X. El Empirismo inglés (siglos XVII – XVIII)

En la segunda mitad del siglo XVII, Inglaterra se convirtió en la primera potencia colonial, ... A fines del siglo XVII, por presión de la burguesía, se instaura una ...
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X. El Empirismo inglés (siglos XVII – XVIII)

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Contexto histórico de la Inglaterra del siglo XVII • En contraste con el racionalismo continental europeo, el pensamiento británico es pragmático. • En la segunda mitad del siglo XVII, Inglaterra se convirtió en la primera potencia colonial, comercial y capitalista del mundo. • A fines del siglo XVII, por presión de la burguesía, se instaura una monarquía parlamentaria. • La libertad en el comercio posibilitó el desarrollo del capitalismo y la tecnología que produjo a fines del siglo XVIII la Primera Revolución Industrial.

En el siglo XVII, el puerto de Londres se convirtió en el más activo del mundo. De sus muelles salían barcos con destino a los cinco continentes.

¿Qué es el empirismo? •El término “empirismo” 

viene del griego έμπειρία,



cuya traducción al latín es experientia.

• Sus principales representantes son: Hobbes, Locke, Berkeley y Hume. • Se opone a la solución del racionalismo a sus cuestiones fundamentales: 

¿Cuál es la base del conocimiento?



¿Existen las ideas innatas? Sus respuestas:

• La fuente del conocimiento es la experiencia sensible •No existen las ideas innatas

Racionalismo

Empirismo

1. El empirismo de Locke John Locke (Wrington, Inglaterra, 1632 - 1704) Obra fundamental “Ensayo sobre el entendimiento humano” (1690)

• Conocimiento sólo viene de la experiencia sensible. → Rechazo de existencia de proceso de abstracción. → Experiencia: fuente exclusiva de conocimiento. • Las ideas (todo lo que sucede en la conciencia) jamás son innatas. • La mente, al nacer, está vacía de conocimientos (“tabula rasa"). • Hay dos clases de ideas:  Ideas simples: obtenidas desde la experiencia. 

Ideas complejas: construidas a base de las anteriores (por combinación, yuxtaposición, o aislamiento).



La substancia es un artificio ideado por la mente. → Es una idea compleja.

2. Berkeley y el “solipsismo” George Berkeley (Dysert, Irlanda, 1685 - 1753) Obispo anglicano. Obra: “Tratado sobre los principios del conocimiento humano” (1710)

Solipsismo: “[ego] solus ipse”: "solamente yo existo" Idea clave: “Existir = percibir o ser percibido” • El conocimiento del mundo empírico debe purificarse eliminando todo pensamiento → Sólo deben quedar las percepciones puras → “Des-intelectualización” de las percepciones • La única substancia: Espíritu que percibe → No hay una substancia exterior • Realidad externa = estados mentales del yo • Dios garantiza la existencia de las cosas → Son ideas que subsisten en Él. Ej: Un árbol sigue existiendo sin ser percibido, porque Dios lo observa constantemente.

La clave del solipsismo

Otro ejemplo de la idea solipsista

3. David Hume y el rechazo de la idea de la causalidad

David Hume (Edimburgo, Inglaterra, 1711 – 1776) Obras fundamentales: “Tratado de la naturaleza humana” (1739) “Investigación sobre el entendimiento humano” (1746)

Hume llevó el empirismo hasta sus últimas consecuencias. • Las percepciones son de dos clases: 

Impresiones: fuertes, recibidas directamente por los sentidos.



Ideas: débiles, “copia borrosa” de las impresiones. → Sólo son reales las ideas que provienen de una impresión.

• La substancia es una idea irreal. → Si quitamos a un cuerpo todas sus cualidades sensibles no queda nada. • Tampoco el yo es substancial: → Solamente existen los estados pasajeros (tristeza, alegría, hambre, admiración, etc.). • No existen substancias materiales ni espirituales

La crítica al principio de causalidad • No es posible a admitir la causalidad, porque no se percibe sensiblemente. Ej.: Lo único que se ve es una bola de billar que se mueve, impacta en otra, que inicia así su movimiento. → Es erróneo pretender decir que la 1era bola causa el movimiento de la 2da. → Lo único que constatamos es la sucesión de los dos fenómenos, pero no captamos la relación de causalidad entre los dos. • Es el hábito que nos hace relacionarlos indebidamente como causa y efecto. → El principio de causalidad no tiene fundamento empírico, y debe ser desechado. • Si no hay substancias ni causas, sólo existe es una serie sucesiva de fenómenos, sin soporte ni permanencia. • El hombre es sólo un haz de fenómenos. • Tampoco existen leyes inmutables.

• El empirismo eclipsa el papel del intelecto, como captador de datos esenciales ocultos a los sentidos. • Si se menosprecia la captación suprasensible, se desechan datos inadvertidos por los sentidos. • Hume: Es cierto que el hombre no capta sensiblemente la relación de causalidad entre dos fenómenos sucesivos. Pero esa relación es sólo captable por el orden intelectual, que él desdeña. • La negación del principio de causalidad choca con la predictibilidad de las leyes científicas. • Es cierto que existe la falacia de la “ignorancia de causa”: El día es anterior a la noche, pero no por eso es su causa. Pero esta falacia no refuta la necesidad de una causa para todo ente contingente. • El rechazo de la metafísica como ciencia de lo supra-sensible tendrá graves consecuencias para la posterior filosofía. • Los empiristas lucharon contra el racionalismo, rechazando la omnipotencia de la razón. • Rechazaron también las ideas innatas. → Esta tesis ya había sido rechazada por Sto. Tomás: “No hay nada en la inteligencia que no haya pasado antes por los sentidos”. → Aunque el Aquinate aclara que el conocimiento sensible no es la causa total del conocimiento intelectual, sino solo su materia. (STh I, q 84, a 6) • El empirismo propugna un sano retorno al contacto con la realidad de las cosas.

4. El surgimiento del utilitarismo y el pragmatismo: John Stuart Mill (Londres, Inglaterra, 1806 — 1873) Obras: “Sobre la libertad” (1859); “El utilitarismo” (1863) • Principio básico: Se debe actuar siempre con el fin de producir la mayor felicidad para el mayor número de personas, dentro de lo razonable. • Las personas tiene el derecho a actuar según su propia voluntad, en tanto que tales acciones no perjudiquen a otros. • Nunca apela a derechos naturales, sólo al principio de utilidad. • Combatió esclavitud y a favor de la libertad de expresión y la igualdad de derechos mujer.

William James (Nueva York, EEUU, 1842 – 1910) Uno de los mayores promotores del pragmatismo (junto con otros pensadores de EEUU) Obras: Principios de psicología (1890) Pragmatismo: Un nuevo nombre para algunos antiguos modos de pensar (1907) • Pragmatismo: sólo es verdadero aquello que funciona. • No existen verdades absolutas: Sólo poseemos ideas provisionales y sujetas al cambio. • La verdad y la bondad deben ser medidas de acuerdo con el éxito que tengan en la práctica. • Para James la verdad no es una propiedad inmutable de las ideas: → Su valor se mide en la armonía de la sucesión de ideas y hechos.

5. Horkheimer y la crítica de la razón instrumental Max Horkheimer (Stuttgart, Alemania, 1895 – 1973) Filosofo y sociólogo neo-marxista, perteneciente a la “Escuela de Frankfurt” Obras: “El eclipse de la razón” (1947); “Crítica de la razón instrumental” (1967). • Horkheimer denunció con vigor el reemplazo de → la razón objetiva (capaz de cotejar el grado de racionalidad de una meta dada) por... → la razón “instrumental”. • En la actualidad la razón se ha convertido en instrumental: → Sólo se preocupa en seleccionar los medios más apropiados para la obtención del fin deseado. • Así, los valores éticos no son racionales en sí mismos, sino en relación a un fin útil y provechoso. • Ideas como la libertad individual, la igualdad ante la ley o el respeto a la vida sólo son los mejores medios para la obtención de un fin. → Es posible que otros mecanismos demuestren mayor eficacia para alcanzar idéntica finalidad. (Ej: El precepto bíblico “no matarás” es útil en tanto que pueda justificarse como el mejor medio para alcanzar un fin superior, como por ejemplo el orden social). • Se cae por ende en un relativismo que menosprecia los valores humanos. • No queda ningún principio racional para mantener la cohesión social, y pueden surgir los totalitarismos. Existen formas de racionalidad, desdeñadoras el saber filosófico, “que en vez de tender a la contemplación de la verdad y a la búsqueda del fin último y del sentido de la vida, están orientadas (…) como ‘razón instrumental’ al servicio de fines utilitaristas, de placer o de poder”. Juan Pablo II, Encíclica “Fides et Ratio” (1998), n. 47.