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Viernes 2 de marzo de 2007

El director de Un oso rojo, en Playboy TV

Documentales

Testimonios de la historia viva También el formato digital será apoyado por el fondo de fomento del Incaa Los documentales argentinos son noticia una vez más. Después de un largo período de discusión, iniciado en 2004, cuando los productores y directores de este rubro consideraron que por cuestiones de reglamentación el documental en formato digital final quedaba en desigualdad de condiciones frente al resto, se acaba de cerrar un principio de acuerdo entre el Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) y entidades que agrupan a cineastas. En un comunicado, los directores y productores representantes de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), Proyecto Cine Independiente (PCI), Asociación de Documentalistas Nacionales (ADN), e independientes, que lleva las firmas de Fernando Solanas, David Blaustein, Marcelo Céspedes, Clara Zapettini y Lita Stantic, entre otros, expresaron: “Después de un intenso debate con las autoridades, logramos que el Incaa implementara un nuevo sistema de fomento para el cine documental digital a través de la creación de una nueva categoría en su sistema de fomento”. Hasta ahora habían sólo cuatro categorías de subsidios, una sola habilitada a los documentales, pero con la exigencia de que fueran terminados en 35 mm, con un consecuente aumento presupuestario. El comunicado expresa: “Esta nueva categoría o vía posibilitará la existencia del cine documental finalizado en formato digital, con lo que se reconocerá de esta forma un formato existente en todo el mundo, que permita el acceso a nuevos realizadores y favorezca la llegada de estos films al público a través de una difusión tanto por TV como en salas que cuenten con proyecciones digitales”. Por otra parte, también se llegó a un acuerdo para conformar un comité de evaluación de tres miembros, para el análisis de los proyectos que aspiren a acceder a este sistema de fomento.

Caetano, durante el rodaje de un ciclo de alto voltaje PLAYBOY TV

Adrián Caetano ahora juega con el erotismo En Sexo seguro promete osadía y humor

Santoro, con el armazón del Pulqui en escala, en el documental de Fernández Mouján, que irá al Bafici CINE OJO

Pasión por testimoniar Al menos medio centenar de documentales, del extenso listado de largometrajes en proceso o terminados, con fecha de estreno o sin ella, son un claro síntoma de que el género avanza a pesar de la escasez de pantallas para su exhibición comercial. Algunas sorpresas de 2006, tales los casos de la exitosas Cándido López, los campos de batalla; Bialet Massé, cien años después o Río arriba, entre la docena estrenados, son también un indicador de que el fenómeno que crece en todo el mundo tiene en la Argentina cada vez más seguidores. En los dos últimos años, muchos documentales fueron anticipados en las sucesivas ediciones de los festivales de Mar del Plata y Buenos Aires (Bafici), con muy buena respuesta, aunque siguen en lista de espera. En este grupo se descubren ejemplos como los de Soledad al fin del mundo, de Fernando Zuber; Diario argentino, de Guadalupe Pérez García; El exterior, de Sergio Criscolo; Apuntes del natural, de Pablo Romano; Legión, tribus urbanas motorizadas, de Diego Campusano, y Los guardianes del ángel, acerca de Aníbal Troilo, entre otros. De cosechas más recientes, la mayoría en copias finales en 35 mm, este año ya es seguro que se conozcan Argentina Beat, de Hernán Gaffet, una mirada al primer rock nacional (el 26 de abril); Carne sobre carne, de Diego Curubeto, acerca de Isabel Sarli y sus películas; Los próximos pasados, de Lorena Muñoz, sobre el desafortunado destino de un mural de Siqueiros pintado en la Argentina; Hacer patria, de David Blaustein, quien rastrea sus raíces a partir de sus antepasados europeos, inmigrantes de principios de siglo XX; Memorias de la esperanza, de Lidia Manrique; 1973, un grito de

Madres sobre ruedas, de Mario Piazza, en Mar del Plata CINE OJO

corazón, de Liliana Mazure; El sueño español, de Hernán Nogués; Orquesta típica, de Nicolás Entel, que sigue a la orquesta Fernández Fierro, y Luca, de Rodrigo Espina, acerca de Luca Prodan, entre otros. La lista, que parece inacabable, también incluye a El gran simulador (antes, No a los papelones, de Eduardo Montes Bradley, que irá al Bafici). Para el Festival de Mar del Plata, fueron seleccionados más de veinte documentales nacionales. La sección Memoria en Movimiento reúne una docena, entre los que se destacan Angelelli, la palabra viva, de Fernando Spiner y Víctor Laplace; Gualeguaychú, historia de dos orillas, de Emilio Cartoy Díaz, y Maestros milongueros, de Bebe Kamin. A toda esta movida hay que sumar el ciclo Ficciones de lo real, por Canal 7, producido por Alejandro Fernández Mouján y presentado por Diego Brodersen, los jueves después de la medianoche.

Cuestión de ojo A los 52 años, Marcelo Céspedes, fundador hace dos décadas con Carmen Guarini de la productora Cine Ojo, no pierde el tiempo y respalda simultáneamente siete largometrajes, de los cuales cinco son documentales. La lista incluye a Madres sobre ruedas, del rosarino Mario Piazza, que la semana próxima abrirá la muestra

Fernando Solanas ARCHIVO

Cine en Movimiento de Mar del Plata. Cuenta la historia de Mónica, de niña, víctima de poliomielitis, quien a pesar de sus adversas condiciones físicas fue madre. Piazza, su esposo, un cineasta que ha grabado videos caseros de la vida diaria y del desafío de Mónica, también sintió la necesidad de hacer un documental sobre otras madres en igual condición. Céspedes es el responsable de la idea original de Pulqui, un instante en

la patria de la felicidad, de Alejandro Fernández Mouján, elegida para la competencia internacional del Festival Visions du Réel, que tiene lugar en Nyon (Suiza) y la oficial del Bafici, en abril próximo. La película recupera la historia del primer avión de reacción diseñado y construido en la Argentina por el alemán Kurt Tank en el Instituto Aeronáutico de Córdoba en 1951, por encargo del entonces presidente Juan Domingo Perón. La película muestra cómo, en la Argentina de 2005, el pintor y escultor Daniel Santoro, especialista en iconografía peronista, construye un avión Pulqui a mitad de tamaño y quiere hacerlo volar para revivir el mito, con la ayuda de un viejo maquinista del Teatro Colón. Lo conseguirán, finalmente, en la República de los Niños en Gonnet (otro baluarte del primer peronismo), en su intento, asegura Céspedes, por recuperar “…aunque sea por un instante, la utopía peronista de una patria feliz”. El productor anticipa que el Pulqui de Santoro será parte de una instalación que se exhibirá en el Patio del Zorzal del Abasto de Buenos Aires. En la competencia oficial argentina del Bafici participará Fotografías, de Andrés Di Tella. “[…] Un ensayo personal sobre mi madre, que nació en la India –dice el cineasta– movilizado por una caja con fotografías que me pasó mi padre.” El cuarto es La sombra de Segundo, de Oscar Mazú, una road movie documental que relata el derrotero de Cristián, tras los pasos de su tío Segundo Villagra, militante del PST y Montoneros, desaparecido en diciembre de 1976, un viaje que lo lleva desde Río Turbio hasta Misiones, pasando por Tierra del Fuego y Buenos Aires. El último es Fuera de cuadro, de Patricio Coll y Jorge Goldenberg, quienes vuelven al lugar donde en 1966 filmaron Hachero nomás, en la cuña boscosa santafecina, para denunciar la situación de los hacheros. El nuevo trabajo incluye la palabra de los protagonistas y descendientes de los trabajadores y de los curas obreros europeos que en ese entonces habían formado una cooperativa, y condensan el imaginario político y social que animaba la década del 60, tras el triunfo de Fidel Castro en Cuba y el Concilio Vaticano II.

Claudio D. Minghetti

“Quise escapar de los lugares comunes. Entré en un mundo diferente, me sentía como un novato. Quería adaptarme a lo que tiene el canal y a la vez romper los esquemas. Creo que nunca me divertí tanto como haciendo este programa.” Lo dice Adrián Caetano, siempre dispuesto a desafiar moldes y abordar proyectos que toman distancia de lo que a priori puede esperarse de él. Ahora, el aplaudido realizador de Un oso rojo y Crónica de una fuga se muestra más cerca de su anterior experiencia televisiva (la comedia Disputas, que se vio por Telefé y el canal de cable I.Sat) que de los exigentes compromisos cinematográficos que le dieron premios y repercusión aquí y en el exterior. Convocado por la señal televisiva para adultos Playboy TV para su nueva temporada, Caetano dirigió los 13 capítulos de Sexo seguro, el primero y más llamativo de los lanzamientos para la temporada 2007, que podrá verse a partir de la próxima semana en las transmisiones codificadas de Playboy en la TV paga, cada jueves, a la 1, con repeticiones los martes, a la 1.30. “Llegué a este proyecto a través del productor Gustavo Funes, con quien ya había hecho publicidad. En un principio pensé que se trataba de una serie con sexo explícito, algo que me provocaba cierta incomodidad, pero luego, cuando me di cuenta de que se trataba de Playboy, me quedé más tranquilo, porque si bien los programas son de alto voltaje el estilo es soft. Crudo, pero sensual. Y lo que más me atraía era la posibilidad de salir de los lugares comunes con los que se trata el sexo en la televisión: velos, cámaras lentas, luces sugestivas. Hacer otra cosa”, describe el realizador a LA NACION. Caetano eligió el título del programa (“un día me levanté, salió así y quedó”,

Más novedades ■ No es Adrián Caetano la única figura llegada de un lugar ajeno a las producciones de tono erótico o condicionado que participa en la nueva temporada de estrenos de Playboy. Para mayo, la señal codificada anuncia Circo rojo, con puesta del director teatral José María Muscari y protagonizada por Edda Bustamante, que se anticipa como una historia de contornos extravagantes “sobre un circo decadente que va de pueblo en pueblo en busca del público perdido”. También se anuncia la serie Cuentos cortos, dirigida por Marcelo Cepeda y Gabriel Rocca, alrededor de distintos géneros (comedia, suspenso, drama, ficción) y estéticas, además de un final “sorpresivo y sensual”. Y otra novedad como Tango, danza prohibida, a cargo del realizador publicitario Mario Ancewicz.

dice) y debió ajustarse en principio en cada capítulo a un formato de 24 minutos, de los cuales el mayor tiempo corresponde a las escenas de sexo. Pero subraya que tuvo la libertad más absoluta para jugar en términos argumentales y estéticos con una historia que tiene como escenografía el consultorio de la doctora Libidecs (Natacha Jaitt), que recibe a distintos pacientes en busca de solución a sus problemas. “No tuve limitaciones estéticas, y a medida que avanzaba la serie me di cuenta de que el humor iba creciendo y se hacía más disparatado. Por ejemplo, un día llega al consultorio un payaso de circo preocupado porque nadie lo toma en serio y por esa razón no puede lograr intimidad con una mujer. Y en otro momento aparecen marcianos al estilo de El eternauta. Surrealismo puro”, apunta Caetano, que en Disputas seguía la misma dirección. Lo que más celebra el director de esta llamativa experiencia es la posibilidad de jugar por partida doble: “Tuve absoluta libertad dentro de las reglas de juego que se manejan en Playboy. Y aunque me cuesta catalogar lo que hice o ponerle alguna etiqueta, después de hacer el programa la gente del canal me dijo: «No sabemos qué es, pero nos gusta». Y que jamás el canal había hecho una serie tan hot”. La satisfacción del director es todavía mayor porque este proyecto se identifica con su personalidad como realizador. “Yo surfeo todo el tiempo –ejemplifica– y llevo adelante cosas que muchos no esperan que haga. Viví este programa como un respiro, un descanso, casi una cana al aire. Tenía todo a mi disposición: casting, libertad creativa, chicas muy lindas. Siento que este programa tiene algo de Matrimonios y algo más, pero usando ese entorno con un espíritu más inteligente y de calidad. No hay sexo explícito, pero lo parece...” A partir de ese espíritu, la elaboración de Sexo seguro despertó en Caetano ideas que espera materializar en próximos proyectos. Como el sueño de hacer alguna vez un policial erótico con un detective al estilo de Philip Marlowe y muchas mujeres fatales. “Así podría convocar a actrices reconocidas sin necesidad de exigirles que hagan o no algún desnudo. Además, lamentablemente el cine argentino no está acostumbrado al recurso del doble de cuerpo, que resolvería unas cuantas cosas”, imagina. Lo que parece rechazar rotundamente es la reciente tendencia a recurrir al sexo explícito en el cine de autor. “Así se termina mostrando la hilacha –concluye–. Prefiero ver una película pornográfica hecha y derecha. El cine de autor con sexo explícito es pacato y echa mano a cosas que antes criticaba. Sirve nada más que para que cierta clase ilustrada se saque de encima la culpa por ver una película condicionada.”

Marcelo Stiletano