St. Mark's Place: mucha calle

6 ene. 2013 - la toma de la tapa de Physical Graffiti. (en esta página, la portada y el edifi- cio, con turistas), el discazo de Led. Zeppelin; se grabó un video de ...
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10 | TURISMO

| Domingo 6 De enero De 2013

Pasajeros frecuentes

St. Mark’s Place: mucha calle Por Daniel Flores

A

pesar de su corta extensión, St. Mark’s Place es una de las calles con más historias en Nueva York. Es absurda la cantidad de cosas que ocurrieron durante los últimos cien años en las cuatro cuadras de recorrido que esta calle toma prestadas de la 8, en pleno East Village, uno de los barrios tradicionalmente bohemios de Manhattan. Allí residieron vecinos ilustres tan dispares como León Trotsky y el comediante Lenny Bruce; ocurrieron legendarios asesinatos de la mafia italiana; estuvo la primera escuela de cocina de Estados Unidos; se hizo la toma de la tapa de Physical Graffiti (en esta página, la portada y el edificio, con turistas), el discazo de Led Zeppelin; se grabó un video de los Rolling Stones y Andy Warhol organizó los primeros shows de la Velvet Underground; tuvieron su sede antros de distintas épocas como el club de jazz The Five-Spot, el Electric Circus y el Club 57; hicieron algunas de sus primeras muestras Keith Haring y Jean-Michel Basquiat... St. Mark’s Place, eje transversal del East Village, fue una loca-

ción clave para fenómenos de la cultura joven como el hippismo en los años 60 y el punk entre los 70 y 80. En su recorrido, incluso mencionado en canciones de Lou Reed y Tom Waits, se alinearon boutiques (Trash and Vaudeville, Limbo), librerías (St. Mark’s Bookshop) y la gloriosa tienda de discos y videos Kim’s Video and Music, entre otros notables minoristas contraculturales.

La pintoresca St. Mark’s comienza en la intersección con la avenida 3 y termina en la avenida A, justo al cortarse en la plaza Tomkins, conocido refugio en los 80 y 90 de punks, homeless y también punks-homeless, ahora con espacios cercados, sectores especiales para perros, nuevos juegos infantiles y un aspecto bastante más civilizado. También la calle en sí muestra hoy una cara diferente de la que le

dio fama. A primera vista, algunos signos contraculturales permanecen allí en negocios ligeramente curiosos. Sin embargo, vistas un poco más de cerca, las vidrieras parecen más bien llenas de suvenires de otros tiempos para turistas nostálgicos de un pasado que nunca vivieron personalmente. La ausencia más notoria, claro, son las disquerías, debido a la transformación no sólo de St. Mark’s, sino de todo el mercado de la música. Muy cerca, no obstante, en la calle 4 y Lafayette, siempre en el mismo radio de influencia, sobrevive estoicamente Other Music, casi un estereotipo de la pequeña disquería para melómanos. Lo curioso es que durante muchos años, justo frente a Other Music se levantó, orgulloso, uno de los grandes locales de la cadena Tower Records. ¿Cuántos peatones, al pasar por allí, habrán sentido lástima por la modesta Other Music, acorralada por el implacable gigante de las bolsitas amarillas? Pero hoy ya no hay Tower ni en Manhattan ni en casi ningún otro lugar del planeta, y Other Music despacha CD y vinilos como en sus mejores tiempos. Y ocurre algo muy raro: quien haga la prueba, en la esquina de 4 y Lafayette detectará una señal de Wi-Fi con el nombre de Tower Records. ¿Actividad paranormal? Imposible saber si al abandonar el barco la gran disquería dejó atrás un router encendido o si se trata de una burla de un actual vecino o del mismísimo destino o de algún fantasma de Nueva York.ß