RODOLFO OTERO: DE PROFESIÓN, JUEZ DE LÍNEA

TENIS: LA COPA PETROBRAS. TRAS SU ... ELIZONDO EN ALEMANIA 2006 ENCONTRÓ SU LUGAR EN EL TENIS .... con el uruguayo Pablo. Cuevas, y luego ...
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SÁBADO 9 Y 10 Y 2010

TENIS: LA COPA PETROBRAS

Otero en la Copa Petrobras, uno de los primeros torneos de los que participa

// G E N T I L E Z A P E T RO BRAS

RODOLFO OTERO: DE PROFESIÓN, JUEZ DE LÍNEA TRAS SU ALEJAMIENTO DEL FÚTBOL, UNO DE LOS ASISTENTES DE

ELIZONDO EN ALEMANIA 2006 ENCONTRÓ SU LUGAR EN EL TENIS POR MAXIMILIANO BOSO LA NACION

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odolfo Otero habla bajo, pausado, sereno y sonriente. Y si uno no lo estuviera mirando pensaría que se trata de Claudio María Domínguez. De profesión, juez de línea. En donde sea. En el fútbol o en el tenis. De la cúspide de ser uno de los dos asistentes de Horacio Elizondo en la final del Mundial de Alemania 2006 entre Italia y Francia, junto con Darío García, a esperar su turno para entrar en una ordenada fila como uno de los colaboradores del umpire de turno en algún partido del Challenger Copa Petrobras. No son muchos los que pueden

contar una historia similar. “No sé por qué juez de línea. Nunca lo racionalicé. Es algo que tiene que ver con la justicia, pero no soy abogado, nunca quise ser juez, soy profesor de geografía. El arbitraje en el fútbol me dio mucho, viví experiencias muy bonitas. Creo que me atrapó tanto ser árbitro de fútbol que cuando dejé, busqué otra forma de seguir”, cuenta este hombre que en diciembre cumplirá 48 años. –¿Cómo terminaste como juez de línea de tenis? –Mientras era árbitro de fútbol, el deporte que más miraba era el tenis. Y si bien no me preocupaba mucho el movimiento ni los cantos de los árbitros, cuando dejé de dirigir empecé a obser-

TIEMPO DE SEMIFINALES EN EL VILAS CLUB Hoy, por las semifinales de la Copa Petrobras, no antes de las 17, Carlos Berlocq se medirá con el uruguayo Pablo Cuevas, y luego, Juan Pablo Brzezicki jugará con Máximo González, en el Vilas Club, en Palermo.

varlos más. Un profesor, compañero mío del colegio donde trabajo, me dijo si no sentía la adrenalina de volver a dirigir y me comentó que quería ser árbitro de tenis. Le propuse que hiciéramos juntos el curso. Al final, por cuestiones de tiempo, lo hice solo. A fines de 2009, estudié con Alejo Russell y Mariano Ink. –¿Qué diferencias notás? –Hay cuestiones muy similares, las relaciones con los árbitros, como cuando viajábamos al interior. La concentración es exactamente la misma. Si bien es difícil determinar las posiciones de dos jugadores que se mueven en el fútbol, también es difícil ver el pique de una pelotita a más de 100 km/h. La presión siempre va más por dentro. No es fácil dirigir partidos en los que está la televisión y en los que uno sabe que van a estar hablando toda la semana, pero uno se acostumbra. Y acá estoy haciendo mis primeras armas. –Y en una cancha de polvo podés revisar el pique si te equivocás. –No sólo eso, sino que los tenistas están acostumbrados a que el asistente... digo, el línea se puede equivocar, pero la discusión es con el árbitro. En el fútbol es distinto, te protestan a vos. –Debe ser muy distinto el nivel de insultos. –Sí, les contaba a mis compañeros de ahora que salía a la cancha, iba a revisar las redes y lo primero que me decían era: “¡Ojo! ¡A ver qué cobrás!”. Acá es un ambiente distinto, fabuloso. –En el tenis tenés más vida útil. –Yo terminé de dirigir fútbol en 2007 porque Elizondo me ofreció trabajar con él en la Dirección de Formación Arbitral. Si bien me quedaban algunos años en el fútbol, dar un salto y pasar a enseñar todo lo que había aprendido en el fútbol me parecía válido. Me preguntan: “¿Nunca tuviste ganas de volver?” No. Mientras dirigí, me encantaba ponerme los cortos, salir a la cancha. Y superé esa etapa, ni siquiera hice duelo, sabía que era otra etapa. De alguna manera, seguí y sigo ligado al fútbol. Y en el tenis recién empiezo. –Después de haber dirigido en la final de un Mundial de fútbol, ¿a qué aspirás en el tenis? –El Mundial fue un gran torneo para

los tres. Cuando nos enteramos de que íbamos a dirigir la final, creo que fue la primera vez que lloramos por el partido que íbamos a dirigir. La felicidad fue enorme. Al tenis lo tomo como una búsqueda de adrenalina, como un proyecto, no espero dirigir un Grand Slam. –¿Qué es lo mejor y lo peor de cada deporte? –En el tenis lo mejor es la camaradería con los árbitros. Hay muy buen ambiente. Del fútbol me llevo un montón de amigos y trofeos imposibles de pensar antes de empezar a dirigir. En la Argentina hay tres medallas de árbitro por dirigir una final del mundo y yo tengo una.

Video. Otero, del fútbol al tenis. Por Santiago Peluffo. www.canchallena.com EL FÚTBOL Y LOS ÁRBITROS

“ESTAMOS EN EL BUEN CAMINO, EL ARBITRAJE NO ES MALO” Hace años que el arbitraje argentino vive tiempos turbulentos. “Todas las pasiones generan odios y amores muy fácilmente. Lo que pasa con los árbitros también pasa de alguna manera con los jugadores y con los técnicos. Difícilmente pase inadvertido un árbitro. Hay errores que modifican resultados, pero no dejan de ser errores humanos, con un grado de desgracia un poco mayor”, dice Rodolfo Otero desde su lugar en la Dirección de Formación Arbitral. También pide calma en un tiempo de renovación: “Hay un recambio importante. En los últimos años, la Argentina perdió una gran cantidad de árbitros y asistentes estupendos. Estamos en el buen camino; el arbitraje no es malo”.

Otero, en la final de 2006