Una desconocida que les ganó a todas

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Buenos Aires, domingo 25 de febrero de 2007

SECCION

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Economía&Negocios MERCADOS / EMPRESAS / SERVICIOS

Entrevista Luis Conde, presidente de Seeliger y Conde: “De la incertidumbre y el padecimiento de una crisis como la que vivió la Argentina salen cosas buenas”.

Columnista invitado Nadin Argañaraz: “El superávit primario es un indicador que muestra cómo es la relación entre lo que el Estado obtiene de ingresos y lo que gasta”.

Negocio crediticio Ayudados por la firme recuperación de la economía, los préstamos a individuos mostraron en los últimos meses un notable crecimiento.

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LA RELACION CON EL PODER

El juego de los empresarios Quiénes son los hombres de negocios que, pese a la aspereza con que Néstor Kirchner encara la relación con el establishment, se convirtieron en exitosos y conforman la burguesía nacional; cómo llegaron los nuevos, se adaptaron los históricos y sobreviven los enemistados Por Francisco Olivera De la Redacción de LA NACION

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Continúa en la Pág. 2, Col. 1

O CI RA ST U IL

Fue la tarde más eufórica de Néstor Kirchner en el Gobierno. Era 3 de enero de 2006 y la Argentina acababa de cancelar su deuda con el Fondo Monetario Internacional. En el Salón Blanco de la Casa Rosada, entre apretujones y felicitaciones auténticas u obligadas, el Presidente se acercó al empresario José Ignacio de Mendiguren, lo abrazó y le dijo, a medio metro de LA NACION: “¡Vos estás feliz, hijo de puta!”. Apenas un instante de espontaneidad en un presidente que mide hasta el mínimo estornudo con lógica política. Que sirvió, no obstante, para entrever su relación con uno de los pocos dirigentes con quien tiene trato personal. No es fácil, aun para empresarios con décadas de roce político, relacionarse con Kirchner. Pero el estilo y las pretensiones presidenciales han ido forjando, en el transcurso de cuatro años de gestión, una nueva burguesía nacional. Algunos son completamente nuevos. Otros han logrado sortear el mismo obstáculo que muchos funcionarios del núcleo K, que es la vinculación con los 90. Puede no ser casual que hombres del Gobierno hayan comparado, alguna vez, ante ejecutivos, la situación argentina con la Venezuela de Hugo Chávez. El concepto fue el siguiente: La burguesía clásica venezolana se terminó. Hoy existe un vasto segmento de hombres de negocios que hacen cola para comprar Audi, BMW, autos de lujo que tienen hasta seis meses de retraso en Caracas. Ellos son la burguesía “bolivariana”. ¿Quiénes son, entonces, los protagonistas de la Argentina de Kirchner? Muy pocos tienen llegada directa a él. Lo han frecuentado Paolo Rocca (Techint), Jorge Brito (Banco Macro), Alfredo Coto (Supermercados Coto), Gerardo Werthein (Telecom), Carlos Bulgheroni (Pan American Energy), Mendiguren (Unión Industrial Argentina); Alejandro Macfarlane (Edenor); Eduardo Eurnekian (Aeropuertos) y el empresario periodístico Daniel Hadad, entre otros. Pero la interacción suele ser más bien indirecta. Cada funcionario que le consigue, por ejemplo, a un empresario una reunión con el Presidente queda expuesto a una fuerte reprimenda en el caso de que aquél no complazca a Kirchner en lo sucesivo. Lo más seguro, entonces, serán algunas vías de contacto a través del funcionario más importante: Julio De Vido, ministro de Planificación Federal. Hay nombres que tienen una trayectoria personal, pero que parecen empezar a trascender con mayor visibilidad. Algunos de ellos: Cristóbal López, el patagónico que hizo un imperio con firmas de servicios petroleros, transporte de carga, colectivos, recolectoras de residuos, barrios privados, olivares, campos, casinos y máquinas tragamonedas; Sebastián Eskenazi, miembro de la familia que, a través de la constructora Petersen, controla los bancos de Santa Cruz, Santa Fe, San Juan y Entre Ríos; Marcelo Mindlin, dueño de Edenor, parte de Transener y generadoras eléctricas; los cordobeses Osvaldo Acosta y Gerardo Ferreyra, accionistas de Electroingeniería SA, la empresa que sorprendió al mercado eléctrico superando, en licitaciones de transporte de 500 kilovoltios, a firmas como Techint, Cartellone, Sideco y Teyma; Carlos Miguens, que encabeza Sociedad Argentina de Energía, dueña ahora del 20% de la generación eléctrica del país, y Ernesto Gutiérrez, presidente de Aeropuertos Argentina 2000, flamante dueño de la cervecería Bieckert. No fue sólo el país, es el mundo el que cambió. Es cierto que la hostilidad del Gobierno hacia determinados sectores, como el energético, facilitó la retirada de grupos internacionales como Electricité de France, France Telecom, Grupo Suez, Total y CMS. Pero también la alternativa de inversión que antes se arrogaba América latina ha pasado a los gigantes China e India. Se abren, pues, espacios para los grupos locales. La visión puede no ser tan benévola. Un informe de Eurasia Group, considerada en

CRISTOBAL LOPEZ

GERARDO FERREYRA

MARCELO MINDLIN

CARLOS BULGHERONI

JORGE BRITO

Patagónico puro

Con pasado político

La revelación

Petrolero convertido

El banquero

■ El empresario construyó, desde

■ Ex militante de los 70, so-

■ Ex directivo del grupo IRSA,

■ Destacado empresario du-

■ Fue cuestionado por Kirchner

el Sur, un imperio con negocios tan diversos como el de servicios petroleros, máquinas tragamonedas y recolección de basura.

cio y principal lobbista de Electroingeniería SA, la empresa que sorprendió al ganar licitaciones en transporte de 500 kW.

dueño de Edenor, tiene acciones en los tres segmentos básicos de la electricidad: la distribución, el transporte y la generación.

rante los 90, conduce ahora Pan American Energy, la única compañía petrolera considerada modelo por el Gobierno.

apenas asumió en la Casa Rosada, pero hoy es uno de los pocos hombres de negocios que hablan personalmente con el Presidente.

Una desconocida que les ganó a todas Electroingeniería comenzó su ascenso en 2003 y se adjudicó varias licitaciones millonarias Empezó a hacerse conocida con la gestión de Néstor Kirchner al frente de la Casa Rosada. Pero, en rigor, tiene 30 años de existencia. Electroingeniería SA, la empresa que sorprendió al mercado eléctrico ganando licitaciones en transporte de 500 kilovoltios, pertenece a los cordobeses Osvaldo Acosta y Gerardo Ferreyra. Fue fundada en 1977 por los mismos socios y empezó con operaciones de servicios electromecánicos. Cobró fama en 2003, cuando se impuso en la licitación para la construcción de la línea de 500 kV entre Choele Choel y Puerto Madryn, por lo que superó a varios experimentados del negocio. Ganó, además, junto con otras firmas, en la línea entre Puerto Madryn y Pico Truncado, y en el tendido entre Yacyretá y General Rodríguez. La modalidad de la compañía fue, en general, adjudicarse la obra y subcontratar otras firmas. La buena racha siguió el año pasado, cuando fue elegida por el grupo Siemens para las obras civiles de las dos centrales de ciclo combinado que se construirán en Timbúes y Campana el año próximo. Electroingeniería

es también candidata a intervenir en los proyectos de tren de alta velocidad. Y, hace pocas semanas, fue elegida por el Gobierno como socia de Enarsa para adquirir la parte de Transener que le fue impedida al grupo norteamericano Eton Park, que ya había acordado la operación con Petrobras. En recientes licitaciones, la firma compitió, con éxito, ante grandes grupos como Sade Skanska, Techint, Cartellone, Sideco y Teyma. Tanta efectividad le ha deparado la desconfianza del sector eléctrico. El pasado de Ferreyra,

militante de izquierda en los 70, confluye a las suspiciacias de quienes le atribuyen a Electroingeniería muy poca experiencia en obras de 500 kV, con una participación mínima en un consorcio entre 1992 y 1994. LA NACION se comunicó con Carlos Bergoglio, vocero de la compañía. “Estamos haciendo una nota sobre la nueva burguesía nacional”, se le dijo, y la respuesta fue cortante: “Mire, ya el título no me gusta. Nosotros, de burgueses, no tenemos nada”. Con el transcurso de la charla, el eje-

Bendecidos por el Gobierno ■ En abril del año pasado, el Gobierno bendijo el lanzamiento de la Cámara de Empresarios de la Energía (Ceade). Con la presencia del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, se presentó la agrupación que nuclea a directivos de compañías nacionales dedicadas a la producción, generación, transporte, comercialización y distribución de energía. Entre ellos se encuentra Gerardo Ferreyra, de Electroingeniería. La entidad es presidida por Marcelo Mindlin (Edenor y Transener), y tiene por vicepresidentes a Alejandro Ivanissevich (Emgasud), Armando Losón (Central Piedrabuena), y Angelo Calcaterra (Sideco). Otros dirigentes son Armando Losón (Albanesi y Central Piedrabuena), Marcelo Comba (Hidroeléctrica Ameghino) y Esteban Eskenazi (Storey).

cutivo se distendió y ganó en amabilidad. “¿Por qué les atribuyen tanta afinidad con el Gobierno?”, se le preguntó. “Trabajamos desde hace 30 años. Acá, cuando uno hace más de dos obras, ya lo acusan de tener afinidad ideológica. Trabajamos con los militares. ¿Quiere decir que fuimos de la dictadura? Trabajamos con Alfonsín. ¿Fuimos alfonsinistas? También, con Menem, y tampoco somos menemistas. Ha habido gobiernos que tienen más simpatía por las multinacionales y otros, por las firmas nacionales, eso es lo que pasa. A veces se construyen imágenes que no son. Fuimos muy exitosos. Todas las grandes empresas nos felicitaron por la primera línea. Y no es cierto que no tengamos experiencia: trabajamos en Uruguay, en Perú a 4000 metros de altura...”, contestó. “¿Cobraron sobreprecios, como se dijo?”, fue la otra pregunta. “Lo desmiento totalmente. En el cálculo que hacen para los dólares por kilómetro incluyen dos estaciones transformadoras muy costosas. Hacen esa cuenta pero están dividiendo vacas con caballos.”