SIN OPCIÓN DE PARAR Por Gabriela Romeri
David Sachs/Washington, D.C.
“C
Cristian Ávila (arriba, izq.), un joven indocumentado, pasó 22 días sin comer para promover la reforma migratoria. Aquí en el último día de ayuno para Fast4Families, él y (en sentido horario) Dae Yoon, el teólogo Jim Wallis y Rudy López rezan juntos antes de terminar el ayuno este 12 de diciembre, 2013 en Washington, D.C.
uando fui a agarrar el pedacito de pan, me sentí culpable”. Ese es el recuerdo que aún quiebra la voz de Cristian Ávila, un joven de 23 años de edad que dejó de comer alimentos por 22 días para promover en ayuno y oración una reforma migratoria compasiva en Estados Unidos. Cristian quería seguir ayunando a nombre de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos que como él viven con el temor de ser deportados y separados de sus familias. “El sufrimiento de todos dolía más que el hambre”, dice Ávila, quien realizó el acto de protesta civil junto a Eliseo Medina, un activista sindical de Service Employees International Union, Dae Joong Yoon, un activista coreano, y Lisa Sharon Harper, de la coalición interreligiosa Sojourners. Los cuatro comenzaron el ayuno el 12 de noviembre del año pasado, en el National Mall de Washington D.C. El ayuno fue liderado por Medina para Fast4Families, un movimiento de acción, ayuno y oración para la reforma migratoria, que forma parte de una iniciativa interreligiosa a nivel nacional.
Ávila cruzó la frontera con sus padres cuando tenía 9 años de edad. Él ha crecido en este país al que considera suyo y es un estudiante sobresaliente quien entiende en carne propia el drama que viven los inmigrantes sin documentos. Su padre Roberto estaba a medio camino de culminar una carrera de abogacía cuando junto a su esposa, Rocío, quien tiene un título en administración, tomaron la decisión de emigrar a Estados Unidos. “Ahora él trabaja en la construcción. Mi mamá limpia casas y cuida niños”, dice Ávila, mientras explica el gran sacrificio que sus padres hicieron para buscar un futuro mejor para su familia. A las carpas en el National Mall donde se encontraban los manifestantes en ayuno, llegaron muchas personas a manifestarles su apoyo, incluyendo al Presidente Barack Obama y su esposa Michelle, congresistas, líderes sindicales y religiosos, niños, conserjes, camareras—cada uno con ganas de hablar, cantarles una canción o quedarse y ayunar con ellos por un día o más. “Gente de todas las religiones—musulma-
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nes, evangélicos, bautistas, católi- la, después de recuperarse físicacos, cristianos, judíos”, dice Ávi- mente de los estragos del ayuno, la, un reflejo de lo que es Estados volvió a la campaña. Esta vez, Unidos. A pesar de la diversidad, haciendo un recorrido por varios señala Ávila, el sintió estados del país para que todos eran parte “Ahora es hora de continuar levantanque nosotros, sus do conciencia sobre de una gran familia que trascendía la hijos peleemos y la necesidad de la raza y la religión: “Y sacrifiquemos para reforma migratoria. no por algo político En el camino, dice qué ellos tengan sino porque es algo Ávila, ha visto fauna mejor vida”. milias que “se veía que afecta sus valores morales, y por en sus ojos que sus eso quisieron poner su granito de vidas acababan de ser destroarena para lograr un fin”. zadas”. Como el hombre cuya Ese fin—la aprobación de una esposa embarazada había sido reforma migratoria compasiva— deportada; o los niños que le pretodavía no se logra. Por eso Ávi- guntaron, con lágrimas, cuándo
iban a ver sus padres de nuevo. “Te rompe el corazón”, dice Ávila. “Estas son personas reales con sueños reales y familias reales”. Por eso, dice Ávila: “Es hora de que nosotros, sus hijos, peleemos y nos sacrifiquemos para que ellos tengan una mejor vida”. Él no pudo contarle a su madre que pensaba ayunar hasta que su cuerpo lo resista. Le contó que sólo iría por un par de días, pero cuando una semana se convirtió en tres, ella, preocupada por el peso que perdía su hijo, se comunicó con él por teléfono cada noche. “Creo que ella tuvo un sacrificio peor que
el nuestro”, dice Ávila. En las carpas, los ayunantes pasaron los días bebiendo sólo agua y las noches durmiendo en literas en el sótano de una iglesia cercana. Les fue difícil dormir por las idas y vueltas al baño, debido a toda el agua que bebían para paliar el hambre. Pero cada día a las 9:00 de la mañana, ya estaban en las carpas para comenzar de nuevo. La página electrónica de Fast4Families reportó que más de 10,000 personas de todo el país se inscribieron para ayunar de manera parcial con Ávila, Medina, Yoon y Harper, en grupos o individualmente. “Hasta recibimos
Church World Servce/Washington, D.C.
Afuera de las carpas de Fast4Families frente a la Casa Blanca en el National Mall en Washington, D.C., la nieve cae durante un frío 8 de diciembre, 2013.
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JULIO/AGOSTO 2014 U REVISTA MARYKNOLL
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Cortesía de Fast4Families/Washington, D.C.
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cartas de todo el mundo... Nos y sin nuestras oraciones hubiédecían, ‘escuchamos su mensaje y ramos llegado”. estamos con ustedes, estamos en Los cuatro manifestantes haayuno’”, dice Ávila. “Muchas ve- bían pasado 12 días en ayuno y ces te hacía llorar. Estás sentado perdido unas 20 libras cuando ahí, sin comer, y hay gentes que llegó el día de Acción de Gracias. están tan lejos y se están uniendo Al día siguiente, recibieron una a este pequeño sacrificio”. visita inesperada: el Presidente El ayuno es Barack Obama y “No se sentía al presidente una herramiensu esposa Michelle. y la primera dama ahí; ta espiritual que “No se sentía al puede provocar se sentía sólo un padre y presidente y la un cambio social. una madre que vinieron primera dama Mahatma Ganahí; se sentía a visitarnos”. dhi, en su Cartas sólo un padre y a Un Discípulo, escribió: “Bajo una madre que vinieron a visitarciertas circunstancias, el ayuno nos”, recuerda Ávila. “Estaban es la única arma que Dios nos ha muy preocupados por nuestra dado para su uso en situaciones de salud”. Poco después, Ávila, un desamparo total”. ‘Dreamer’, fue invitado a asistir “El ayuno es algo muy espi- al Congreso de Estados Unidos ritual. Te pone las cosas mucho para el discurso sobre el Estado más claras, te da la oportunidad de la Unión que dio el presidente de reflexionar”, explica Ávila. Obama en enero de 2014. “Si uno no tiene fe, no creo que Dreamers es la palabra que se pueda aguantar tanto… No creo usa para los jóvenes indocumenque sin la oración de los demás tados que llegaron a Estados Uni-
Eliseo Medina recibe a vicepresidente Joe Biden. Izq.: La Primera Dama Michelle y Presidente Barack Obama visitan a ayunantes (izq. a dcha.) Rudy López, Eliseo Medina, Cristian Ávila, Lisa Sharon Harper y Dae Yoon.
dos cuando eran niños y que han vivido por lo menos cinco años en el país; ellos pueden recibir la residencia permanente bajo ciertas condiciones si se aprueba un proyecto de ley llamado dream Act. Tras el Día de Acción de Gracias, Ávila y los otros manifestantes principales ayunaron por una semana más. Yoon fue llevado al hospital, brevemente. El 3 de diciembre, el médico que vigilaba la salud de los ayunantes le informó a Ávila que su cuerpo había comenzado a consumir sus propios tejidos. Después de 22 días, era hora de parar. Cuando Ávila regresó a su hogar en Arizona, su familia, amigos y vecinos le dieron, entre lágrimas y alegría, una inolvidable bienvenida. En el pequeño centro comunitario donde se reunieron, varias personas tomaron la palabra para manifestarle su sentir. Pero fueron las palabras de Rocío, su madre, las que reflejaron el drama humano que viven miles de padres que
cruzan la frontera con sus hijos pequeños: “Hijo, perdóname por haberte traído a este país, que nunca te pedí permiso. Y sin saber todo lo que estabas por sufrir aquí. Lo hice solo buscando tu bienestar, como hacemos todos los padres”. Ahora es Cristian el que busca ese bienestar. Recuperado después del ayuno, Ávila y el equipo de Fast4Families recorrieron de febrero a abril varias ciudades, desde Los Angeles en California a Washington, D.C., hablando con familias y congresistas por el camino, y ayunando cada miércoles durante la Cuaresma. Ávila quiere que todos, especialmente los dreamers, sepan que cada acción, y cada voz, cuenta. “La única manera que podemos perder la reforma migratoria es si nos damos por vencidos”, dice. “Sé que difícil es seguir luchando, pero sabiendo la realidad de nuestras muchas familias, no te da la opción de parar”.
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