Hablemos de economía
Antonio Morlanes Remiro
[email protected] · www.aragonex.com PRESIDENTE DE ARAGONEX
Una banca sin respuesta
E
stamos viviendo una época de grandes alteraciones en lo que significa el papel del sector financiero en la economía en general y, me refiero muy en especial a España. Los bancos no han terminado de asimilar que el modelo por el que venían funcionando en el pasado siglo ha dejado de existir, porque lo que demanda la sociedad es muy diferente. Las garantías que exigen a los clientes han pasado a mejor vida y sin embargo siguen insistiendo en ellas: hoy en día los contratos laborales no garantizan nada en el tiempo, y el ahorro anda perdido porque no tiene recompensa. Me refiero al pequeño ahorro, claro está, ya que sí hay instrumentos para los grandes capitales, pero estos tampoco los manejan los bancos españoles. Podríamos decir sin lugar a equivocaciones que se han quedado en una doble función: la de repositorio de dinero y prestamista a cambio de prenda cierta. Me refiero a funciones exclusivamente bancarias, pues cuando se han metido a otras ajenas a su objeto social, han fracasado ellos y lo hemos pagado nosotros los ciudadanos. Espero que no vuelvan a las andadas y entiendan que están en el mundo y no son ajenos a él. El último ejemplo que tenemos es la compra, por llamarlo de alguna manera, del Banco Popular por el Banco Santander. Para dar rigor a este breve análisis sobre los acontecimientos que le han acaecido en estos últimos tiempos, es necesario hacer una mínima historia. El Banco Popular se creó en 1926, así que estamos ante una firma financiera con 92 años de antigüedad. Desde la década de los cuarenta, el banco pasa a ser liderado
La cronica de Zak
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y controlado por miembros del opus Dei, el primero de ellos, Félix Millet, propietario del Grupo Millet; los hermanos Valls Taberner, miembros supernumerarios de la obra, gestionarán con gran éxito el banco durante más de 30 años, en este periodo la expansión del banco tuvo su más fuerte incremento, abriéndolo a operaciones de sus clientes por internet en el año 2000, así como su entrada en el mundo de los seguros y algún pequeño escarceo internacional, como la compra del BNC que da origen al Banco popular Portugal. A partir de aquí se inicia las fusiones de bancos participados; Banco de Andalucía, Banco de Castilla, Banco de Crédito Balear, Banco de Galicia y Banco de Vasconia, culminando con la adquisición del Banco Pastor; ampliaciones de capital, compra venta de líneas de negocio, reestructuración de plantillas y oficinas, etc., marcan el declive de este tradicional banco. Ya en mayo de 2017 encarga a JP Morgan de la búsqueda de un comprador para el banco, Ángel Ron había dejado la Presidencia Ejecutiva dos meses antes y en junio de 2017, el Mecanismo Único de Resolución (MUR) de la Unión Europea considera inviable el banco y a través del FROB lo vende al Banco Santander por el precio de un euro, la explicación de la inviabilidad del Popular, es cómo los negocios inmobiliarios le habían condicionado las cuentas. ¿Qué consecuencias sucedieron con la gestión de los últimos años y la venta inmediata al Santander? La primera de ellas fue como 300.000 pequeños accionistas que poseían una media de 7.000 euros en acciones del banco, lo perdieron todo, el
100%, se encuentran en la misma situación los bonistas, que perdieron 1.346 millones de euros, y los proveedores de deuda subordinada, que vieron desaparecer sus 685 millones de euros y como anécdota, el ejercicio 2016 el Banco Popular ha perdía 3.485 millones y en abril de 2017 Guindos, ministro de economía, hace unas declaraciones al periódico El Mundo, afirmando “El Popular no tiene problemas de solvencia ni liquidez”, los cogió como un virus dos meses más tarde. En definitiva, el Banco Popular contaba con 119.000 millones de activo, 1.400 oficinas, 9.000 trabajadores y cinco millones de clientes, pero hay alguien que mete la mano en el monedero saca 1 euro y se queda con todo; el Banco Central Europeo (BCE) apoya esta compra, exigiendo al Santander hacer una ampliación de capital de 7.000 millones de euros, pero todo tiene su trastienda. En agosto de 2017,
dos meses más tarde, parece que los dos meses es una constante en la vida última del Popular, el Santander vende a Blackstone el 51% de los activos inmobiliarios del Banco Popular, por un total de 5.000 millones de euros; en diciembre vende la filial del Popular en EEUU, Totalbank por 444 millones de euros; todo esto sin contar con el negocio que se adiciona, y las pérdidas acumuladas del Popular que le garantizan en el futuro beneficios a coste cero, y que pagamos los ciudadanos. Pues después de esto, así queda el campo de batalla, accionistas, bonistas, deuda subordinada, ciudadanos y un largo etc., esparcidos en el mismo y viendo cómo el negocio bancario en España continúa obsoleto y sin dar respuesta a la economía, que es su fin principal, eso sí ganando un importante beneficio y pagando a lo sumo un 5% en impuestos. Así se hace negocio, a ver si aprenden los ciudadanos.
Antonio Correas Usón @nicocomic · www.nicocomic.com
Diciembre 2018