneladas de soja, es el récord de los récords. Pero el enorme desafío consiste en transportarlas a través del país pese a las fallas logísticas”, dijo a AFP Fabio Trigueirinho, secretario general de la Asociación Brasileña de Aceites Vegetales (Abiove). “En Estados Unidos, transportar las mercaderías a lo largo de 3000 km, desde el mediooeste del país hasta la costa del Pacífico, cuesta 33 dólares la tonelada. En Brasil para la misma distancia el productor desembolsa 130 dólares, casi cuatro veces más, cuando vende la tonelada de soja en unos 525 dólares”, explicó Edeon Vaz Ferreira, director de la Asociación de Productores de Soja (Aprosoja). Este sobrecosto endémico tiene nombre: “Costo Brasil”, como se denomina al conjunto de obstáculos estructurales, burocráticos o económicos que encarecen la inversión nacional. La séptima economía mundial es la primera exportadora de azúcar, café, jugo de naranja, carne bovina y dentro de poco tiempo de soja, ya que se espera que este año des-
Congestión en las terminales
trone a Estados Unidos. El país utiliza esencialmente el transporte terrestre, pero es caro y las rutas muchas veces están en mal estado. La Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (ANEC) estima que los problemas de logística harán perder este año US$ 4000 millones a los productores brasileños de soja y maíz. Aunque son menos costosos, el transporte fluvial y ferroviario están subutilizados (ver “Rutas y vías navegables, en la lupa”). A esas dificultades se agrega el mal estado de las rutas brasileñas. Enormes pozos provocados por las lluvias diluvianas y la falta de mantenimiento obligan a los camiones a
menos dólares China y Brasil anunciaron un acuerdo para usar sus monedas en operaciones de comercio internacional por el equivalente de hasta 30.000 millones de dólares por año durante un trienio. El trato fue firmado por los gobernadores de los bancos centrales y los ministros de Hacienda de ambos países en la ciudad sudafricana de Durban, horas antes de que comenzara la cumbre de las potencias emergentes reunidas en la sigla Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La decisión hará que casi la mitad del intercambio de bienes entre Brasil y China deje de realizarse en dólares estadounidenses. Funcionarios brasileños señalaron que esperan que el esquema esté en funcionamiento durante el segundo semestre de 2013.
avanzar lentamente. “Utilizar los puertos del norte del país, más cerca de las zonas de producción, bajaría el costo del transporte en 50 dólares por tonelada”, aseguró Ferreira, de Aprosoja. “Pero tramos de rutas que llevan hacia estos puertos aún son de ripio, intransitables para los camiones.” Como el precio de las materias primas es fijado por los mercados mundiales, todo retraso y sobrecosto logístico amputa el margen de la filial brasileña, del productor al estibador. Para reducir el “costo Brasil”, el gobierno de Dilma Rousseff anunció en diciembre unos 27.000 millones de dólares de inversiones junto al sector privado para modernizar las instalaciones portuarias. El gobierno también busca mejorar la red vial y ferroviaria a través de concesiones a privados. “China tenía previsto enviar 10 barcos para abastecerse de soja en Brasil a fines de febrero”, dijo Wilen Mantelli, de la Asociación Brasileña de Terminales Portuarias. “Pero dadas las complicaciones burocráticas y una amenaza de huelga de los obreros portuarios, los desvió hacia Estados Unidos.” Horas antes, el gobierno de Brasil había negado la cancelación de pedidos de China, al sostener que sólo se trataba de una demora en las exportaciones.ß
A pesar de ser menos costosos, el transporte fluvial y ferroviario están subutilizados en Brasil. Sólo un 11% de los granos son transportados por barco, contra un 60% en Estados Unidos. “Sólo utilizamos la mitad de nuestras vías navegables y las utilizamos muy mal”, reconoció Adalberto Tokarski, de la Asociación Nacional de Transportes Acuáticos. Convoys con 20.000 toneladas podrían navegar por el río Madeira, pero como hay ríos sin dragar, las cargas son limitadas a 9000 toneladas en período de aguas bajas. A pesar de las dimensiones continentales del país, los productores dependen de los transportes terrestres para más de la mitad de la cosecha. Y algunas áreas de Mato Grosso donde se cultiva gran parte de la soja, están a más de 2000 km de los principales puertos, en el sudeste del país. “El transporte por camión está normalmente reservado a los pequeños trayectos. En grandes distancias eso nos deja totalmente dependientes del costo de la gasolina”, insistió Fabio Trigueirinho, secretario general de la Asociación Brasileña de Aceites Vegetales. La “ley del descanso” para los camioneros, votada el año pasado, complicó aún mas la situación al instaurar una pausa obligatoria, provocando un déficit de 50.000 camioneros para transportar la cosecha. A mediados de marzo, la fila de camiones en espera para ser descargados en el puerto de Santos se extendía por 25 km, convirtiéndolos en “graneros sobre ruedas”. A esa congestión logística se agregan las dificultades administrativas. En una clasificación por país de la burocracia en los puertos, Brasil es ubicado en el lugar 106 de 118, con un plazo promedio de 5,5 días de trámites, contra tres días de promedio mundial.ß