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Lunes 8 de diciembre de 2008
FUTBOL
El torneo Apertura
Un pueblo que sueña que desde Victoria salga el nuevo campeón Tigre perdía 2 a 0 con Central y dio vuelta el resultado (3-2) entre el aliento de la hinchada y el coraje de los jugadores; un éxito histórico Por Pablo Casazza Para LA NACION
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OSARIO.– “Me parece que Boca no sale campeón, sale Tigre, sale Tigre, sí señor.” La tribuna visitante rebosa de emoción. Son tres mil hinchas que ocupan cada centímetro de la popular. No les importa estar apretujados, muertos de calor. Son los embajadores de todo el pueblo de Victoria. Entre ellos se destaca Sergio Massa, Jefe de Gabinete del gobierno nacional y uno de los artífices de este presente del Matador. Hay camisetas de todos los modelos, incluso algunas de Deportivo Morón. Podrían ser cinco mil, diez mil, ocupar toda la cabecera de la tribuna del “Autotrol”, que da a la calle Cordiviola. Las disposiciones de los clubes que les otorgan apenas un pedacito de tribunas a los visitantes lo privan de una fiesta de mayor convocatoria. Son testigos de una tarde inolvidable. Histórica. Heroica. Nunca perdieron la fe. Ni siquiera cuando Ezequiel González marcó el segundo gol canalla y el sueño parecía hacerse trizas en sus propias narices. Cantaron contra Central y contra Chacarita. Cantaron todo el tiempo. El agua de los bomberos los refresca por escasos minutos. Sirve como combustible para cantar más y más. Explotan cuando el Chino Luna marca el descuento a los 29 minutos. Si con el 0-2 había confianza, ahora… Luna empieza a convertirse en ídolo. Marca el empate y la hazaña empieza a consumarse. El segundo tiempo es parejo pero llega el momento del éxtasis. Lazzaro cruza su remate y marca el tercer gol. La popular explota, parece un cúmulo multitudinario de abrazos y pasión. Termina el partido y la melodía no se hace esperar: “Que de la mano de Diego Cagna, todos la vuelta vamos a dar”. Un ruego que se transforma en sinfonía. No quieren irse de la cancha. Se burlan de los canallas que no pueden con su alma triste. Los jugadores los saludan en un ritual conmovedor. Los mismos que después arman un carnaval dentro de la manga que está desinflada. Adentro, en el vestuario, siguen los festejos. Sin embargo, a la hora de las declaraciones, los protagonistas bajan un cambio. “Estoy feliz”, dice el Chino Carlos Luna, y agrega con timidez: “Pudimos dar vuelta un partido en una cancha difícil”. Todas las preguntas apuntan a resaltar su tarea, pero él prefiere hablar del equipo: “La virtud de Tigre es poner garra y h... Y seguir con la ilusión”. No esquiva hablar de campeonato: “El domingo me gustaría salir campeón. Pero será complicado. Dije en la semana que hoy había que ganar como fuera y esperar. Se dio así. El próximo domingo es igual”.
Empieza el milagro para Tigre: Carlos Luna, el goleador de la tarde, anota el descuento
La hinchada de Tigre fue una gran protagonista
// FOTOS D E M A R IO GA RC IA
Leandro Lazzaro gritó como nunca su gol. Desde su regreso al club no había convertido. Ayer, tal vez como un designio del destino, marcó el tanto de la victoria. “Fue importante, pero mucho más lo fueron los del Chino. Nos dio moral”, contó, convencido. “Arrancamos dormidos y desconcentrados y Central nos sorprendió. Fue duro darlo vuelta en un cancha donde los hinchas locales empujan mucho al equipo”, analizó el goleador. No supo definir si la victoria fue justa: “El segundo tiempo fue de ida y vuelta, de ataque por ataque. El que convertía seguro que ganaba. Por suerte el gol cayó de nuestro lado”. ¿Qué puede pasar el domingo? “Se tienen que dar muchos resultados. Me parece que va a haber una final de a tres”. Sebastián Rusculleda tuvo una actuación destacada en el mediocampo. Con la misma solvencia con que jugó el partido analizó el encuentro: “Con ganas, actitud y entrega nos llevamos la victoria. Lo bueno y rescatable fue no haberse desesperado en el peor momento. El que la metía, ganaba, Por suerte lo hicimos nosotros”. Sobre la posibilidad de lograr el título fue cauto: “Hoy tuvimos la tarde soñada. Seguimos en la pelea hasta el final”. En el vestuario reina la tranquilidad. Afuera, la caravana de la victoria no deja de cantar ni de ilusionarse. Tienen el derecho ganado. Sueñan con el título y con hacerse, por primera vez en la historia en su paso por la máxima categoría, dueños de un hit de todos los tiempos: “Sí, sí, señores, yo soy de Tigre... Sí, sí señores, de corazón, porque este año, desde Victoria, salió el nuevo campeón”.
Luna se saluda con Rusculleda luego de lograr el tanto del empate