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ESPECTACULOS
MUSICA s LA FIERRO
Jueves 14 de julio de 2011
MUSICA
((((( MUY BUENO
La radio clandestina del tango actual Segunda edición del Festival Radio Caff Algunos dicen que el tango terminó en los cuarenta, otros que concluyó con Astor Piazzolla y otros que siguen extrañando los ciclos de Silvio Soldán en los que se escuchaba “el verdadero tango”. Pero todas esas frases hechas parecen manifestaciones más cercanas a la mentira que a la verdad. La segunda edición del Festival Radio CAFF viene a subrayar el creciente y diverso movimiento tanguero, que ofrece orquestas, cantores y agrupaciones totalmente renovadas, capaz de volarles las pelucas a los añejos aficionados del tango o a los conservadores que dicen que el tango es cosa de viejos. Dos semanas de conciertos en dos sedes –CAFF (Sánchez de Bustamante 764) y Café Vinilo (Gorriti 3780)– ofrecerán un panorama del tango actual y los referentes de la generación aparecidos en los setenta, hasta el domingo 24 de julio. La maratón comienza mañana en doble programa en el Caff con un día dedicado al tango-canción pero de la nueva cosecha, con la presentación del dúo DemaSampaoli con sus tangos breves, orilleros y mordaces; y el potente quinteto mendocino Altertango, que revisa clásicos del rock y el tango con una mirada actual. El festival continuará pasado mañana en el espacio de la Orquesta Fernández Fierro, con los proyectos instrumentales del Trío Boero-Gallardo-Gómez, la agrupación Proyecto LCB y el dúo Fain-Mantega. Mientras que el domingo subirán al escenario del CAFF, la flamante banda Los Que Vendrán, un seleccionado Sub-23 de talentosos bandoneonistas y el proyecto de Nicolás Guerschberg Sexteto. El festival se podrá seguir en vivo online en www. radiocaff.com.ar.
Castignola (voz), Ramírez (bandoneón) y Gallo (violín) TANGO
Ramiro Gallo y su Arquetípica El violinista y sus músicos presentan las composiciones de su álbum Arte popular L ARTE POPULAR: LA ORQUESTA ARQUETIPICA PRESENTO SU CD. L MUSICOS: RAMIRO GALLO (COMPOSICION, ARREGLOS, DIRECCION Y VIOLIN), CHRISTINE BREVES, PEDRO PABLO PEDROSO Y PERLA FLORES (VIOLINES), LUCÍA RAMIREZ, MATIAS RUBINO, SANTIAGO POLIMENI Y FEDERICO SANTISTEBAN (BANDONEONES), KRISTINA BARA (VIOLA), CLAUDIA SERENI (VIOLONCELLO), SANTIAGO VERA CANDIOTI (GUITARRA), ADRIÁN ENRIQUEZ (PIANO) Y MARCOS RUFFO (CONTRABAJO), EMILIANO CASTIGNOLA (VOZ), LIDIA BORDA (CANTANTE
INVITADA). L CAFE VINILO: GORRITI 3780 L FUNCIONES: LOS VIERNES 15 Y 22 DE JULIO, A LAS 21.30.
El violinista Ramiro Gallo armó un orquestón de trece atriles. Al formato más convencional de una típica (piano, contrabajo, cuatro bandoneones y cuatro violines) le agregó guitarra, chelo y viola; un complemento que, hay que decirlo, no deja de ser un orgánico bien clásico para tocar tango. Porque ahí es donde parece apoyarse este compositor para desarrollar su actualidad musical, un formato “arquetípico” al que le imprime su estilo personal a través de la composición y los arreglos para arribar a un neoclasicismo tanguero. Gallo es sumamente formal en los procedimientos en los que abreva (se podría decir que se trata del tango de los 40 y los 50) y sumamente personal en el resultado final de sus obras; es decir: en lo que escribe y lo que orquesta. Este violinista pasó por el grupo El Arranque. Escribió músicas de raíz tanguera, muchas veces de largo aliento, no por la duración de las piezas sino por la relación conceptual entre ellas (algunas son en forma de suite). Luego se largó como solista, al frente de su propio quinteto, para seguir desarrollando esa veta compositiva y más tarde fue para el lado de la orquesta típica, lo que le demandó ciertos cambios en su escritura y, especialmente, en sus arreglos. Es cierto que la música actual de Gallo no tiene a la típica como destino excluyente; sin embargo, todo lo que toca con la Arquetípica está perfectamente ajustado a esa morfología. El hecho de que sea violinista contribuye para que el trabajo que hace con los arcos suene impecable y se destaque por encima de lo escrito para el resto de los instrumentos; incluso de los fueyes, que tienen vuelo solista pero no tanto como sección dentro de la orquesta. Claro que esto no implica desequilibrios. Gallo orquesta con todos los recursos que podría utilizar cualquier arreglador desde la década del 40 en adelante. La diferencia es que resuelve del modo como sólo un músico del siglo XXI podría hacerlo. Y la singularidad es que hay en su trabajo una manera propia de producirlo, sin que el oído sienta que en estas músicas hay referencias obvias y evidentes al estilo de Salgán, de Piazzolla, de Pugliese o de cualquier músico ilustre (esto sí se escucha en los arreglos
de otros músicos de su generación, de las anteriores y de las posteriores). El último viernes, Gallo dio el primero de los conciertos de presentación del disco Arte popular, con la orquesta Arquetípica. Estará los viernes, hasta el 22, en el escenario de Vinilo. Allí continuará con los conciertos que transcurren en torno a las composiciones que suenan a la medida de una orquesta típica y a largos (algunos muy largos) parlamentos con los que el protagonista se despacha entre un tema y el siguiente para explicar sus obras. En su lista hay una mayoría de instrumentales y un par de tangos canción, que interpreta el solista Emiliano Castignola. (Además, el último viernes participó como invitada la cantante Lidia Borda, que interpretó, de Gallo, el tema “Sin pétalos”). La música de Gallo tiene gestos que no podrían ser de otra época que no fuera ésta. En cambio, sus letras tienen, en ocasiones, un decir extemporal. “La solté, me regaló un quizás/ y se marchó”, define uno de los versos de “Girando”. No se vislumbran (por el momento) señales singulares en su escritura. Lo que se aprecia en el trabajo de Ramiro es la manera tan clásica y a la vez personal de resolver los arreglos de sus composiciones (“Estirpe tanguera”, Llanura”, “Tu noche amarilla”, con su evocación borgeana; el enérgico “Adiós Danonino”, el vals “Mollyuyo”, entre otras ya grabadas o por ser registradas para un próximo álbum). Los arcos son la debilidad de Gallo; y eso se nota. No por nada publicó a través de una editorial europea un método de violín para el tango. En su tesitura completa (de contrabajo a violín), el músico reparte las partituras con generosidad y buen gusto, y consigue que esa fila tenga vida propia. Por momentos (incluso en temas como “Milonga triste”, único cover de este repertorio), el tratamiento que le da a los arcos se relaciona, por momentos, con la música de cámara. No con un cuarteto clásico sino, más bien, con el tipo de escritura que podría sentarle bien a un conjunto de entre 8 y 16 instrumentos. Y lo curioso es que nunca dejaría de sonar a una típica, muy arquetípica, del tango.
Mauro Apicella
DIEGO SPIVACOW/AFV
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