espectáculos | 3
| Miércoles 2 de abril de 2014
Trocca cocinará para un grupo de desconocidos en su propia casa
ricardo pristupluk
Rompiendo la cuarta pared de la cocina estreno. El chef Fernando Trocca cambió de señal y empieza
un nuevo reality en Fox Life, todos los viernes, a las 20 Gabriel Plaza LA nAcion
Hace más de una década que Fernando Trocca está en la televisión, pero no es un personaje de la farándula. Su estilo sobrio y aséptico, como el de un cirujano, sintetizó la figura del cocinero que se dedica simplemente a cocinar delante de una cámara. “Yo no soy un personaje de la tele. Si un día esto se acaba, seguiría con lo mío, que es la cocina”, argumenta desde su búnker culinario, Sucre. Si se dedicara a la música, Trocca sería un cantante folk con el perfil subterráneo de un escritor. Pero en
su nuevo show, A puertas cerradas, Trocca saca a relucir algunos de los yeites que aprendió de sus dos padres culinarios: Paul Azema y el Gato Dumas. Estos dos personajes de la gastronomía argentina –uno, sociólogo, y el otro, un artista que excedió lo culinario– dejaron una huella en su estilo y anticiparon la tendencia global de los cocineros como entertainers y celebridades del nuevo siglo. “Para mí, el Gato fue un gran maestro más allá de la cocina, con el que llegamos a hacer un programa de televisión juntos; Azema fue la primera persona con la que trabajé. Tenía un restaurante que reunía a artistas, gente joven y
había mucha ebullición. Tuve suerte de estar allí.” Ahora Trocca decidió tirar abajo la cuarta pared de la cocina a su público, abriendo su casa para grabar allí A puertas cerradas, un ciclo de diez capítulos que Fox Life estrenará pasado mañana, a las 20. “Fue una decisión importante y no me arrepiento de haber abierto mi casa, pero no lo volvería a hacer –dice.– Quise hacerlo en el lugar que mejor conozco y el más real de todos, porque allí estoy todos los días, recibo gente y doy de comer cotidianamente.” En el programa, el cocinero hace de anfitrión de un grupo de des-
conocidos con una conexión entre sí. “Fue gente muy dispar, y con muchos temas distintos. Padres, narcisistas, freaks, profesiones de riesgo, cada uno con lo suyo, y estuvo bueno. Fue casi una experiencia antropológica, conocer a gente nueva en situaciones y con maneras de vivir que no compartía, pero que era interesante descubrir. Fue un aprendizaje. Para mí, el programa tiene comida, pero no es un programa de cocina”, asegura. Para Trocca, serio y amable, melómano desde que su padre lo llevaba a ver música clásica en la infancia y aficionado a los equipos de audio y el rock, la música es el link que atraviesa a su generación de cocineros.En su caso, cuando se fue a buscar suerte a nueva York y terminó en Vandam, un epicentro del avant garde culinario, llegó a darle de comer a David Bowie. Ahora, cuando viaja, se trae los discos de las bandas que están sonando en Londres. “Es que los cocineros tenemos mucho de banda de rock en cómo nos movemos; nos juntamos, cocinamos, nos divertimos, la pasamos bien y cada uno pone su estilo”, cuenta. Trocca está en la primera línea de esa generación que vio cómo un canal “de nicho” como Elgourmet comenzaba a reflejar el cambio de estatus de los chefs, ahora devenidos en rockstars. Esas transformaciones lo llevaron a mudarse a una señal orientada decididamente al lifestyle, que ahora marca el rumbo de buena parte de los ciclos que antes se consideraban “de cocina”. “En los últimos quince años, hubo un boom de cocineros. Las escuelas que empezaron a abrir, los programas de televisión, todo eso hizo que comenzara una gran explosión. no me molesta que la gente me saque fotos. Prefiero que la gente siga a los cocineros que a otras profesiones, porque eso ayudó mucho al resurgir de la cocina. Hoy, algunos de nosotros somos vistos como celebrities. Pero no es una moda efímera. nuestra tarea es alimentar, hacer que la gente lo pase bien y comparta, todas cosas que están bueno que sucedan y que nunca pasan de moda.”ß
A puertas cerradas Con la conducción de Fernando Trocca Fox Life. Desde pasado mañana, los viernes, a las 20.