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SOCIEDAD
I
VERANO 2012
Lunes 9 de enero de 2012
Los balnearios al norte de Punta del Este
Rocha, una opción que crece en Uruguay En el departamento costero se encuentran La Paloma, La Pedrera, Punta del Diablo y Cabo Polonio; van muchas familias y jóvenes FERNANDO MASSA
MI VERANO
ENVIADO ESPECIAL ROCHA.– Es bohemio, informal, tiene un perfil bajo y le rehúye a la masividad. Es un lugar donde se refugian artistas, se reúne la familia y se divierten los jóvenes; donde la música está en todas partes, y que cada vez tiene una oferta gastronómica más fuerte y de mejor calidad. Hace unos años ya que el departamento de Rocha, en el sudeste uruguayo ,dejó de ser el lugar a descubrir para los argentinos: hoy ya es una opción más, con una oferta de balnearios para cada perfil y donde la mayoría de los veraneantes siguen siendo uruguayos. La Paloma, el más tradicional y familiar; La Pedrera, tan bohemio como chic; Punta del Diablo, el elegido por los más jóvenes.
MARTA
MINUJIN
En La Paloma, tranquilidad “Acá encontramos más tranquilidad que en Punta del Este y tenemos una opción de casas con lo que necesitamos para los chicos: un patio donde haya sombra, un cerco adelante. Y, además, disfrutamos de las distintas opciones de playas”, cuenta a LA NACION Rocío Lapitz, que pasa sus vacaciones en La Paloma con su marido, Martín; sus dos hijos y su sobrino, de 2, 3 y 6 años, y su Golden Retriever. Ellos alquilaron una casa con dos habitaciones y garaje a 1600 dólares por la primera quincena. Si hay algo que está claro es que La Paloma es el balneario familiar de Rocha por antonomasia, con un perfil urbano, donde las casas viejas se mezclan con las más nuevas, y que a diferencia de otros puntos de Rocha que crecieron significativamente en los últimos cinco años éste tuvo su boom hace al menos unos 25 años. Florencia Laluz y Julia Acosta, amigas desde la infancia que eligen este balneario para descansar con sus familias, coinciden en que el punto más fuerte de La Paloma es la gran variedad de playas: La Balconada para los jóvenes; el Cabito para el que tiene chicos muy pequeños, al ser una playa chica donde el agua parece una pileta; Los Botes, una playa más larga, ideal para ver el atardecer. “Lo bueno es que es tranquilo y seguro, lo malo es que los precios son cada vez más altos”, resume Betina Castro, un ama de casa que ya desde hace unos años vive en La Paloma.
ARTISTA PLASTICA
Escándalo nocturno en un tren europeo La llegada del verano me recuerda una linda anécdota de mi vida, que fue muy divertida y que transcurrió en los 70, cuando vivía en París. Yo era muy joven y decidí irme de vacaciones por mi cuenta a alguna otra ciudad de Europa. Elegí Venecia, pero lo gracioso no sucedió allí, sino cuando quise regresar a casa en tren. Yo tenía la residencia en Francia, entonces, al no tener la visa conmigo, el guarda me hizo bajar en Milán. Al día siguiente pude tomarme un tren nocturno, con muchos camarotes, que se comparten con otros viajeros. Estaba un poco miedosa como para una aventura entre extraños. En el primero que me metí había una pareja joven. Todo venía bien, pero de pronto entró un señor que comenzó a darme charla, hasta que finalmente lo eché. No me quedé tranquila, y me fui corriendo de camarote en camarote hasta llegar al más cercano al maquinista. Pero desde ahí veía en el pasillo a dos hombres que me miraban fijo. Entonces, saqué toda la ropa que traía conmigo en el bolso y la empecé a atar para armar una suerte de cortina y con otras me até el pie a la alarma para accionar el freno de emergencia del tren. Estaba dormida cuando de golpe el guarda abrió la puerta para pedirme el boleto y del susto pegué un terrible grito. Al moverme, activé con el pie la alarma y el tren se detuvo en el medio de la noche. Lo único que atiné a decir fue: “¡La culpa es de este señor!”, mientras se generaba un terrible revuelo entre los pasajeros, que miraban indignados al pobre hombre... Pasaron los años, pero nunca pude olvidar esta anécdota, que me divierte volver a contar: aquel tren parado en el medio de la noche... Y yo, con el pie atado con mi ropa al freno de emergencia; un verdadero escándalo, pero muy divertido a la vez.
Cabo Polonio: a la luz de las velas, una cena romántica o charlas entre amigos
Punta del Diablo, informal Cuando Ismael Samudio conoció Punta del Diablo unas décadas atrás, era un pueblito de pescadores que sólo tenía un puñado de casas sobre las piedras. “Vivió un proceso veloz: en cinco años creció muchísimo. Y en los últimos dos se puso muy de moda entre los jóvenes de 18 a 25 años; chicos que terminan el bachillerato o que están en los primeros años de la universidad”, afirma, mientras regresa de la playa con su esposa. Pero enseguida aclara que, a pesar de volverse multitudinario cada enero, este balneario, situado a 300 kilómetros de Montevideo, próximo a la frontera con Brasil, sigue manteniendo su encanto: es natural, informal y desordenado, y no se sabe bien dónde termina el terreno de una casa y dónde comienza el de otra. Las playas son uno de sus puntos más fuertes: la Viuda, en la entrada del pueblo, es la elegida para tomar mate y disfrutar del atardecer; la de los pescadores, la más convocante, donde la gente se entremezcla con los botes que descansan sobre la arena, y para quien busca la tranquilidad absoluta, siempre que tenga ganas de caminar y cruzar una gran duna, nada mejor que las playas vírgenes del Parque Nacional de Santa Teresa, un verdadero paraíso natural. Para comer abundan los puestos al paso y otros para sentarse en la puerta a degustar chivitos, minutas o pescados. Pero también hay opciones más sofisticadas, como la del chef uruguayo Miguel Angel Maiques, en la cocina de la Hostería del Pescador.
La Pedrera, joven y chic “Todo se va trasladando al Este. Y hay que volver cuando todos van”, dice Francisca Maya, diseñadora de 25 años, resumiendo el espíritu de quienes eligen La Pedrera para pasar sus vacaciones: escapar de la masividad y de los puntos turísticos de Rocha que coparon los más jóve-
La belleza agreste de Punta del Diablo
FOTOS DE IGNACIO COLO
nes. Ella y su grupo de amigas, todas profesionales recién recibidas o estudiantes a punto de hacerlo, que paran en un hostel a 30 dólares la noche, coinciden en que La Pedrera es un balneario con onda, bohemio y bien chic, que eligen aquellos que andan entre los 25 y los 35 años. Que también promueve la movida cultural –tiene su propio festival de cortos desde 2004– y ofrece una interesante variedad de propuestas gastronómicas. La playa Desplayado es ideal para disfrutar a la mañana; la Punta del Barco se pone a pleno con la caída del sol, y donde alguna banda de moda suele tocar en vivo. Ambas son ideales para practicar surf y otros deportes acuáticos. Al finalizar el día, los turistas –en su mayoría jóvenes, pero también familias– se pasean por la avenida principal, que se vuelve peatonal, y comen helados o toman caipirinhas, mojitos o caipiroshkas. Pero La Pedrera –cuyo nombre remite a las antiguas formaciones rocosas donde se asienta– también tiene su costado más exclusivo, con casas de una arquitectura muy cuidada que, frente al mar, pueden costar desde 3000 dólares la quincena. Hay otro balneario, La Barra de Valizas, que está en boca de todos. Más bien hippie, muy natural, por su geografía se lo emparentó con Cabo Polonio, salvo que, a diferencia de éste, sus pobladores se pusieron de acuerdo en tener luz eléctrica.
La Pedrera: balneario joven y cool
El enclave del turismo under que tiende a volverse masivo Cabo Polonio mantiene su mística natural, aunque cada vez más sofisticada CABO POLONIO, Uruguay (De un enviado especial).– La cama, que hace las veces de sillón, está apoyada en el frente de la casa; debajo se extiende una alfombra, con una mesa ratona y tres o cuatro almohadones con fundas animal print y motivos hindúes. Más allá, el pasto bien verde, las rocas, y enseguida el mar, con su agua cristalina. Ahí, echados en el sillón o arrodillados sobre los almohadones, Lola, su hijo Félix y su pareja Santiago comparten unos mates con un bizcochuelo, mientras disfrutan del atardecer. La casa, un monoambiente pintado de blanco, con un ventanal de vidrio con vista a la costa, budas por todos lados y sin luz eléctrica, no estaba publicada en Internet y la consiguieron en octubre a través de un contacto. Por todo enero pagaron 5000 dólares. Dicen que tuvieron suerte: de las que están en la primera línea frente al mar en Cabo Polonio, es una de las más baratas, y lo común es que la gente salga a buscarlas ya en junio. Sí, en Cabo Polonio. Porque este paraíso natural del departamento de Rocha, cuyos primeros pobladores llegaron por la pesca y la zafra de los lobos marinos y que luego devino en enclave medio hippie, hoy ya armoniza estas facetas con un sector más exclusivo, donde predomina un aire más cool y con algunos avances que lo revolucionaron: desde hace un año y medio ya cuenta con dos antenas de telefonía celular y el Hotel La Perla del Cabo, donde una habitación puede costar 200 dólares la noche, y wi-fi. De todas maneras, el Cabo sigue manteniendo su esencia: en una votación reciente, los pobladores volvieron a decirle que no al tendido eléctrico. “Hoy en Cabo Polonio convive una
ZONA AMPLIADA
Ubicación
URUGUAY
Punta del Diablo Rocha 9
1
MONTEVIDEO km
0
Cabo Polonio La Pedrera La Paloma
PUNTA DEL ESTE 50
N LA NACION
trilogía: los pobladores originales, en su mayoría pescadores, la plebe más hipona y las casas de Gabasol con su estética griega –dice Tomás Parodi, un asistente social de Montevideo–. Alquilé uno de los ranchos y me quedo unos 10 o 15 días. Yo no estoy del lado chic.” Ana Parodi y Roy Mc Gregor alquilaron una de esas casas sobre la playa sur –la más coqueta de las dos que hay en el Cabo– que son propiedad de Gabasol, una sociedad anónima que se formó para comprar tierras. En esa franja, para los propietarios tiene sentido mejorar las casas: por eso les han colocado paneles solares para acumular energía en baterías, han instalado sistemas de almacenamiento de agua, antenas de Direct TV o han sumado cuartos a la construcción original. Bettina Duter, una jueza de paz uruguaya que comenzó a veranear en el Cabo 23 años atrás y que a través de la sociedad anónima pudo comprar un espacio de tierra, cuenta que una casa en esa zona puede
costar unos 140.000 dólares. Es más: confió que un ejecutivo de Ferrari llegó a ofrecerle 500.000 dólares por su casa, situada frente al mar. Ella dijo que no. “Todavía disfruto de bañarme con una jarra acá, porque para abrir una ducha me quedo en Montevideo”, dice. “Cabo Polonio es el único lugar en el mundo donde el magnate más rico y el hippie más hippie pueden estar jugando al pool sin saber y sin importarles quién es el uno y el otro”, define con agudeza Carmen Vera, una fisioterapeuta que desde hace varios años hace masajes terapéuticos en la playa sur, a 40 dólares la hora. No se puede ingresar con perros ni está permitido que circulen vehículos, a excepción de uno por casa, y siempre y cuando se usen solamente para entrar y salir del Cabo. Después, lo que funciona es un servicio de camiones 4x4, que llevan y traen a la gente desde la vera de la ruta 10. Los únicos taxis autorizados a circular internamente son dos carros tirados a caballo. “No queremos una copia o mala copia de José Ignacio. No queremos ni a Tinelli ni a las modelos”, dice Carmen Vera. Los artistas, en cambio, son siempre bienvenidos: Manu Chao supo ser un habitué y hasta se dice que Lou Reed anduvo por esos pagos muchos años atrás. Caminar de noche en el cabo es toda una experiencia: los únicos guías son la luz de la luna, la música que resuena en el aire fresco –Onda Vaga haciendo lo suyo en un restaurante o los Mahatma Dandys dando su propio espectáculo sobre un montículo de la rotonda– y las tentaciones gastronómicas con las que uno se quiera deleitar.
EN PUNTA HOY BRINDIS ◗
Música y arte La artista Norma Duek invita a un brindis con música instrumental en el cual se exhibirán esculturas, pinturas y objetos de artistas consagrados. De 19.30 a 22.30 en la Liga de Fomento, en la Parada 1 de la Mansa.
JOSE IGNACIO ◗
Beach Polo En la playa “The Setai”, en José Ignacio, se llevará a cabo la tercera edición de la Luxery Beach Polo Club con dos partidos de exhibición.
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Personal en La Caracola Personal en La Caracola Desde las 14, la compañía de telefonía celular Personal organiza el Día de Playa de Move on en La Caracola, en José Ignacio, con la participación de invitados especiales.