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Un verdadero matrimonio a la inglesa

13 ene. 2010 - Buenas costumbres: el film llegará mañana a los cines ... ta, una independiente, desenvuelta ... cine británico en cuanto se refiere a la.
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Espectáculos

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Miércoles 13 de enero de 2010

CINE Buenas costumbres: el film llegará mañana a los cines

Estreno de mañana

Un verdadero matrimonio a la inglesa Continuación de la Pág. 1, Col. 6 que me veía como una amenaza para su hijo. Pero a mí tampoco me caía nada bien ella, así que no hice ningún esfuerzo por convencerla ni a su hijo”, contó a LA NACION la estadounidense Biel, 27, quien lleva varios años siendo elegida como una de las actrices más sexys del planeta y un par de ellos como novia del cantante de moda Justin Timberlake. En Buenas costumbres, dirigida por el australiano Stephan Elliott –el mismo de la memorable Priscilla, reina del desierto–, Biel interpreta a Larita, una independiente, desenvuelta y atrevida joven corredora de autos estadounidense, que en el Mónaco de los años 20 enamora al inglés John Whittaker (Ben Barnes), heredero de una gran familia británica venida a menos. Se casan a la velocidad del Gran Prix y juntos viajan luego a conocer a los padres de él en la campiña inglesa: el señor Whittaker, encarnado por Colin Firth, y su fría y conservadora esposa, personificada por Kristin Scott Thomas, que le hará la vida imposible a su nueva nuera. La obra ya había sido llevada a la gran pantalla por Alfred Hitchcock, en 1928, pero como una película muda. En esta versión, los ácidos diálogos de Coward están en todo su esplendor, y la vuelven una comedia con algunos toques muy oscuros. “Tanto Larita como Whittaker, un veterano de la Primera Guerra Mundial que ya no siente nada por su mujer, están marginados dentro del régimen familiar dictado por la señora Whittaker. Eso, más los secretos que ambos esconden, los acercan y los vuelven aliados”, destacó por su parte Firth, 49, a este diario. Al principio, Larita busca agradar a su suegra y a sus dos subyugadas hijas mujeres (Kimberley Nixon y Katherine Parkinson), pero todos sus intentos se vuelven en su contra en disparatadas situaciones creadas por la ácida pluma de Coward. Al final, el choque frontal es inevitable en el asfixiante ambiente conservador británico del principios del siglo pasado. “Larita tiene mucha seguridad, pero también se esfuerza mucho en integrarse a su nueva familia, a este entorno que le es extraño y hostil. Llega un momento en que decide no no tolerar más las cosas que no le gustan de su nueva vida. Yo no soy nada combativa, desafortunadamente, soy más tímida, pero saqué unas cuantas lecciones de Larita; admiro su fuerza interior y es el tipo de mujer que me gustaría ser”, indicó Biel, quien curiosamente jamás había leído ninguna obra de Coward.

Fanático En cambio, como era de esperar, Firth se declaró todo un fanático del dramaturgo inglés. No sólo se crió leyendo sus obras y viéndolas en escenarios londinenses, sino que ya había participado en una película basada en una de sus

Jessica Biel es Larita, una norteamericana amante de la velocidad que se casa con el heredero de una familia aristocrática británica venida a menos y comienza a revolucionar la existencia conservadora y silenciosa de la mansión en la que viven

ALFA

La muerte, en el centro de la acción

En medio del luto, una celebración Llega el premiado film japonés Final de partida

SONY

piezas, Relative Values, protagonizada por Julie Andrews en 2000. “Para mí siempre es refrescante recordar cuán serias, emotivas e intensas pueden ser las obras de Coward. Me parece que Lo que no fue (Brief encounter), dirigida por David Lean en 1945, es una de las obras maestras del cine británico en cuanto se refiere a la pasión reprimida. Coward se especializa en retratar esas corrientes subterráneas de emoción que le dan tanta riqueza a sus obras”, subrayó el actor, que recientemente fue visto en cine en ¡Mamma mia!, y acaba de estrenar en Estados Unidos la aplaudidísima A Single Man, cuya actuación ya es considerada digna de un premio Oscar. A lo largo de su carrera, Firth, quien ya había interpretado anteriormente al marido de Scott Thomas en el film que la consagró, El paciente inglés, se ha especializado en interpretar a flemáticos hombres británicos, conservadores y reprimidos. “El cine siempre trabaja con arquetipos, si no estereotipos; las películas se categorizan en géneros, a la gente le gusta saber qué es lo que va a ver, y es muy fácil caer en estereotipos y en el mismo tipo de papeles una y otra vez. Pero creo que esa mítica flema del hombre inglés es en realidad pura fantasía. Mick Jagger también es británico, ¡por favor! John Lennon también lo era, y nadie habla de él como el arquetipo del hombre británico”, apuntó. Y aunque Buenas costumbres puede ser categorizada como una película de época, Elliott, el director, buscó

Firth, amante del tango

Kristin Scott Thomas, la villana

también quebrar con todos los clichés del género. Gracias a la utilización de efectos especiales, música de jazz de los años 30 y ángulos de encuadre modernos, logró darle al film un tono y un enfoque muy contemporáneos. “Es toda una apuesta distinta. No quería hacer la típica película de época que yo no iría a ver –destacó– Cuando los productores me ofrecieron el proyecto, yo estaba en el hospital, recuperándome de un accidente de esquí, totalmente drogado con morfina, así que visión que tuve fue bien diferente, y es lo que terminé haciendo.” Uno de los elementos fundamentales de esa perspectiva novedosa fue la incorporación de la popular Jessica

Biel al elenco británico. “Me puse a estudiar todo el contexto de la historia desde lo político-económico, pero por sobre todo a través de las películas de esos años”, contó la joven Biel. Y, como si fuera poco, después de escucharla entonar en el set, al director se le ocurrió ponerla a cantar en la banda sonora. “Me entusiasmé mucho, y ahora me encantaría trabajar en un musical, ya sea una película o una obra en Broadway; sería genial.” –¿Te atreverías a colaborar con tu novio, Justin Timberlake, en su nuevo álbum? –No, no creo que sea tan buena como para él; le arruinaría la canción y terminaría espantando a sus fans.

NUEVA YORK.– En la extraña relación que van forjando en Buenas costumbres los personajes de Jessica Biel y Colin Firth, un tango sirve de excusa para una escena clave de la película… y fue el principal motivo de duda para que Firth aceptara el proyecto. “Soy muy malo bailando, así que le había pedido al director (Stephan Elliott) que usara un doble y me pusiese a mí sólo para los planos cortos”, contó el actor. Sin embargo, Biel se había entusiasmado tanto con la escena que comenzó a tomar clases de tango con el actor y bailarín argentino Juan Pablo di Pace, radicado en Londres. “Como Juan Pablo y yo nos conocíamos de trabajar en ¡Mamma mia!, me convencieron de ir a unas clases para aprender los pasos básicos, asegurándome que pondrían un doble para el rodaje”, relató Firth. No fue así, y el director lo obligó a bailar en cámaras un par de tomas, y con eso concluyó la escena, satisfecho. “Debo reconocer que me gustó mucho; ustedes juzguen qué tan bien o mal salió. Pero si me pusiera a bailar, definitivamente bailaría tango; me enamoré de él cuando fui a Buenos Aires hace 20 años para filmar Departamento cero, de Martin Donovan. Nunca volví, pero cuando lo haga tomaré clases”, prometió.

Cuando Daigo Kobayashi –chelista desocupado– lee un aviso de empleo para lo que parece ser una agencia de viajes –se llama Partidas– no duda en postularse. Lo espera una sorpresa: su trabajo no será atender turistas sino preparar a los difuntos para su cremación. No es el comienzo de una comedia de humor negro: Final de partida se anuncia como “uno de esos dramas conmovedores que invitan al espectador a confrontar sus tabúes y después le palmean la espalda por haberlo logrado”, según pudo leerse en The Boston Globe. Esta celebración de la vida a través de una historia que transcurre en medio de los rituales de la muerte ganó el último Oscar al film extranjero superando al francés Entre los muros y al israelí Vals con Bashir. Fue dirigido por Yôjirô Takita y será presentado a partir de mañana por Alfa Films. Nadie más autorizado para hablar de él que Masahiro Motoki, el actor que encarna a Daigo. Fue suya la idea original, producto de un viaje que hizo a la India hace 15 años. “Quedé conmovido al observar que allá la vida y la muerte coexisten en armonía del modo más natural, mientras en Japón la muerte es deliberadamente ocultada. La gente corre demasiado y no advierte que la muerte es una parte importante de su vida. Lo que de otro modo significa que no aprecia ni disfruta de la vida tanto como debería”. Motoki tuvo que aprender el oficio del nokanshi (así llaman a quienes se ocupan de preparar los cuerpos) y familiarizarse con el ritual. “Busqué captar la elegancia y la belleza de la ceremonia para traducirla en el film, que narra cómo estando tan en contacto con el luto, Daigo halla un nuevo sentido para su vida”. También destaca que la obra rebosa emoción, pero no carece de humor”. Quizá eso explique su éxito en Japón y en Hollywood.

Fernando López