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eDITORIALeS | CARTAS
| Lunes 26 de mayo de 2014
Fundado por Bartolomé Mitre el 4 de enero de 1870 Número 1, Año 1 “la nacion será una tribuna de doctrina” Director: Bartolomé Mitre
Nueva burla a los jubilados La Anses viola el compromiso de no apelar sentencias que ordenan reajustar haberes jubilatorios, jugando así con el tiempo de los que no lo tienen
E
l director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Diego Bossio, afirmó que hacia 2016 ya no habrá juicios de jubilados contra ese organismo previsional por reajustes de haberes debido a que en la actualidad se está pagando una cantidad récord de sentencias. Este año, agregó, está previsto cancelar 50.000 dictámenes y el año próximo otros tantos. Se trata de palabras huecas que suenan a cínica burla para quienes, luego de una vida de trabajo, dependen de tan magras jubilaciones para vivir y que, para hacerlo con un mínimo de dignidad, se vieron obligados a iniciar largos litigios. Es que, en tanto titular de la Anses, Bossio es el responsable de que el organismo apele las sentencias de primera instancia favorables a los jubilados, incumpliendo de esa manera el compromiso de no apelarlos que la propia entidad que dirige asumió ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) de la OEA. Pero hay más hechos que desmienten palmariamente los dichos de Bossio. Hoy hay en trámite en los juzgados 338.417 juicios, contabilizando exclusivamente los expedientes que registran movimiento en los dos últimos años, pues muchos otros, que exceden ese plazo, se reactivan, por ejemplo, recién cuando se inician trámites sucesorios, entre otros. Lo abultado del número torna irrisorio el alegre pronóstico del funcionario de llegar a 2016 sin litigios en marcha. La Sala II de la Cámara Federal decidió continuar una causa contra Bossio por supuesto incumplimiento de una sentencia judicial que ordenaba ajustar los haberes de un jubilado de 94 años. De esa manera, revocaron el sobreseimiento a Bossio en el expediente que investigaba si el funcionario y el gerente de Reclamos Prestacionales de la Anses habían desobedecido una sentencia de la justicia de la Seguridad Social en favor del reajuste del jubilado. Al resolver ese expediente, afirmaron los camaristas que “continúa sin cumplirse con la manda judicial en lo que atañe a la omisión de ajustar el haber jubilatorio”. Como en tantos casos similares, en el que mencionamos existe el agravante de la avanzada edad del jubilado que se ha visto perjudicado con el paso del tiempo, ya que había obtenido una primera sentencia favorable en 2008 que con justicia ordenaba ajustarle su haber. Transcurrieron seis años, una angustiosa eternidad para un adulto mayor. Hace poco, una resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación debió requerirle a la Anses que no apelara más los fallos jubilatorios y
que comenzara a pagar los reajustes que ordena la Justicia. También habilitó a todas las Cámaras Federales del país para intervenir en las causas de jubilados –controvertida medida que puede traducirse en fallos contrapuestos– a fin de revertir el colapso que padece la Cámara Federal de la Seguridad Social. A esta dramática realidad, el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, la calificó de “tragedia social”. Como puede advertirse, los dichos de Bossio son falsos y también procuran encubrir una perversa actitud del organismo que dirige y que consiste en someter a los jubilados al tortuoso paso del tiempo. Mientras tanto, la Anses procede a apelar automáticamente todos los fallos en su contra en una vil maniobra destinada a evitar pagarles lo que, de acuerdo a justicia, les corresponde, especulando, como dijimos en esta columna más de una vez, con que llegue primero el fallecimiento de quienes reclaman. Aquellos jubilados que no tienen la alternativa de pleitear en los tribunales se ven cada día más empobrecidos debido a una galopante inflación que ya se ha devorado el último aumento del 11,31 por ciento, anunciado con bombos y platillos por la Presidenta meses atrás, junto con el aumento de la jubilación mínima, que pasó de 2477 a 2757 pesos. Todo esto, sin pasar por alto que ella misma había vetado la fijación por ley del 82 por ciento móvil. Si a la financiación de algunas jubilaciones por déficit de cajas provinciales sumamos el desvío de los fondos de la Anses para destinarlos a fines proselitistas o emprendimientos por completo ajenos a la problemática de la seguridad social que ampara a jubilados y pensionados, como la entrega de netbooks del plan Conectar Igualdad, el programa de viviendas Procrear y los controvertidos auxilios al Tesoro Nacional advertiremos cómo se perjudica escandalosamente no sólo a los jubilados actuales, sino también a los futuros. La política hacia los jubilados sólo suma a nuestros castigados mayores la preocupación y la angustia por no poder acceder a las mínimas condiciones de subsistencia digna de la que son merecedores. En palabras del papa Francisco, una sociedad que abandona a los niños y a los ancianos cercena sus raíces y oscurece su futuro. Ojalá nuestra sociedad y nuestros gobernantes así lo entiendan de una vez por todas, pues hay que arbitrar urgentemente los mecanismos para que puedan ellos transcurrir sus días en paz, lejos de la incertidumbre económica y de los largos y onerosos tiempos judiciales.
Tradición del mar, en crisis
U
na de las tradiciones de los hombres de mar más difundidas es que el capitán de una nave en trance de zozobrar debe permanecer en su puesto sin abandonarlo y sucumbir con su barco si las circunstancias lo exigen. Esta tradición heroica, se reafirmó en 1914, cuando se produjo el naufragio del Titanic tras chocar con un témpano, ocasión en que su capitán no abandonó su puesto, dirigió la maniobra de salvar a tantas mujeres y niños como fue posible y, finalmente, se hundió con su buque. Muy cerca de nosotros, en abril de 2007, un incendio en la sala de generadores del rompehielos Almirante Irízar, a 140 millas náuticas de Puerto Madryn, puso en riesgo a su tripulación. El capitán Guillermo Tarapow, al apreciar que el fuego se había descontrolado, ordenó la evacuación total, medida que se completó con éxito en tanto que él permaneció a bordo y quedó solo en la emergencia. Más tarde, el capitán se alejó transitoriamente del buque y, acompañado de personal técnico, regresó al rompehielos a salvo, para efectuar las evaluaciones técnicas de rigor. Los ejemplos del pasado chocan duramente con algunos casos contemporáneos, dos muy recientes. En 1991, el buque de bandera griega Océanos se hundió con 200 pasajeros a bordo. Su capitán abandonó prontamente la nave para salir del peligro; curiosamente, de la salvación del pasaje se encargaron artistas contratados para entretener al público. En 2012, ocurrió el hundimiento del Costa Concordia, junto a la ribera de Italia, a causa de una errónea maniobra y, finalmente, en fecha reciente, frente a Corea del Sur, otra tragedia marítima se abatió sobre una nave que transportaba un numeroso contingente juvenil. En ambos casos, las conductas de los capitanes fueron semejantes, ya que abandonaron con premura los navíos para salvar sus propias vidas. Antes de precipitar un juicio referente a los comportamientos descriptos, corresponde acu-
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dir a la palabra de los expertos en la cuestión o bien de marinos experimentados. En ese sentido, especialistas en derecho marítimo afirman que no hay ninguna ley escrita que establezca la obligatoria permanencia del capitán en su buque en situaciones de riesgo inminente, aunque existe la regla de que “en todo navío hay una persona que ordena”, de acuerdo con un orden jerárquico, de lo cual se deduce que es al capitán a quien le corresponde formalmente organizar la evacuación de la nave. Agregan que puede hablarse de “un derecho consuetudinario, pero no escrito en ninguna parte”. En un principio, la sola pérdida de la nave llevaba al capitán a inmolarse con ella. Más tarde, la sola presencia de daños estructurales que motivaron el hundimiento no obligaba al capitán a permanecer a bordo después de que el último tripulante o pasajero hubiera hecho abandono de la nave. Sin embargo, la historia registra hechos en los que el bochorno que traía al responsable agregar a la pérdida de su nave el riesgo de eventuales nuevas víctimas en las rústicas embarcaciones de desembarco lo convencía de permanecer a bordo y acompañar así al buque en su destino. Por su parte, la Organización Marítima Mundial, con sede en Londres, entidad reguladora de la seguridad de los viajes por mar en el mundo, señala que los controles dependen de cada país. De ahí que sean las autoridades italianas a quienes correspondía iniciar acciones legales por el caso del Costa Concordia, como ha ocurrido. Pero en cuanto al juicio que han merecido estos episodios a marinos experimentados, hay coincidencia en juzgarlos como “bochornosos”. Se advierte, por lo tanto, que más significativa que la ley escrita de las obligaciones es la ley moral del deber, la que realmente mueve al capitán a asumir su responsabilidad ante el pasaje y el buque a sus órdenes hasta sus últimas consecuencias.
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Jueces El martes pasado se realizó la audiencia preliminar en el “juicio” que se le sigue al fiscal Campagnoli. Se lo juzga y castiga por cumplir su deber: investigar. Recordemos que en diciembre del año pasado se lo castigó con una suspensión exprés, y ahora lo quieren destituir mediante una farsa de juicio político que (oh casualidad) se desarrollará durante el Mundial de fútbol, mientras todos estemos mirando los partidos de la Argentina. ¿Cuál fue su delito? Investigar a un empresario amigo del Gobierno. Dicen que se excedió en su investigación… La contracara de esta situación es el “juez” Oyarbide: dejó de investigar a empresarios por expreso pedido del Gobierno, tal como él lo relató luego con total obscenidad e impunidad. Es decir, se castiga a un fiscal que trabaja bien y honra a la Justicia y se premia a un “juez” cuyo proceder es severamente cuestionado. Creo que todos, y en particular los abogados, debemos luchar seriamente para que la justicia de la Argentina que viene sea más independiente y eficaz. Por una justicia con más Campagnolis y menos Oyarbides. José Sánchez Sorondo
DNI 27.802.143
Mi relato Los integrantes del Gobierno y sus propagandistas, muchos a sueldo y otros como fruto de sus dudosas convicciones, relatan las bondades del “modelo” impuesto desde 2003, gracias al cual se ha logrado, dicen, una “inclusión social” sin precedente como corolario de una política de “desarrollo de la industria” con “matriz diversificada”, lo que, a su vez, nos ha hecho alcanzar un “crecimiento sostenido” que tampoco tiene parangón en nuestros más de 200 años de historia. Pero yo tengo otro relato, muy distinto, el que palpo a diario. No voy a discutir que hemos tenido un importante crecimiento, aunque ello no fue fruto de nuestros aciertos, sino que fue impulsado por la bonanza internacional y por los requerimientos de nuestras materias primas cuyos precios alcanzaron precios siderales y llenaron de divisas las arcas del Estado. De haberse llevado adelante una correcta y austera administración de esos recursos dilapidados sin ton ni son, y si se hubiesen aplicado otras políticas económicas, hubiéramos alcanzado un desarrollo que hoy no tenemos y podríamos haber sacado de la pobreza a millones de compatriotas. Esos fabulosos ingresos del fisco no han sido utilizados para impulsar un genuino desarrollo, lo que puede verificarse en nuestras actuales penurias. Ni siquiera para que todos los argentinos participaran de la fiesta, que sólo es para unos pocos. Hemos desperdiciado una oportunidad irrepetible. No tengo derecho a dudar de las buenas intenciones de nuestros gobernantes, pero sí puedo dudar de la idoneidad de los funcionarios que en el área económica llevaron y siguen llevando adelante políticas más propias de la época de las cavernas y que son la razón de la oportunidad desaprovechada. Éste es mi relato.
o corporativas en exceso o en defecto (el ajuste por inflación de ganancias empresarias no siempre disminuye la base imponible); que se ingresan impuestos patrimoniales con mínimos y base imponible desactualizada, todo con un denominador común: la injusticia. Además, si quisiéramos solucionar el problema, ¿qué inflación tomamos para corregir, ante los hechos consumados? José Luis Milessi
DNI 12.215.347
Donante no anónimo La ley que permite a los hijos producto de óvulos y espermas donados averiguar quiénes son sus padres biológicos cuando alcancen la mayoría de edad abre las puertas a futuras situaciones muy complejas. Se supone que los donantes son anónimos y contribuyen a resolver un problema de infertilidad en parejas que desean tener familia y no pueden. Se supone que la madre es quien lleva el embarazo y da a luz, junto a su pareja hombre o mujer, que luego crían a los chicos. Hasta ahora era así. Pero ¿qué pasa si estos padres fallecen y los chicos a los 18 años van a los donantes y les plantean exigencias? Les dicen que los mantengan, por ejemplo, les reclaman paternidad y maternidad. ¿Y si ocurre con seis o siete personas nacidas con esperma u óvulo del mismo donante, si le aparecen seis o
En la Red Quino, Premio P. de Asturias Facebook
“Felicitaciones Quino, siempre buscando un mundo mejor a través de su hija Mafalda” Rosana Alejandra Lasarte
“Geniooooo... tus personajes son tan queridos como vos” Lilia Marta Leibovich
“Me gusta desde siempre y... para siempre” Mónica Páez
“Muy bien merecido Quino. Sos el más grande de los grandes” Dora Figueroa
DNI 14.416.879
El Poder Ejecutivo, a través del Indec, ha subestimado durante años la variación de precios. De tal forma –engañando– se dijo que se pagaba menos a los acreedores de bonos ajustados. Como se sobrestima el real crecimiento, se generaron pagos indebidos en bonos atados al crecimiento. Esto último motivó denuncias de legisladores, con la claudicación ética de quejarse del engaño si perjudica y callar si favorece. Hay legisladores que publicitan un “índice de inflación” que surge de un promedio de informes privados. La Corte Suprema –prescindiendo de los datos del Indec– el 19 de este mes actualizó un importe fijado en el Art. 242 del Código Procesal Civil y Comercial en $ 20.000 (vigente desde el 29/11/2009), a $ 50.000, lo que significa un 150% de aumento (tasa equivalente anual de 22,74%, o mensual de 1,7%). Con el tiempo veremos que la astucia no es inteligencia, que los balances de las empresas tienen utilidades inexactas, que se ingresan impuestos sobre rentas personales
José Luis Etchepareborda
[email protected]
Consorcios El 3 de diciembre de 2002 se sancionó, tras largos debates entre los diversos bloques políticos representados en la Legislatura de la Ciudad, y con intervención de las cámaras del sector, la creación del Registro Público de Administradores de Consorcios de Propiedad Horizontal, con el objetivo de defender a los usuarios. Como es habitual en la elaboración de normativas, la ley de creación 941 abunda en requisitos de inscripción, declaraciones juradas, obligaciones y régimen sancionatorio, e inevitablemente obliga a crear el ente autoridad de aplicación, o bien utilizar uno existente, en este caso la Dirección General de Defensa y Protección al Consumidor. En ambas posibilidades se incrementa la planta de personal, “para cumplimentar las nuevas responsabilidades del gobierno de la ciudad”. Pero llegado el momento de sustanciar las denuncias presentadas por los usuarios-consorcistas por infracciones cometidas por el administrador de su edificio, éstas quedan paralizadas durante meses, o jamás reciben respuesta, más allá de losreclamosfehacientesqueformulen los denunciantes por la inacción del organismo competente. Pero lo más grave es la sanción aplicable al infractor, en el supuesto de que Defensa y Protección al Consumidor constate el incumplimiento y se expida: sólo una multa. Puesto que el mandato de los administradores se renueva anualmente en asambleas ordinarias, cabe preguntarse cuál es el beneficio concreto de esta ley. El perjuicio parecería ser evidente: seguir incrementando la burocracia y el personal con costos a cargo del contribuyente, sin reciprocidad en cuanto al servicio. Arqto. Alberto Landau
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Revista médica
Alberto Pintos Morel
Engaño
focos de gas y aceite… El “culpable” era Juan Etchepareborda, dentista llegado de Francia en 1841, que previamente había hecho ensayos delante de profesores de medicina en su casa del barrio de Catedral Sur y luego la iluminación del Regimiento de Granaderos a Caballo. Veinte años más tarde, atraído por el boom de la fotografía, en un laboratorio en la calle Belgrano, usó el papel como nueva técnica, cuando sólo se conocían el electrotipo y el daguerrotipo. Dejó entonces su cargo de examinador en la facultad y participó en la difusión pionera de la fotografía. Lo sucedió su hijo Nicasio, uno de los creadores de la Escuela Odontológica dependiente de la Facultad de Medicina En 1896 (42 años después…), recién se ensayaba seriamente el alumbrado eléctrico en la ciudad, y hoy, a 160 años de aquella noche de 1854, al sufrir los cortes de luz en los barrios porteños, habría que preguntarse si la indispensable energía eléctrica ha dejado poco a poco de ser una prioridad para el Gobierno para convertirse en un lujo.
siete “hijos”? Y también el caso contrario, porque en la Argentina de hoy todo puede revisarse jurídicamente: ¿qué pasa si el dador o la dadora les aparecen a los jóvenes y exigen mantenimiento? Si una mujer menesterosa le exige dinero a “su hija” o a varias “hijas”. Los partidarios de esto lograron primero forzar a las empresas de medicina prepaga a cubrir los tratamientos de infertilidad, un disparate según muchos analistas. Ahora permiten que los hijos producto de donación de óvulo y esperma averigüen quiénes son los dadores. Creo que en lugar de favorecer están arruinando el asunto. Matías Despo
DNI 30.493.188
Con luz y sin luz En la noche del 25 de mayo de 1854, dos aparatos de luz eléctrica colocados en la Recova nueva iluminaron la Plaza, ante una atónita concurrencia que observaba esta a maravilla de la ciencia en épocas de
Agradezco el gesto de la Massachusetts Medical Society, que desde hace varios años publica gratuitamente para la comunidad médica argentina sus ediciones del New England Journal of Medicine, publicación líder en medicina interna. Jorge Fellner
DNI 4.204.524
Responsables El 3 de este mes, mi hija Milagros ingresó en el Hospital Universitario Austral después de haber tenido una caída de un caballo; con mi marido estábamos realmente preocupados. Después de esperar varios estudios nos informaron que los resultados por suerte no fueron graves. Estuvimos cerca de siete horas compartiendo la guardia del hospital y comprobamos que todos los jóvenes que trabajan allí, en un área de tanta responsabilidad, hacen muy bien su labor. Quiero agradecer a todo el personal del hospital, especialmente a los doctores Hernán Negroni y María Fernanda Mota, que nos brindaron su tiempo y calidez. El tratamiento va a ser largo, pero ella por suerte está muy bien, siempre atendida por el equipo de traumatología del hospital. Elena Castro Videla
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