Miércoles 27 de febrero de 2008
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La mirada de Ezequiel Fernández Moores Para LA NACION
¿Un ‘Oscar’ para Ringo?
S
an Lorenzo sepultó el sueño de exhibir sus colores en la 80ª ceremonia central del Oscar. Viggo Mortensen tuvo que resignarse a mostrar la bandera de San Lorenzo en la fiesta posterior a la entrega de las estatuillas que transmitió la TV. No pudo hacerlo sobre el escenario del teatro Kodak porque el premio al mejor actor, como se preveía, fue para Daniel Day-Lewis, quien en 1989 se entusiasmaba yendo a ver a Boca a la Bombonera con los electricistas de la película de Carlos Sorín Eterna sonrisa de New Jersey. El magnate ambicioso de Day-Lewis en Petróleo sangriento superó al gángster ruso que interpretó Mortensen en Promesas del Este. Pero el fútbol argentino, pocos lo saben, inició igualmente una nueva ilusión hacia el Oscar. Lleva los colores de Huracán, justamente el rival tradicional de San Lorenzo. Y el vínculo tiene en este caso color argentino: Oscar Ringo Bonavena. Ringo, mito del boxeo y de la noche porteña, que en 1970 combatió con Muhammad Alí y que en 1976 murió asesinado en las puertas de un famoso prostíbulo en Reno, Nevada, ocupa un rol destacado en Love Ranch, la película que comenzó a rodarse en enero y que concluirá a fines de marzo en Estados Unidos y México. Los personajes centrales serán el matrimonio Conforte, Joe y Sally, que eran los dueños del Mustang Ranch. Joe será nada menos que Joe Pesci, tras una larga ausencia en Hollywood, y Sally será Helen Mirren, que después de haber ganado un Oscar como la reina Isabel buscará repetir, pero como reina de burdel. Sus nombres en la ficción serán Charlie y Grace Bontempo. Y Ringo se llamará Armando Bruza. Sergio Peris-Mencheta interpretará a Bonavena. Se trata de un actor español que ya visitó la tumba de Ringo en Chacarita, que conoció al hijo del ex boxeador, vio miles de imágenes y leyó numerosos textos, pasó un domingo en el corazón de la hinchada de Huracán y hasta se animó a entonar el “Pío Pío Pá” que cantaba Bonavena en el elegante restaurante Sucre, en el barrio de Belgrano, a metros de una mesa en la que cenaba el ex ministro Domingo Cavallo. Peris-Mencheta, que venía de trabajar en superproducciones como Los Borgia, fue convocado por el director de Love Ranch, Taylor Hackford, quien es marido de Mirren y fue productor y cerebro de When we were kings (el documental que ganó un Oscar sobre la célebre pelea que Alí y George Foreman celebraron en
1974 en Kinshasa). El actor, que alguna vez enfrentó a los Pumitas como capitán de la selección juvenil de rugby de España y jugaba de hooker en el Liceo Francés de Madrid, recibió la noticia de su agente. “Me quieren para hacer a un boxeador argentino llamado Óscar Ringo Bonavena”, contó de inmediato Peris-Mencheta a su profesor. Y Juan Carlos Corazza, que también es profesor de Javier Bardem y conocía muy bien ese nombre porque él es argentino, le apuntó la primera advertencia: “Se dice Oscar, no Óscar...”. Sergio, que en abril cumplirá 33 años, la misma edad que tenía Ringo cuando lo mataron, leyó todo lo que encontró a mano, viajó a Los Angeles y aprobó el examen. Hackford le pidió que engordara 15 kilos para llegar a los 100 y que se dejara la barba candado. Así logró parecerse más al Ringo de los últimos días: un boxeador al borde del retiro que no tenía ni siquiera el “banquito” y que estaba más solo que nunca. Un Ringo en crisis, que jugó a seducir a la esposa del mafioso y acaso soñó con adueñarse de su negocio, hasta que Conforte le avisó que Reno no era Parque Patricios con un balazo en el corazón. La película de Hackford, cuyo estreno está previsto para 2009, incluirá el asesinato de Ringo como parte del vínculo dramático de los Conforte, eje central de la historia. Bonavena, en cambio, sí será protagonista central en el film argentino que producirá Sebastián Ortega y dirigirá Carlos Sorín, con guión del escritor Marcelo Birmajer. Rodrigo de la Serna hará de Ringo. “Hablaremos del ascenso, no de la caída de Ringo, el camino del héroe con sus demonios internos”, cuenta Ortega. “Los Conforte ni figuran en nuestra peli. La escena final será cuando Ringo vuelve de pelear con Alí temeroso de cómo será recibido tras la derrota, pero se abre la puerta del avión y está la ovación de la gente. Su punto culminante, que también es el inicio del declive”, agrega Sorín. De la Serna, en tanto, ya comenzó a ganar kilos y a entrenarse en un gimnasio, porque el rodaje comenzará en octubre o noviembre próximos y el estreno está previsto para el segundo semestre de 2009. Peris-Mencheta practicó tres meses en el mítico gimnasio Gleason’s, en Brooklyn, donde se entrenaron, entre otros, el mismo Bonavena, Alí, Joe Frazier, Mike Tyson y hasta Robert De Niro cuando preparó su Jack La Motta para El toro salvaje, acaso el film más formidable de los cerca de quinientos que Hollywood lleva dedicados al boxeo. Los más veteranos del Gleason’s veían a Sergio sobre el ring y le pedían que mejorara la técnica. Querían más baile, más jab, menos ganchos. Hasta que Jimmy Glenn, uno de sus entrenadores, que dirigió varios años a Floyd Patter-
BONAVENA, MADE IN ESPAÑA Sergio PerisMencheta, el actor español que personificará al gran boxeador argentino de Huracán; San Lorenzo ya llegó a Hollywood, con la bandera que Viggo Mortensen mostró en la fiesta posterior a los Oscar y, en la imagen, en una celebración del Ciclón, cuelga de su brazo
son, aclaraba que Sergio en realidad era un actor y que debía hacer de Bonavena. “¡Oh, Bounafena...!”, decían entonces los especialistas. Todos recordaban al Bonavena poco técnico y de desplazamientos lentos por los pies planos, pero valiente y potente como pocos, que combatió de igual a igual con Alí, Frazier, Jimmy Ellis y los mejores pesados de la época. Y que lo hizo cuando el boxeo era algo
más serio que la actual colección de siglas que fabrican campeones según la conveniencia de la TV y el gusto de los apostadores de hoteles cinco estrellas de Las Vegas. Sergio se enamora definitivamente de Bonavena cuando un amigo argentino le envía un documental de Ringo elaborado por el programa Frases hechas, del canal de cable TyC Sports. Lo ve como veinte veces. Se fascina con doña Dominga, los ravioles, Buenos Aires rendido a sus pies tras la derrota histórica ante Alí y el dolor popular por el asesinato de mayo de 1976, en una Argentina que ya hacía un culto de la muerte y comenzaba a vivir la página más violenta de su historia política. Eso sí. Al ver esas imágenes de Ringo como ícono popular de los argentinos Sergio se preguntó “¿qué coño hago yo, españolito de a pie, interpretando a Bonavena?”. Pidió permiso a Hackford para viajar de su propio bolsillo a Buenos Aires y conocer de cerca al personaje. Primero fue a la Chacarita (“a pedirle permiso a Ringo”). Habló con periodistas. Compró en San Telmo y en La Boca una vieja camiseta y una chapita plateada de Huracán, colgantes, pulsera, anillo y reloj de oro. A lo Ringo, como luce en la foto obtenida por LA NACION. Y fue a ver a Huracán contra Vélez, acompañado de “Fercho” y “el Gordo Eduardo”, dos fanas del Globo. Al ritmo de Los Rodríguez cantó “yo soy quemeroooo... no me importa nadaaaa” y sólo se lamentó porque no escuchó el “somos del barrio, del barrio de la quema, somos del barrio de Ringo Bonavena...”. Los hinchas lo despidieron y le regalaron una camiseta, pero acompañada de una advertencia: “Mirá que si algún día ganás el Oscar y no subís con esta camiseta del Globo te buscamos por donde estés”.