Sorprendente versión de Lucia, en el Roma

2 dic. 2007 - (Raimondo), Iván Maier (Arturo), Pablo. Selci (Normanno), Macarena Castro. (Alisa) y Gabriela Zavaglia (Alice). Escenografía: Hugo Ciciro.
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Espectáculos

Página 4/Sección 4/LA NACION

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Domingo 2 de diciembre de 2007

Sorprendente versión de Lucia, en el Roma Muy buena

✩✩✩✩ Lucia di Lammermoor, de Gaetano Donizetti. Libreto de Salvatore Camerano, basado en una novela de Walter Scott. Elenco: Soledad de la Rosa (Lucia), Gerardo Marandino (Edgardo), Esteban Hildebrand (Enrico), Fernando Rado (Raimondo), Iván Maier (Arturo), Pablo Selci (Normanno), Macarena Castro (Alisa) y Gabriela Zavaglia (Alice). Escenografía: Hugo Ciciro. Iluminación: Oscar Morali. Vestuario: Susana Vucetich. Régie: Boris. Coros preparados por Ricardo Barrera y César Tello. Sinfónica Municipal de Avellaneda. Dirección: Roberto Luvini. Teatro Roma.

En la histórica sala de Avellaneda se vivió una asombrosa noche de ópera con Lucia di Lammermoor, de Donizetti, por más de una razón considerada cumbre del arte lírico belcantista. Fue presentada en la versión original con alguna pincelada extraída de la propia novela de Walter Scott, tal el caso del personaje ciego de Alice y la valoración teatral del incitador Normanno, que se sumaron con buen criterio para crear un espectáculo provocador de un renovado interés en cada unas de las escenas. Como el elenco, desde el punto de vista vocal, fue brillante y la traducción musical de Roberto Luvini resultó sobria, equilibrada con el escenario (tema muy difícil de obtener con una orquesta que ocupa en el Roma mucho más espacio que el foso) y fiel a los ideales estéticos del creador de Bergamo –que con su Lucia logra una obra bien distintiva del romanticismo musical italiano–, se vivió una jornada lírica de alta calidad. Por otro lado la vigencia del título, al que no se le puede negar momentos de expresión en concordancia con la fuerza del drama –y que más allá de toda valoración académica es un ejemplo de inspiración musical y aporte renovador para la evolución del arte lírico–, quedó perfectamente ratificada en función de la versión y la

magnitud del valor de una partitura que, dentro de su sencillez, se adecua al drama de un modo muy sugerente y hasta realista como ocurre cuando describe una atmósfera de tipo lunar o nocturna, una tempestad, la locura de Lucia, entre otros temas. Además, y con esa fuerza inmortal de la inspiración melódica, ¿quién no se deleita con el sexteto o con la línea melódica del canto en la última escena? No es acaso ese inocente y sabio hallazgo de que el drama más descarnado sucumbe lentamente ante la belleza del fraseo musical y la genialidad de la inspiración melódica el gran valor de la obra que mágicamente hace que la tragedia cruel quede sólo como una excusa. La versión ofrecida se constituyó en una grata sorpresa, porque se vio una puesta renovadora, inteligente y plena de detalles que surgieron de una excelente labor de dirección escénica a cargo de Boris, que, además, clarificó detalles de la acción dejando que el canto no perdiera su lugar protagónico. Al mismo tiempo la propuesta musical encontró reunido a un equipo de cantantes de sobresaliente calidad vocal a partir de la soprano Soledad de la Rosa, que en el personaje protagónico dejó escuchar, una vez más, su exquisita musicalidad, su cautivante color vocal y su refinado fraseo. Virtudes audibles de una cantante excepcional a la que sólo le faltó el aire suficiente como para sostener con mayor prestancia las notas extremas de la zona aguda, que de todos modos compensó con una inteligente manera de presentar el personaje. Desde este punto de vista, su expresión fue de un realismo conmovedor, pasando con naturalidad de la ansiedad amorosa a la desolación y el desequilibrio mental.

tancia poco menos que vital eliminada en la versión frecuente de Lucia. A la excelencia de su color vocal y buen volumen, el cantante agregó una estatura artística trascendente, con un canto pleno y una forma de emisión tan franca como distendida, con lo cual su timbre sonó majestuoso e hizo recordar a figuras legendarias de la cuerda. Rado está en el camino de una carrera rutilante. Por su parte, el tenor Gerardo Marandino fue un Edgardo de infrecuente distinción, segura musicalidad y brillantez de tono. Buen fraseo, facilidad en el registro alto, admirable línea y poseedor de un fiato de infrecuente capacidad fueron algunas de las virtudes exhibidas por el cantante. Acaso su entrega fuera algo excesiva, lo cual es honestidad, pero también una cierta cuota de imprudencia que debería evitar cuando se abordan partes tan extenuantes como las que escribió Donizetti. Magnífico desde todo punto de vista fue el barítono Esteban Hildebrand, ya que cantó un Enrico impecable, no sólo por la calidad y prestancia de su voz, sino también por la naturalidad de su actuación actoral. Como la obra fue ofrecida en su versión completa, los personajes masculinos recuperaron la pareja importancia que el autor les otorgó en relación con la soprano. Muy bueno el tenor Iván Maier como Arturo, correcto y atinado Pablo Selci como Normanno, y desenvueltas Macarena Castro como Alisa (personaje muy revalorizado) y Gabriela Zavaglia como la ciega Alice a la que nunca se había visto. El rendimiento del coro no estuvo a la altura de la versión. Además de desajustes y escasa calidad de sonido se sumó la evidencia de una dirección desvalida. En cambio fueron atractivas las cinco bailarinas de las escenas festivas. En resumen, una Lucia di Lammermoor brillante en el canto y con ideas renovadoras.

Soledad de la Rosa, como Lucia, dejó escuchar su exquisita musicalidad y su cautivante color vocal

Estatura artística Gran labor cumplió el bajo Fernando Rado al encarar a Raimondo, que en la versión original adquiere, al igual que el barítono, una impor-

FLORENCIA DOWNES

Bajas en el Ballet del San Martín No se renovaron todos los contratos Cuando anteayer los integrantes del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín tuvieron su encuentro anual de evaluación con el director artístico de la compañía, Mauricio Wainrot, la sorpresa fue grande: a 7 de los 23 bailarines, que pertenecen a este elenco no se les renovaron sus contratos anuales para 2008. “Mauricio me dijo que estaba muy contento con mi desempeño, que era un gran bailarín, pero que mi camino no era el que quería tomar el Ballet. No especificó a qué se refería, pero creo que es mi postura ante la vida y el trabajo lo que no les conviene”, le dijo a LA NACION Ernesto Chacón Oribe, reconocido artista que forma parte del tercio del elenco del que se prescindirá y quien es, además, delegado del grupo. Un caso similar es el de Betina Quintá, también delegada de un cuerpo que, por definición de su director, no puede ser inalterable. “No estoy a favor de la estabilidad, no la puedo aceptar como forma de trabajo, porque la tarea del bailarín es efímera. Creo en la rotación, en darles posibilidades a los chicos que salen de la escuela del ballet, nuestro semillero”, consideró Wainrot, y aseguró que la no continuidad de algunos se fundamenta en el final de un ciclo de trabajo y “no tiene para nada que ver” con los reclamos y medidas que el Ballet Contemporáneo viene realizando en la búsqueda de mejores condiciones laborales. También con nueve años de antigüedad en el elenco, como Chacón Oribe y Quintá, se decidió que había llegado a término la relación con Silvina Cortes; con Jack Syzard, Ariel Caramés y Ana Clara Gossweiler, que llevan 8, 4 y 6 años en la compañía, respectivamente, y con Guillermo González Sevilla, que había ingresado este año, pero que según Wainrot, no funcionó. Respaldados por ATE, el grupo se considera “despedido”. Principalmente a raíz de una serie de lesiones y malos tragos sufridos, en septiembre último los Bailarines Organizados comenzaron a pedir mejores condiciones de trabajo, lo que incluye una ART y una obra social. A las cartas, pedidos de reunión con autoridades del Gobierno y protestas bailadas en la calle, sumaron la decisión de no realizar las funciones en Uruguay previstas para octubre, lo que habría desencadenado que cuatro días antes de su estreno, el 6 de noviembre, se suspendiera el último programa de 2007 en Buenos Aires. “Estamos con problemas y me incluyo –dice Wainrot–, pero creo que hay maneras de solicitar lo que nos corresponde.” Mañana, a las 12, la totalidad de los bailarines que hasta fin de año integran la compañía realizarán un acto frente a la sede del gobierno porteño.

Constanza Bertolini

Juan Carlos Montero

CLASICA

LO QUE VENDRA

La temporada musical comienza a despedirse HOY l A las 17, Orfeón de Buenos Aires, con la dirección de Néstor Andrenacci. Interpretarán, entre otras, la Missa brevis de Kodàly. Convento de Santo Domingo, Defensa 422. Entrada libre y gratuita. l A las 17.30, recital de alumnos de piano de Martha Bongiorno. La Scala de San Telmo, Pje. Giuffra 371. Entrada: $ 10. l A las 17.30, concierto de Sebastián Tellado, flauta, y Manuel Moreno, guitarra, con obras de Bozza, Dowland y otros. Museo de Bellas Artes, Avenida del Libertador 1473. Entrada libre. l A las 18.30, Lucía di Lammermoor, de Donizetti, en el Roma (ver aparte). Repite el viernes, a las 20.30. l A las 18.30, última función de El barbero de Sevilla, de Rossini. Teatro Argentino, Av. 51, entre 9 y 10. Entradas desde $ 20. l A las 19, concierto de música de cámara, con obras de alumnos del Seminario de Composición V de la UCA. Museo Fernández Blanco, Suipacha 1422. Entrada: $ 1. l A las 21, Grupo Vocal de Difusión, con la dirección de Mariano Moruja. Interpretarán, entre otras, la Missa brevis de Kodàly. Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, Mansilla y Medrano. Gratis. LUNES l A las 19.30, La cambiale di matrimonio, de Rossini, en versión de concierto con dirección musical de Marta Blanco y Mario Benzecry. C. C. del Colegio Mekhitarista, Virrey del Pino 3511. Entrada libre. MARTES l A las 13.30, música de cámara con el quinteto de vientos Ars Magic, con obras de Mozart, Bach y otros. Universidad Caece, Avenida de Mayo 866. Gratis. l A las 20.30, concierto del violinista Xavier Inchausti. Obras de Bach, Beethoven y Ravel. Amijai, Arribeños 2355. Entrada $ 20. MIERCOLES l A las 19, solo de piano de Gerardo Gandini, con piezas sobre Schumann. Biblioteca Nacional, Agüero 2502. Entrada libre. l A las 20, concierto de piano de Ana Cho. Conservatorio Beethoven, Juncal 1264 3° piso. Gratis, con reserva telefónica por el 4811-3971. l A las 20.30, Académica del Teatro Colón y Coro Polifónico, con la dirección de Fernando Ruiz. Interpretarán Un réquiem alemán, de Brahms. Parroquia Nuestra Señora del Valle, Farías y Azcuénaga, San Miguel. Gratis. JUEVES l A las 21, La infancia de Cristo, de Berlioz, con dirección de Carlos Vieu. Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125. Desde $ 40.