Un dúo contra la mafia china

23 ago. 2007 - hablada en inglés, cantonés, francés y japonés). Dirección: Brett Ratner. .... Francia-Suiza/2005), de Pedro Costa, acerca de un inmigrante ...
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Espectáculos

Página 4/Sección 4/LA NACION

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Jueves 23 de agosto de 2007

Un dúo contra la mafia china Regular

✩✩

PRIMER PLANO

El falso padre Pedro (Tristán Ulloa) y su amiga Josefa (Carolina Román)

Atrapado en un paisaje bello y silencioso Regular

✩✩ El destino (Argentina-España/2007). Dirección: Miguel Pereira. Con Tristán Ulloa, Mimí Ardú, Tomás Lipán, Carolina Román, Tukuta Gordillo y otros. Guión: Miguel Pereira, basado en la novela El hombre que llegó a un pueblo, de Héctor Tizón. Fotografía: Daniel Ortega. Música: Jaume Solé. Presentada por Primer Plano. Hablada en español. Duración: 90 minutos. Calificación: apta para todo público.

Un hombre silencioso llega en un desvencijado vehículo a tierras jujeñas. Poco tarda en saberse que es un traficante de drogas y viene de su España natal para cerrar un importante negocio con delincuentes argentinos. Pero la suerte no acompaña al viajero, que es golpeado por quienes debían recibir esa mercadería ilícita. ¿Qué hacer ahora en la soledad de esa tierra para él desconocida? ¿Cómo regresar a su terruño sin dinero ni posibilidades de obtenerlo? El azar, en la figura de un lugareño, hará que ese hombre introvertido logre llegar a una aldea, y allí, disfrazado de sacerdote, los habitantes lo tomarán como tal. En ese lugar en el que el silencio reina por doquier, el hombre conoce a una niña que le muestra la belleza del lugar, los problemas que viven los vecinos y la posibilidad de que todo cambie en ese sitio en el que la monotonía acecha a los alfareros, casi únicos hombres y mujeres que dejan pasar las horas y los días aferrados a sus trabajos manuales. El falso sacerdote va descubriendo, poco a poco, la bondad de esos seres que le enseñan la belleza de

la naturaleza y la simpleza de una existencia que transita por el dolor de la soledad. Ese delincuente ya sabe que debe tomar partido ante los inminentes cambios que acechan al pueblo y decide si opta por una oportunidad que le hará cambiar su futuro o regresar a su tierra natal. La historia sigue puntillosamente las peripecias de ese individuo que, con su sotana y sus breves palabras, logra la amistad de quienes lo acogieron con cariño y bondad. Sin embargo, y como ya es casi una consigna en la filmografía de Miguel Pereira, su director, el paisaje es lo que atrae más en esta trama, que se prolonga en medio de la problematizada tarea de ese hombre que va descubriendo un nuevo micromundo entre la exuberante magia del paisaje jujeño. El film, sin embargo, reitera situaciones, pocas veces logra emocionar y a medida que avanza su metraje va perdiendo el interés que prometía en sus primeras secuencias. Tampoco el elenco hace demasiado para recrear con autenticidad a sus respectivos personajes, y tanto el español Tristán Ulloa como el resto del reparto intentan, sin demasiada suerte, aportar calidez a sus no muy creíbles criaturas. Los rubros técnicos, sobre todo la fotografía y la música, aportan una gran belleza plástica combinada con instrumentos autóctonos, pero ello no basta para que El destino ingrese en lo mejor de las obras de Miguel Pereira, un realizador que se aferra a la naturaleza y, a veces, olvida la sensibilidad de sus protagonistas.

Adolfo C. Martínez

Rush Hour 3 (Idem, EE.UU./2007, color; hablada en inglés, cantonés, francés y japonés). Dirección: Brett Ratner. Con Jackie Chan, Chris Tucker, Hiroyuki Sanada, Max von Sydow, Roman Polanski, Yvan Attal, Noemie Lenoir. Guión: Jeff Nathanson, basado en los personajes creados por Ross LaManna. Fotografía: J. Michael Muro. Música: Lalo Schifrin. Edición: Don Zimmerman, Dean Zimmerman y Mark Helfrich. Presentada por Distribution Company. 90 minutos. Sólo apta para mayores de 13 años.

Convencidos de la infalibilidad de la receta que les dio éxito, el dúo Chris Tucker-Jackie Chan, el director Brett Ratner y el libretista Jeff Nathanson resucitan a los policías Carter y Lee e intentan reeditar la comicidad y el vértigo de las dos primeras entregas de Rush Hour. Esta vez no insisten tanto en los chistes sobre diferencias culturales –Carter es norteamericano y negro; Lee, oriental– y tratan de remozar la fórmula con nuevos ingredientes, algunos de los cuales resultan inesperados –como la presencia de Max von Sydow en el papel de un diplomático francés o la de Roman Polanski en una fugaz aparición como el sádico jefe de policía de París– y otros, beneficiosos para el atractivo visual de la película, como los escenarios de la Ciudad Luz.

DISTRIBUTION COMPANY

Chris Tucker y Jackie Chan: una química que persiste, pero se diluye

No es mucho para revitalizar una fórmula que ya da señales de agotamiento, pero ya se sabe que aquí lo que importa, además de la combinación de acción y humor, es la química entre los dos protagonistas, que sobrevive, y el show que cada uno despliega a su debido tiempo: Tucker con los grititos agudos y la gestualidad estrafalaria que viene explotando desde El quinto elemento, y Chan con su desenfado natural y su conocida

destreza física. El ingenio es lo de menos, o eso creen los responsables de este tercer capítulo, sólo recomendable para fanáticos de la serie. Cuando el film empieza, el parlanchín Carter ha sido degradado a agente de tránsito y está instalado en una movidísima esquina de Los Angeles menos atento a la circulación de vehículos que a los estímulos bailables que recibe de su iPod. A su amigo Lee, en cambio, le han confia-

do la custodia del embajador chino, que está a punto de revelar ante una cumbre internacional información determinante para acabar con una poderosa organización criminal. No pasan muchos minutos antes de que los dos vuelvan a trabajar en equipo y deban viajar a París, donde sortearán peligros, librarán batallas contra el ilimitado ejército de las tríadas chinas, repartirán y recibirán golpes, conocerán a unas cuantas chicas (algunas temibles) y comprobarán, después de una larga y agitada secuencia en las alturas de la Torre Eiffel, que la bandera francesa bien puede servir de paracaídas. Hay baches considerables, las escenas de acción son muchas, pero por lo general tediosas, y la comicidad, primordialmente física, por no decir primaria. De todo esto se deduce que el entretenimiento es bastante relativo. Salvo que uno sea fan del simpático Chan, que encuentre divertidos los chillidos de Tucker y su enfermiza necesidad de llamar la atención y que se conforme con los buenos aportes de los “invitados”: Max von Sydow, que sabe ser mesurado aun en papeles de historieta y, especialmente, Yvan Attal, gracioso como el taxista francés que quiere ser norteamericano “para saber cómo es matar a alguien sin motivo”.

Fernando López

Diez films: en la sala Lugones

Galán ecológico

Un ciclo programado por Cahiérs du Cinema Continuación de la Pág. 1, Col. 1

AP

Brad Pitt visitó la construcción de una vivienda diseñada con características conservadoras del medio ambiente, en un barrio pobre de Nueva Orleáns, que había sido afectado por el huracán Katrina.

■ La mujer es el futuro del hombre (Corea del Sur/Francia/2006), de Hong Sang-soo, cuenta la historia de dos amigos que se reencuentran tras algunos fracasos y que recuerdan viejos tiempos y a una mujer de entonces que se proponen buscar y encontrar (mañana, a las 17, 19.30 y 22). ■ No toquen el hacha/La duquesa de Langeais (Francia-Italia/2007), con Jeanne Balibar y Guillaume Depardieu, marca la vuelta del veterano nuevaolista Jacques Rivette, esta vez una historia de amor en tiempos de la Restauración, una sociedad dominada por la hipocresía, por el peso de las apariencias y el dinero, según Honoré de Balzac (el sábado, a las 14.30, 18 y 21) ■ Lady Chatterley (Francia/ Bélgica/Reino Unido/2006), con Marina Hands, Jean-Louis Coullo’ch, Hippolyte Girardot, recupera a la talentosa Pascale Ferran, en una adaptación del relato de D. H. Lawrence, que mereció cinco premios Cesar, incluido el de mejor película (el domingo a las 16.30 y 20). ■ Música nocturna (Argentina/ 2007) es una de las mejores propuestas locales vistas en el último Bafici. La historia tiene como eje un matrimonio de intelectuales –Enrique Piñeyro y Silvia Arazi–, sus devaneos acerca del sentido del arte y su recorte en el paisaje urbano de una Buenos Aires nocturna, vacía, como congelada fuera del tiempo (el lunes, a las 17, 19.30 y 22).

■ Hacia Matilde (Francia/2005), de Claire Denis, es un film acerca del encuentro silencioso de dos mujeres a través del movimiento, a decir de su directora “una suerte de vínculo que va más allá de las palabras” (el martes 28, a las 17, 19.30 y 22). ■ Muy bien, gracias (Francia/ 2007), de Emmanuele Cuau, la historia del matrimonio conformado por Alex, un contador, y Béatrice, una taxista, y cómo sus vidas cambian cuando él, de la noche a la mañana, termina siendo internado en una unidad de enfermedades mentales (el 29, a las 17, 19.30 y 22). ■ Esos encuentros con ellos (Italia-Francia/2006), último largometraje de Jean Marie Straub y Danielle Huillet antes de la muerte de la segunda, con la que vuelven después de tres décadas a los Diálogos con Leuco, de Cesare Pavese (el 30, a las 17, 19.30 y 22). ■ La trahison (Francia-Bélgica/ 2005), de Philippe Faucon, recrea la guerra de Argelia, en este caso con un teniente francés, Vincent Martínez, enfrentado, sin estar muy convencido, a los partidarios de la liberación (el 31, a las 17, 19.30 y 22). ■ Juventud en marcha (PortugalFrancia-Suiza/2005), de Pedro Costa, acerca de un inmigrante africano, en crisis cuando su esposa lo abandona y debe mudarse de su casa del barrio de Fontainhas (el 1º y el 2, a las 14.30, 18 y 21).