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VIERNES, 21 DE NOVIEMBRE DE 2014
Levante EL MERCANTIL VALENCIANO
REVISAR EL HUMANISMO Y SUS CÁNONES «¿EN QUÉ NOS HEMOS REVELADO INCAPACES DE IMPEDIR LO PEOR? EL FUTURO ESTÁ ABIERTO A LA ESCRITURA QUE DE ÉL REALICEMOS»
Pie de foto ac si ut cogiat LEVANTE-EMV.
Manifestantes palestinos suben un tramo de barrera polémica de Israel que separa a la ciudad cisjordana de Abu Dis de Jerusalén. AMMAR AWAD
EDMOND JABÈS El libro de la hospitalidad
Traducción y presentación de Sarah Martín TROTTA, 2014
TIQQUN Esto no es un programa
Traducción: Javier Palacio Tauste ERRATA NATURAE, 2014
ZYGMUNT BAUMAN Arte, ¿líquido?
Traducción de Francisco Ochoa de Michelena SEQUITUR, 2014 VIENE DE LA PÁGINA ANTERIOR
porta limitación alguna». Amplia indefinición: «Olvida quién eres, porque, a ese olvido inicial, deberás el hecho de ser mi huésped». «El rechazo de la diferencia conduce a la negación del otro». Principio de la in-
conmensurabilidad. Jabès toca dos puntos: la necesidad de diálogo entre Israel y Palestina y la hospitalidad beduina, comunidad del desierto. Jabès atravesó el canal de Suez y visitó Palestina, Siria y Líbano. Encalló en la arena del Sinaí. El accidente le convirtió en un viajero anónimo. Experimentó la hospitalidad del desierto. Fue acogido y se le reconoció el nomadismo. Inmediatamente se retiraron del todo. En la comunidad desierta nadie clama. En Un extranjero con, bajo el brazo, un libro de pequeño formato, Jabès anota: «El extranjero te permite ser tú mismo, al hacer de ti un extranjero». Mar o desierto para errar. ¿Jabès político?: Jabès poeta. «El sitio vacío para la llegada del extranjero sigue vacío», «tú
siempre serás el huésped de mi alma, aunque ignore quién eres». Necesidad de definirse como extranjero. Z. Bauman en Comunidad presenta la indiferencia frente a la diferencia como un bello consenso convivido en un mundo hostil. En Arte, ¿líquido?, no habla de obras de arte sino de la «fragilidad y transitoriedad de lo cotidiano»: declaración del derecho a la singularidad. A vueltas con la comunidad sin programa, inconfesable, desobrada.
Tarea crítica, articulación de la sociología de Extranjero que cada cual es. Nunca hay que mezclar la reflexión acerca de la comunidad con la política y los programas, acecharía el fascismo. El desierto (deserere) es un olvido. Alentado por Jabès, Nancy dice: «Hospitalidad es ser capaz de abandonarse al otro», «aceptar que el otro sea verdaderamente otro, que no se podrá tener un completo dominio». La hospitalidad se ejerce, es un acto, una relación desierta, despoblada, aligerada. Pero este acto es un deshacer. La hospitalidad no es un integrismo, absuelve de suelo, deja sin raíz por fin. Todos Extranjeros. Incumplir al menos una imposición. El antimilitarismo es la deserción más resistente, una objeción perfecta. A la espera de la hospitalidad, fidelidad nómada, dunas del desierto.
Los testimonios en primera persona alejan la leyenda y captan en letras la poética del instante decisivo que un fotógrafo como Cartier-Bresson proponía practicar sin pensar. Pensar, siempre antes o después, nunca mientras. Porque ver es un todo. Una compulsión de vida aquí recogida.
Ver es un todo Fotografía POR R. BALLESTER AÑÓN
Images à la sauvette (en traducción muy desinhibida: imágenes al buen tuntún) es uno de los libros fundamentales de la fotografía del siglo XX. Ejemplifica la poética del «instante decisivo», concepto que su autor, Henri Cartier- Bresson, tomó prestado de un texto piadoso del Cardenal de Retz. Cartier-Bresson fue, como él mismo confiesa, muy nervioso. Pero en contra lo que suele suceder con este tipo de personas, no era demasiado locuaz. No lo gustaba hablar de fotografía y muy poco de sí mismo. A lo largo de su espaciosa carrera, concedió diversas entrevistas, doce de las cuales conforman el libro que hoy comentamos. De él se sabe que fue ayudante de Jean Renoir; que fue uno de los legendarios fundadores de la Agencia Magnum; que durante la Segunda Guerra Mundial le afeó a Ansel Adams que se dedicara a fotografiar paisajes de una serenidad mística, mientras el mundo salta por los aires. (El tiempo les ha dado la razón a los dos fotógrafos, como suele suceder). En sus entrevistas, Cartier- Bresson expresa opiniones realmente muy propias, y que escandalizaron a parte de la gente de su profesión. Recordemos algunas: «Para mirar bien hay que aprender a ser sordomudo». «Todas las escuelas de fotografía son un camelo». «Jamás he tenido un flash, como tampoco
HENRI CARTIERBRESSON Ver es un todo. Entrevistas y conversaciones. 1951-1998
Traducción Carles
Roche GUSTAVO GILI, 2014
se me ocurriría nunca disparar con un revólver en mitad de un concierto». (En este orden de cosas, fotógrafos como Martín Parr serían perseverantes saboteadores de conciertos). «Cualquiera puede hacer fotos. He visto (…) las de un mono que se las apañaba con una polaroid, tan bien o mejor que algunos propietarios de esas cámaras». «Para mí el gran mito es el de Anteo, que tenía que tocar suelo para recobrar fuerzas. Sé que debo mantener siempre el contacto con lo concreto, con la pequeña verdad particular…» Respecto a su proceso formativo afirma: «no le debo nada a la fotografía. Salvo a una imagen del húngaro Martin Munkacsi, en la que aparecen tres chavales lanzándose a la carrera sobre una enorme ola, en la playa. (…) Me impactó». «Hay que pensar antes y después, jamás mientras se fotografía». «Hay fotógrafos que inventan y otros que descubren. Personalmente, me interesan los descubrimientos». «Nuestro oficio es muy modesto. Si llegamos a un lugar en el que nos conocen, si nos envía una gran revista, nos tienden una al-
Un libro sobre fotografía lleno de letra
fombra roja; si no, nos reciben como al señor que viene a reparar una cisterna y al que hay que vigilar para que no se lleve un cenicero». Cuenta una anécdota que, como suele decirse, retrata muy bien al personaje: «…mientras tomaba fotografías, una señora me preguntó: ´¿Es usted de la prensa?´ Como buen normando, deploro las respuestas directas, sin sutilezas: no es educado contestar ´si´ o ´no´. Así que le dije: ´Sólo soy un maniaco´. La señora me respondió: ´Oh, eso está muy bien´». En la actualidad, se realizan grandes retrospectivas sobre su obra. Aunque es de
buen tono ya mirar doctrinalmente por encima del hombro a la obra Cartier- Bresson. La realidad (argumentan) está fotográficamente saqueada; lo que hay que hacer es inyectar imágenes ficticias para reanimarla, y no extraer de la realidad imágenes —que era lo que hacía este nervioso anciano ilustre—. Para mal o para bien, la obra de Henri Cartier-Bresson pertenece a un mundo distinto del actual. Como pertenecen a un mundo distinto del actual, las óperas de Monteverdi, el cine de von Sternberg, los poemas de René Char…