Vislumbran un futuro brillante para la lechería regional

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Campo

Sábado 21 de abril de 2007

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VISITA

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Douglas Maddox, un tambero líder

Vislumbran un futuro brillante para la lechería regional Este norteamericano tiene el mayor registro internacional de la raza Holstein (Holando) Por Roberto Seifert De la Redacción de LA NACION Alta producción, gran longevidad y altísima fertilidad. Con esos tres conceptos se puede definir la genética desarrollada por el estadounidense Douglas Maddox en sus establecimientos de California, donde tiene la marca de registros de cría más grande del mundo. Maddox tiene con su familia dos tambos en el Valle San Joaquín: el Ruann Dairy y el Maddox Dairy, con un rodeo de 12.000 Holstein (Holando), de los cuales 10.000 son registrados con la marca Ruann y 5000 están en ordeño. De visita en el país, donde la firma Produgenes, de Pergamino, es su representante exclusivo para América del Sur, dialogó con LA NACION y emitió su opinión sobre la situación de la lechería en la Argentina y los Estados Unidos. En estos días participó del Congreso de las Américas, que se realiza hasta hoy en Uruguay. Esta es la quinta vez que viene al

Maddox, en California PRODUGENES

Desarrollo y genética en el tambo ¿Cómo llegó la genética Ruann a la Argentina? Roberto Luis Marsiletti, presidente de Produgenes, representante exclusivo en América del Sur de la marca desarrollada por Maddox Dairy, de California, contó cómo comenzó la historia. Veterinario de tambo desde 1962, Marsiletti fundó en la década del 80 una empresa del ramo y comenzó a viajar a los Estados Unidos con sus clientes para ver centros de inseminación. “Veíamos vacas y toros como los que ya se vendían en la Argentina, hasta que un día, a fines del 80, fuimos al Maddox Dairy; nos metimos en las fosas de los tambos y vimos que las patas de los animales eran las que queríamos, y lo mismo con las ubres y el tamaño intermedio de las vacas. Entonces dije: «Este es el lugar adonde tene- Marsiletti mos que apun- ■ “Eran las vacas tar»”, contó que queríamos” Marsiletti. Era uno de los tambos de Douglas Maddox, que hoy tiene una producción diaria por vaca de 40 litros. En el otro, el Ruann Dairy, llegó a 45 litros. Este tambero, graduado en Ciencias Lecheras en la Universidad de California, ha sido jurado y maestro de jurados en varios países. Basó su crecimiento en la selección de toros. Hoy, el mayor mercado que tiene para su genética es el local, pero desde que comenzó en 1957, ha vendido más de 40.000 animales, semen y embriones en 44 países del mundo, entre ellos, la Argentina. Además, fue el primero en diseñar tambos estabulados. Maddox, también fuerte en viñedos y almendros, llegó en estos días para participar del Congreso de las Américas en Colonia, Uruguay. Representa al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos a través de la oficina de comercio exterior, un organismo mixto (público y privado). En la Argentina, Maddox realizará una breve gira para tener charlas abiertas con productores. Hoy, a las 20, estará en el Centro Tradicionalista El Fortín, de Pergamino; mañana, en Villa María (Córdoba); pasado mañana, en San Francisco (Córdoba) y el martes en Esperanza (Santa Fe), en estas tres últimas oportunidades, los encuentros serán a las 16 en las sociedades rurales.

Maddox no apoya políticas subsidiarias CAROLINA CAMPS

país, y desde la primera, hace 20 años, pensó que el futuro de la lechería estaba en América del Sur, “fundamentalmente en Brasil, Uruguay y en la Argentina”. Y lo sigue sosteniendo. Consultado acerca de los problemas

que provocan en el sector los ciclos productivos, con sobreproducción en primavera y escasez en otoño, respondió que “ocurren en todo el mundo”. Pero se expresó contrario a los fondos compensadores y subsidios que se

aplican para los productores argentinos. “Se debe dejar que el negocio se desarrolle bajo la ley de la oferta y la demanda. Cualquier programa subsidiario sería un colapso si hay una excesiva cantidad de leche”, dijo. Acerca de las ayudas que la política agrícola norteamericana aplica para sus tamberos, señaló que consiste en un precio sostén que se le paga al productor, que es de 21 centavos de dólar por litro. “Pero el costo de producción es de 29 centavos, por lo tanto, no significa nada”, reflexionó. Tampoco está de acuerdo con las retenciones a las exportaciones lácteas. Dijo que en los Estados Unidos no existen, pero aclaró que en promedio, cinco meses del trabajo de los norteamericanos son para los impuestos. Para cerrar, Maddox dijo que el futuro de la industria lechera es brillante en todo el mundo y también aquí. “Si tuviera 51 años en lugar de los 71 que tengo ahora, compraría un tambo en la Argentina y hoy produciría mucha leche en lugar de sembrar soja y maíz”, concluyó.

LA NACION/Sección 5/Página 9