Prevención de la violencia a través de intervenciones en Primera ...

Slaby, R.G., Roedell, W.C., Arezzo, D. & Hendrix, K. (1995). Early violence prevention: Tools for tea- chers of young children. Washington, D.C.: National ...
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Programa Interamericano sobre Educación en Valores y Prácticas Democráticas Política en Breve sobre Educación Ciudadana Volume 1—Junio 2011

Prevención de la violencia a través de intervenciones en Primera Infancia Por Adriana Cepeda Espinosa

Índice Una cuestión fundamental ..…………. 1 Introducción ………………………………. 2 ¿Qué entendemos por comportamiento agresivo? ……………..……… 3 ¿Cuán temprano podría comenzar la prevención de la violencia? …………..3 ¿Es la prevención de la violencia en la Primera Infancia más efectiva que a otras edades?…………………………………3 Algunas lecciones aprendidas ……...4 ¿Qué logros pueden alcanzar los programas de prevención de la violencia en la Primera Infancia? ………………….5 ¿Cómo pueden contribuir las políticas públicas a alcanzar este objetivo? .. 6

Una cuestión fundamental La evidencia científica existente sobre el desarrollo del niño ha enfatizado la importancia de la atención integral al niño desde el momento de la gestación. Los primeros ocho años de vida -y en particular los primeros tres años- constituyen un período crítico y decisivo para todo ser humano. El desarrollo cerebral temprano (desde el útero hasta la edad de 5 o 6 años) puede tener un impacto duradero en la salud, el aprendizaje y el comportamiento a lo largo de toda la vida. Estudios longitudinales han demostrado que el comportamiento violento en la edad adulta puede ser prevenido a través de la enseñanza a los niños más pequeños de habilidades socio-emocionales y la elección de alternativas no violentas para resolver los conflictos (Tremblay, 2000/2008). La prevención de la violencia juvenil puede resultar más efectiva cuando se comienza a trabajar en ella antes que los niños cumplan los cinco años.

Costos ……………………………………………6 Lecturas recomendadas ……………… 7

Para hacernos llegar sus preguntas y comentarios, por favor contáctese con nosotros: Programa Interamericano sobre Educación en Valores y Prácticas Democráticas Oficina de Educación y Cultura, Organización de los Estados Americanos www.educadem.oas.org [email protected]

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Prevención de la violencia a través de intervenciones en Primera Infancia Introducción Los niños más pequeños demuestran durante la etapa preescolar una mayor agresividad física que en otras etapas. Los estudios muestran que para gran parte de los niños, la agresión física comienza a disminuir cuando cumplen los 2 o 3 años de edad, a medida que aprenden a regular y expresar sus emociones, y en particular a través del uso del lenguaje. Sin embargo, debe destacarse que un reducido porcentaje (entre un 5% y un 10%), no aprende a regular ni a expresar apropiadamente sus emociones, y tiene una alta probabilidad de padecer serios problemas en el futuro, tales como el abuso en el consumo de drogas, las dificultades en la escuela, las enfermedades mentales y una conducta criminal. Estudios recientes indican que la agresión aparece a una edad más temprana (Tremblay, 2000/2008). Por ejemplo, algunos expertos han demostrado que los infantes de menos de dos meses muestran expresiones de enojo a través de sus expresiones faciales y vocales. La agresión física aparece entre los seis y doce meses, cuando los niños han desarrollado suficientemente el control motor, y ocurre frecuentemente como una respuesta a una frustración. Entre el primer año y los dos años de edad, los niños tienden a utilizar la agresión física para obtener lo que desean. Una de las formas que asume la agresión es la llamada “rabieta”. Pegar es la forma más frecuente de agresión entre los 2 y 3 años de edad. A la edad de 4 o 5 años, la agresión física tiende a disminuir en la mayoría de los niños. Esto se debe en parte al crecimiento de la corteza frontal del cerebro, que es la que se encarga de controlar las reacciones a emociones fuertes, tales como las reacciones agresivas. Es por este motivo, que a la edad de 4 años, se espera que la mayoría de los niños no utilicen la agresión física de modo regular. En el caso de hacerlo, entonces sería recomendable buscar ayuda profesional. Sin embargo, cabe resbalar que a medida que disminuye la agresión física a esta edad, tiende a incrementarse la agresión verbal e indirecta. Estudios longitudinales llevados a cabo en Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos sugieren que la agresividad puede ser tan Organización de los Estados Americanos

estable como la inteligencia durante todo el ciclo de la vida. Aquellos niños que siguen una trayectoria estable de alta agresividad física durante la edad preescolar, tendrán una mayor probabilidad de presentar comportamientos delictivos violentos en su adolescencia. Aquellos niños que fueron identificados como los más agresivos a la edad de 8 años, tendieron a ser los más agresivos unos veinte años después, más allá que se produjeran cambios contextuales. En los estudios llevados adelante en Canadá y en los Estados Unidos, los niños eran más propensos que las niñas a seguir una trayectoria de alta de violencia física (ver Tremblay 2000/2008). Los estudios sugieren que aun cuando existan variaciones genéticas en nuestras tendencias agresivas naturales, en la mayoría de los casos, el entorno puede jugar un rol crucial (más aún que las predisposiciones genéticas) en el fomento o en la limitación de las mismas (Mustard, 2005). Muchos niños aprenden a regular su agresividad a través de las enseñanzas que le brindan los adultos sobre los principios básicos que hacen a la interacción social y a otras alternativas para resolver los conflictos, controlar su enojo y alcanzar sus objetivos. Sin embargo, si los niños crecen en contextos donde la agresión se encuentra reforzada, se percibe como efectiva y es comúnmente usada, incluso entre sus mismos padres para alcanzar objetivos (por ejemplo a través del uso del castigo físico), entonces los niños tienen menos oportunidades de aprender aquellas habilidades que necesitan, y muestran una mayor propensión a la agresión física crónica. Los niños que sufrieron de abuso o rechazo, tienden a tener problemas similares con la agresión. En otras palabras, se puede decir que el tener padres agresivos, puede ser un hecho que refuerce las tendencias agresivas naturales de sus niños, y se reduzcan así las probabilidades que estos niños tengan modelos positivos de aprendizaje para regular sus propios impulsos agresivos.

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Prevención de la violencia a través de intervenciones en Primera Infancia ¿Qué entendemos por un comportamiento agresivo? (Chaux, 2005; Tremblay, 2008) Un comportamiento llevado a cabo con la intención de hacer daño. Físico: tales como pegar, empujar, morder y revolear objetos. Verbal: tal como el uso de palabras hostiles para amenazar, insultar, intimidar o hacer enojar a otra persona. Está seguida frecuentemente por la agresión física. Indirecto: intentando herir a otro a través la difusión de rumores, la humillación, la exclusión de un grupo – aislar socialmente a la victima. Es la forma más compleja de agresión y la más común entre adultos. Proactiva: sin provocación, como un medio para alcanzar un objetivo (tal como el apropiarse de un juguete de otro chico). Reactiva: como una reacción a una amenaza o provocación accidental o no accidental (tal como el pegar a un niño porque se apropió de un juguete).

¿Cuán temprano podría comenzar la prevención de la violencia?

¿Es la prevención de la violencia en la Primera Infancia más efectiva que a otras edades?

La investigación realizada revela que la prevención de la violencia puede comenzar antes del nacimiento del niño. Una parte importante del desarrollo del sistema cerebral y nervioso se produce dentro del útero. Para que los niños aprendan a controlar su enojo y otros impulsos negativos potenciales, es necesario que tengan un desarrollo saludable. Las mujeres embarazadas deben evitar el consumo de alcohol, tabaco y cocaína, ya que existe un alto riesgo que se produzcan problemas del desarrollo y del comportamiento, y el involucramiento posterior de los niños en la delincuencia juvenil. Para asegurar un desarrollo saludable del feto, las mujeres embarazadas deben esforzarse por tener una nutrición balanceada, descansar, evitar el estrés y no estar expuestas a toxinas y otras sustancias adversas (pesticidas, herbicidas, etc.). Para ello, el primer paso para prevenir la violencia es trabajar con las mujeres embarazadas, sus familias y amigos, de modo de asegurar la existencia de un entorno óptimo para el desarrollo del feto.

Las inversiones realizadas en la educación para la primera infancia se encuentran entre los enfoques más poderosos y sustentados en la evidencia en relación a la prevención de la prevalencia de patrones de agresividad, y posiblemente de la delincuencia. La investigación muestra que las intervenciones con adolescentes agresivos pueden incluso incrementar la posibilidad de una conducta criminal; mientras que las intervenciones con niños en edad preescolar tienden a tener efectos beneficiosos en el largo plazo. Además de estar asociada a la conducta criminal, la agresividad ha sido asociada como un factor de riesgo a otros problemas de comportamiento, tales como el bajo rendimiento académico, el abandono escolar, los problemas de salud y el abuso en el consumo de drogas.

Con el fin de maximizar su efectividad, las intervenciones para reducir la agresividad física deben empezar antes que los niños cumplan los cinco años.

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Prevención de la violencia a través de intervenciones en Primera Infancia Algunas lecciones aprendidas El entorno familiar en el cual crecen los niños se relaciona con su desarrollo social y emocional. La estimulación y el cuidado son fundamentales para el desarrollo de los niños más pequeños. La estimulación puede ser realizada a través del juego, la música, la actividad física y la interacción con otros. Los adultos deberían intervenir para apoyar el desarrollo del comportamiento no violento, y disuadir las acciones agresivas. Asimismo, los adultos deberían expresarse con claridad a la hora de no aceptar conductas agresivas, o bien premiarlas; también deberían estimular a los niños para desarrollar estrategias alternativas que no sean agresivas. La investigación muestra que los padres que tienden a criar niños que estén más adaptados socialmente, se encuentran usualmente involucrados en la educación de sus niños, les brindan su cariño y apoyo, son sensibles a las necesidades de sus niños. Por otro lado, los padres que son negligentes, distantes, insensibles, que los retan frecuentemente, y son reactivos, tienden a tener niños con problemas de agresividad (ver Shaw, 2007). Las familias que regularmente interactúan entre sí de una forma agresiva, están enseñando a sus hijos que esta forma de interacción es la más apropiada. Esta interacción agresiva, en su forma más extrema, puede ser violenta, lo cual suele tender a promover comportamientos agresivos e incluso violentos, de niños y adolescentes. El abuso ha sido consistentemente identificado como un factor de riesgo para el desarrollo del comportamiento agresivo.

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El desarrollo de habilidades sociales y emocionales. A medida que los niños aprenden estas habilidades (si es que tienen la oportunidad de hacerlo), disminuye la agresividad física. Algunas de estas habilidades incluyen: identificar sus propias emociones y las de los demás, cooperar con los demás, expresar sus emociones en forma constructiva, negociar, reconciliarse luego de un conflicto y acercarse a los demás para jugar. El desarrollo del lenguaje es clave ya que ofrece una herramienta alternativa para expresar frustración y enojo. Cuanto menor es el desarrollo de las habilidades lingüísticas, se hace más frecuente que el niño o la niña continúen empleando la agresión física. Una dieta sana es también un factor crucial. El sistema nervioso y cerebral de los niños continúa su crecimiento y desarrollo a medida que los niños crecen, por lo que una dieta balanceada es fundamental para alcanzar un desarrollo saludable. Las deficiencias nutricionales que se producen en los niños pequeños se encuentran asociadas a una alta propensión de conductas agresivas, así como también a otras cuestiones, como las deficiencias cognitivas. Por ejemplo, el comportamiento agresivo y la regulación emocional han sido asociados a bajos niveles de serotonina en el cerebro de los niños (el aminoácido tryptophan, el cual no es producido por el cuerpo pero se encuentra en muchos de los alimentos basados en proteínas, es necesario para que se produzca la síntesis de la serotonina).

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Prevención de la violencia a través de intervenciones en Primera Infancia ¿Qué logros pueden alcanzar los programas de prevención de la violencia en la Primera Infancia? Existen pocos estudios sobre programas que intentan reducir la agresión durante la primera infancia. Sin embargo, la investigación disponible sugiere que los programas dedicados a este grupo etáreo pueden brindar un apoyo de importancia a la reducción de la agresividad o de los factores de riesgo que llevan a la misma (tal como el abuso), y por lo tanto, también reducir el riesgo de la agresividad crónica y de la violencia juvenil. Los programas necesitarían incluir múltiples destinatarios (padres, niños y docentes). Los niños que tienen un alto nivel de agresividad también necesitarían contar con un apoyo de largo plazo, que implique diferentes tipos de intervenciones (hogar, escuela, pares) que

resulten necesarias en la medida que se desarrollan y se mueven en diferentes contextos. Los investigadores concuerdan que hay mucho trabajo por hacer para responder a preguntas claves, tales como: (1) cuáles son los programas de intervención mas eficientes y efectivos para los diferentes tipos agresividad infantil, (2) qué mecanismos y resultados identificados por estos programas resultan claves para prevenir la agresión a largo plazo y (3) qué factores de riesgo que afectan a los niños, las familias o la escuela, moderan los efectos de estos programas. (Tremblay, 2008).

Un ejemplo: Projecto Perry Preschool, de High/Scope Educational Research Foundation. (Ypsilanti, Michigan, EUA). En 1962, unos niños de 3 a 4 años pertenecientes a familias Africano -Americanas participaron en un programa para nivel preescolar que estaba enfocado en su desarrollo cognitivo, de lenguaje, social y del comportamiento. El modelo "High/Scope" hizo énfasis en el aprendizaje activo iniciado por los niños, la resolución de problemas, la toma de decisiones, la planificación y un alto grado de interacción entre adultos y niños, y entre los niños mismos. Adicionalmente, los docentes llevaban adelante visitas semanales en el hogar de los alumnos y estimulaban a los padres a involucrarse como voluntarios en el aula. (BerrutaClement et al, 1984). Para una mayor descripción del proyecto, por favor consulte el siguiente enlace: http://www.highscope.org/

Los niños en situación de riesgo que no participaron del programa fueron 5 veces más propensos a ser delincuentes crónicos a la edad de 27 años en comparación con aquellos niños que habían participado en el programa. Una diferencia fue encontrada en relación con los estudios que realizaron comparaciones con otros niños que participaron de otros programas que brindaban una "instrucción directa en la cual los docentes lideraban las actividades, los cuadernos de trabajo eran los únicos materiales de la clase y la adquisición de habilidades académicas era el primer objetivo". Lo mencionado sugiere que un curriculum dirigido al niño (como el que proveía High/Scope) podría producir una diferencia significativa en la educación preescolar, especialmente en términos de desarrollo social.

Muchos estudios longitudinales basados en estos niños (a la edad de 15, 19, 27 y 40 años) han revelado de forma consistente que aquellos niños que participaron en este programa cometieron menos crímenes que otros de similares características que no formaron parte del mismo (y mostraron porcentajes más altos de graduación, entre otros indicadores).

Ver Video: Lasting Differences: The High Scope Preschool Curriculum Comparison Study Through Age 23 (Diferencias que perduran: Estudio comparativo High Scope Preschool Curriculum hasta la edad de 23 años) http://www.highscope.org/video.asp?file=/media/ Larry/Last%20Diff%20final%204309.mov

2.Extraído de: http://mentalhealth.samhsa.gov/schoolviolence/part2chp7.asp / http://www.fightcrime.org/releases.php?id=453 http://fightcrime.org/issue_earlyed.php

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Prevención de la violencia a través de intervenciones en Primera Infancia Existen otros múltiples programas disponibles que han demostrado resultados efectivos. Algunos de ellos son: a). The Montreal Prevention Experiment (El Experimento de Prevención Montreal), un programa de componentes múltiples en el cual los niños con conductas más antisociales fueron separados y ubicados como las minorías dentro de grupos con niños altamente pro sociales. Entre algunos componentes del programa, se encontraban incluidas las visitas a los hogares (Chaux, 2005). b). Aulas en Paz and Aulitas en Paz, una iniciativa colombiana basada en hallazgos de investigación que ahora está siendo piloteada en México (Ramos, et al., 2007).(Para obtener más información sobre éstos y otros programas, vea la sección de Lecturas Recomendadas, especialmente los siguientes textos: Slaby, et al. (1995), Sparling, et al. (2007), UNICEF/CINDE (2007), Bryant (video, 2003).

¿Cómo pueden contribuir las políticas públicas a alcanzar este objetivo? Mejorando la provisión de servicios médicos, educativos y sociales para la primera infancia, especialmente en lo que hace a las comunidades en riesgo, y con una preferencia por servicios integrales. Algunas preguntas iniciales para hacedores de políticas a). ¿Hay alguna política de atención y educación para la primera infancia que se esté implementado? Si es así, ¿posee esta política un enfoque comprensivo, integrador y multisectorial, teniendo en cuenta la nutrición, la estimulación, la educación, el papel de la familia y de la comunidad, y el desarrollo de habilidades socio-emocionales? ¿Se considera dentro de esta política la prevención del abuso infantil y la protección de la niñez? b). ¿Se podría incorporar como una prioridad dentro de esta política la prevención de comportamiento agresivo de cuidadores y niños? c). ¿Cuáles serían las características de esa política pública ?

d). ¿Considera la prevención integral temprana temas como:  Atención prenatal?  Apoyo para familias y comunidades en situación de riesgo?  Prevención y atención del abuso a la niñez?  Educación preescolar de alta calidad y accesible económicamente? e). ¿Qué tipo de entrenamiento y apoyo continuo se necesitaría proveer a cuidadores y educadores para llevar adelante esta política pública de forma efectiva.? f). ¿Qué tipo de monitoreo se necesitaría establecer para cuidadores, padres e instituciones de modo de asegurar que la política pública esté siendo implementada de acuerdo a lo previsto? g). ¿Qué tipo de evaluación se requeriría para evaluar la efectividad de la implementación y sus resultados? h). ¿Qué recursos educativos, medios de comunicación y otras herramientas podrían ser utilizadas para apoyar la/s iniciativa/s de política pública?

Costos Los costos de los programas o de las iniciativas de política pública pueden variar dependiendo el contexto y la escala. Sin embargo, la investigación sugiere que existe un alto rendimiento de la inversión en una educación de alta calidad para la primera infancia y en programas de atención. Los fondos que se destinan a la prevención de comportamientos agresivos a una edad temprana, reducen los costos asociados con el mantenimiento del orden público, el procesamiento y castigo criminal, así como también los costos sociales. Organización de los Estados Americanos

En Canadá, los investigadores encontraron que por cada dólar que se invierte en programas de prevención de la violencia en el nivel preescolar, la tasa de rendimiento es de siete dólares cuando los niños se vuelven jóvenes, y de 13 dólares cuando el niño o la niña se vuelven adultos. El Proyecto Perry Preschool representa otro ejemplo de lo mencionado, al haber sido reconocido por reducir los costos producidos por la delincuencia y el crimen en aproximadamente $2,400 por niño. (Ver también Lynch, 2004). Página 6

Prevención de la violencia a través de intervenciones en Primera Infancia Lecturas recomendadas 1. Chaux, E. (2005). El Programa de Prevención de Montreal: Lecciones para Colombia. Revista de Estudios Sociales, 21, 11-25. 2. Lynch, R.G. (2004). Exceptional returns: Economic, fiscal, and social benefits of investment in early childhood development. Washington, D.C.: Economic Policy Institute. 3. Ramos, C., Nieto, A.M. & Chaux, E. (2007). Aulas en Paz: Resultados preliminares de un programa multi-componente. Revista Interamericana de Educación para la Democracia, 1, 36-56. www.riedijed.org 4. Shaw, D. (2007). Les programmes de soutien parental et leur impact sur le developpement socioaffectif des jeunes enfants. Dans: Centre d’excellence pour le developpement des jeunes enfants (CEDJE). Enciclopedie sur le developpement des jeunes enfants. http://www.enfant-encyclopedie.com/pages/PDF/ShawFRxpParents.pdf http://www.child-encyclopedia.com/en-ca/child-aggression/according-to-experts.html 5. Slaby, R.G., Roedell, W.C., Arezzo, D. & Hendrix, K. (1995). Early violence prevention: Tools for teachers of young children. Washington, D.C.: National Association for the Education of Young Children. 6. Sparling, J., Ramey, C.T. and Ramey, S.L. (2007). The Abecedarian Experience. In Young, M.E. and Richardson, L. (Eds.). Early Child Development: From Measurement to Action. The World Bank: Washington, DC, pp 103-130. 7. Tremblay, R. E. (2000). The development of aggressive behaviour during childhood: What have we learned in the past century? International Journal of Behavioral Development, 24, 129-141. 8. Tremblay, R.E., Gervais, J., Petitclerc, A. (2008). Early Childhood Learning Prevents Youth Violence. Montreal, Quebec. Centre of Excellence for Early Childhood Development (CEECD) (in English, Spanish, French and Portuguese). http://www.excellence-earlychildhood.ca/documents/Tremblay_AggressionReport_ANG.pdf 9. UNICEF & CINDE (2001). Experiencias significativas de desarrollo infantil temprano en América Latina y el Caribe: Seis estudios de caso. Panamá: UNICEF. CINDE. Videos con evidencia de respaldo a la investigación: (a) Brain Development and Youth Crime and Violence Prevention *Video en vivo y presentación aprox. 58 min] Dr. Fraser Mustard (Instituto Canadiense para la Investigación Avanzada) y Miriam Rollin (Organización Lucha contra el crimen: invierta en niños). Explora sólida evidencia que da cuenta que la predisposición a comportamientos antisociales y al crimen y a la violencia está establecida y es dependiente de la experiencia de desarrollo cerebral que tiene lugar en los primeros años de vida. Miriam Rollin traduce la ciencia a recomendaciones de política.

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(b) Home Visiting - Donna Bryant + Highlights, Banff 2003 (CD-ROM: 65 min + 11 min, 2003) – debe ser comprado. Donna Bryant analiza el estado del conocimiento científico en relación a los programas prenatales y posnatales de visita a hogares en el mundo. http://www.excellence-earlychildhood.ca/ videosCDRoms.asp?lang=EN

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