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madre de himnólogos Juan y Carlos Wesley tuvo en su hogar. ... orando. Fui muy afortunada en que mi padre, un pastor muy inteligente y consagrado, me ...
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CONVERSACIÓN IMAGINARIA ENTRE SUSANA ANNESLEY WESLEY Y UNA AMIGA Timoteo y Lynn Aderson Usado con permiso

Una cordial felicitación a todas las madres por la maravillosa labor que hacen. Este diálogo por Lynn Anderson se puede presentar en diferentes eventos con el fin de destacar la influencia espiritual que la madre de himnólogos Juan y Carlos Wesley tuvo en su hogar. Conversación imaginaria entre Susana Annesley Wesley (1669- 1742) y una amiga. (Entran 2 señoras ancianas con ropa al estilo antiguo y se sientan.) Susana: -No puedo creer que ya estamos en la mitad del año 1740. ¡Cómo corre el tiempo! Me acuerdo bien esos días al comienzo del siglo cuando la casa estaba llena de pequeños. Amiga: -Siempre te he admirado por tu paciencia y la forma como criaste bien a tantos. Susana: -Hubiera querido tener más. Yo fui la última de 25 y mi hogar paterno fue un lugar amigable y ordenado. Sabes que Samuel y yo tuvimos 19 hijos, entre ellos 2 pares de gemelos, pero tristemente, con tantas plagas, no todos sobrevivieron la infancia. Amiga: -Ha debido ser muy difícil para ti perderlos, pues eres una madre muy amorosa. Susana: -Sí, fue muy duro, y derramé muchas lágrimas, pero desde niña he dedicado tiempo todos los días a la oración y Dios me ha consolado. En verdad considero la crianza, además de una expresión de mi amor hacia mis hijos, como una forma de servirle al Creador. Él me ayudó a encontrar unos principios que permitieron que nuestros hijos aprendieran a adorarle y a obedecer. Amiga: -¿Esas dos palabras, adorar y obedecer fueron la base? Susana: -Exactamente. Por la mañana los niños sabían que yo pasaba la primera hora leyendo la Biblia y orando. Fui muy afortunada en que mi padre, un pastor muy inteligente y consagrado, me enseñó a leer la Palabra de Dios en tiempos cuando las niñas solamente se dedicaban a bordar y coser. Amiga: -¡Qué bendición que tus hijos e hijas también aprendieron a leer la Biblia y a cantar y orar. Susana: -La segunda cosa que hacía por la mañana fue reunir a todos los niños para cantar Salmos con mi esposo. A esa reunión en la cocina comenzaron a asistir vecinos hasta tener a unas 200 personas en la sala. Tan pronto cuando un bebé balbuceara unas palabras, le ayudábamos a formar unas sencillas oraciones. Estoy segura que esas alabanzas a media lengua eran de agrado al Señor. Jesucristo citó el Salmo 8 diciendo: “De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza” (Mateo 21:16b). Desde temprana edad debemos enseñar a los niños la importancia de la oración y el canto a Dios. Amiga: - Pero no es fácil apartar el tiempo en estos días de 1740 cuando hay que coser los trajes a mano y lavar tantos pañales. Y los niños siempre son muy inquietos.

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Susana: -Claro, pero aprenden a respetar y colaborar. Hace 10 años mi hijo Juan me pidió un resumen de mis reglas para la crianza. Aquí tengo una copia (saca una carta de su bolso). Estoy convencida de que un niño necesita obedecer a sus padres para luego obedecer a Dios. Pero para que un hijo obedezca hay que conquistar su voluntad. Amiga: -¿Cómo lo hiciste? Susana: -Con amor y constancia, sin ira, y por supuesto con mucha oración. Estas reglas crearon un ambiente de paz que facilitó mi labor. Todas las semanas dedicaba por lo menos una hora a solas con cada hijo, para escucharle, abrazarle y animarle. En ese tiempo también hubo oportunidad de instruirle acerca de las reglas (abre la carta). Amiga: -Por favor, ¿me puedes recordar las reglas? (la amiga pasa a ponerse de pie detrás de Susana y observa). Susana: -Bueno, estas son mis reglas para fomentar la rectitud: 1.

Insistir en la confesión completa de fallas junto con la promesa de procurar corregirlas. Con el fin de evitar mentiras, si el hijo confiesa sin presiones y demuestra arrepentimiento, no recibe castigo por una falta no habitual.

2.

No permitir que un acto pecaminoso de rebeldía pase sin disciplina.

3.

Perdonar para no castigar dos veces una falta.

4.

Reconocer y a veces premiar todo acto de obediencia.

5.

Aceptar y animar cualquier intento de obedecer, aun si el niño no sabe hacerlo perfectamente.

6.

Enseñar a respetar la propiedad y privacidad de otros.

7.

Velar porque las promesas se cumplan.

8.

Usar la vara de corrección sabiamente como nos lo enseñan los Proverbios en la Biblia. (guarda la carta).

Amiga: (vuelve a sentarse) -Tus hijos son maravillosos, de firme carácter. Son honestos, saben respetar, y los varones son predicadores, poetas y músicos. ¿Esas eran todas tus reglas? Susana: -No, también tenía otras reglas para el bienestar de la familia. Por ejemplo, no dejaba a los niños comer golosinas entre comidas ni gritar ni llorar fuerte. Buscamos cultivar el contentamiento, la armonía y la gratitud. Después de la cena y las oraciones, empecé a acostar a los más pequeños de modo que a las 8 todos estaban en cama. No permití lloriqueos para pedir algo. Aprendieron a pedirlo cortésmente. Y debían tomar las medicinas sin quejarse, aun los jarabes amargos y los purgantes. Amiga: -Parece que gozaron de un hogar con reglas saludables.

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Susana: -Después del devocional de la mañana organizaba a los niños en sus clases. Además de mamá, fui profesora de mis hijos para la primaria. No permití que ninguna hija hiciera las labores de costura hasta que sabía leer bien. Cada hijo tenía responsabilidades en los quehaceres del hogar, pero igualmente tenía privilegios. Amiga: -Te felicito por tus hijos. Noto que no son egoístas y que Juan y Carlos están impactando toda Inglaterra para bien. Susana: -El ambiente en el país ha sido muy violento al punto de que pandillas casi nos maten, pues incendiaron nuestra casa una noche cuando estábamos dormidos. Con la ayuda de Dios pudimos rescatar a todos los niños. Juan estaba en el segundo piso y un vecino se paró en los hombros de otro para recibir al niño momentos antes de caer el techo (muestra las manos). Yo recibí quemaduras en el rostro y en las manos. Amiga: -¡Qué horrible! Susana: -Sí, fue terrible. Además incendiaron los cultivos de lino y mataron nuestras tres vacas. Pasamos unos tiempos muy difíciles. Inclusive llevaron a mi esposo a la cárcel por una pequeña deuda. Pero la violencia en el país está cediendo ahora que la gente está recibiendo la Palabra de Dios. Amiga: -Ah, Susana, fue muy especial oír predicar a tu hijo Juan. Tiene una voz potente, pues creo que los muchos miles reunidos entendimos claramente la Palabra de Dios. Y los himnos que él y Carlos han escrito verdaderamente glorifican a Dios. Susana: -Me llena de gozo y satisfacción ver lo que el Señor está haciendo a través de nuestros hijos. ¡Para Él sea la honra y la gloria! (Se retiran las señoras) Algunos de los miles de himnos escritos por Charles (Carlos) Wesley: “Oh, que tuviera lenguas mil” CSG #49, FA #25, VC #25, HB #39, GD #10, HM #3, MV #1, HI #686, SDG #260 “Oíd un son en alta esfera” CSG #126, VC #33, HB #64, GD #376, HM #191, MV #101, HI #7, SDG #127 “Maravilloso es el gran amor” CSG #166, FA #48, HM #127, MV #206, HI #57, SDG #248 “El Señor resucitó CSG #215, FA #134, VC #58, HB #114, GD #393, HM #260, MV #152, HI #24, SDG #181 “Cariñoso Salvador” CSG #237, FA #243, HB #167, LLB #81, GD #92, GT #11, HI #171, SDG #364 “Con las nubes viene Cristo” CSG #550, VC #81, HM #261

Tim y Lynn Anderson formaron parte del equipo que compiló el himnario internacional “Celebremos su gloria” (Libros Alianza), un excelente recurso para la adoración a Dios. Han producido con Gloria Music un instrumento digital de hermoso acompañamiento para el canto: “Gloria”. Actualmente está disponible “Gloria 2”, que igualmente funciona con electricidad, baterías o panel solar. www.gloriamusic.com ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.

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