wimbledon | 3
| Jueves 4 de Julio de 2013
“No le deseo mal a nadie, ni me gusta ganar de cualquier forma. Lo importante es que Juan Martín está bien, no tiene nada grave. Lo mejor hubiera sido que él hubiera estado perfecto y yo hubiese ganado, pero a mí me alegra que esté bien”
punto de vista
El arte de no saber valorar las gemas José Luis domínguez ENViADO ESPECiAL
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L
“Del Potro tiene la chance de llegar a la final. Ya ganó un Grand Slam, es joven, tiene todo para ganar otro. Puede hacerlo” david ferrer esfuerzo físico y mental extra. La Torre no se apuró; con paciencia, fue minando la resistencia del gladiador. Ferrer, que le había ganado a Delpo los últimos cuatro partidos, intentó un último esfuerzo; dos sets abajo, jugó más seguro y buscó refugio en su saque, en espera de algún flanco débil por donde torcer el curso. Llegaron al tie-break. Con Rod Laver y Alex Ferguson en el palco, Delpo se puso 6-5 con una derecha cruzada ganadora, definitivamente inatajable, y en el primer match-point, en un punto espectacular, metió un derechazo paralelo que no encontró respuesta. La Catedral estalló en un grito y Delpo volvió al piso. Pero con los brazos en alto, feliz. Las lágrimas de dolor le abrieron cauce al llanto feliz, a la emoción incontenible. Un regreso a las grandes victorias, a los triunfos ante rivales de jerarquía en los torneos importantes. Vale mucho para Delpo, que ya se muestra confiado, sin el tono tímido que tenía antes de empezar el torneo, cuando las dudas eran más que las certezas. Pero no podrá relajarse Juan Martín. Si Ferrer ya era un desafío tremendo, mañana lo espera uno aún mayor: Novak Djokovic, el N° 1 del mundo. Se conocen muy bien. El serbio le ganó muchas veces. Y el tandilense también se dio un par de gustos, como conquistar la medalla de bronce olímpica aquí, a expensas de Nole, hace un año. Los dos llegan a las semifinales sin ceder sets, aunque Djokovic llega más entero físicamente. Y ya sabe lo que significa ser campeón en el césped más sagrado, donde festejó en 2011. Será otra prueba de exigencia al máximo. Y con razón: ¿qué menos puede esperarse del que será el pasaje a la final de un Grand Slam? Allí estará Del Potro. En ese lugar adonde tan difícil es llegar. A sabiendas de que, a esta altura, Wimbledon siempre puede ser un escenario de hazañas.ß
Una dulce despedida del court central para Del Potro tras derrotar a Ferrer
afp
“siento que estoy otra vez en la pelea grande”
entre los top. Delpo llegó a su primera semifinal de Grand Slam desde el US Open 2009, celebra su evolución y piensa en Nole LONDRES (De un enviado especial).– La rutina cambia. En el comienzo de Wimbledon, no eran más de dos o tres los periodistas de habla inglesa que se acercaban a las ruedas de prensa de Juan Martín del Potro. Con el tandilense en las semifinales, ya hubo una docena. A Delpo se lo ve cómodo, desenvuelto, se maneja sin problemas con el inglés. Le preguntan si está pegando igual o mejor que cuando ganó el US Open, en 2009. “No recuerdo, fue hace cuatro años, hace mucho tiempo. Pero en el match-point pegué muy bien, fue mi mejor derechazo del torneo”, dice, con una sonrisa. Y se enciende: “Es mi primera semifinal en un Grand Slam desde hace mucho –desde aquel Abierto estadounidense, justamente–, y siento que estoy otra vez en la pelea grande con los jugadores top. Ese es mi reto para el futuro”. Pero también entiende que acaba de dejar atrás a un duro rival como lo es David Ferrer, futuro N° 3: “Sí, fue un partido especial. No sé qué lugar ocupará, pero lo voy a recordar, porque Ferrer era un rival que me venía ganando fácil las últimas veces que jugamos, el año pasado me pasó por arriba; por el proceso que pasé antes de venir a este torneo, por estar ahora en semifinales. El otro día hablábamos de que completé los cuatro cuar-
tos de final en los Grand Slams, y ahora sólo me queda Australia para tener semifinales en todos los torneos grandes, y esas son cosas lindas. No es poca cosa. Antes, él era el gran favorito, y ahora siento que jugué mi mejor partido del torneo”. –Pero pasaste un mal momento con la caída en el primer game de juego. ¿Pensaste en abandonar? –Sí, pensé demasiadas cosas negativas, porque me pasó lo mismo que hace cuatro días, y cuando el médico me dijo que no podía hacer más nada, me asustó, lo veía muy difícil, probé con los antiinflamatorios, me empecé a cuidar, a tratar de
87%
de puntos ganados con el 1er servicio (55 sobre 63) tuvo Delpo. Además, logró 42 winners.
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errores no forzados registró el tandilense, mientras que Ferrer tuvo el doble, 22.
correr con mucho más cuidado, aunque sabía que con el rival que tenía enfrente no podía darme ese lujo. Tuve suerte de encontrar rápido un break, pude tomar una diferencia, y eso achicó el pensamiento en la rodilla, al ir ganando y jugando bien, vi cosas más positivas. Las ganas que tenía de jugar me elevaron la motivación; estaba muy consciente del partido que tenía. La idea era arriesgar y pegar, porque David te devuelve una más hasta último momento, y estar siempre concentrado para ser agresivo o esperar la pelota para atacar. Fue muy difícil cerrar el partido, pero se dio todo bien. –Y ahora se viene Djokovic. –Sí. Por ahí, lo primero que a uno se le pasa por la cabeza es que él es el favorito, igual que con Ferrer. Pero yo no lo pienso, trato de entrar a jugar sin importar quién es el rival, y tratar de hacer lo mismo que en este partido, o mejor todavía, porque si con Ferrer te volvía una pelota más, lo mismo sucederá con Djokovic, o incluso una más peligrosa. La única manera de ganarles es ir cada vez mejor; tu nivel tiene que aumentar siempre, y cada vez con menor margen de error. Veremos cómo me siento mañana (por hoy), pero voy a practicar. Estoy sintiéndome muy bien con el saque, y pensando en positivo, sin fijarme mucho en la rodilla.
ONDRES.– Así como este éxito de Juan Martín del Potro en Wimbledon obliga a revisar los archivos, a buscar datos históricos, también ayuda a refrescar la memoria. Y por la mente vuelven los partidos de otros tiempos, y a la vez, regresan algunas sensaciones. Que coinciden, muchas veces, con lo que sucede actualmente. Porque, hace 22 años, Gabriela Sabatini llegaba a la final en el All England, en la que estuvo a dos puntos de vencer a Steffi Graf. Era una de las tres mejores jugadoras del mundo. Y, en lugar de valorar la trascendencia de aquel logro, a Gaby se la criticaba porque no era la N° 1. Se la acusaba de no poder llegar más lejos. Como si fuera tan fácil. Sin tener en cuenta que, arriba de todo, sólo hay lugar para uno solo. Hoy se la recuerda con nostalgia, ya con un lugar bien ganado entre las mejores deportistas de la historia. Pasaron los años, y la máquina de masticar ídolos deportivos no se detuvo. Manu Ginóbili puso al básquetbol argentino en un lugar de la elite mundial, considerado un héroe deportivo en San Antonio, pero se le achaca que no jugó un par de torneos para la selección, sin recordar que más de una vez arriesgó el físico –y se lesionó, de hecho– vistiendo la camiseta de nuestro país. Ni hablar de Lionel Messi, criticado hasta el hartazgo por… no cantar el Himno. Un “defecto” que tapa todos los logros del fenomenal futbolista de Barcelona. Siempre hay un pero, un detallecito que hace imperfecto al deportista. Como si sobraran ejemplos de comportamiento, por otra parte. Y entonces llegamos a Del Potro. Que todavía no cumplió 25 años, y es protagonista indiscutido en el circuito desde hace cinco temporadas. Que ya ganó un título de Grand Slam, y otros 13 trofeos, y acumula más de 30 victorias sobre top ten. Pero… se dice de él que no tiene un plan B de juego. Que tiene que cambiar de coach para llegar más alto. Que en los partidos importantes no aparece. Que es un traidor a la patria por no jugar la Copa Davis. Se dice todo eso con la mayor liviandad del mundo. Como si tener un top ten en cualquier disciplina fuera algo habitual, y no un gran mérito dentro de un deporte de altísima exigencia. Y sin considerar que llegó hasta donde llegó por su esfuerzo. Alguna vez –ojalá que nunca–, las gemas ya no estarán. Y algunos recordarán cuando Del Potro llegó a las semifinales de Wimbledon. “Ese sí que era un grande, no como los otros”, dirán. Y la máquina buscará nuevos talentos para devorar…