Vandalismo: la nueva ideología

8 abr. 2007 - Bengala. De Alfredo Megna. Dirección: Armando Saire y Leonardo Odierna. Con. Néstor Navarría. Escenografía: Daniel. Prieto. Iluminación: ...
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Espectáculos

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Seres marginados por el autoritarismo

Entrelíneas

Bueno

✩✩✩ Un día muy particular, de Ettore Scola. Intérpretes: Ana María Picchio, Daniel Fanego. Escenografía: Alberto Negrín. Iluminación: Roberto Traferri. Música: Martín Bianchedi. Asistente de dirección: Nani Ardanaz. Dirección: Manuel González Gil. En el Lorange.

A esta rara galería de Corrientes y Uruguay entraron con total impunidad quienes sólo se llevaron los audios de la obra que se representa HERNAN ZENTENO

Vandalismo: la nueva ideología Continuación de la Pág. 1, Col. 2

desde la función pública crispan los nervios, reavivan viejas discordias y esconden la mano después de tirar la piedra. En ese contexto tan desolador, ¿hay todavía algún ingenuo que piense que el teatro, tan amado y frecuentado por los porteños, podía seguir intacto y a buen resguardo de la putrefacción que lo circunda? * * * Fue cronológica e ideológicamente hace tanto que destruyeron el teatro Argentino en 1973, para impedir el estreno de Jesucristo Superstar, o que otro artefacto explosivo, en 1975, procuró amedrentar a Nacha Guevara y terminó matando a dos personas en el teatro Estrellas o que sendos incendios, en 1982, redujeron a cenizas al teatro El Nacional, por la revista Sexcitante, y al teatro del Picadero, por el inolvidable ciclo de Teatro Abierto, que ya creíamos que las salas se habían convertido realmente en templos inviolables donde los espectadores seguiríamos encontrando esparcimiento, remanso o reflexión sin ser perturbados y los actores podrían expresar para siempre su arte sin temor, por más osados que fueran, sin ser amenazados, vituperados, procesados o agredidos psicológica o físicamente. ¡Parecían tan lejanos e irrepetibles los disturbios, ya en la democracia naciente de 1984, contra la presentación de Dario Fo en el Teatro San Martín!

Y sin embargo, en la noche del último jueves, lo irracional volvió a dañar, después de tanto tiempo, a una sala. En un día raro, triste y peligroso, en el que la provincia de Neuquén estaba en llamas y Quebracho hacía su periódico desmán, manos anónimas desprogramaban una consola en el teatro Lorange, defecaban allí mismo y se llevaban el CD y el buckup correspondiente a los audios que se escuchan en la obra Un día muy particular (ver crítica aparte) recién estrenada. * * * Inmediatamente de conocido este grave hecho, se expresaron dos conjeturas irreductibles y contrapuestas: una es la del dueño de la sala, Carlos Rottemberg, que descarta una connotación política del asunto y lo atribuye a rateros comunes y otra, la expresada por el gremio actoral y los propios protagonistas de la obra que, sin dudar, asignan la autoría del cobarde atentado a sectores molestos por lo que la obra reivindica: el derecho de todo ser humano a ser respetado en sus diferencias sin imposiciones autoritarias. La argumentación de Rottemberg se debilita cuando se comprueba que los autores del hecho no robaron nada de valor –la consola de sonido que no se llevaron cuesta unos cuantos miles de dólares– y se fortalece cuando refiere que este tipo de vandalismo es una lacra que suelen padecer los empresarios teatrales y que lo mismo le sucedió en más de una ocasión.

Sin la mínima duda, desde el otro rincón, la Asociación Argentina de Actores convocó anteanoche a una conferencia de prensa en el camarín de los protagonistas, a la que asistieron políticos, Madres de Plaza de Mayo y figuras del espectáculo para repudiar el atentado, aferrada a la idea de que “el robo de la banda de sonido y la destrucción de elementos de trabajo de la obra de teatro Un día muy particular pasa a integrar la larga lista de intimidaciones por parte de los que no se resignan a vivir en democracia, nostálgicos del terrorismo de Estado”. La argumentación de la AAA se debilita al no conocerse hasta el momento reivindicación alguna del hecho por parte de ningún grupo u organización determinada y se fortalece en la propia impunidad del acto (los agresores pudieron sortear la cortina metálica baja sin violentarla que hay en el ingreso de la galería, en cuyos fondos funciona el Lorange). Por otra parte, y salvando las distancias, el hecho de que nadie haya reivindicado el secuestro y desaparición de Julio López no quita el serio cariz político que envuelve a ese doloroso enigma. * * * Resulta torpe aferrarse a una de las dos opciones, principalmente porque hayan sido unos u otros –también los malpensados podrían agregar como posibilidad un burdo ardid tramado para fortalecer la publicidad de la obra en sus pasos iniciales o un plan de des-

estabilización general en el que lo del Lorange sería apenas una minúscula parte–, arroja el mismo síntoma de descomposición: un teatro fue agredido, sea por malestar ideológico de alguien o por la actuación de una bandita descerebrada que sólo pretendió divertirse haciendo maldades. La falta de contención social y de incentivos para el progreso y la ausencia de valores morales y de castigos efectivos para quienes pasan por la vida desaprensivamente arman un nuevo tipo de terrorista no ilustrado y lumpen, que puede cometer este tipo de desmanes en nombre de su propio abismo interior. Una rápida recorrida por la galería muy venida a menos que contiene al Lorange muestra un paisaje decadente, transitado por personajes extraños, donde alternan negocios cerrados, un sex shop, varios locales de tatuajes y otros tantos para fans de historietas donde sobresalen pesadillescos muñecos corpóreos de Alien, Chucky y el avejentado Drácula de la versión de Francis Ford Coppola. ¿Quién atentó contra Un día muy particular?: ¿fachos, mano de obra desocupada, alguna nueva tribu urbana sedienta de emociones toscas, acaso algún personaje de historieta oscura que mágicamente se corporizó? Lo mismo da: un nuevo hecho grave ha ocurrido y provenga de donde proviniere expresa que las aguas fétidas de la descomposición también han comenzado a lamer nuestras butacas. [email protected]

Muy bueno

✩✩✩✩

Teatro a beneficio en Mar del Plata Linda Peretz, por los ancianos La obra se disfrutó en la calle y bajo una noche estrellada y templada. La municipalidad cedió un micro que funciona como escenario móvil e incluye todo el equipo de iluminación. La protagonista del unipersonal estaba feliz: “Me encanta y enriquece hacer este tipo de acciones a beneficio”, señaló Peretz, que ya realizó acciones similares para colaborar con el incendiado teatro La Nonna de La Plata, y colabora con la Casa del Teatro. La actriz resaltó también que todo el equipo que participa de la obra, desde técnicos hasta autores, no cobró un centavo por esta presentación. Los asistentes disfrutaron de la obra. Sus risas se mezclaron con los ladridos de algún perro y alarmas y bocinazos de algún auto estacionado en las cercanías. “Nos vamos contentos porque vimos un gran espectáculo y dimos una mano al hogar”, dijo Soledad Alvarez, una vecina del puerto. Julia García, titular municipal de Desarrollo Social, se encargó de que funcionarios y algunos referentes de la ciudad también hicieran su aporte con la compra de bonos contribución. Mira y Tringali resaltaron el apoyo de comerciantes y empresarios, en particular de la zona del puerto. Es que además donaron artículos que luego fueron sorteados entre los asistentes. Una forma de reconocer y retribuir su apoyo.

Darío Palavecino

Casi siempre, cuando uno desconoce al actor, los unipersonales dan miedo. Cualquier mínima gota de lluvia es una excusa perfecta como para abortar el plan teatral. Pero cuando la decisión arriba y uno se topa con un espléndido intérprete, sumado a un buen trabajo de dramaturgia y de dirección, ahí se viene la exclamación interna de qué lindo es el teatro. Alfredo Megna (Orestes, el super; Frankie) estructuró su dramaturgia en torno del Bengala, un boxeador cuarentón que se resiste a abandonar el ring, ya que es el único sitio en el que conserva su identidad. Aunque el desenlace es previsible, todo ese transcurrir es intenso. La trama es su historia –con algunos fogonazos retrospectivos–, relatada durante su entrenamiento y su pelea con un campeón joven. No es una gran anécdota, pero es un alegato sensible y potente que se hace brillante puesto en justas y equivalentes proporciones por actor, autor y directores. El relato de este ser, que tiene una vida hecha de retazos, es en primera persona, pero Megna hilvanó con mano maestra numerosos detalles de un marco físico y temporal que no sólo enriquece a su texto, sino que obliga a una interpretación minuciosa y exquisita. El Bengala describe olores, ruidos, sonidos y sensaciones del momento de la pelea que mantienen al espectador no sólo atento sino inmerso en el sufrimiento y la decadencia de un hombre, yuxtapuesta a la mitología del box. Megna logró una interesante y sencilla mezcla, en un entramado nada fácil, pero donde nada sobra. Hasta se da el lujo de descomponer el tiempo y el espacio, lo que le otorga al texto un tinte etéreo, favorecido por las pinceladas sensibles de la musicalización, y una buena puesta de luces de Jorge Merzari, afectada a acentuar los climas a través de sus cromatismos. El trabajo de dirección que hicieron Armando Saire y Leonardo Odierna salió ganador con el entramado pro-

Escenografía grandilocuente En la puesta que acaba de estrenarse en el Lorange, el director Manuel González Gil decide potenciar un marco espectacular que, por momentos, perjudica un poco lo fundamental de la obra, que es la intimidad en la que se desarrolla la relación entre los personajes. En ese sentido lo acompaña Alberto Negrín, quien diseña una escenografía grandilocuente, que en algún momento se abre y da lugar a otro espacio, y a través de cuyos intersticios se escapa mucha de la tensión que debería concentrar la relación entre Antonia y Gabriel. La misma pérdida provoca la continua intromisión de los sucesos callejeros que terminan cargando la escena de cierta obviedad y detienen la acción en más de una oportunidad.

En escena VESTUARISTA

Falleció “Negrita”, la esposa de Passano ■ El miércoles pasado, el actor y maestro de teatro Ricardo Passano sufrió el dolor de la muerte de su esposa, Marta Fidelia Teresita Pisano (“Negrita”), de 76 años, conocida por sus trabajos como vestuarista. Passano y su esposa siempre colaboraron mucho haciendo teatro para escuelas pobres del interior. “Fue el amor de mi vida, el ángel que me ha guiado”, señaló el actor a Télam.

Bengala. De Alfredo Megna. Dirección: Armando Saire y Leonardo Odierna. Con Néstor Navarría. Escenografía: Daniel Prieto. Iluminación: Jorge Merzari. Producción: Daniel Alvarez y Mariano Pedini. En el IFT, Boulogne Sur Mer 549. Duración: 50 minutos.

No seré feliz, pero tengo marido, con Linda Peretz

ciencia de la verdadera experiencia de vida. Y ésta, sin duda, puede trascender a un esquema político.

Dos seres desolados se conocen en un día muy especial. Un ama de casa que lleva una vida rutinaria, atendiendo a su marido y a sus hijos, se cruza de repente con un locutor homosexual a quien han despedido del trabajo por su condición de “depravado”. En ese edificio que habitan sólo ellos dos han quedado, además de una portera que los controla. El resto de los pobladores están participando del gran desfile callejero con el que Benito Mussolini rinde homenaje a Adolf Hitler, quien visita Roma. La historia social y política ha dejado sus señales en las conductas de los dos únicos personajes que dan forma a la trama de Un día muy particular, un material dramático que se estrenó en una destacada versión cinematográfica en la década de 1970. Antonia y Gabriel provienen de mundos muy opuestos. Ella sostiene valores muy ligados al Picchio y Fanego, con fundamental rigurosidad régimen autoritario bajo el cual vive y él sufre la margi- Es indudable que director y escenónación que el mismo poder le impo- grafo necesitan remarcar las nefasne. El encuentro es revelador para tas cualidades del régimen fascista ellos porque la experiencia de uno de Mussolini y en esa construcción encuentra resonancias en el otro y se detienen sobremanera. ellas posibilitan que se entienda más Pero, aun así, González Gil es cauto acabadamente el complejo entramado a la hora de conducir a los intérpretes de esa sociedad que en la calle vitorea y en ello su tarea más se destaca. a dos líderes que preparan el campo Dos actores sensibles lo acompapara hacer ingresar al mundo en la ñan en su trabajo, y logran momenSegunda Guerra Mundial. tos muy conmovedores. Tanto Ana En la obra de Scola si bien ese con- María Picchio como Daniel Fanego vulsionado tiempo social parece de- construyen a sus criaturas con muterminante en contraposición con las chas sutilezas y logran establecer cualidades de los personajes que di- una relación potente, que crece noseña, hoy puede observarse como no tablemente y siempre dentro de un tan definitorio. Esas historias indi- transparente marco dramático, que viduales pueden existir más allá de sólo se ve quebrado cuando los suceciertas condiciones políticas domi- sos del exterior lo interrumpen. Y no nantes. Lo interesante de la trama es- llegan a desdibujarlo porque la pretá, precisamente, en los valores que sencia y rigurosidad de esos actores cada uno de los personajes guarda y es fundamental en escena. como la exteriorización de ellos va provocándolos a una toma de conCarlos Pacheco

Unipersonal intenso y sensible

MAR DEL PLATA.– Butacas plásticas en las primeras filas, sobre el pavimento y bien cerca del escenario. Reposeras distribuidas por las veredas. Una línea final de espectadores, sentados o de pie, instalada sobre un pequeño paredón. Un privilegiado que sigue la obra desde el balcón de su casa y una familia que estacionó al límite de la improvisada platea para ver el espectáculo sin bajarse del auto. La cuestión era estar cómodo y disfrutar de la función de No seré feliz, pero tengo marido que Linda Peretz brindó al aire libre y a beneficio del Hogar Municipal de Ancianos. La respuesta fue notable. El público compró entradas que, con formato de bono contribución, representaban aportes para la institución desde 5 a 100 pesos por persona. Y de estas últimas hubo una venta superior a la esperada. “Vivimos una verdadera fiesta de la solidaridad”, aseguraron a LA NACION las directivas Norma Mira y Ana Tringali, miembros de la comisión asesora ad honórem del Hogar Municipal de Ancianos. El establecimiento, situado en 12 de Octubre y Cerrito, en inmediaciones del puerto local, alberga a 125 abuelos en un edificio que ya tiene 77 años y pide a gritos mejoras en infraestructura y mobiliario. “Ojalá esta función a beneficio sea disparadora de otras acciones de apoyo al hogar”, se entusiasmaron Mira y Tringali.

Domingo 8 de abril de 2007

LIBERARTE

Príncipe azul, gratis ■ Todos los domingos, a las 19.30, Ricardo Miguélez y Manuel Bello, dirigidos por Elba Degrossi hacen Príncipe azul, de Eugenio Griffero. Es en Liberarte, Corrientes 1555, con entrada libre y gratuita. OPERA

El director Graham murió a los 75 años ■ Colin Graham, el director artístico de la Opera de St Louis, falleció, a los 75 años, de un paro cardiorrespiratorio. El director inglés fue una figura significante del mundo operístico. ANFITRION

Artes plásticas y teatro ■ Los domingos, a las 19, Daniela Ferrari dirige Sueñe, Carmelinda, de Alejandro Finzi, con María Rosa Pfeiffer. Un trabajo de teatro, música y artes plásticas de diversos creadores. En Anfitrión, Venezuela 3340, 49312124. Entradas: 10 y 15 pesos.

Néstor Navarría, en un trabajo físico espléndido

puesto por la dramaturgia. La exigencia del tipo que, sin que se haya dado cuenta, queda fuera de la sociedad y del sistema, está puesta en un trabajo físico plagado de acciones. Ambos directores exigieron el máximo del potencial de su intérprete para contagiar adrenalina y, a su vez, lograr una puesta perfectamente equilibrada.

Navarría brillante Daniel Prieto ideó un espacio escénico reducido a un gran tapiz con formas geométricas acéticas y, lógicamente, el banquito del rincón del boxeador. Todo lo demás es interpretación. Y Néstor Navarría, como su

boxeador, deja el alma en escena con su trabajo. Desde el momento en que el público entra a la sala, hasta que se va, está en movimiento. Y esa carga física ni siquiera atenta contra su voz o su dicción, en un trabajo impecable de respiración y concentración. No sólo interpreta a su Bengala, sino también las voces de aquellos seres que lo rodean, con cambios de tonalidades sutiles. Tomó el exceso descriptivo y de acciones en su favor, para lograr una interpretación brillante. Su trabajo físico en escena resulta admirable.

Pablo Gorlero

GRATIS

Teatro leído en las bibliotecas públicas ■ Mañana se ofrece Derrame, de Susana Torres Molina, dirigida por Mónica Viñao, como teatro leído en la Biblioteca Ricardo Güiraldes, Talcahuano 1261. Con Claudio Da Passano, Silvina Bosco, Néstor Sánchez, Silvia Dietrich y Jorge Rod. Coordina Adriana Schottlender. Entrada libre y gratuita. El ciclo se ofrece el segundo lunes de cada mes en distintas bibliotecas públicas.