Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones
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“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional”
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(S-919/16) PROYECTO DE RESOLUCION El Senado de la Nación RESUELVE: Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, a través del Ministerio de Agroindustria y la Secretaria de Comercio de la Nación se convoque a todos los integrantes de la cadena de valor de la lechería en el marco de lo establecido por el artículo 5 de la ley 25.156 “ ley de defensa de la competencia a los efectos de : Analizar la estructura básica de costos y precios de la cadena comercial y de valor de los mercados de leche y sus productos derivados. a)
Establecer mecanismos de acuerdo de precios que reduzcan los riesgos de la cadena y disminuyan los costos de transacción. b)
Corregir el posible desbalance de poder de mercado entre los integrantes de la cadena y lograr una efectiva transmisión de precios en que asegure un valor adecuado y efectivo para los productores tamberos. c)
Jaime Linares.FUNDAMENTOS Señora Presidente: El complejo lácteo argentino es considerado uno de los sectores agroalimentarios más importantes y dinámicos dentro de la economía argentina. La producción y distribución de los productos lácteos conforman un complejo constantemente dinámico que por su distribución territorial y generación de empleo constituyó siempre una actividad económica fundamental para las economías regionales. Asimismo, el complejo lácteo se caracteriza por poseer una estructura primaria constituida por una gran cantidad de tambos ubicados en las diversas cuencas lácteas distribuidas en la Región Pampeana, a su vez, presenta una industria procesadora estratificada, con la presencia de pocas grandes empresas y numerosas medianas
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y pequeñas firmas que se encuentran mayormente en los circuitos marginales del complejo. Por último, podemos dar cuenta de una distribución minorista altamente concentrada en pocas cadenas de hiper y supermercados, la mayor parte provenientes de capitales trasnacionales. Lo anteriormente descrito hace del complejo lácteo un sector heterogéneo productiva y tecnológicamente, al interior del complejo, el sector más favorecido y que mejor posición relativa logró fue el de las grandes firmas industriales concentradas, que lograron seguir disputando un papel fundamental para el sector orientando parte de la producción al mercado externo y logrando transferir parte de los costos de la crisis a los productores primarios a través de una disminución en el dinamismo de precios pagados por materia prima (CEPAL, 2003). El sector más perjudicado fue mayormente el de pequeñas empresas y pequeños productores, que se vieron expulsados del sector por no poseer la capacidad de competencia necesaria que requerían las nuevas condiciones económicas. La Argentina cuenta con capacidad para producir anualmente aproximadamente 10.500M de litros de leche que superan ampliamente los volúmenes requeridos para satisfacer la demanda interna de 8.500M de litros. Estos niveles de producción actuales se deben a la reconversión tecnológica realizada en las últimas dos décadas, tanto en la producción primaria a través de la profesionalización de los establecimientos tamberos en aspectos vinculados al mejoramiento sanitario, genética, manejo y alimentación, como en el área industrial, que le permitieron alcanzar niveles de calidad y eficiencia para competir internacionalmente. El país cuenta con una población vacuna estimada de unas 2.100.000 vacas lecheras, de las cuales 1.800.000 se estima se encuentran en ordeñe permanentemente. Estas vacas lecheras se encuentran distribuidas en aproximadamente 11.500 tambos ubicados en distintas cuencas lecheras distribuidas principalmente entre las provincias de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Santiago del Estero y algunas zonas menores en el resto del país. Es relevante la participación del sector lechero en la economía argentina. Considerada como componente del Producto Bruto Interno (PBI), la producción primaria de leche representa el 7/8% del producto del sector agropecuario y forestal (que a su vez representa algo más del 5 % del PBI). La industria láctea, por su parte, tiene un peso de aproximadamente del 2% en el producto bruto del sector manufacturero, y es casi de la misma magnitud que la industria frigorífica. El nivel de empleo que provee el sector es también muy significativo, ya que se estiman alrededor de 32.000 empleos directos en la industria láctea, a los que se suman unos 5.000 puestos de trabajo en el transporte y otros tantos en la distribución mayorista y
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minorista. A ellos hay que agregarles 29.000 empleos directos en la explotación tambera, por lo que se llega a un total de 71.000 personas ocupadas en forma directa por la cadena láctea, sin contar los proveedores de insumos y servicios y otras actividades conexas que moviliza por su efecto multiplicador. Las cifras citadas precedentemente ponen en evidencia la significación del sector lechero en la economía nacional y esto resulta aún mucho más relevante en aquellas provincias que albergan la mayor parte de las actividades del sector lechero argentino. El mercado doméstico es destinatario de alrededor del 80% de la producción nacional de leche. Por su consumo se ubica en el segmento de países de más alto consumo a nivel mundial; actualmente se alcanzan los 210 litros por habitante y por año. En relación con los canales de comercialización de los productos lácteos, la industria se debe desempeñar abasteciendo a grandes cadenas de comercialización con un gran poder de compra, a supermercados y autoservicios, a despensas y pequeños comercios minoristas, o sea a un espectro disperso de comercializadores, exigiendo una capacidad de logística y distribución de significativo costo. En la actualidad la industria láctea comercializa a través de súper e hipermercados el 35 % de sus ventas de mercado interno. Los principales mercados externos para los productos lácteos argentinos son Brasil, Argelia, Venezuela, Estados Unidos, Chile, países de Medio Oriente y varios países africanos, completando un total de 112 países. El producto más significativo dentro de la cartera de productos que exporta la cadena láctea argentina es la Leche en Polvo con más del 50% de participación. Su calidad, tiene un amplio reconocimiento en más de 80 países alrededor del mundo. Argentina es el segundo productor de leche de Sudamérica, después de Brasil, y se ubica en el décimo séptimo lugar a nivel mundial. En conjunto, las exportaciones de productos lácteos representan algo más del 1% de las exportaciones totales del país y alrededor del 4% de las manufacturas de origen agroindustrial. En los últimos años se viene verificando una constante disminución de la cantidad de tambos en todas las regiones productoras con el consiguiente impacto en las poblaciones rurales debido a que los ingresos obtenidos por la comercialización de la leche no son suficientes para mantener la actividad. En el último año los tamberos –en promedio– perdieron más de nueve puntos en la participación final de los principales productos lácteos a favor de la industria y el sector comercial según datos del Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos, pasó de 31,7% en diciembre de 2014 a 22,4% en el mismo mes de 2015. En ese mismo período la participación del sector industrial pasó de 26,7% a 32,1% y
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la del comercio de 26,1% a 29,8%, mientras que la del Estado (impuestos) se mantuvo prácticamente constante (15,5% a 15,8%). Dentro del promedio conviven situaciones completamente disímiles. Por ejemplo: en el caso de la leche larga vida –producto que se consume mayoritariamente en el mercado interno– la participación del comercio (fundamentalmente el supermercadismo) fue en el último trimestre de 2015 de 42,1% versus un 13,4% los tamberos. Con los quesos esa relación fue de 32,8% versus 25,9%. Lo expuesto según el estudio pone en evidencia la existencia de ineficiencia en la cadena de valor y la presencia de posiciones dominantes que afectan en mayor medida a los extremos de la cadena, los productores y los consumidores. Esta situación exige la intervención de las autoridades nacionales a los efectos de revertir esta tendencia y asegurar la permanencia en la actividad de los sectores más vulnerables como lo son los pequeños y medianos tambos distribuidos por toda la cuenca lechera argentina. En tal sentido proponemos la intervención , en forma conjunta ,del Ministerio de Agroindustria y la Secretaria de Comercio de la Nación en el marco de la ley 25156 “ Ley de defensa de la competencia “ que en su artículo 5 regula las condiciones a analizar para determinar posiciones dominantes en los mercados y en el inciso C del mencionado artículo faculta a establecer el grado en que el presunto responsable pueda influir unilateralmente en la formación de precios o restringir al abastecimiento o demanda en el mercado , el grado en que sus competidores puedan contrarrestar dicho poder y a adoptar las medidas necesarias para modificar estas situaciones. Por los motivos hasta aquí expuestos, solicito a mis pares, la aprobación de la presente iniciativa. Jaime Linares.-