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Jueves 14 de enero de 2010

MUSICA POPULAR David Lebón: pasado mañana presentará su último álbum

“Toqué en las mejores bandas del país” Continuación de la Pág. 1, Col. 6 Reinstalado en Buenos Aires tras doce años radicado en Mendoza, el guitarrista de las bandas eternas –Pappo’s Blues, La Pesada, Pescado Rabioso, Polifemo y Seru Giran, entre otras– está de vuelta y presentará oficialmente su disco –del que también participaron Ricardo Mollo y Juanse, de Ratones Paranoicos, y en el que incluyó una versión del tema “Viernes 3 AM”, de Seru– con un concierto gratuito y al aire libre, pasado mañana, en el anfiteatro de Costanera Sur. “Hicimos un disco bien orgánico, con Hammond, piano, nada de cosas raras –dice, orgulloso–. Tiene temas que compuse en Mendoza; algunos más recientes, con letras que hicimos con Hilda; la producción estuvo a cargo de Gustavo Gauvry, un viejo amigo con el que compartimos la experiencia del estudio Del Cielito y que entendió enseguida qué es lo que quería en este momento. La verdad es que estoy muy contento. La gente a veces me dice que tengo que aparecer más, pero a mí me parece que estoy bastante por ahí: estuve con lo de Pescado, con Calamaro y siento mucho cariño y respeto, sobre todo por parte de los artistas. El público no sé si me conoce tanto, pero con lo que tengo estoy reconforme. A los 57 años, poder seguir trabajando en esto y estar bien de la cabeza es un logro bastante importante.” –A 35 años de su separación, ¿pensabas que una reunión de Pescado Rabioso era posible? –No, lo de Pescado es inexplicable. Conociendo a los otros y sabiendo cómo respetamos a ese grupo, jamás

Lebón, junto a Bocón Frascino, en la reunión de Pescado Rabioso ARCHIVO

El déjà vu de la tapa N Tal como lo hizo en El tiempo es

veloz, en 1982, Luis Alberto Spinetta se encargó del dibujo de la tapa del disco de su amigo David. “Yo quería pedirle la tapa a él y no me animaba –confiesa Lebón–. Una noche tuve un sueño, una pesadilla: estaba en una fiesta con Luis de espalda y me acercaba para preguntarle si iba a hacer la tapa del disco y cuando se daba vuelta no le podía decir nada y, de repente, me despierto del sueño. A las dos horas suena el teléfono y era Luis, te lo juro, contándome que se había enterado de que quería que haga la tapa y que no tenía ningún problema. No lo podía creer, me mandó 160 dibujos, círculos de todos tipos, para que yo eligiera. Conmigo Luis siempre fue muy generoso.”

“Por ahí ahora hacemos un disco con Pedro y Charly, pero sin Moro no sería Seru Giran” pensé que fuésemos a volver. Fue un regalo para Luis y para nosotros; él está tan amoroso, tan lindo. Cuando nos encontramos la primera vez para ensayar fue como volver a estar en mi casa, con los muchachos, con las sonrisas... igual que cuando dejamos, igual, igual. Hubo mucha diversión, mucho cariño, Pescado es una banda de la que volvería a ser parte y no la dejaría si fuera posible. Arriba del escenario fue como estar en el cielo. –¿En algún momento fantasearon con seguir tocando juntos? –No sé si es posible, pero si llegara a ocurrir, ¿sabés cómo me prendo? Cuando me dijeron que Luis iba a armar Pescado, casi me desmayo de la

El guitarrista, en el hotel donde vive actualmente, en Villa Urquiza MARCELO TUCUNA

emoción. Todo el mundo piensa que Seru fue la banda que más me gustó, pero para mí Pescado es el mejor grupo donde estuve. –¿Y Seru? –Seru fue hermosísimo, pero tenía otra edad, sabíamos más del comercio, no era tan inocente y tan buscador. Charly buscaba mucho, pero yo ya estaba colocado, no digo que estuviera más allá, pero medio que las letras que él hacía ya las habíamos dicho y las habíamos vivido en carne y hueso. Cada uno en su tiempo y con sus canciones, porque evidentemente el Flaco [por Charly] también fue muy inteligente y en esa época escribió temas como “Alicia...”, que

no pudieron censurarla porque no decía nada que estuviera en la lista negra, pero les daba por abajo con todo a los militares. –¿Estuviste con Charly por estos días? –Sí, Hilda está trabajando con él y lo veo seguido. Está bien, está en segunda, pero bueno, salir de 30 gramos por día no es fácil. ¡No sé cómo no se murió! El tipo fue una especie de Al Capone, esos personajes a los que no les importó nada y salió con la bronca que tenía y la mostró. Otros se esconden, yo no podría mostrar lo que me pasa internamente de esa forma. El salió y rompió todo, fue capaz de morir antes de dejar sus bolas. Yo sabía, te juro, porque él es inteligente, que no iba a querer perder lo que más quiere: la música. La voz casi la perdió, pero ahora está tocando de nuevo y se juntó con amigos que lo cuidan, que lo quieren. –Después de aquella polémica y peleada reunión de Seru, ahora quizá puedan volver a tocar juntos... –No como Seru, porque sin Moro es muy difícil, pero por ahí lo que podemos llegar a hacer es un disco con Pedro y con Charly, sin que se llame Seru Giran. Con Pedro tenemos comprometido de palabra grabar otro disco de estudio como el que hicimos, pero más eléctrico, por ahí más rockero. Cuando nos juntamos sacamos chispas, somos totalmente distintos, pero nos entendemos y nos respetamos mucho. El para mí es un dios y él dice que yo soy un dios, así que no sé, juntos estamos en el cielo. –¿Para cuándo el concierto “Lebón y sus bandas eternas”? –Creo, y no tengo ningún miedo en decirlo, que participé en los mejores grupos de rock que existieron en la Argentina. Me encantaría hacer algo bien, como lo hizo Luis, con buena producción y todo, pero yo solo no puedo. Después de tantos años de tocar y tocar y grabar, gente como nosotros tendría que tener más lugar para hacer este tipo de cosas, pero tampoco me quejo. Con poder tocar para 300 personas que les guste lo que hago, estoy perfecto. –¿Y cómo fue tu encuentro con Capusotto? –Yo hice la música para la película, dos canciones, y cuando Diego vino a escucharlas le dije: “Hacé la letra vos, vos sos el de la película, yo qué voy a decir”. Por lo que me comentó, componer conmigo para él fue algo importante. –Siempre se declaró fan de tu música... –Sí, y lo llevé al ensayo de Pescado. Lo llevé de la mano porque le daba vergüenza, pensaba que Luis lo iba a odiar por ese personaje que él hace [se refiere a Luis Almirante Brown], pero cuando entró a la sala Luis se arrodilló frente a él y no lo podía creer. Se hicieron reamigos, Diego es un tipazo.

David y sus bandas eternas N Pappo’s Blues. En 1970 participó de la primera formación, con Pappo y Black Amaya. “Pappo fue como mi hermano, viví en su casa mucho tiempo. Me encantaba tocar el bajo con ellos, porque podía

Amaya, Lebón y Pappo

zapar también y se armaba un tuco impresionante, era todo muy experimental en esa época.” N La Pesada. Para la misma época formó parte del primer supergrupo del rock de acá, comandado por Billy Bond y por el que desfilaron músicos como Spinetta, Claudio Gabis, Pomo, Javier Martínez, Pappo y Vitico, entre otros. N Color Humano. En 1971 tocó la batería en el grupo liderado por el ex Almendra Edelmiro Molinari. N Pescado Rabioso. En 1972, otra vez como bajista, se sumó al proyecto de Spinetta: “A Luis le

Junto a Spinetta, en Pescado

daba vergüenza pedirme que tocara el bajo, pero yo le dije: «En este grupo toco hasta el triángulo».” N Polifemo. En 1975 formó junto a Juan Rodríguez y Rino Rafanelli (dos ex Sui Generis) lo que para Lebón fue “el primer grupo de rock blanco de verdad del país”. N Seru Giran. En 1978 formó el cuarteto más popular de su carrera. Con Charly García, Pedro Aznar y Oscar Moro grabó discos esenciales como La grasa de las capitales, Bicicleta o Peperina.

¿Los Beatles argentinos?

Festival de Jesús María

El cantor del chaco salteño sigue siendo la figura más convocante ARCHIVO

El Chaqueño domó al folklore Hasta el domingo, en Córdoba, se realiza el encuentro de jineteada y música Tenía que ser el Chaqueño Palavecino. ¿Quién otro si no para llenar el predio del festival de Jesús María y hacer que la música se impusiera una noche en el tradicional encuentro donde la doma suele ser protagonista? Al anfiteatro José Hernández de esa ciudad cordobesa asistieron unas 25.000 personas para ver y escuchar, en su mayoría, al cantor del chaco salteño, quien es, desde al menos el último lustro, la figura más convocante de la música nativa. Así, con Palavecino como figura central de la quinta noche, el festival llegó a la mitad de su 45ª edición. En lo que va del encuentro ya pasaron por su escenario Martín Fierro cerca de setenta grupos y solistas. La noche del lunes fue la más complicada por cuestiones climáticas. Cerca de las 3 de la madrugada, cuando León Gieco llevaba adelante su show, el temporal que azotó esta ciudad, como a otras tan-

tas de buena parte de nuestro país, hizo que el festival tuviera que ser suspendido. “Les agradezco, pero no podemos seguir por el fuerte viento. Se puede poner peligroso”, dijo León, en referencia al equipo de iluminación y sonido. Esa noche habían estado Los Carabajal, Yamila Cafrune y Los del Suquía, entre otros.

El show del cantor Sobre el escenario de este festival de doma y folklore, Palavecino parece estar siempre a sus anchas. Y a pesar de la disposición del lugar –tiene una gran pista central para las destrezas de caballos y jinetes, que impide que la mayor parte de público se pueda ubicar cerca del escenario– el cantor siempre se las arregla para que su audiencia disfrute de su espectáculo ya desde el comienzo. Cerca de las 2 de la madrugada, para el show de este año ingresó montado a caballo, en

compañía de la agrupación gaucha Virgen de Fátima. Luego ofreció un extenso recital acompañado por su grupo, que alista a una decena de integrantes.

Próximas jornadas La de hoy será una noche bien santiagueña, con las actuaciones de Peteco Carabajal, Los Manseros Santiagueños, Néstor Garnica y Mario Alvarez Quiroga, entre otros. Mañana habrá un poco de tango, con la participación del bandoneonista Rubén Juárez y Las Rositas Trío. Pasado mañana estarán Soledad Pastorutti, Orlando Veracruz y Los Cantores del Alba, y el domingo, la noche de cierre tendrá un toque muy juvenil, con grupos como Los Tekis, Amboe, Canto 4 y el solista Facundo Toro. Hacia el final del festival, también se realizarán las rondas finales de la competencia de doma, todo un espectáculo en sí mismo.